Otra de las joyas de Miguel A. Ruíz es el alter ego Funeral Souvenir, que tras auteditarse La Noche del Anhídrido en su sello Toracic Tapes en cinta C-30 (1987), reeditarse en CD-R en 2009 con extras y diferente artwork, ve ahora nueva reedición en flamante vinilo a cargo de Verlag System. Y digo flamante por varias razones; una de ellas es que el propio Ruíz se ha encargado de remasterizar el sonido para vinilo desde las cintas originales, y otra es el tremebundo recosido (La restauración del artwork original ha sido obra de Patricia Alambiaga) de la fotografía original de la cassette, "Edward Clark at the Franklin D. Roosevelt Mourning in 1945" del LIFE MAGAZINE, que viste de gala esta nueva revisión con temas extra de esta obra de culto de la electrónica y el avantgarde hispano.
Funeral Souvenir es una muzak cortante de sonidos serrantes que se articulan biónicamente con impulsos percusivos extraños, abstractos y gélidos; así suenan "Naftalin II" o "Miedo al Cricket" que casi parece maquinaria ferroviaria al ralentí. El uso del Casio Sk1, las voces invocadas por la SW Radio, las notas/loops industriales del Yamaha DX7 y el Cheetah SpecDrum (Sinclair ZX Spectrum) dan el toque de música de 8 bits al conjunto. Es como si La Noche del Anhídrido hubiera sido despojado de sus 8 bits humanos y dejado sólo el detritus ferroso de los 8 restantes en forma de melodías adimensionales que se te pegan como un campo magnético en vías de extinción. Atisbo de algo que se baila con prótesis de titanio hasta que te amputan los miembros con ondas serradas tan agudas como un acúfeno en manos de un afilador de katanas.
Técnicamente si no me equivoco, cuando se editó era el tercer trabajo en su sello y removió el circuito del underground de fanzines y publicaciones especializadas (Cloruro Sónico, Syntorama....) y es que La Noche del Anhídrido junta dos premisas de forma visceral. Por un lado la agresividad y radicalismo de lo ProtoIndustrial; y por otra, que sus melodías son pegadizas como una mantequilla inflamable 33 años después de ser puestas en la paleta musical compositiva de Ruíz.
Las voces radiadas se usan como beats (sin llegar al break) y su repetición hipnótica entronca este disco con el Power Electronics pero usándolo de forma más melódica (se me ocurre por ejemplo citar a los Controlled Bleeding o Esplendor Geométrico). Dicho de otra forma, las cajas de ritmo herniadas sueltan chorros mántricos de golpes, con algo de tribalismo étnico desconocido (escúchese la bestial "Gas de Abidjan"), mientras líneas de sintetizador dibujan efluvios de ominoso y amenazante dark ambient primitivo; surge el lenguaje espectral en ese fúnebre ambiente con voces radiadas de dudosa procedencia pero inclemente timbre/tono homiliesco.
La Noche del Anhídrido transcurrre en una utópica realidad donde lo celebraticio, votivo y carnavalesco es siempre relacionado con el óbito. De todo lo anterior es ejemplo "Doppler Máxima", engalanado de una cierta marcialidad militar, o la altamente experimental "Entre Pálidos Muros"... suerte de bastarda y alucinogénica oda a John Carpenter en versión Industrial. El Ambient, cuando surge, está enterrado en una montaña de detritus y flota bajo la superficie (me atrevería a decir que todos los temas tienen algo de ésto).
El corte más largo, de 8 minutos es "Schlamm" (lodo/barro en alemán) que musicalmente suena como esos primeros pasos de Die Krupps que van desde su debut Stahlwerksinfonie de 1981 a los primeros arrebatos bailables posteriores. La densa maraña electrónica pone en guardia al oyente hasta el punto de hacerle dudar de si lo que escucha no son guitarras procesadas o incluso algún primerizo remix de Ministry.
Dentro de las sorpresas tenemos "La Noche del Raíl", rescatada antes en la versión CD-R de 2009 con el nombre de "Jóvenes en el Horno" y que originalmente era parte de la recopilación de 1988 Duchschnittsanfall 5 (Prian Tapes - Pr17). Voces cargas de ecos (italiano si no me equivoco) deformadas hasta el punto de que transcurren en el mismo plano de lo percusivo, tan sutil como balas... pequeños breaks esbozando ritmos. "Segunda Noche del Anhídrido", que ya se editara como "Feria del Flanger" en 2009, procede de otra recopilación de 1988: Neue Muster Volume 4 (Tonspur Tapes - TT 12/13. Cruda, seca e inhumana, accede al proto-techno desde el Noise Industrial y demuestra la altísima calidad/versatilidad del pionero madrileño.
Verlag System pone el broche de oro con una tarjeta de descarga que acompaña al vinilo y gracias a la cual puedes acceder a los Wavs de "Episcopalizer VI", originalmente en Saturación de Mecanismos (Bu Records BR-38, 2011) y una versión alternativa de "Naftaline II" (también en la versión en CD-R de 2009). Se me ocurren muchas más razones por las que "La Noche del Anhídrido" es una pieza fundamental dentro de la experimentación musical de nuestro país de las que ya he expuesto en el texto, pero la espina de curiosidad no te la voy a arrancar yo.
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