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Ni en mis más oscuras pesadillas podía adivinar lo aburrida que iba a resultar esta ópera prima austríaca de JULIAN ROMAN POLSTER.
Un buen arranque deudor de novelas como LA CÚPULA de STEPHEN KING parecía prometer algo bueno. Primeros 20 minutos sencillamente majestuosos con una fotografía espectacular (que se mantiene durante todo el film). Sin embargo, las dos horas de metraje y el carácter reflexivo de los diálogos interiores de su protagonista acaban por llevarnos a un duermevela difícil de superar... y no se me entienda mal, no estamos ante una mala película ni nada de eso... es que sencillamente considero que es artificiosa en cuanto que el "supuesto muro" acaba por convertirse en una maña cinematográfica para ofrecernos la relación de un ser humano con el medio que la rodea. Y ya está.
No hay más... y claro, la cosa se va alargando, y alargando y alargando, hasta que llega un momento que evidentemente uno no puede quitarse de la cabeza que si en vez de un muro invisible hubiera sido una persona aislada en una isla, o en los muros de una prisión, o qué se yo, pues al caso la historia hubiera sido la misma.
Para mi gusto, película fallida que se está presentando en algunos festivales y que en el Festival de Berlín se ha alzado con el PREMIO DEL JURADO ECUMÉNICO (PANORAMA).
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