Tras la tormenta llega la calma y el ritmo habitual de sesiones y actividades en FANCINE. Estoy muy contento con la compacta selección que me he fabricado este año que lo he cogido con tantas ganas que de momento me estoy bebiendo las sesiones como si nada. No estoy demasiado reflexivo este año... no me apetece volverme a meter en esos cenagales debates sobre la caída del cine en salas o ese depredador auge de las plataformas digitales que, haciendo una especie de hipérbole con los sellos discográficos grandes, acaban siendo amebas de las grandes ideas; todo lo fagocitan para defecar luego productos audiovisuales de consumo fácil y rápido. Por tanto, queda disfrutar de lo que nos gusta mientras dure y eso pasa por el apoyo personal a iniciativas culturales tan potentes como este Festival.
Los que se quedan en casa, hagan sus exámenes de conciencia. Siempre hay una excusa para no participar y yo, como cada vez más mayor que estoy, me doy cuenta de que los problemas siempre se multiplican. Es difícil buscar un resquicio entre las responsabilidades para seguir siendo uno mismo pero ojito con esto... si perdemos la identidad, ¿qué nos queda?.
Si estoy escribiendo esto ahora es porque me lo he trabajado en mi entorno. He hecho de este evento algo lo suficientemente importante en mi calendario como para que a base de tesón (14 años y casi 30 de espectador) no se me ningunee ni alteren mi escala de valores. Eso lo saben en mi familia y en mi trabajo. No es un capricho, es un modo de vida. ¿Cuál es el tuyo?.
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Una ballena (Pablo Hernando / España, Italia; 2024)
Cuando Ingrid aprieta el gatillo, sus víctimas no saben quién les ha disparado. Su habilidad para infiltrarse y desaparecer sin dejar rastro la convierte en una asesina implacable. Pero ese poder proviene de otro mundo, un lugar habitado por criaturas, haciéndola menos humana cada vez que lo utiliza.
Hay que darle su mérito a Pablo Hernando porque no es nada fácil unir lo alegórico, el thriller y lo sobrenatural y salir bien parado. Con una sobria fotografía y constantes quiños alegóricos a la mitología de Moby Dick, se nos presenta un Neo Noir ambientado en la frialdad constante de unos astilleros bilbaínos y su submundo criminal. La trama que en inicio es muy sencilla, se va ramificando y esconde diversas subcapas en el personaje de Ingrid que se ve llevada de forma constante a otro plano de realidad en el que flota el horror cósmico Lovecraftiano (al menos en imagen).
Ingrid García se calza por tanto a la perfección el traje de sicario a sueldo y no flaquea ni en la parte más terrena y criminal ni en la más arriesgada fantasía que se nos propone en la pantalla. Relato de redención en cierto modo, y con apabullantes efectos visuales que se usan en su justa medida. El resto lo deja Hernando al espectador que es el que va navegando entre referencia y la verdad es que me hubiera encantado hacerle preguntas a su director. Sin querer hacer spoiler, es alucinante cómo hila la historia del esperma (`espermaceti´) de ballena con el comercio (ilegal) que se hacía hace siglos en el Cantábrico con ese aceite que por cierto, precisa extraerse del cráneo de los Cetáceos y una bala en la cabeza es lo que usa el personaje de Ingrid en sus ejecuciones.
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El Instinto (Juan Albarracín / España; 2024)
Abel es un brillantísimo arquitecto que padece agorafobia. Su carrera corre peligro a causa de esta patología y la única opción que le surge para remediarlo es la intervención de José, un adiestrador de perros profesional, que está convencido de que puede ayudarle a superarlo.
Encuentro con su director Juan Albarracín y la productora Carmen Navacerrada para presentarnos su ópera prima El Instinto y que muestra que a base de buen hacer, los actores a veces precisan de este tipo de proyectos distintos alejados del mainstream. Lo borda por tanto el dueto interpretativo de Javier Pereira y un enorme, magnético Fernando Cayo. Sucia, brutal y descarnada con un fotograma granuloso y primeros planos (arrugas y sudor a raudales) que remiten al western crepuscular.
La trama, una inquietante muestra de juegos de poderes narrrada con férreo pulso que puede recordar a las cintas más perturbadoras de Hanneke o las primeras realizaciones de Yorgos Lanthimos o Romain Gavras (sobre todo por la excepcional `Notre Jour Viendra´). Clímax in-crescendo, ambiente cerrado y claustrofóbico y toda esa densidad decrépita de los juegos de poder humanos que acaban desembocando en una espiral de violencia. Consigue Albarracín llevar a buen puerto el suspense y dar los detalles justos y concretos para el dibujo de los personajes en escasos cinco minutos iniciales, tabicándose el resto de la trama a base de interludios prologados por un desasosegante inserto de documentales de caza y adiestramiento. Muy recomendable.
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Maldoror (Fabrice du Welz / Bélgica, Francia; 2024)
Cuando dos chicas desaparecen, Paul Chartier, es destinado a Maldoror, una unidad secreta creada para vigilar a un peligroso delincuente sexual. Cuando la operación fracasa, harto de los límites del sistema judicial, Chartier se embarca en solitario en una búsqueda para atrapar a los culpables.
Deseando estaba ver lo nuevo de Fabrice du Welz, director que ya me dejó clavado al asiento con sus tres primeras cintas Calvaire, Vinyan y sobre todo Alleluia. Miembro de esa nueva ola del terror francés extremo a la que pertenecieran Alexandre Aja, Xavier Gens, Pascal Laugier, Yannick Dahan y quizás aunque en menor medida el argentino afincado en Francia Gaspar Noé. Maldoror se tiñe de oscurísimo thriller basado en eventos reales que marcaron la infancia del propio Fabrice tal y como nos presenta en un pequeño vídeo exclusivo para el Festival al inicio de la proyección.
A lo largo de 155 minutos asistimos a un tour de force narrativo que nada tiene que envidiar a cintas relativamente comerciales como Asesinato en 8mm, Zodiac o Seven, pero que se aleja de ese submundo palomitero gracias una personalidad avasalladora que se destila en cada fotograma... desde esa larga escena de la boda siciliana a trepidantes descensos a los oscuros recovecos de la perversión humana, todo ello llevado de la mano por una fascinante banda sonora y unos devastadores, alucinantes créditos iniciales. Además, Du Welz es lo suficientemente inteligente para hacer una película de autor donde otros habrían caído de lleno en ese inane, vacuo y plano género del True Crime.
Reparto de lujo con un magnético Anthony Bajon (El Creyente, 2018), Alba Gaïa Bellugi y los camaleónicos Laurent Lucas, la ineludible Beatrice Dalle, Alexis Manenti y Sergi López. Perfectamente equilibrada y de asfixiante ritmo narrativo, Fabrice du Welz se adapta a la perfección al Thriller como ya demostrara en Message from the King (2016) o la reciente Inexorable (2021) pero no pierde en absoluto la frescura y visceralidad de sus inicios. MAGISTRAL y una de mis favoritas a Concurso.
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