Hay gente que en ocasiones ve
Muertos… yo en ocasiones veo buenas películas.
Quizás esta frase suene demasiado
apocalíptica, pero visto el bajón de nivel de las películas a concurso en los
dos últimos días, y puesto que tengo que aparcar muchas cosas para asistir a
FANCINE, lo menos que uno puede esperar es que el filtro protector de bodrios
funcione a la hora de seleccionar películas como FOREVER´S END o AFTER. Es que
de verdad que no lo entiendo; la postura del que escribe quizás es fácil…
simplemente transmitir con palabras las emociones vividas durante una película.
Pero digo yo que alguien verá dichas películas antes de seleccionarlas, porque
mis niveles de cafeína en sangre son inversamente proporcionales al grado de
satisfacción alcanzados en jornadas como las dos últimas.
Bueno, voy a parar que voy cuesta
abajo y sin freno. Mejor gasto las pocas neuronas que me quedan en terminar de
pegar mis huellas digitales al teclado con el que escribo.
AFTER (RYAN SMITH; ESTADOS
UNIDOS, 2012): si directores como John Carpenter son (o han sido) maestros en
el arte de recrear la plasticidad de un cómic en la pantalla, hay otros que se
suben directamente al carro del género con un presupuesto aceptable pero
escasez de recursos cinematográficos. Sinceramente no sé por dónde empezar…
puede que a alguien le guste la estética aséptica de este tipo de films, más
encuadrados en el mundo del videojuego (véase el Survival Horror) que en el
cine propiamente dicho. Me imagino que cuando alguien hace una película se
informa de lo que es posible o no a nivel sanitario… porque vaya, no concibo a
una persona en coma monitorizada con tan simple aparataje (podría explayarme
porque es mi profesión, pero tampoco es cuestión de recrear la vida real, sino
simplemente de hacer las cosas con decencia), con una simple vía periférica y
un suero salino y para colmo de males, con su vía aérea mantenida simplemente
con unas gafas nasales. Vaya, que el público a veces es tonto, no lo niego…
pero hay cosas que claman al cielo. Si haces que despierte de un coma tan
alegremente a la chica protagonista, posiblemente también te dará igual hacer
trampas con un guión malo y trillado y usar una banda sonora para reforzar lo
que las imágenes solas no cumplen. HORRIBILIS.
AU NOM DU FILS (VINCENT LANOO; BÉLGICA-FRANCIA,
2012): la colaboración de FANCINE con el
Festival de Cine Francés nos trae una genial muestra de cómo hacer un cine
distinto, profundo y a la par enormemente entretenido y visual. Una especie de
Western Crepuscular con una madre dispuesta a vengar los abusos de un sacerdote
sobre su hijo es lo que nos ofrece una trama llena de recovecos y crítica
social. Lástima que un sector del público simplemente viese en el film una
especie de ojo por ojo con el que vociferar ante cada disparo o escena de
violencia, porque en el fondo EN EL NOMBRE DEL HIJO es una denuncia bestial
ante los abusos de poder y la manipulación del clero. Unos diálogos
llenos de violencia verbal que te llevan al borde de las náuseas y unas
explosiones de visceralidad como sólo el cine francés es capaz de mostrarnos. Bellamente
recreada con una buena fotografía y unas excelentes interpretaciones, AU NOM DU
FILS es una de las mejores películas que he podido ver en FANCINE… distinta,
arriesgada y explosivamente revulsiva. BANG.
WHEN WINTER SCREAMS (LEE SAMUEL; COREA, 2013): es curioso lo de
esta ópera prima. Una película de suspense muy bien ambientada en un
claustrofóbico entorno nevado con un reducido número de protagonistas a priori
debería ser una baza segura, sin embargo el ritmo narrativo es absolutamente
nefasto y los excesos acaban pasando factura. Si bien es cierto que el cine
koreano (más concretamente el Thriller) no es plato de todos los gustos, SEOLIN
peca de embarullamiento y atropello visual, de tal forma que casi en ningún
momento sabemos lo que está ocurriendo… pero no porque se nos quiera ocultar la
trama principal, sino porque no han sabido contárnosla de una forma decente.
Así pues, los ingredientes para un buen thriller caen en una mayonesa
fermentada que me lleva a la más profunda de las fases REM. Lástima porque la
cosa prometía mucho. NI FÚ NI FÁ.
Por cierto, esta mañana cuando me
he visto al espejo me he llevado un buen susto. No por las arrugas que antes no
estaban, el pelo despeinado y la barba encrespada… tampoco por las oscuras sombras
palpebrales o la excesiva hiperreactividad pupilar. No, no son esos detalles
los que me preocupan sino la aparición de un número excesivo de canas que antes
no estaban (juraría que me han salido de la noche a la mañana). Recuerdo al
padre de Laura Palmer cuando repentinamente se le puso el pelo blanco
(grandísimo RAY WISE)… esperemos que BOB no venga a visitarme. Paso de Logias
Negras…
No hay comentarios:
Publicar un comentario