Lo primero antes de nada es presentaros a ORBAIN UNIT, o más bien quizás que me los presentéis vosotros a mí porque la verdad es que a pesar de seguir a todos los grupos de los que voy a contaros a continuación, se me había pasado por completo su debut Suiseki (2016) que saldría un añito antes de Industrial Sunbath de Killerkume, banda entroncada con Orbain Unit y que reseñé aquí y en Rock Estatal si mal no recuerdo. Luego llegaron las White Noise Session (reseña aquí) y me perdí un poco. Siempre he estado más o menos pendiente de la escena Vasca, de la conexión transhumante entre Málaga y AKAUZAZTE vía El Matadero y Carlos Desastre (713ºAMOR). Los designios de Jesús Tartessos son inexpugnables, así que el sello malagueño Alone Records editaría el impresionante disco de AUTOA (quien no lo tenga está tardando en buscarlo).
Y os hablaba de la escena Vasca y es imposible no mentar a los clasicazos Loan (tengo todos sus discos) y ese muy buen debut formato EP de Conteiner (aquí). Pero claro... tengo que seguir rizando el rizo y Fernando Ulzión tocó el saxo en Le Trahison Des Mots, impresionante álbum que se marcó con Matías Riquelme (aquí) que os recomiendo encarecidamente. Como véis, no sé dónde/cuándo debo parar la verborrea... y digo esto por cerrar un poco las sugerentes coincidencias y seguir las pautas que me ha dado el psiquiatra.... bueno, una más; por ahí anda conectado con todo Mikel Uraken (exLoan) de quien os traje los impresionantes Después del Invierno (entrevista incluída aquí) y el apabullante Izaki Bizidun Berriak (aquí).
Creo que termino antes resumiendo la formación de ORBAIN UNIT:
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Iker Arrazola: drums (Akauzazte, Anakrosis, Autoa)
Txemi Artigas: electric bass (Killerkume, Ximel, Mirage)
Joxean Rivas: drums, electronics & vocals (Los Plomos, Delhorror)
Fernando Ulzión: sax (Los Plomos, La Hora del Primate)
Mikel Vega: guitar & effects (Killerkume, Conteiner, Loan)
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El formato de su segundo disco Xerai es Digipack con una muy buena presentación con artwork de Mikel Vega que se sale, sobre todo la contraportada que es la hostia. Se graba en cilindros de cera en Harategia (Bilbao) en una sola sesión el 17 de Noviembre de 2019 para luego ser mezclado y masterizado por Joxean Rivas (también hizo lo propio con el disco mencionado de Riquelme). Gnowot Records saca el CD y Crystal Mine la cassette, por cierto. ¿Y a qué suena a grandes rasgos?... pues imaginad que os encontráis dentro del campo de la improvisación libre, con trazas del Downtown Neoyorquino, el Free Jazz bilioso de nuevo cuño... sí, ese que mezcla de forma alquímica el Noise con los instrumentos de viento a través de pedaleras que parecen un Ouroboros interminable. Si a todo eso le unes una técnica acojonante pero nunca aburrida (métanse la odiosa etiqueta Math Rock donde les quepa), pues el resultado es el equivalente a una Psicodelia Jazzística con Pútridos Esfacelos de Noise Rock (ala, lo descifráis vosotros).
"Ljoom" rompe el silencio con bases Drone. Cantos, base rítmica muy barroca y vientos en un plano paralelo al del resto de instrumentos... casi diría que un poco por debajo del resto, lo cual da un resultado muy curioso contrario al de otras bandas que tienden a lanzar toda su potencia en el saxo. Aquí priman todos los sonidos y sobre una base psicodélica se desarrollan diatribas cuasi ancestrales cercana a unos Art Ensemble of Chicago mezclados con Einsturzende Neubauten (la imaginación no tiene límites, motherfuckienses!). El conjunto resulta tan adictivo y original que se me vienen a la meolla grandes como los turcos KONSTRUKT en su disco con Keiji Haino, los Dead Neanderthals o Sly and the Family Drone. Los riffs de guitarra añaden una dimensión Noise Rock a veces meditabunda (minuto 5 o así), a veces aguerrida cuando se trenza con los efectos de electrónica.
Conforme avanza el tema, resaltan más los aires FreeJazz con cierto sustrato tribal a lo Don Cherry (justito en su etapa con Ed Blackwell). Jazz Rock eléctrico que nunca llega a la fusión, pero sí a una especie de lisergia tetánica. Tengo que destacar la voz que es un instrumento más. Sutil descenso del tempo y arranca "Kurtzea" a un pasito de convertir el Irrintzi en una partitura de Improvisación Libre. Vientos tocados muy por lo bajo (puede ser que sin boquilla, tipo Digeridoo) y nuevamente uso Gospel de la voz. Si tuviera que sacrificar mi pezón derecho, diría que los aires rituales recuerdan a la etapa álgida de AKAUZAZTE (Azalberritán quizás o esa magna obra de la humanidad que es Etzazuaka). Si metes todos los instrumentos en un acelerador de partículas y le enchufas un jack de auriculares captarás lo que estoy tratando de decirte... fantástico ritmo del bajo (minuto 3 y medio) acompañado de una percusión pulsátil, ritmos acampanados y un marcial saxo dialogando en cuneiforme con toques electrónicos que he podido identificar como sacados de R2D2.
Sigue un fabuloso interludio de la guitarra con el saxo en bucle y la batería impertérrita marcando el paso provoca en el oyente la sensación de `despegue´... sobre todo cuando entra el bajo con una melodía contrapuesta con una afinación muy curiosa y es que recuerda al Noir del primer John Zorn (ese que lo mismo te coqueteaba con Morricone que con Henry Mancini). Para colmo, en el último tramo la guitarra se vuelve psicodélicamente surfera acentuando esa sensación de Cine Negro, de Años 70 y film hispano italiano... pero ojito porque el crescendo al que se dirige el asunto es de órdago; los teclados remiten a la etapa eléctrica de Miles pero con el resto de instrumentos supurando una mala hostia palpable. Me quedo sin palabras. Soberbio.
Entra aire fresco para sobrevivir con "Powerhouse", aunque pronto dicha sustancia vital se convierte en ponzoña. El saxo haciendo ejercicios respiratorios circulares mientras la guitarra engarza bellos riffs alrededor... el bajo acompañando sin percusión, fondo oriental de teclados que refuerzan un conjunto que lenta pero inexorablemente va ganando en potencia (se me viene a la cabeza Nomadic de Sonny Simmons con la banda Moksha Samnyasin o Joint Happening de Eddie Gale con Mushroom... es decir, dos casi ancianos tocando con bandas psicodélicas y destruyendo medio mundo a base de una acidez jazzística sin límites). El ambiente litúrgico se mantiene en `modo flujo´ hasta que la intensidad se hace insoportable (como un grano de pus de 6 días de maduración adolescente). Sutilmente (minuto 5 o así) va calentando motores la percusión en lo que parece un ritmo Motorik a lo Krautrock pero más opiáceo y todavía el saxo no ha parado de escupir miasmas a pesar de tocar en tonos bastante altos del intrumento.
(versión cassette)
De aquí al final ya sabéis lo que os espera. Electrificado Free Jazz con toques holandeses (Dead Neanderthals), machacona percusión que pasa de lo monorítmico a lo versátil (Akauzazte / Einsturzende Neubauten, cualquiera de las facciones de los actuales Faust o incluso los largos descensos en espiral de los últimos Swans). Tengo las gónadas tan lubricadas que he me he caído ya varias veces de la silla. "Adheit" se va por la parte abstracta del Free, con más incursiones en glosolalias que dialogan con el saxo. Dueto imposible de electrónica, bajo y percusión como la base rítmica más alienígena que te puedas echar a los oídos y finalmente vórtice violento tan atractivo como darte corriente alterna en los empastes.
Podría describir más, pero creo que ya os hacéis una idea. Para mí en el Top Ten de lo que va de año.
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