No Matarás: Célebres Verdugos Españoles es un interesantísimo ensayo de investigación a cargo del Catedrático de Lengua y Literatura y Académico numerario de la Real Academia Alfonso X El Sabio, Salvador García Jiménez. Publicado en 2010 por la editorial Melusina, a lo largo de sus 250 páginas asistiremos a la vida y obras de los casi olvidados verdugos españoles. En el prácticamente ayer de nuestra historia existieron estos funcionarios de la justicia que se encargaban de dar muerte por garrote vil a sentenciados a muerte (recordemos que la pena de muerte en España no fue abolida por Ley Orgánica hasta 1995, excepto en tiempos de guerra; estuvo usándose sin interrupción hasta 1932 en que fue suspendida, hasta que fue restablecida por Franco en 1934, siendo las últimas ejecuciones por fusilamiento de 5 terroristas en 1975).
En cualquier caso, el ensayo que nos ocupa nos habla de los ejecutores del garrote vil, que algunos para ganar fama y otros simplemente para conseguir el sustento con el que alimentar a sus familias, se lanzaban a la triste tarea de ajusticiar a muertos de hambre que mataban para conseguir un trozo de pan y a otros célebres asesinos sanguinarios de nuestro pasado más inmediato.
El libro cuenta numerosísimas anécdotas; desde lo que valía construir un patíbulo en la época, a las peregrinaciones que se montaban para ver las ejecuciones en el cadalso desde los pueblos vecinos. También se hace hincapié en lo odiado y despreciado de la figura del verdugo, hasta tal punto que era apedreado en algunos casos allí por donde pasaba, negándosele el pan y el agua o incluso teniendo que pernoctar en los lugares mas inverosímiles antes de una ejecución.
La biografía de algunos de ellos supera cualquier ficción, llegando algunos a enfermar "del alma" tras sus primeras ejecuciones, que los marcaban de por vida y hacía que la indecisión y el miedo prolongara la agonía del reo que tenía la argolla al cuello.
"El célebre verdugo conocido por el Maestro Lorenzo, ha sido el encargado de ejecutar hace varios días al reo de Martos (Jaén).
Los periódicos refieren lo siguiente, ocurrido en el triste acto de la ejecución:
El reo sufrió múltiples torturas por torpeza del verdugo. Sentado en el banquillo se retrasó la ejecución trece minutos por tenerse necesidad de arreglar el aparato y desbastar el palo. Mientras el reo presenciaba la operación, soportando ese verdadero y horrendo martirio. Como la fatal argolla no estuviera en condiciones, el verdugo hizo la prueba quitándola luego del palo para ajustarla mejor. Esto se hizo tres veces, causando, como puede suponerse, un martirio horrible al reo. Éste decía: Madre mía, ay Padre mío!, que me maten y no me hagan sufrir más...".
Existía una verdadera "competición" en el caso de algunos verdugos, que hacían lo posible por ser los más reclamados o por utilizar los aparatos más sofisticados (algunos con arreglos de su propia invención), para dar muerte en el menor tiempo posible, hasta el punto de que uno de los más famosos verdugos llegó a afirmar que algunos reos pedían que por favor les ajusticiase él, Nicomedes Méndez:
"Y es así como me ven, sencillo, vivito y coleando, yo soy toda una institución. No es por jactarme, pero les aseguro que hay condenados a la última pena que hasta piden mis servicios. Como lo oyen. Y eso a mí, me honra. Y es que a ver, que uno para morir, aún estando yo aquí en Barcelona y el deshuciado, pongamos por caso, que en Valladolid, prefiera que sea yo quien le mande al otro mundo... pues me llena de orgullo. Qué quieren que les diga."
Frutos pues de una época no tan lejana en el tiempo, el verdugo era un funcionario de justicia que hacía el trabajo sucio de la ejecución del reo, mediante garrote vil, algo genuinamente español y ya ligado a nuestra negra historia...
Conste también como anécdota que los reos esperaban el indulto sobre todo el día del cumpleaños de la Reina o el Rey, o en Viernes Santo, cual si fuese una burda lotería... de modo que se indultaban a grandes asesinos de nuestra historia y al siguiente día se ajusticiaban a otros que habían matado para robar 3 duros y un mendrugo de pan.
En definitiva, un trabajo de investigación encomiable, durísimo en algunos momentos, que nos lleva a la honda reflexión de la última pena. Con innumerables descripciones de situaciones reales y con exhaustivos datos biográficos sobre cada uno de los verdugos enumerados en el trabajo, NO MATARÁS, CÉLEBRES VERDUGOS ESPAÑOLES es una lectura altamente recomendable.