Hay dos opciones cuando uno intenta hacer una reseña de este tipo. Tirar de etiquetas o tirar de poesía… y claro, a mí las etiquetas no me gustan, pero es que tampoco soy poeta.
KERMIT se las han ingeniado para ofrecernos una obra de arte tan inteligente y trabajada como poderosa y llega de sublecturas. Citar etiquetas es minimizar
LITORAL… así que intentaré dejarme llevar por las emociones que me suscita la música.
La portada de LORENZO SAVAL, director y diseñador de la mítica revista malagueña de poesía y pensamiento LITORAL, es una delicia que contrasta con el minimalismo (encantador) de la portada de AUTOFICCIÓN, el debut de KERMIT a este lado de la Tierra de los Atlantes.
LITORAL es un trabajo conceptual, y por lo tanto arriesgado. Cuando uno habla de conceptual necesita de un hilo conductor que engarce toda una obra, ya sea musical o literaria… so pena de resultar todo un castillo de naipes que se derrumbe al primer toque. No es así el caso, evidentemente… los temas fluyen y se unen con una suavidad y maestría que te dejan LITERALMENTE (tenía que usar la palabra, y así ya esta reseña es conceptual también), patidifuso.
AUTOFICCIÓN fue un buen debut. Quizás algo excesivo en minutaje pero una base tremenda sobre la que trabajar un sonido capaz de traernos a la cabeza tanto a los primeros y más experimentales PINK FLOYD o KING CRIMSON como a todo ese saco de bandas a las que se ha dado en llamar Post Rock… todo ello tamizado de un regusto ácido en las guitarras y unos ritmos machacones en algunos temas que beben más directamente de música KOSMICHE ALEMANA.
KERMIT son MIGUEL SEGUÍ a la guitarra, sinte y samples; GONZALO PRESA a la guitarra, voces, samples y batería; FRANCISCO TRUJILLO al bajo y textos y ÁLVARO PARADA a la batería, voces y saxo. El disco se graba en los KRAKEN SOUND entre Octubre y Diciembre de 2013 y se publica por el naciente sello malacitano ITACA RECORDS.
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1926 abre
LITORAL.
Un tema introspectivo y planeador que va in crescendo sirve de maravillosa presentación al disco; textos recitados de la TEORÍA DE LAS GRIETAS de RAÚL DÍAZ ROSALES; KERMIT sí intentan la Metafísica en la espuma, y trascienden el sentido y la belleza... muy buen inicio para el disco.
Sigue SAMHAIN; batería y bajo marcan un endiablado ritmo jazzero junto con filigranas electrónicas (que me han traído a la mente los devaneos lisérgicos de CUZO) le dan al tema un toque psicodélico y espacial. En este tema el texto es HOWL de ALLEN GINSBERG; lucha sonora contra el capitalismo y las represiones de todo tipo. A estas alturas LITORAL ya me parece muy superior a AUTOFICCIÓN... mucho más versátil y camaleónico.
CIRCUMPOLARES cuenta con texto de FRANCISCO TRUJILLO y es ensoñadoramente Floydiano en su inicio, aunque pronto tira para otros derroteros más fusionados con un jazz lleno de groove y atmósfera en la que la guitarra se desarrolla a partir de una excelente base de bajo y batería. Un tema que constantemente se da la vuelta y gira en un vórtice de estilos de los que KERMIT salen airosos.
WE TRIPAMTU trae a KERMIT en su máximo esplendor... progresivo, jazz y rock se unen molecularmente en un zumo de música tan revitalizante como fresco. La intro es un corto CANTO MAPUCHE ancestral y WE TRIPAMTU es la celebración del Año Nuevo MAPUCHE coincidente con el solsticio de invierno en tierras australes (WE TRIPAN ANTÜ o NUEVA SALIDA DEL SOL)... precisamente este corte tiene un aire ritual que me recuerda a los grupos de jazz-rock fusión más étnicos (véase primeros discos de OREGÓN o la forma de tocar la guitarra de JOHN MCLAUGHLIN tanto en solitario como con la MAHAVISHNU ORCHESTRA o la época con MILES DAVIS). El jazz modal se une al rock y se tiñe de psicodelia.
Cuando escucho INGEBORG puedo imaginarme perfectamente en 1927 sentado en un banco de piedra en los antiguos BAÑOS DEL CARMEN de Málaga, leyendo uno de los primeros números de la revista mientras cerca de mí EMILIO PRADOS y MANUEL ALTOLAGUIRRE discuten sobre no sé qué detalle de sintaxis literaria… el ruido de los chiquillos jugueteando en la arena y la sobriedad de los asfixiantes trajes de baño de época. Melodías de corte arábigo al teclado recuerdan el pasado de Málaga, su cosmopolita cruce de culturas; esa cultura que no se cita en los libros de texto y que no responde a clases sociales. La cultura del diálogo diario, de las palabras que no tienen por qué decir nada concreto. Simplemente arropar y hacer huir al silencio.
En
MAGNIZIDAT unas notas de guitarra floydiana dan paso a una batería tocada con maestría de percutor. Los obsesivos ritmos me recuerdan al progresivo alemán menos comercial... al Krautrock más oscuro y experimental que incluso coqueteaba con melodías trance que permutaron posteriormente en el tecno (pero esa es otra historia).
Unas maravillosas letanías de saxo que devanea notas sobre el incesante ritmo de carro de caballos de los palillos de la batería. Un tema con una cualidad pseudobailable que me vuela la cabeza; me encanta este tema. Grupos como NEU!, primeros KRAFTWERK (véase ORGANIZATION) o L.A. DUSSELDORF... incluso diría que me recuerda a los discos más experimentales y rarunos de DAEVID ALLEN (AUSTRALIA AQUARIA e incluso algunos temas de MOTHERGONG (más todavía por los recitados, claro... y es que a veces parece que de un momento a otro GILLI SMYTH va a entrar en el tema a contarnos sus esperiencias sexuales con el espacio exterior).
1927 cierra el círculo a base de un saxo teñido de nostalgia. Texto de ROBERTO BOLAÑO y RAÚL DÍAZ ROSALES... 12 minutos en los que hay cabida para todo, porque si algo caracteriza a KERMIT es imaginación y apertura de miras a la hora de tocar. Está claro y siempre lo he dicho que para tocar rock instrumental tienes que saber atrapar al oyente no con virtuosismos aburridos sino con pasión y buen hacer.
1927 suena a reunión de poetas en el Cosmos, a polvo de estrellas a la deriva... un polvo que atraviesa la atmósfera y casualmente se dispersa por las otrora no contaminadas playas malagueñas... esas playas y su espuma en las que hay que recordar que la metafísica es imposible.