El ritmo de ediciones de ANTONIO MURGA me tiene casi temblando. HIMNO DE LA SANGRE son 20 (casi) nuevas barrabasadas del músico experimental sevillano editadas en un cd digipack totalmente autoparido a través de ENDOGAMIC.
Digo casi nuevas porque algunos temas aparecieron anteriormente en otros trabajos como La Caja de Pandara volúmenes 1 y 2, La Caja de Pandara International Edition o La Mordaza, Experimentos contra el Miedo.
Colaboraciones de lujo con Miguel Torres, Pablo Alles, Paed Conca, Carlos Desastre, JM Costa & Andi Piepper, Mark Cunningham y Carlos de Hita, Eduardo Polonio, Francisco López, Ricardco Tejero, Ceresoles, Klimperei, Kurt Schwitters, Miguel A. García y Al Karpenter... el caso es que la lista da miedo.
Sobre la música vuelvo a reiterar lo dicho en las anteriores reseñas de ANTONIO MURGA. Un compost/collage endiabladamente adictivo de ritmos casi cinematográficos (el propio tema Himno de la Sangre parece casi Morriconiano) que enrocan con músicas del mundo, funk, drum and bass y un largo etcétera, hasta el punto de que no voy a entrar en resumir tema por tema, porque creo que la reseña se alargaría hasta el infinito, y perdería la coherencia que creo que el disco posee en sí misma...
Me explico, a pesar de ser 20 cortes y un montón de artistas, el disco sigue una especie de sinuosa línea argumental a modo de "score" o algo así (quizás sólo en mi mente) componiendo una larga suite a base de cortas píldoras que se amalgaman perfectamente en el hormigón más espeso que puedas imaginar; quizás temas como "Y La Precisión fue Global" (en colaboración con Ceresoles) o "Atypical Demons" (con Miguel A. García y Al Karpenter) se salen un poco de la norma, pero por lo general el tono general es exótico, bailable y genuinamente fresco.
¿Y cómo sería la película en cuestión?... difícil de resumir, pero habría escenas lúbricas de todo tipo, explosiones, malos que mueren más de dos veces, héroes de guerra que vuelven tocados de la cabeza y se dedican a matar gente con una radial, peleas de nunchakus fosforescentes en plena oscuridad, insertos de porno soft, patadas voladoras a más de cincuenta metros de altura, búsqueda de tesoros en países orientales, resurrecciones in extremis, autofelaciones, eyaculaciones mortales, orgasmos de óxido nítrico y un sinfín de aventuras en VHS o BETA. Por supuesto, todos los nombres hispanos sustituidos por los consiguientes y consabidos alias...
De fondo, HIMNO DE LA SANGRE alegrándome la vida, imprimiendo a mis pies algo de ritmo y dotando a mi mente de una musicalidad infecto-contagiosa... como tener lombrices anidando en los oídos y cagarlas por la boca en una reunión de amigos en la tetería de tu barrio. Cuando escuchas la música de Murga tienes la sensación de vivir en una suerte de realidad alternativa a lo Bob Esponja pero cambiando el agua por aceite (cualquier cosa podría ocurrir).
Eso que escuchas no es chill-out, hijos e hijas de la gran puta, es el himno de la sangre al pasar por los vasos sanguíneos de tu cuerpo; maldita sea el daño que hizo la Educación Secundaria Obligatoria.
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