"Tom Beck, un agente de policía de Los Ángeles, y Lloyd Gallagher, un detective del FBI, tienen que resolver unas extrañas muertes en las que existe un patrón común: el repentino cambio de comportamiento de la futura víctima y la gran resistencia al dolor de la misma. Detrás de estas misteriosas muertes se esconde un alienígena que se introduce dentro de las personas hasta controlar completamente su cuerpo. Psycothriller premiado en los festivales de cine fantástico de Sitges y en Avoriaz. (FILMAFFINITY)".
Que el tiempo no pasa en balde es algo que no tenemos asumido... o por lo menos la gran mayoría. La otra noche, en un ejercicio de nostalgia, me dispuse a disfrutar una película que en su día me encantó (creo recordar que la ví en el mítico programa de Antena 3 NOCHE DE LOBOS) y que yo tenía en muy alta estima en un rinconcito de mi ajada cabeza.
Dirigida por JACK SHOLDER, autor entre otras de PESADILLA EN ELM STREET 2: LA VENGANZA DE FREDDY (1985) o ARACHNID (2001) y protagonizada por una de las caras más extrañas del cine, KYLE MCLACHLAN, THE HIDDEN está a caballo entre el género policiaco, la ciencia ficción y el cine de terror de monstruos babosos...
Michael Nouri ganó por cierto el premio al mejor actor en 1987 en Sitges por esta película (cosa algo exagerada, por cierto), y Kyle McLachlan está sobrio e imperturbable como siempre, quizás tanto que destila una frialdad excesiva...
Lo cierto es que desgraciadamente para mí la película no ha envejecido bien, y la verdad es que me quedé bastante frío al terminarla. Muy estereotipada en los años 80, llena de clichés absurdos y giros de guión totalmente previsibles, acabarla se me hizo un tormento ya que no disfruté ni la mínima parte de lo que lo hice en su día.
A destacar únicamente un par de escenas memorables y nada más. El cine de culto tiene estas cosas... unas veces resiste el paso del tiempo y otras no. Y no digo que la película sea mala, que no lo es, es que volviendo al principio de esta crítica, el tiempo no pasa en balde y hay clásicos que hay que dejarlos dormir el sueño de los justos en nuestra memoria, sopena de desenterrarlos y que queden desmitificados para siempre...
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