Vamos a partir de la base de que RED EYE ya debutaron a lo grande con Tales from the Days of Yore en lo que recuerdo como uno de los mejores debuts que han visto la luz en nuestro país.... yo que sé, pongamos como caso que en el mismo sello, ALONE RECORDS, nada más y nada menos que Orthodox debutó con Gran Poder, clásico ya entre los clásicos. Aquel disco ya marcaba unas pautas fuera de lo común en el combo antequerano.... una capacidad / facilidad inusitada para darle forma a las piedras calizas de la zona kárstica donde habitan y marcarse una estatua sonora dolménica que no solo en disco, sino también en directo son capaces de plasmar.
Los he visto creo que 3 veces y todas me han dejado con la mandíbula colgando hasta el punto de que el dentista me hizo un empaste en la uña del dedo gordo del pie. Lo primero es lo primero. A tomar por culo el Stoner. Sí, tengo que decirlo... lo siento. El rock desértico a lo Kyuss y similares son para unos cuantos y copiar a esos dioses queda ridículo. Queda ridículo poner voces de destilador de alcohol ilegal sureño y llevo diciéndolo años. Sé natural, y sé tú mismo.... y que me quiebren un huevo si RED EYE no han hecho esto a la enésima potencia con una personalidad y sonido propios.
Finiquitaba yo la reseña de Tales from the Days of Yore con el siguiente pasaje:
"¿No me crees?. De todas formas en líneas generales nadie me toma en serio y eso lejos de ser un problema para mí es toda una libertad poder gritar a los cuatro vientos a los excelsos portales de música que se nutren de publicidad, a las revistas que dejaron ya sus instintos atrás o al cuadriculado fan del Stoner Doom que cuando ellos van yo ya fui y oriné marcando el territorio en el jodido paisaje calizo de ANTICARIA... eyaculé tres veces en La Loma del Viento en añejas vasijas de la Necrópolis de Alcaide y practiqué las artes marciales mixtas contra las tropas de Abd al-Aziz ibn Musa en la Batalla por Medina Antakira. Así y no de otra forma son los cuentos de los días de antaño".
Es decir, y ya acabo con este pasaje introductorio; si ya existen YOB, no hagas lo mismo que ellos, y así sucesivamente. Ojo, no digo con esto que las influencias no sean más que palpables pero una cosa es coger elementos estilísticos y otra sablear descaradamente a bandas de éxito, cosa que os puedo asegurar que se ha hecho a reventar. En el período que estuve de reseñador en una revista de Kiosko, el 90% de los discos de metal Doomitas sonaban a lo mismo (llegó un momento en el que tuve que escribir a la redacción para comentarles que por favor, no me mandaran más discos de ese género) ... a un cruce entre High on Fire, Kyuss y Mastodon pero evidentemente sin el factor / elemento sorpresa y en ese caldo de cultivo sí que salió una banda que rompía con todo aquello (más que romper, reconstruía el andamiaje) y lo llevaba a su terreno, lo mismo que unos Moura en el norte, los Híbrido, Atavismo y en definitiva, bandas que imprimen originalidad y frescura al género.
Prácticamente tres años después nos llega The Cycle, álbum conceptual de 45 minutazos con la siguiente formación (cambian de bajista y creo que ahora son un trío): Ángel Arcas a los taladros kársticos; Antonio Campos a la lira eléctrica, acústica y ecos sinusoidales; Antonio Muriel a la cuerda de esparto gorda y Pablo Terol con más liras, taladros y cánticos ancestrales. La historia que se cuenta, que no voy a desgranar, bien pudiera quedarse como apéndice apócrifo de Midsommar. En cuanto a los detalles técnicos, graba y mezcla Jesús Gómez y Guillermo Ruíz en Green Cross Studio para luego masterizar Paco Requena en PR Mastering. Destacar el apabullante, excelso artwork de Irene Zafra que es sencillamente espectacular. Edición en Vinilo y Cd de Alone Records y agarraos a los asientos y dadle al play. A grosso modo, lo primero que destaca es la madurez y el giro hacia la Psicodelia caleidoscópica de tintes Prog (tal como hicieron Ancestors, Naam o los mismos Aqua Nebula Oscillator) y lo que es más potente, saber cuándo tiene que `estallar´ un grano infectado. Si haces que lo mejor de tu tema tarde en venir, corres el riesgo de aburrir... si expones tus armas a las primeras de cambio, apresuras y luego te quedas sin cartuchos.
Pues bien, RED EYE en The Cycle son pleno equilibrio, Centrum y Axis Mundi de un álbum tan equilibrado que te sutura el ano sin darte cuenta a base de apretar uno haciendo ejercicios de Kegel (el equivalente emocional del Head Banging para cuando uno ya está curtido). Dividido en 3 actos con `subtemas´ (por no cargar no mencionaré cada una de las partes), el disco se abre con el fantástico prólogo "Foresaga", a caballo entre las texturas percusivas de Basil Poledouris en la BSO de Conan el Bárbaro y un disco de Pagan Folk tipo Primordial o Negura Bunget. Resuena un tono marcial tipo bodrán mientras un cántico de tintes célticos recuerda a bandas como Keltika Hispanna o Árnica (incluso al mismísmo Neonymus). Las voces se doblan haciendo sutiles coros y la epicidad es tan alta que que aquí me encuentro, afilándome los pelos de los huevos por si tengo que ir a la batalla con jabalinas.
Sigue el impresionante "Flyht", con una lentitud Doomita `in crescendo´ apoyado sobre todo en la labor expresiva de unas guitarras que se comen todo como amebas. Vaya, pero vaya riffs y vaya quiebros de la base rítmica. Minuto uno y algo y entra la voz casi llorando en un pelotazo de Traditional Doom Psych con un nivel tan alto que tengo que compararlo instrumentalmente con joyas como el debut de Jex Thoth, el homónimo Naam o los primeros de Reverend Bizarre (y alguno de Count Raven). ¿Sabéis qué?.... creo que esto le da para paja a Lee Dorrian. Ese tempo al ralentí (como si se estuvieran desplazando sobre una superficie de esas que impiden resbalar) se acentúa en el monolito de nueve minutos de "Gaderung", con inicio pseudo acústico Folk, pastoral y aires Pink Floydianos. Sube la intensidad y la distorsión a mitad del corte con voces agrias como chupar el líquen de una piedra... fantástico cómo en plena ascensión distorsionan las guitarras a base de agudizar el sonido. Luego, de forma abrupta, caída al motivo melódico del inicio para cerrar.... y bueno, aunque no quería mentarlos, tengo que hacerlo si quiero ser riguroso. Las partes melódico-acústicas suenan a Opeth (venga, ya lo he dicho).
En "Tempel" se roza la gloria con más percusiones marciales. En pleno terreno de Prog Psych se hilan cánticos ancestrales (por cierto, estamos en el Acto II) aunque lo que empieza suave se torna himno grueso. Se repiten las letras como un mantra sagrado (traducidas al inglés vienen a decir `Hear our prayer / Release us from torment´) pero con el apoyo de las guitarras eléctricas y pisando un puntito más el acelerador. Ecos a Jam ácida dejando para terminar un acople flotante deudor de los mismos Orthodox.
Dientes apretados y serrín de esmalte cayendo por mis comisuras para "Morþor" que me cuesta describir porque tengo una piloerección considerable. Imaginad a Bathory versión Heavy; acelerador a tope (ahora sí) acompañado con interludio otra vez a lo Opeth (del Blackwater Park)... tras un extenso abanico creativo instrumental, sigue "Beorg", y joder, el nivel no decae sino que aumenta enteros. Las voces (limpias o susurros) un cruce entre los Floyd y Porcupine Tree y para colmo se permiten el lujazo de meter una cabalgada de Blast Beats al más puro estilo Black Metal. Acople Ultra Doom para el descenso final con código morse incluído (véase el artículo de Jiménez del Oso, `Ovnis Copulando en el Torcal de Antequera´); lento paso fúnebre, riffs expansivos de punta hueca rindiendo pleitesía orogénica de intensidad casi insoportable.
RED EYE han parido un monstruo. De Piedra. Oolítico... brechoide.... clastico. Mi puta madre.
Aquí. Ahora. Antes de Mañana.
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