En ocasiones una sonrisa mueve montañas. Un simple gesto tuyo cambia mi estado de ánimo y me imbuye de nueva vida. Afortunado por tener tan preciado tesoro en éste mundo de mediocridad, afronto la vida cual caballero andante en pos de una misión. Unas veces caigo, otras me tiran, pero tú siempre estás ahí para ayudar a levantarme. No importa lo dura que sea la caída...
Amante, amiga, compañera, bastón y guía...
En los duros días de la ceguera y la obcecación, me alumbras con tu poderosa luz interior, equilibrada y justa como pocas.
A veces terca, a veces tersa... a veces roca, a veces agua...
Amor sin duda, amor sin tregua. Querer dormido, querer despierto.
Alguien te puso ahí para ayudarme y por tu ayuda quiero darte las gracias.
Gracias de corazón por amar y ayudar, por comprender y aguantar, por animar y reir...
Gracias por ser como eres y por agradecer lo que soy.
Tuyo por siempre por siempre tuyo.
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