domingo, 12 de enero de 2014

THE ROOST (TI WEST; ESTADOS UNIDOS, 2005)

"De camino a una boda que se celebra la noche de Halloween, cuatro amigos sufren un accidente en la carretera y se ven obligados a abandonar su coche. Perdidos en mitad de ninguna parte, el único refugio a la vista es una solitaria y misteriosa granja a la que se acercan en busca de ayuda. Dos de ellos, Trevor y Elliot, deciden investigar el lugar mientras que Allison y Brian les esperan en el porche. Ninguno de ellos sospecha que están a punto de perturbar el lugar en el que anida una antigua y terrorífica maldad. (FILMAFFINITY)"

El cine independiente estadounidense sigue dándonos muestras de su inagotable buen hacer a pesar de la escasez de presupuestos. Esta THE ROOST fué el debut del director TI WEST, implicado en otras bizarradas como THE INNKEEPERS (2011), HOUSE OF THE DEVIL (2008) o las historias incluidas en las compilaciones V/H/S 2 y THE ABC´S OF DEATH (ambas de 2012).

A la espera de la inminente THE SACRAMENT y haciendo ejercicio de buceo cinematográfico he rescatado esta ya algo añeja THE ROOST (magníficamente traducida como EL GALLINERO). Claramente influida por la época dorada a nivel comercial del cine de terror estadounidense, los radioseriales de Halloween y los cómics de la mítica EC, el debut de TI WEST podría perfectamente pasar por un capítulo inédito de HISTORIAS DE LA CRIPTA en versión larga duración.

Estéticamente ambigua, con una fotografía oscura y granulosa de serie B, THE ROOST es un homenaje a las sesiones dobles de los autocines, al boom fantaterrorífico de finales de los 70 y principios de los 80.

Con una historia mínima TI WEST nos muestra como crear atmósfera con pocos medios, una obsesiva y claustrofóbica banda sonora y perfecta dosificación de la acción... tal y como directores de la talla de SAM RAIMI, un primerizo WES CRAVEN, TOBE HOOPER, JOHN CARPENTER o SEAN CUNNINGHAM hacían en sus primeros ejercicios de autor (salvando las diferencias, no se me entienda mal... que los maestros son los maestros).

Si bien la película en su fondo es simple como la tabla de multiplicar del uno, el resultado final es efectivo y seductor. Perfecta para largas maratones de madrugada sólo o en buena compañía.

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