miércoles, 9 de junio de 2010

CUANDO LA MÚSICA ES OBSESIÓN O ME LLAMAN RARO PORQUE COMPRO MÚSICA


Adoro la música sobre muchas cosas. Adoro ponerme un disco u otro según el momento del día y cómo me encuentre anímicamente y sobre todo amo comprar música.

He salido de baches emocionales gracias a la música y hay discos que definen la banda sonora de mi vida. El intercambio mano a mano de cintas de casetes en el instituto, los primeros cds comprados con un esfuerzo económico digno de titanes, los catálogos vía carta que me llegaban de cualquier parte del mundo, el descubrir nuevos grupos y estilos, los conciertos de grupos locales a los que acudía siempre que podía, las discusiones musicales en el video club de mi barrio de toda la vida... ¡Dios santo qué nostalgia!.

En los tiempos digitales que corren donde dentro de poco toda nuestra vida cabrá en un puñetero disco duro es raro encontrarse a gente que todavía compre cds (y vinilos); se prefiere el económico y aséptico trato con el mp3 al tradicional formato físico de "ponerse" un disco.

Llevo la friolera de 19 años coleccionando música en uno u otro formato y he de decir que de ninguna forma me arrebatarán el placer que me produce darme un paseo y llegar a casa con tal o cual cd. La música en formato "original" es hoy en día denostada por la facilidad con la que accedemos a cualquier disco en internet y a un solo click. Cierto es que gracias a internet he conocido a cientos (más bien miles) de grupos olvidados que de otra forma probablemente dormirían el sueño de los justos... ahora bien, ¿qué pasa cuando pierdes la ilusión de la espera y la búsqueda? ¿qué pasa cuando eres sobresaturado con miles y miles de grupos distintos? ¿qué pasa cuando no te cuesta nada (ni dinero ni esfuerzo ni búsqueda) conseguir lo que quieres?... pues sencillamente que pierdes la ilusión y el coleccionismo de la música pierde su valor humano.

Evidentemente todo es cuestión de escala de valores pero puesto que el que escribe y firma ésto soy yo, tengo que decir que a día de hoy para mí el coleccionar música es imprescindible en mi vida y forma parte de un rito tan definitorio de mí mismo como mi patrón intestinal.

Cuando no he tenido dinero he buscado la forma de tenerlo y cuando no he podido evitarlo y he grabado un disco he esperado el momento oportuno y lo he comprado; me he privado de otras cosas para mantener mi hobby a salvo de todo y de todos y lo he convertido en mi momento privado y personal de comunión conmigo mismo. He evolucionado como persona con la música y espero poder seguir haciéndolo todavía unos cuantos años más...

El placer de sentarte en tu sillón favorito, quitar el precinto de un disco, ver el libreto y sumergirte en su interior todavía sigue vivo en mí a pesar del tiempo transcurrido y a pesar de haber aumentado mis ingresos considerablemente si los comparo con cuando era adolescente.

La música para mí siempre ha sido también una forma de socializarme y relacionarme (en el instituto, la facultad, en las tiendas de discos) y aunque no siempre encuentras almas gemelas en cuanto a estilos musicales se refiere (no me gusta el bakalao, ni de frente ni de lao...), espero seguir encontrando a gente que ame la música tanto como la amo yo.

Espero que en éstos tiempos de lo retro vuelvan las tiendas pequeñas de discos, y que el resurgir del vinilo no sea solo un espejismo, sino la punta del iceberg de un fenómeno en elque se deje de lado el pirateo por el pirateo y se ame y se mime más a la música.

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