Dije en 2019 al final de la reseña de Salmos 150 que me quedaba con muchísimas ganas de ver la evolución de Cesar Maltrago y sus Atractores Extraños. Esa fructífera banda funambulista que tanto me habían gustado en El Guaje Metiu Dentro de un Oriciu bebía de un Folk intimista con tangenciales toques a ese sustrato de Noise Rock underground hispano que lo mismo podía recordarte Pablo Und Destruktion que a 713ºAmor (no en vano ya hicieron la cover de "Nos Cambiaron Por Pistolas"). Lo que menos me esperaba era que iba a cambiar de formación y marchar a México en una suerte de epifanía tribular e imprimir a su nuevo disco, La Corrupción de las Costumbres, de un marcadísimo aire meditabundo. Por cierto, autoedición en vinilo que os recomiendo encarecidamente.
Decía que había cambiado de colaboradores y así queda patente con la fascinante Sociedad de la Niebla, que vienen a ser Aníbal López (batería), Marcos Maouxu (teclados), Alejandro Alonso (bajo) como power trío principal mas Diego Reyes (batería), Carlos G. Marrón (guitarras), Nicolás Córdova (bandoneón), Óscar H. Dez Bas (guitarra), Quique Mareo (theremin), Lidia Karlay (voces), Fabián G. "Onan" (teclados) y Ruma Barbero (bodhram). El álbum se graba por Óscar H. Fdez en 32 ESTUDIO y la portada es de Paula Truébano, que juega a una especie de sincretismo entre lo cañí y lo hindú con mucho simbolismo escondido.
En lo musical estamos ante un trabajo que si bien es coral dado el número de artistas que participan, es eminentemente personal y de autor. La personalísima voz de César ha madurado muchísimo (me encanta el deje Gethsemaniesco a lo Camilo Sesto en algunas entonaciones donde se pasa de los graves a un sutil falsete fabuloso) y su maestría para la alegoría en las letras hablan de grandes como Nick Drake, Lou Reed, Micah P. Hinson o qué diablos, gente que admiro de aquí dentro de nuestras fronteras como el propio Pablo Und Destruktion, Bladimir Ros (sobre todo por la evanescente y ebria niebla de barrica de bar que flota nostálgica en los temas) o grandísimos entes teratógenos como Javier Arnal, Corcobado o esa manera ácima de unir poesía y música de Carlos Desastre o los recientes Trío Mudo. Tras una breve intro se desliza "Elegía", inmortal himno crepuscular que parece llegar sonoramente de ese espacio que habita en la sombra de los alacranes... entre grano y grano de arena. Teclados hammond adornando la base rítmica y riffs de guitarra a lo Javier Colis (un puntito surfera, un puntito hawaiana..). La voz se te clava como un puñal y ahonda incluso al espacio hematoencefálico con un estribillo más pegadizo que la meningitis espongiforme de las vacas locas (`cuatro galones de amor / cinco promesas perdió / seis caretas vistió / con el rostro de Dios´).
Sin atreverme demasiado a entrar en terrenos personales, las letras tienen algo de Panero y lo lunático, como así queda patente en ese pasaje inicial de "La Cruz": `en la cera reposa el cadáver del que fui / entre jactancia viscosa y el brillo de un barniz / y es que mi tiempo es marea, voz callada de aprendiz / y esa palabra hueca te desdice como actriz´. Fantástico el piano y la voz imperativa que reitero rezuma cierto deje a grandes como Camilo Sesto (ojito, palabras mayores) y otros grandes crooners hispanos. Ayuda muchísimo a la atmósfera verbeniz el bandoneón que invita a la lágrima mientras uno se guarda la navaja en el cinto. Antropología social en estado puro... la Alcarria de Cela, la incisiva pluma de Julio Caro Baroja, las leyendas de Barandiaran, los recuerdos de Puero Urraco o cadáveres que no debieron arder en El Caso Almería. En definitiva, La Corrupción de las Costumbres. Sigue la desenfadada y casi Pop "Tormentas", con explosivos clúster de guitarras y el enchufadísimo teclado que casi que parece retrotraerse a hace 3 o 4 décadas.
La Cara A se cierra por todo lo alto con "Infierno", siete minutos a lo Leonard Cohen de música noctámbula con arreglo ululante de theremines dando cierto toque onírico. Flipantes los ecos de la voz de Maltrago, que quedan de lujo. Damos la vuelta al plástico y surge un ritmo cuasi jazzístico en "La Luna". Entrecortada base rítmica y guitarra eléctrica con un toquecito desértico (Yawning Man), maracas y pelín de Bossa Nova con deslices de Progresivo a los vientos que se continúan en "Escarcha", con muy buen trabajo instrumental minimalista que es digno de escuchar con atención. Detrás de la voz pasan muchas, muchísimas cosas; especialmente el atmosférico acompañar de la voz de Lidia Karlay y el sutil pero insidioso theremin (aquí tengo que volver a citar al maestro Javier Arnal y Vera Acacio).
"El Candil" se tiñe de Neo Psicodelia que estalla burbujeante en un nuevo estribillo infecto-contagioso con algún que otro toque flamenco y algo de ese primer Niño de Elche (Voces del Asombro). No me atrevo a etiquetar demasiado para no confundir pero la propuesta de César Maltrago y la Sociedad de la Niebla tiene muchísimo más jugo que otras propuestas digamos "similares" que pululan por ahí y que no tienen ni la mitad de la calidad que este magnífico "La Corrupción de las Costumbres"... y si no me creéis poneros el marcial clímax final con solo de guitarra incluído. Si suena a Ópera Rock setentera que me crezca un segundo pene, que ya usaré para algo. Cierra "Masters of War" con ese estilo que tanto me gusta a la guitarra; cabalgantes notas muy metálicas y que se alargan en drones sucios, caracoleando con teclado y voz. el contexto... pues algo muy tangente a los Mar otra Vez si se me permite la comparativa, pero que no pierde nunca la frescura y originalidad genuinas de Maltrago.
IMPRESCINDIBLE.
https://cesarmaltrago.bandcamp.com/album/la-corrupci-n-de-las-costumbres
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