El sello de culto ESFINGE DE LA CALAVERA me manda uno de los discos más arrebatadoramente complejos, camaleónicos y fascinantes de lo que llevo de año. Al margen de cualquier posible etiqueta, se trata de música que cambia en el momento del día en que la escuches y el estado de ánimo del oyente (y os juro que no estoy de broma). La banda GORSEDD FM se forman en Estados Unidos (creo que el campamento base debe de andar por New York) y son básicamente Axel Siege y Efek Walpurgis, enigmática dupla donde las haya que comienzan a dar guerra hace un par de años con una serie de extrañas ediciones, muchas de ellas en formato privado o de cortísimas tiradas. Nos Wyl (2019); Parhad (2020), Dymchwel (Ep, 2019) y alguna que otra son el preludio al excelente The Promise of Rot que ve la luz en este 2021 (como otros, se graba durante el confinamiento global pandémico) tanto en formato Vinilo (Death Shadow Records) como en Digipack Cd de los citados Esfinge de la Calavera. Si no me equivoco la versión cassette la saca Boul God pero no lo he investigado demasiado.
Sigamos analizando. El tema GORSEDD podría merecerse un artículo propio. Gorsedd Cymru (inicialmente Gorsedd Beirdd Ynys Prydain) es una comunidad / sociedad de poetas, escritores y afines que desde 1792 (fundados por Edward Williams, aka Iolo Morganwg), acumulan una serie de rituales de corte celto-druídico mitad inventados, mitad basados en vaya usted a saber qué. Sincretismo en grado sumo, niveles de ascensión tipo masónicos y en definitiva todo un submundo que investigar... porque también tendríamos las diversas ramas Gorsedh Kernow y Goursez Vreizh, cada cual con su propia idiosincracia. De modo más general, GORSEDD se aplicaría a `bardo´ de los tiempos modernos. Cuando añadimos FM ya la cabeza me estalla y me imagino una estación de radio pirata celtodruídica emitiendo vaya usted a saber qué en espacios muertos del dial en horas inhóspitas de la madrugada.
Me centro. A nivel técnico se graba, mezcla y masteriza por Sasha Stroud (Artifact Audio) excepto algún añadido o retoque por Zoltán Sindhu. El fantástico artwork es de Elya Inbar y luego nos quedaría hacer una breve descripción del sonido antes de meternos en materia... y aquí llega el problema. Ellos se autodefinen como `folk-tinged post-punk´ y yo voy a intentar traducir eso a mis palabras. Sábanas de guitarras acústicas campean (digo campean porque la sensación es Folkie, pastoral y todo eso) entre partes que podrían recordar tanto a una versión Lo-Fi de Empyrium como a unos Bethlehem que se hubieran pasado al Krautrock de Sergius Golowin o Witthüser & Westrupp. Voces Black se alternan con partes susurradas o limpias, creando un furioso contraste angular que se transmite de igual modo a los punzantes riffs de las guitarras, muy Post Punk de corte siniestroide. Puesto en conjunto funciona igual de bien que los megalíticos discos de Julian Cope, pero con detallitos que te hacen dudar de si estás dentro de un álbum de Black Depresivo a la francesa o en un tramo experimental apócrifo de Current 93.
The Promise of Rot es un impresionante descubrimiento que me tiene atrapado. La sutilidad de las melodías oscurantistas propias del Black Doom finés que podrías encontrarte en un disco de Unholy se borra al segundo siguiente. Es de una maestría tremenda lo que han grabado esta gente; tomando lo melódico como base han fusionado el Dark con el Black Metal y el Death Rock, metiendo en la compostera fraseos acústicos Folk y Avantgarde que te dejan absolutamente embriagado en los escasos 36 minutos que dura el álbum. Si intento recordar una banda que me haya provocado estas sensaciones tendría que irme a cuando descubrí a los Crumbling Ghost (por alguna razón el corte "Fruit Falls and is Trampled" me recuerda a "Omie Wise" del homónimo disco de aquellos). Los tempos son por lo general lentos o medios (con eso ya me ganan) y luego tendríamos el apartado de las letras cuasi NeoFolk que prefiero sean ellos quien definan:
" Lyrically, The Promise of Rot is a songbook of tales about emotional abandonment, physical disrepair, and social malaise. Musically, the duo interprets the rustic dark rock introduced by acts from northern and eastern Europe through a distinctly American perspective, a cultural lens deftly calibrated by producer Sasha Stroud, who injects the duo’s sound with a fresh Atlantic air not flowing through the band’s more lo-fi offerings of the years passed. The final product is a forlorn thrust of misdirected energy and sincere sorrow, a tribute to the ease of ignorance and the pain of a purposeful existence".
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