El ser humano es asociativo por naturaleza, necesita adscribirse a cualquier grupo, etiqueta o identificación con tal de poseer una identidad y suplir así los constantes vacíos que nos genera la falta de comprensión de la vida. Pero lo que quizás más me sorprende es la capacidad del hombre de creer en tal o cual credo y a la vez ser intolerante con los demás siendo pues intolerante a su vez con su propio credo... ¿que qué es ésto? Pues ésto es ni más ni menos que la mayoría de los conflictos y problemas del mundo actual provienen de la intolerancia y falta de respeto de los hombres hacia las creencias y dogmas de los demás.
El mundo se mueve matemáticamente por probabilidades: si yo hubiese nacido en la India sería hindú, si hubiese nacido en Afganistán sería musulmán, si hubiese nacido aquí sería cristiano, si hubiese nacido en tal o cual sitio sería judío, evangelista, sintoísta, animista, ateo, gnóstico, budista, satanista, o vete tú a saber qué más.
¿Cuál es la principal característica de casi todas las religiones? Pues que todas actúan como si estuviesen en posesión de la verdad y que aunque prediquen respeto se caracterizan por la falta de éste. Cada religión tiene sus dogmas, sus libros sagrados, sus leyendas, sus ritos, y por supuesto, su FE.
No pasa un día en el que vea como las personas actúan en teoría a favor de su credo pero sin embargo contradiciendo la propia lógica de su ética y moral. La religión idiotiza en tanto en cuanto no seas capaz de pensar por tí mismo y discernir lo que está bien o mal independientemente de lo que te digan gurús, credos, curas o monjes. Tú eres tú y las personas que controlar la religión (cualquiera que sea) son personas como tú o yo por lo que hagas lo que hagas en la vida nunca debes contradecirte a tí mismo.
No digo con ésto que no exista otra realidad, Dios, la vida más allá de la muerte o lo que sea, sino que la religión y sus asociaciones son como una esponja que va absorviendo todo aquello que tiene a su alrededor (históricamente las religiones han robado al pueblo sus creencias paganas, sus días festivos de celebraciones al sol o a lo que sea, sus monumentos sagrados y sus leyendas para reciclarlas y poder controlar así mejor al pueblo).
Reflexionando todo lo anterior llego siempre a la conclusión de que la base y problema de todo es la falta de RESPETO. El mundo hoy en día ha perdido o diluido valores que antaño eran sagrados y los ha sacrificado en nombre del progreso y la ciencia...
La Ciencia... ¿qué decir de la ciencia?. La ciencia es otra religión que nos exclaviza y nos obliga a creer en ella sí o sí. Los científicos viven con el miedo de tener que reescribir lo ya descubierto; odian que sus esquemas cuadriculados se salgan de madre y tener que reconocer que a veces el fin último de la vida se escapa a nuestras entrenadas y matemáticas mentes.
Pongamos por ejemplo a la Física Teórica... gracias a ella hemos llegado a la luna, tenemos ordenadores y avances y demás. Ahora bien, Galileo era también un teórico y nadie le creyó condenándosele al ostracismo por la religión todopoderosa de la época, que era quién marcaba lo que se podía no no creer y lo que por lo tanto era herejía.
Por tanto, debemos saber que los patrones científicos por los que hoy en día nos movemos son teóricos y por supuesto no son "inamovibles"; es decir, que si en la ciencia no deberían existir los Dogmas de Fe... ¿por qué sí creer en los Dogmas de Fe de la religión? ¿No es más lógico interiorizar aquello en lo que se cree y no aceptar cosas autoimpuestas que al final y tarde o temprano se contradirán con tu propia esencia? ¿Que alguien te diga lo que es fe quiere decir que para tí eso es también tu fe? ¿Por qué tenemos miedo de cuestionarnos y de ir contra las normas establecidas; acaso esas normas no pueden rebatirse y evolucionar, o cambiarse o incluso dejar de existir ...
De la misma forma que la Ciencia nos impone lo que tenemos o no que creer (de hecho, la mayoría de los libros de texto de los colegios contienen datos erróneos o desfasados con los descubrimientos actuales), la Religión igualmente nos dice también qué debemos de creer.
Por ejemplo, la Iglesia a lo largo de los siglos ha establecido Concilios en los que ha decidido qué debe creerse, cuáles son dogmas de fe, qué fechas son sagradas, etc, etc. De igual modo ha robado impunemente saberes, creencias y ritos del pueblo antiguo cristianizándolas e incorporándolas a su acervo propio. No nos olvidemos que los que establecen las pautas y normas por las que nos movemos todos son personas como nosotros y que por lo tanto tienen sus propios intereses marcados por su contexto y por la época en la que se mueven.
En el Tíbet, los monjes de los monasterios hacían vivir al pueblo prácticamente en un sistema feudal; en la India las castas determinarán si puedes o no optar un puesto en una mejor reencarnación y codicionará sobremanera tu vida actual...
¿A qué llegamos con todo ésto? Pues como dije al principio, que los fanatismos son peligrosos y que muchas veces están encubiertos en el día a día y no hace falta irse a pequeñas y oscuras sectas para encontrar corrupción, imposiciones y demás. El hombre nace libre y como tal debe vivir, respetando a sus congéneres en su credo y en todos los sentidos.
Nadie en ésta vida está en posesión de la verdad, pero qué bonito sería si todos juntos pacíficamente e interiormente la buscásemos con afán. Qué agradable sería ver a miembros de todas las religiones debatiendo por un futuro mejor, fomentando los valores intrínsecos de sus credos sin esperar nada a cambio, sin importarles el poder o las riquezas...
Siempre que surge a lo largo de la historia una nueva religión o creencia surge a partir de una figura clave cercana a Dios de una u otra forma; cuando ésta figura nos transmite su legado y desaparece, sus personas cercanas o discípulos crean cientos de corrientes distintas ramificándosé, fundiéndose, desapareciendo unas y apareciendo otras, hasta que la idea o creencia principal ha quedado tan diluida y prostituida por la mano del hombre, que a veces es incluso contraria al pundo de partida.
Las religiones pues suelen nacer en torno a una figura preclara destacada a raiz de la cual se crean subcorrientes, libros sagrados, ritos, dogmas y demás; es por ésto por lo que yo afirmo que las religiones deben ser tratadas desde el prisma del raciocinio y del recelo. Lo que es válido para tí no lo es para mí y las cosas impuestas no llegan nunca a buen puerto enmascarando problemas mayores.
Por su lado, la ciencia es cerrada en tanto en cuanto que no cree en lo que no ve, aunque se permita el lujo de especular con la Física Teórica en el campo de la astrofísica, el Big Bang, los agujeros negros y el espacio-tiempo. Ojos que no ven, corazón que no siente.
La fe es positiva en cuanto nos haga crecer y evolucionar como personas, ayudándonos a recorrer nuestro propio camino diario y a sobrellevar la propia carga que cada uno lleva. Si nos fundamentamos en el respeto, Ciencia y Religión, juntas de la mano, pueden dar luz a muchos de los problemas diarios que azotan el mundo.
Si te cuestionas las cosas más a menudo, tus creencias, tus valores, los fenómenos que te rodean, etc, etc, conseguirás una mente preclara y conseguirás destronar el engañoso mundo de Maya, la última ilusión que rodea la realidad y te impide ver la verdad última.
Respeta a tus semejantes, sigue tu voz interior y practica la observación atenta. Verás que en cada instante de espacio y de tiempo se abre un submundo de una riqueza inexplorada, bella y rica en matices que te servirán para adentrarte cada vez más en los misterios de tu vida.
No necesitas grandes hazañas, gestas y cambios.
Lo poderoso yace en lo pequeño...