viernes, 31 de enero de 2020

P A N D O - "HIRAETH" (AESTHETIC DEATH; ADCD 052, 2018)


Desde Massachusetts os presento a una banda que me ha dejado con la mandíbula colgando. P A N D O, que así se llaman, son un dúo que sacaron en 2018 (bajo el auspicio de la discográfica de culto AESTHETIC DEATH) el álbum Hiraeth, encuadrado dentro del Ambient (uso de grabaciones de campo), el Noise y el Doom más abstracto (no porque no sea asequible, sino porque las estructuras no son las convencionales). 

El artwork del digipack de seis paneles se basa en esculturas y obras de Matt Gagne, integrante del grupo junto a Adam Bryant. El disco se graba y mezcla en Uncle D´s Artificial Rock Romance para luego masterizarse en Dead Air Studio por Will Killingsworth y a tenor del sonido (que se disfruta más con auriculares), el resultado es excelente.

Crípticos, herméticos y rituales, se mueven dentro de conceptos orientales budistas usando citas de obras como Buddhism Without Beliefs (Stephen Batchelor), The Practice of Dzogchen (Longchen Rabjam), el Tao Te Ching (Lao Tau), Zen and The Art of Motorcycle Maintenance: an Inquiry into Values de Robert M. Pirsig y algunos más.... a ello unid samplers de cantos monásticos tibetanos, algún tema de Joan Baez y grabaciones de cambo en Wat Phra St Ratana Mahathat en Tailandia. O sea, diversión exótica asegurada. Los títulos de los temas los he encontrado dobles. En unos sitios se nombran de una forma (discogs) y en otros de otra (bandcamp), así que me he atenido al digipack que tengo que coincide con discogs.


Los 16 minutos de "House Poem" se abren con motivos acuosos sobre los que empieza a hacerse paso lo que parece un harmonio o shruti box. Flotan aromas de pebeteros ardientes en una neblina de espiritualidad que roza lo psicodélico. A ratos parecidos a los dioses BONG, voces guturales de fondo cosiendo un telar catedralicio con un pie en el Funeral Doom. Curiosamente, cuando entra la percusión entra un riff de guitarra desértico con algo de Country, creeando un contraste muy genuino que me tiene tan liado que no sé si ponerme corpse paint o un gorro de vaquero.

Como si Yawning Man se mezclaran con Sunno))), como si Bong copularan con Jucifer, como si Oresund Space Collective grabaran con Monarch.... es complicadísimo de etiquetar esto. Irrupciones constantes de voces que parecen haberse grabado con un walkie talkie compiten en extrañeza con las guturalizaciones tirando del palo casi Black.... y todo mientras el Country se transforma en un Blues ponzoñoso con ecos ambientales que ya se mantienen hasta el difuminado Industrial Noise que finiquita el asunto. 


Sigue otro monolítico himno como lo es "Christmas Eve" que coquetea con el Trip Hop y la electrónica gélida que se estila en grupos noruegos de metal que se pasan al ambient (no pongo ejemplos porque esto sería interminable). ¿Hermetic Rap Doom?... podría ser, aunque es más fácil decir que tiene algo del Witch house. 

La canción se va volviendo épica en un crescendo que usa "Silver Daggers" de Joan Baez (1960) en versión procesada. Otros 16 minutos de "Horror Vacui" que recuperan las melodías agrestes de secano pero dándoles un toque espacial alucinante pero no quedando ahí la cosa, y para complicar el asunto, se mezcla con una base rítmica y repetición Lo Fi a las guitarras muy propias del Shoegazing. Precioso el interludio de flautas y ritmos orientales que nuevamente hacia el final se disuelve en un vibrátil fade out electroacústico con repuntes de una magnificencia excelsa. 


La más ligera  "Perambulation", pedazo de corte correoso de Blues Industrial que me trae a la cabeza aquel experimento de Bluebop de David Lynch con John Neff pero con un originalísimo abordaje de las voces al más puro estilo Gothic Doom de los 90; entre los samplers de conversaciones y las voces limpias contrastan con otras más rasgadas en una sublime cacofonía que me ha conseguido ponerme los vellos de punta.

"Submerged" cierra esta obra maestra que me tiene encandilado; un collage soberbio en el que con sutilidad y de forma orgánica se mezclan cantos tibetanos con una homilía (creo que en francés) y sonidos diversos. Soberbio.

Sé que tienen otro disco más reciente titulado Negligible Senescence que intentaré pillar cuando pueda. Si eres de orejas abiertas, esto tienes que escucharlo.

lunes, 27 de enero de 2020

JOSEP LLUÍS GALIANA - "ELECTRO ACOUSTIC PIECES 1999/2019" (LÍQUEN RECORDS LRCD013, 2019)


CAPÍTULO I: En el que se habla sobre la Electroacústica como concepto y asistimos a una colonoscopia en vivo a través de la campana de un saxo.

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          La electroacústica, en comunión con cosas como la Música Concreta o el Jazz Contemporáneo forman una suerte de triunvirato en ocasiones tan hermético como el estudio de la cábala. Mi acercamiento a estos géneros ha sido a través del Free Jazz y la Electrónica, por lo que creo que en cierta medida he tenido la ventaja de que mis hímenes timpánicos perdieron su virginidad hace eones con tanto aluvión de sonidos agrestes. 

He de agradecer a mi escaso acervo musical el no tener demasiados conocimientos académicos que hagan que me pierda en una vorágine inabarcable de términos a la hora de definir la (perdonad la redundancia) hora de música que el grandísimo Josep Lluís Galiana nos ofrece en esta recopilación de experimentos electroacústicos titulada Electro Acoustic Pieces (1999-2019) y que supone un salto cualitativo importante en lo que a las ediciones físicas de LÍQUEN RECORDS se refiere. Un precioso digipack a tres paneles con libreto interior plagado de información que hace casi ridícula cualquier exposición con ínfulas literarias que yo pueda hacer desde aquí.

He visto a Josep tocar en directo, lo he leído en sus escritos, pero reconozco que desconocía su faceta electroacústica, palabra que cada vez se me antoja más vacua e inútil, porque no define para nada lo que luego te encuentras en el disco. Es decir... si el Post Rock es un saco inútil (que me perdone Simon Reynolds), la Electro Acústica sirve para hablarnos de la cópula entre algo que se enchufa y otra cosa que no... así que lo mismo puedes hacer la grabación de campo de una batalla de pedos y distorsionarlos que poner un micrófono dentro de la aspiradora de tu casa. Así pues, perdonad si intento eludir tan diáfana etiqueta y me limito a dar rodeos prosaicos sobre sensaciones más que sonidos.


Lo que sí me gustaría recalcar es que hace no demasiados meses encontré un filón de música yanqui de los primeros noventa proveniente de universidades de prestigio sonoras (no tengo ganas de levantarme y coger los CDS, pero si os metéis por ejemplo a investigar el sello CAPSTONE, fundado en 1986, sabréis de lo que os hablo). En dicho sello, me llamó poderosamente la atención una serie de experimentos con clarinetes y Tape Collaging a cargo de "doctores" que lo mismo te componían una suite clásica que te inventaban un nuevo instrumento pseudoelectrónico como tesis. Imagino (parto desde el desconocimiento) de que aquí en España habrá cosas parecidas... os invito a que os leáis (y escuchéis los 4 CDS) del ya casi agotado libro La Mosca Tras La Oreja de Llorenc Barber y Montserrat Palacios

El bueno de Josep sabrá de lo que hablo porque él mismo es una institución en su campo y a saber académico no lo gana nadie (puedo probarlo, pero tampoco tengo ganas de levantarme y poneros aquí datos sobre sus escritos y demás... meteros en EdictOràlia y buscad Escritos Desde la Intimidad). Tengo pendiente adquirir cuando la vorágine mental y económica en la que estoy metido me deje impresionantes tratados sobre el tema como IMPROVISACIÓN LIBRE (El gran juego de la deriva sonora) del propio JosepTercera Corriente, El nuevo Jazz valenciano del siglo XXI de José Pruñonosa o Jazz en España de Antonio José Izquierdo entre otros. Creo que si sigo leyendo más sobre música acabaré ingresado en cualquier sala extraña platicando idiomas inventados de raigambre cuneiforme, pero dejadme que sintetice estos dos párrafos en la reflexión final que quería hacer.

CAPÍTULO 2: donde se hace como que se reflexiona pero en realidad no se llega a nada, y donde animo a la Carrera de Periodismo a manifestarse de alguna forma y a que me expliquen qué es la Musicología.

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          La reflexión es la siguiente. Si existe literatura específica y discos de un nivel alucinante; si existen acciones sonoras (performances o como queráis llamarlas), ¿por qué me da la impresión de que el Avant Jazz, la Improvisación Libre y lo Experimental (meted también si queréis el ruidismo soberbio de Javier Piñango o Juan Antonio Nieto) vive en una ourobórica guerra de guerrillas de la que es tan difícil salir?. Si Amiri Baraka hablaba de la New Thing y el surgimiento del Free Jazz como algo totalmente rompedor y a contracorriente, y a día de hoy seguimos igual, ¿dónde queda la poderosa inventiva de los músicos avanzados de nuestro país?. ¿Por qué siguen viviendo en una corriente subterránea que discurre debajo de otras corrientes a su vez subterráneas?. 

Es más... lo que es una cortesía hacia mi persona (me refiero a que un grupo o músico me mande desinteresadamente su trabajo) encierra una doble lectura. LA MUERTE TENÍA UN BLOG es simplemente un sitio donde se escucha música, y se vierten opiniones SIN ÁNIMO DE SENTAR CÁTEDRA, Y que a la postre son sesgadas porque no hay Staff ni nada parecido. es MI OPINIÓN sobre lo que escucho lo que aquí leéis, una veces acertada, otras un despropósito. Pero el problema no es ese, el problema es que al parecer nadie o casi nadie se atreve a adentrarse en estos terrenos experimentales en este país y hablar/escribir de ellos más allá del corta y pega desdeñoso que para mí es un insulto enorme al artista. 

Esa gran alegría que siento cuando un artista o grupo me envía su trabajo encierra una amarga realidad, y es la de que lo avanzado/arriesgado/experimental en nuestras fronteras queda relegado a museos, galerías y actos tan subterráneos que ni siquiera el pasar de los metros se escucha en dichos habitáculos. Por lo tanto, ¿qué es lo que queda?... ¿un triste blog como representante literario de prensa apócrifa escribiendo sobre algo que debería estar enseñándose en escuelas?. O bien estoy totalmente equivocado y desconozco otros sitios donde se escribe de estas músicas, o eso que los hindúes llaman Kali Yuga se ha afincado por las Universidades Periodísticas.

Odio, odio profundamente esos homenajes de traje y pajarita al que estos músicos son obligados a acudir como si fuesen especies raras provenientes del espacio exterior. Instituciones de prestigio los invitan a hacer actos para 4 pseudointelectuales mientras yo aquí, ciudadano de estatus medio, coeficiente intelectual normalito tirando a mediocre y que he dejado mi piel durante mi juventud para comprar discos sacrificando muchísimo, tengo los vellos de punta escuchando "Oil Sonorities" de 1999. He acudido a conciertos de este tipo con 2 personas más y el estado de trance y comunión de la música indica que para nada es indescifrable... que su discurso no es obtuso ni complicado. Se trata de una propuesta SENSORIAL en la que es preciso/necesario dejarse llevar, y me da la sensación de que los Neo Melómanos ya no quieren sensaciones. Sólo quieren que sus discos se reediten en plásticos y gastarse los cuartos en cables chapados en oro. Al fin y al cabo, la palabra melómano empieza por melón, y un melón en la cabeza es lo que tienen algunos y algunas.

Hacedme caso o qué diablos, no me lo hagáis. No necesito para nada de vuestra palmadita en la espalda para absolutamente nada. Hay músicos dejándose la piel en este país SIN ÁNIMO DE LUCRO, sólo por el placer de explotar ese quiste pasional creativo que tienen dentro. Ese inquietante peristaltismo mental que los lleva al borde de la psicorragia creativa aunque se dejen el pellejo en ello... esa, y no otra, es la razón que lleva a Josep Lluís Galiana a trascender el límite de sus posibilidades hasta que dicho límite se convierte en zona de confort y acaba necesitando de nuevos límites, y esos nuevos límites ni siquiera están empezando a verse en el horizonte.

No son más que esbozos, cosquilleos que el artista siente o sueña febrilmente en su inquieta psique. Mientras tanto, a las cuatro de la mañana aquejado de insomnio, los "espacios musicales" o como se llamen de las cadenas de televisión nos muestran inocuos abordajes de Jazz Standard a cargo de músicos alquilados que ponen medias sonrisas y llevan boinas y pañuelos al cuello. Si Amiri Baraka levantara la cabeza, sería para dar cabezazos.

Después de esta enorme verborrea, paso a analizar el disco.

CAPÍTULO 3: donde parece que hago como que entiendo de algo pero pongo mis carencias por escrito, y donde al final a lo único claro que llegaréis es a que se trata de un disco de obligada adquisición.

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          Dos centésimas de segundo. El lector marca la duración de 66:58 y por una debacle temporal nunca podría llegar al 66:6, cosa interesante a tenor de la música que vamos a analizar. Es en ese paso imposible del 0:58 al inexistente 66:6 donde habita "N - on - O", pieza compuesta por Luigi Nono y que discurre a base de mistéricos contrastes que van desde sonidos de olas hasta una vorágine humana de grabaciones de campo, pasos, vientos huracanados, ladridos de animales y ambiente de mercado... todo flotando sobre un acople electrónico muy grave y vibrátil que imprime algo ominoso al ambiente. Antes de todo esto, irrumpen unos sostenidos tonos de saxo con un agudísimo eco que lentamente adquiere una interesante textura que recuerda a un acordeón. 

El jugueteo de "Maquillatges de la Realitat" se construye a base de un intenso procesamiento de notas en lo que podría ser una sordina inventada en Saturno. Muy cerca de la música concreta o las deconstrucciones del Dadaísmo, la pieza está incluida en el disco Colección AMEE, Volumen 01, Valencia. Quienes hayan entrado en el universo de las Toy Pieces de Zorn, Ikue Mori o Cobra sabrán a lo que me refiero. 

Maravillosas las palabras del libreto sobre Aram Slobodian y el concepto del Tercer Tiempo o Tiempo Geológico (os aguantáis y os compráis el disco para saber de lo que hablo) para el corte en tres segmentos "Evidencias Slobodianas"; angular, bizarro y cargado de acampanados sonidos que parecen de objetos de bronce para ser desplazados repentinamente por una melodía de saxo que da la impresión de estar acelerada en tempo. Esta pieza apareció aquí (otro disco apuntado en mi libretita que tengo que buscar, y que me ha llevado a esto) y que fue creada bajo los auspicios de la AMEE (Asociación de Música Electroacústica de España). 


Sigue "Suite Pour Saxophone Tenor Solo Ops, Op. 2" que se divide en 6 partes donde cohabita la dulzura y siempre expresiva paleta del saxo tenor, que siempre me ha gustado pensar que es la extensión natural y propia del cine Noir clásico, de alcantarillas humeantes y de tipos y tipas trajeadas en la Gran Manzana. Sin embargo, según el libreto, la raíz principal es barroca y de origen francés. Ops, diosa de la fertilidad, esposa de Saturno, es homenajeada en una composición que conforme avanza se vuelve más abstracta... como si al lirismo inicial lo hubiéramos puesto en una mesa de disección en una Morgue sonora. Se presenta aquí la versión completa (en Luscinia se sacó la versión amputada del tema... ya sabéis, por aquello de la Morgue y tal). Destaco el arrastrado cariz oriental de "Avec Une ´Elégance Grave et Lente"... como un drone de saxo emulando a una Shruti Box.

Jorge Gavaldá y Josep Lluís Galiana usan sus nombres para titular al siguiente corte "Gavaliana", y además demuestran lo bien que casan los instrumentos de viento con la manipulación electrónica. Lo que a priori parece aceite y agua se mezcla en un torno magnífico que corrompe molecularmente las notas de saxo para crear una muzak de histriónicos efectos que parecen sacados de un viejo film de sci fi de los 50. Cage, Xenakis, Glass y el retrofuturismo tanto aquí como en "Ops, Op. 1", ocho minutos de una composición para cuarteto de saxofones a base de material sonoro de los componentes del Mediterranean Electroacustc Saxophne Quartet. Maestría absoluta en partes que recuerdan a guitarras, otras a percusiones... recursos inacabables con toques violentos que podrían recordar al Downtown Neoyorquino, sobre todo cuando irrumpe una doble/triple melodía (tenor, soprano y alto) con acercamientos a algunas partes de The Lounge Lizards.


Vuelvo a traer a colación a Llorenc Barber y Montserrat Palacios que organizaron el Festival Nits D´aielo Art donde a Miguel Molina se le dio el V Previo Cura Castillejo. Molina, investigador arqueólogo de las vanguardias musicales del siglo XX, profesor de arte sonoro en La Facultad de Bellas artes de la Universidad Politécnica de Valencia, es homenajeado en un collage de un minuto de duración en "Claro... Improvisar (A Miguel M.)"... dadaísmo y descomposición alucinantes. Como contraste, unas espaciadas notas de saxo envueltas en eco emulan a esas alarmas y sirenas de plantas petrolíferas en alta mar. Saxo tenor mas toda clase de recursos para "Oil Sonorities", la pieza más antigua del disco (1999) pero interpretada en 2001 por Galiana y Gregorio Jiménez a la electrónica y que sin dudarlo la más oscura de todo el disco. 

El tenor de Galiana se establece en los sonidos barítonos y en la comunión que se ejerce con los recursos de Jiménez  (roza el Noise y el Industrial) se crea una introspectivo y oleoso flujo sonoro que me recuerda a proyectos actuales como los DEAD NEANDERTHALS, THE MOUNTFUJI DOOMJAZZ CORPORATION o THE KILIMANJARO DARKJAZZ ENSEMBLE pero claro, "Oil Sonorities" es más antiguo. Cuando el tenor se queda solo parece metido dentro de una ciclópea cuba metálica y si lo escuchas con auriculares a alto volumen sobrecoge. Me encanta cuando los músicos tocan lento y con leves esbozos son capaces de abrir la psique del oyente en un abanico de fuegos artificiales. Atentos al clímax final que ya lo quisieran para sí la mitad de bandas del palo oscurantista en sus múltiples variantes.


"Em-mor(das)sax" es un encargo de Sergio Sánchez (República Ibérica Ruidista) a modo de contestatario panfleto sonoro contra la Ley Mordaza. Notas que siempre se acotan (mordazas) que en conjunto queda más como una homilía sindical obrera. Es curioso, pero "Recurrences", el tema que sigue, me parece más "amordazado" que el anterior. Ambiental, fusión perfecta de músico con instrumento, roce de saliva contra metal y de viento como percutor de un gatillo recurrente para suicidios sónicos.

Una de las virtudes de la electroacústica cuando hay saxos de por medio es que suele resultar una música triste y opresiva. "Us & Them E5 Human Tide", narrando el drama de las pateras que cruzan el Mediterráneo, podría ser la musicalización del dramático cuadro "La Balsa de la Medusa" de Théodore Géricault. La melodía principal es espiritual a lo Coltrane e invita a la reflexión. Preciosa pero dura en su concepto. La pista escondida "Two Girls" con una actuación de 1999 en la Sala del Club Diario Levante con el sintetizador de Joan Martínez `Mey´ y Jesús Salvador `Chapi´ tocando algo así como un bodhran nos mete de lleno a Galiana en el Cuarto Mundo de JOHN HASSELL para redondear lo que me parece un disco de adquisición obligada. 



domingo, 26 de enero de 2020

ABIGORUM - "EXALTATUS MECHANISM" (SATANATH RECORDS / DEATH PORTAL, 2019)


ABIGORUM (San Petesburgo) se forma como one man band en 2012 y poco a poco se va ampliando su plantel con músicos alemanes. A los teclados/batería de Aleksey Korolev (También en los excelentes TAIGA, que los reseñé aquí), se une el bajo de Sandra Batsch y las guitarras/voces de Tino Thiele, del que recientemente he reseñado su debut en solitario bajo el proyecto TROND (aquí). Tras Spectral Shadows, fantástico split con STRIBORG (aquí), lanzan ahora su nuevo disco como banda completa que me ha dejado con la mandíbula colgando.

Satanath Records en coedición con Death Portal sacan Exaltatus Mechanism, potentítismo artefacto de Black/Doom atmosférico y ambiental que se sirve de unos medios tiempos tan decadentes como hacerse una infusión con algas de río. El artwork de Luciana Nedelea es ya marca de la casa... un bodegón necrótico de estructuras óseas en blanco y negro. 


45 minutos que definen un álbum muy correoso y arrastrado con ese género tan complicado del Black/Doom por bandera y que tras un montón de escuchas he de decir que como mejor se disfruta es con auriculares; la razón de ello son unos pequeños detalles burbujeantes de teclados y efectos que cohabitan en una segunda capa del sonido y que son audibles a la perfección en plena oscuridad y con cascos. Decía que el Black/Doom me parece un género complicado por una sencilla razón... cuando se toca lento, se está más expuesto a que los defectos salgan a relucir y si encima tocas en formato trío, tienes que tener muy claro cómo quieres rellenar los espacios que se crean entre nota y nota.

ABIGORUM salen victoriosos sin duda. "Grau Und Schwarz" es un monolítico arranque donde sobre ese fondo fangoso flota la voz acre de Tino Thiele, que ya tuve oportunidad de disfrutar en TROND. Efectos extrañísimos de los sintes compiten con un riff de guitarra muy al estilo de BETHLEHEM y por ende rozando eso que llaman el Suicide Black o Dark Metal si me apuráis. Excelentes dobles voces susurradas y un acojonante, malsano clímax han llevado a este proyecto a un salto cualitativo muy notable. No hay a penas espacio para respirar en la maraña de sonidos de la banda, que gustan de temas cortos pero intensos y circulares al estilo de "Maskenball"; la guitarra exuda otra tremenda melodía depresiva mientras la base rítmica marca un fúnebre tempo que me recuerda a los míticos ALASTIS

(Pit Art del cd)

Atentos a cómo aborda la guitarra el comienzo de "Jetzt", doblándose a sí misma al estilo SUMMONING. Los efectos de los que os hablaba van y vienen como acoples acusosos sobre una batería lejana y marcial... cuando estalla el tema, lo hace rozando el Funeral Doom. Densos, pétreos e hipnóticos... es alucinante cómo han mutado ABIGORUM su sonido hasta fundir de forma tan sutil el Black con el Doom. 

No llegan al nivel afilado y al borde del suicidio de ATARAXIE, DEINOCHYUS y bandas así, sino que lo funden todo en una especie de simplistas bases que me traen una y otra vez a ALASTIS a la meolla. "Für Die Ewigkeit" suena más distorsionado, con esas percusiones marciales propias del Pagan y con BURZUM por bandera. "Königreich Dunkelheit" o "Der Ángstliche Mensch" parecen versiones apócrifas y bastardas de BURZUM... algo así como si encontraras una grabación perdida de Vikergnes en unos Neo Pergaminos de Qum¡rán en el año 3040. Impresionante la voz de Thiele adaptándose al ritmo calmo y mántrico de la música o recitando homilías desde un púlpito de huesos. 

Todo lo que vive, tiene que morir y Exaltatus Mechanism se desangra con otro riff mortuorio marca de la casa en "Krieg"; impulsos percusivos que son extertores pre-mortem, efectos electrónicos como arritmias en un jodido electrocardiograma en una bradicardia maligna y voces de difuntos que llegan de lejos invitándote a que abrazes sus exangües manos. Fríos líquidos exudativos execrables en el sudario musical de "Über Dich", que sólo cambia su dirección para introducir un recitado que pone los pelos de punta ("Oder was denkst du / Über deine freiheit / Oder was denkst du / Über deine freuden") y como punto final, la pátina ambiental de "Das Kloster" con un recitado al más puro estilo Black Nórdico.

Un discazo el que se han marcado ABIGORUM. Da la impresión que los 45 minutos se basan en una misma melodía, y eso a mí, que soy de neuronas semi muertas, me encanta.


martes, 21 de enero de 2020

KOSTADIS / UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS - "SPLIT" (SWEETOHM RECORDINGS, 2018)


Hoy os traigo un Split de dos proyectos alucinantes que se retroalimentan del underground mas críptico y hermético. Por un lado, KOSTADIS, excelente música experimental en solitario desde Atenas de Kostadis Michail (de bandas tan diversas como Duke Abduction, Lost Bodies, Masine Like Koma, o Wham Jah) que se nutre de la electroacústica más perversa, y por el otro los insanos checos UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS de los que os hablé en por aquí con motivo de su otro Split con CALF. La edición corre a cargo del recomendadísimo sello SWEETOHM RECORDINGS de Karditsa en un vinilo con artwork doble incluido el insert.

La Cara A es de KOSTADIS. 20 minutos alucinantes grabados y masterizados entre 2017/2018 con sintes modulares, grabaciones de campo, drum machines, objetos diversos, manipulaciones de cintas y voces. "Fragments", que así se llama el tema (y que técnicamente es su tercer trabajo en solitario), cuenta con un fantástico artwork de Panagiotis Spoulos y alterna tanto pasajes crípticos que rozan el ruidismo con bellas partes acústicas (mas procesados diversos). 


Música concreta elevada a su enésima potencia (con sutil regusto Gamelán y Balinés) y por ende transformada en suerte de suite abstracta en la que cada ruido es sobrealimentado al límite de lo imposible. La comunión íntima establecida entre los chasquidos y chirridos descarnados y las melodías contemplativas que discurren en paralelo son un todo fragmentado pero compacto... una revisión sonora del Golem de Meyrink que o te destruye o te lleva al Nirvana. Puestos a comparar, me recuerda a Cyclobe en algunos detalles para al rato sonarte a algo parecido al Kraut Berlinés. 

De inicio soterrado pero de eclosión intensa, KOSTADIS demuestra un soberbio uso de recursos de todo tipo que van más allá de la simple masturbación aleatoria de potenciómetros. Mini melodías con objetos de bronce (al menos me lo parece), bases rítmicas de cariz oriental, instrumentos de viento deformados y algunos exabruptos que rozan el ruidismo emulsionan de forma conjunta a una música que roza a partes iguales lo espiritual y lo electrónico. Magnífico.


La Cara B son dos cortes de UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS. "Hüzün" es un término turcos para la tristeza existencial mientras que "Hùzūn" (尊重  en chino) es la palabra para respeto y valor. La impresionante portada (The Bridge Builders) es obra de Karel Hladik. La fascinación por la propaganda, lo surrealista, las ideologías religiosas y militares son llevadas al particular terreno de los eslovenos (en cierta forma a nivel plástico/contextual recuerdan a Laibach).

Petr Habrych y Willhelm Grasslich (este último como ente ideológico, artista multidisciplinar al cargo del movimiento Pravěk Noise Section que os invito a investigar) tejen una maraña de Drone electrónico con puntos de conexión al Power Electronics. Ambientes electrificados que van, vienen y se sienten de forma física en el plexo solar.


Una catarsis deconstructivista a través de un Noise tan espacial que por momentos podría recordaros a algunos de los discos más herméticos de Acid Mothers Temple o Kawabata Makoto en solitario. Como intentar orinar en un wáter instalado en lo alto de un tornado, la música de UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS destila un humor tan negro que sería como reírse de los pedos de un cadáver en putrefacción. El segundo de los temas, "Hùzūn", una delicia en modo loop de acaramelados roces metálicos de sierras marciales al más puro estilo de Die Krupps en su mítico debut de 1981 Stahlwerksinfonie o cualquiera de los exabruptos propios de Throbbing Gristle



jueves, 16 de enero de 2020

OCTOBER EQUUS - PRESAGIOS (OCTOBER XART RECORDS, 2019)


Pues haciendo cálculos son unos 6 años desde que le había perdido la pista al guitarrista Ángel Ontalva, más o menos coincidiendo con los últimos trabajos que se editaron de OCTOBER EQUUS, tanto Permafrost como el fantástico Isla Purgatorio que tirando de memoria salieron aproximadamente en 2013. 

También de memoria creo que por aquel entonces se creó el sello OCTOBER XART y saldrían obras  relacionadas más pequeñas y experimentales como fueron Sorginak (con Mark Egea), Valimonster (con Vasco Trilla) y el altamente avanzado Land Of Rain And Steel. Por aquella época empezó a irrumpir de forma exponencial el formato digital, coincidiendo si mal no recuerdo con el autoexilio ruso de Ontalva y reconozco que andaba algo desconectado en cuanto a los trabajos que iba editando... eso sí, seguía religiosamente sus acuarelas, dibujos y estampas costumbristas de tierras rusas que me siguen fascinando sobremanera.

El Jazz Rock, el Rock en Oposición, la música de Cámara e incluso el Zeuhl forman un póker extraño que pocos músicos han llevado a combinar de forma exitosa. Se me ocurren bandas ya consagradas como los algo olvidados Senogul, Sinouj y sus sonidos más mediterráneos, los canterburianos Amoeba Split, agrupaciones más recientes como los brutalmente adictivos afrofunk Outer Space y los sevillanos Larsen C. and the Millenials... todo pasando por las combinaciones con la música tradicional catalana de Kaulakau o la internacional propuesta a través de los sellos Margen y Cuneiform de Planeta Imaginario


Hay más, pero más enclavados en el Jazz o la improvisación y sería convertir esto en un texto de música homeopático diluido hasta el infinito... y además de toda esta fauna musical surgen ramas combinatorias hacia Discordian Records y grabaciones de Ethno Jazz y sería bastante farragoso meterse en esas lides. Quizás mencionar el fabuloso Filthy Habits Ensemble donde se ponía música a Stravinsky y se abordaban todos los palos imaginables.

El caso es que Presagios, que así se llama el nuevo disco de OCTOBER EQUUS, reúne a su formación original mas aditamentos varios en los avatares de Yolanda Alba Rodríguez (flauta), John Falcone (fagot), Pablo Ortega (cello), Piotr Talalay (batería), Víctor Rodríguez (teclados), Amanda Pazos Cosse (bajo) y Ángel Ontalva (guitarra). La grabación, composición y masterización pasa por Amanda y Ontalva, con paradas en los Estudios La Koudra (Pablo Canalís) y los VXM Studios en Astrakhan (Rusia) y es que Piotr Talalay es uno de los músicos que han compartido hermanamiento con el exilio ruso de Ontalva. Sobre los que han puesto pasta para la grabación no hablo porque son conocidos y no quiero aparecer muerto en una cuneta con un tiro en la sién...


De lo que tengo que hablar es del inmenso artwork del disco, obra de Ángel Ontalva, y que a modo de postales psíquicas simbólicas han dado un salto de calidad impresionante desde las primeras ilustraciones que recuerdo. Paso a la música.

Presagios suena terriblemente atemporal. Si me lo ponen de sopetón y sin datos no sabría decir la fecha de grabación y eso para mí ya es un punto a favor. OCTOBER EQUUS siempre se han beneficiado de ese tipo de sonido, usándolo como arma a favor y coadyuvante de la tenebrosa sábana gótica que imprima carácter a su propuesta. Ya pasaba con Charybdis o Saturnal, suerte de ominosas bandas sonoras progresivas pero muy opresivas... angulares en extremo, (característica de la música de Cámara o la Clásica contemporánea) y capaces de subyugar al oyente atrevido que se adentre en las complejas pero siempre sugerentes melodías de la banda. 

En cuanto a etiquetas es complicado. Si bien resalta el Avant Rock a lo Fripp, Henry Cow, Art Bears y demás, siempre he pensado que se trata de una propuesta muy europea por un lado, con ese sustrato canterburiano, pero con la osadía del downtown neoyorquino menos bilioso y agresivo... eso por decir algo, porque luego se ponen en plan poliedro y te acuerdas del Zeuhl, de Magma y de otras especies francesas como Eskaton. Me salto la referencia ineludible (comodín del público y del reseñador siempre) a Zappa, nunca la usaré... siempre he pensado que la mitad de la discografía del de Baltimore es innecesaria; un bodevil de chascarrillos interminables que tapan la verdadera esencia de los grandes músicos que lo rodearon. Pero bueno, eso son opiniones muy personales y de nuevo quiero evitar a toda costa eso del tiro en la sien y la fría cuneta....


El disco se abre de forma descomunal con "Pneuma", alternándose en breves ráfagas todos los instrumentos como si cada uno necesitase del otro para avanzar creando una música que indica movimiento y avance, todo dentro de una estructura pseudo Noir a lo Henry Mancini pero de base rock. Poco a poco se van concretando las melodías, los vientos encuentran su sitio y la guitarra se abre paso de forma sinuosa entre la base rítmica. Lejos de eso que llaman virtuosismo, esto es más música de conjunto (aunque se repartan las composiciones más o menos de forma pareja entre Rodríguez y Ontalva). OCTOBER EQUUS abrazan el Canterbury desde una perspectiva mucho cargada de los claroscuros del tenebrismo. 

Un pequeño solo impresionante de flauta con una insistente nota de teclados parte en dos el tema, brillando un pequeño crescendo en la parte final sobre marciales percusiones y un riff circular de la guitarra. "Intermitencias", con ese claustrofóbico aire aceitoso que da el fagot se refuerza con el cello y la fortísima batería que entra segundos después. Imposible describir la cantidad de detalles; el conjunto de los instrumentos se acercan a la sinfonía de una suite y sólo los electrificados requiebros de la guitarra en comunión con el resto indica que esto es algo compuesto y no improvisado. El protagonista en "Singular", pequeña pieza de orfebrería, es el sintetizador como hilo conductor el que cose una sábana de volutas minimalistas en una juguetona melodía que contrasta con "Estelas" que me recuerda a los finlandeses Alamaailman Vasarat por su cercanía a lo circense y regusto por lo oscuro. Me encanta el repetitivo ritmo del bajo, machacón como un yunque.


"Ceniza" es el que más me recuerda a la improvisación libre. Pequeños motivos sobre los que se explayan los instrumentos resaltando la pegada de la batería y pequeñas irrupciones esquizoides cuasi espásticas de flauta, guitarra y teclado... energía motriz que contrasta con la mistérica y lenta "Ígneo", cercana al Jazz Fusión con bajo/batería llevando el peso de la estructura  y un teclado que suena a Hancock pero amortajado en Funk lúgubre. Como Univers Zero marcándose una versión ska de Madness... vale, lo retiro que aparezco en la cuneta otra vez.

Preciosa la lírica "Oculto", pequeño puente casi Folk hacia "Presagio" donde Ontalva demuestra que no necesita masturbar con mil notas y acordes el mástil de su guitarra; con sólo varios arpegios sostenidos rozando el glissando (que dios guarde a Daevid Allen) y con el apoyo de una lenta batería y un sutil teclado se tiene la sensación de flotar. Un momento... OCTOBER EQUUS tocando Cool Jazz?... bang!!, tiro en la sién y a la cuneta, aunque resucito para narraros un final de órdago con toques a Downtown/Knitting Factory en el susodicho tema, para pasar a la teatralidad expresionista de Henry Cow y similares en "Secrag", corta pero intensa. Me da la sensación que con el nivel que hay en este disco otros sacarían 30 trabajos.... bárbaro.


Como se me agotan los adjetivos, los calificativos y el lenguaje en sí, os emplazo a que escuchéis los once últimos minutos formados por la épica "Céfiro", que por momentos me ha recordado a Epic de Kamashi Washington (Afro Space Fucking Jazz) o a una versión más progresiva del Avant jazz de Chicago (por cierto, tremendo el clima del Cello en todo el disco, casi siempre acompañado por el fagot y que juntos, especialmente en este tema, parecen una reactualización de una banda sonora Blaxploitation pseudo sinfónica para sibaritas) y "Sombra", un excelso reflejo de todo lo anterior destilado/condensado en una abigarrada muestra de a qué nivelazo llega una banda que me temo, y en base a la idiocia periodística de este país, seguirá habitando en el extranjero y el boca a boca de los amantes de "las otras músicas", sea lo que sea eso.

No es un presagio, es una puta realidad.











martes, 14 de enero de 2020

DAMIEN DE COENE - "SANS TITRE" (ANOXIA RECORDS, 2019)


DAMIEN DE COENE es un proyecto relativamente reciente desde Oridzia (Guipúzcua) anclado dentro del árido mundo del Harsh Noise Wall y que si no me equivoco es en Marbre Negre donde se daría a conocer con el ya agotado Springtime Depravity. Si cogemos el Japanoise y lo extremizamos más; si cogemos las soflamas bélicas, depravadas y perversas del Power Electronics y lo reducimos a un puro empuje de glitches y pocos o ningún cambio en la maraña indiscernible de golpeteos metálicos, quizás entonces podamos entender a qué niveles llega el Harsh Noise Wall. 

Sin  cambios, inalterable, sin voces... partículas metálicas que te golpean como un monolito psíquico donde la textura es el eje y punto de referencia hacia estados alterados de consciencia. 60 angustiosos minutos donde el paso de un corte al otro es un exabrupto que tiene la particularidad de cardiovertir mi psique al modo fábrica. 


Editado por Anoxia Records en una cassette con carátula de plástico sobredimensionada con artwork de Joseba Agirrezabalaga que casa a la perfección con lo que nos vamos a encontrar en la cinta. Es muy difícil entender la sensación casi física cuando escuchas esto a un volumen considerable; sólo apuntar que los 30 últimos minutos me han dejado la médula absolutamente solidificada. 

Una catarata de ruido en pleno descenso/caída libre inacabables gracias a una sobrealimentación llevada a niveles de extremismo tales que corrompen y pudren al sonido. No apto para casi nadie que su sano juicio, pero necesario a su vez como caleidoscopio sensorial que debe experimentarse al menos una (o varias veces) en la vida. 

Como nadar eternamente en un mar de estropajo metálico sin horizonte y pretender llegar sano y salvo a puerto.



MIGUEL SOUTO - "LILITH" (ANOXIA RECORDS, 2019)


La siguiente referencia de MIGUEL SOUTO se edita bajo el sello ANOXIA RECORDS en una preciosa cassette con sobrecubierta de cartón donde destaca por un lado la porosidad del papel (me encanta el tacto que tiene) y por otro un fantástico artwork de Sara García Pérez

Musicalmente está más alejado de la serie Untitled y el drone minimalista hermético (os he reseñado aquí el segundo volumen) pero más cercana a la grandiosa suite con toques neoclásicos de Eurídice (aquí). "Ravishing Whispers" se compone de las notas espaciadas de un piano de cariz fúnebre que recuerda a la belleza trágica (en contenido y en lo musical) a Eurídice. La expresividad de las notas está en el contraste decadente que se forma al abordar las notas graves de forma casi percusiva, mientras que repuntes más agudos ayudan a crear una mínima coherencia melódica que se empieza a atisbar a partir del minuto 4. 

Sigue en "Turmoil" la línea argumental trazada pero con un tempo algo más rápido... lo clásico del piano desnudo no hace que Lilith deje de supurar experimentación por los cuatro costados de tal suerte que hay algún efecto extraño que en ocasiones irrumpe rompiendo la coherencia haciéndome dudar de si es premeditado o un defecto de la grabación. 


Dicha duda queda resuelta en la fastuosa "Approximation - Seduction - Copulation: First Encounter with Satan and the Birth of a New Race", 13 minutos en modo suite donde lo electrónico copula en la retaguardia en una especie de sincretismo simbólico. Como si se tratara de una banda sonora de un apócrifo film de Derek Jarman, la sensación global es de estar metido en una campana temporal extrañísima gracias a los efectos de electrónica Lo-Fi amputados de todo cariz agudo y llevados a lo subsónico. 

A partir del minuto 4 esa pátina de procesados gana la batalla pasando a primer plano... roces de cuerdas, sintetizador y burbujeos alquímicos angulares y oníricos se alternan con esbozos de voces, campanas tubulares, órgano de catedral y cualquier cosa que se te pueda ocurrir hasta que vuelve otra vez el piano abotargado de eco. 

Una vieja cámara grabando en 8mm se acerca a las orillas del Mar Rojo, donde Asmodeo y Lilith copulan bajo un inclemente temporal de fuego y azufre. Si tienes poluciones nocturnas, míratelo.

MIGUEL SOUTO - "UNTITLED II" (AUTOEDICIÓN, 2019)


Hace unos meses os traía reseñas sobre el coruñés MIGUEL SOUTO, en concreto la excelente Eurídice (reseña aquí) y el asfixiante drone catedralicio de The Lurking Fear en colaboración con Miguel A. García (reseña aquí). Ahora quisiera hablaros de su segundo volumen de la serie (in) titulada Untitled (los otros creo que están agotados y ya sabéis esa manía mía de no acercarme a lo digital salvo que me pongan una navaja en el subconsciente).

El impresionante artwork de Eloisse Louisse adorna una cassette limitada a 20 copias con dos cortes (uno por cara) bastante diferenciados entre sí. El caso es que "Silêncio", de 27 minutos de duración, es un drone mantenido en el tiempo, bastante sutil y lleno de motivos que apreciarás mejor si usas auriculares. Vibraciones circulares de lo que parecen cuencos tibetanos y campanillas dentro de un Muzak de raigambre cósmica que dibuja subidas y bajadas en la intensidad de las ondas que rozan el estado de embriaguez. 


Como suele pasar con este tipo de propuestas, tienes que estar en el momento y lugar adecuados ya que la escucha precisa de la complicidad del oyente. Ya sea como fondo y telar de una opresiva lectura o como música invocadora de Ondas Alfa, "Silêncio" se mueve dentro de la electro acústica en tanto en cuanto une lo analógico y lo procesado. Los motivos melódicos parecen pequeñas cajas de música que flotan dentro de una inmensa bola de melaza... si las notas musicales tuviesen peso molecular competirían en este mar de aceite para boquear y unirse al oxígeno en la superficie.

La Cara B se compone de los 25 minutos de "Altjeringa", término que en la mitología aborigen australiana hace referencia al Sueño Sagrado en el que los seres totémicos crearon al Mundo. Un agudísimo pitido va transformándose en notas más graves... sin prisa pero de forma expansiva (como la Creación) se van añadiendo otros sonidos que simplemente suben y bajan la afinación (octavas). No lo tengo claro pero el sonido elongado de fondo podría ser un loop de la nota metálica producida por un cuenco tibetano. 

Las ligeras variaciones sólo serán audibles si uno presta atención. Minimalista en extremo, esos sonidos que subían y bajaban se han convertido en una melodía simple de dos notas hipnóticas que se comen los minutos hasta el punto de que el pulso sonoro se funde con mis acúfenos.

No apto para todas las orejas.

sábado, 11 de enero de 2020

OTUS - "EPHEMERAL" (VARIOS SELLOS, 2019)


Hace no mucho leía en un foro un debate sobre las motivaciones personales de los músicos a la hora de la catarsis creativa. Algunos afirmaban que en las situaciones trágicas de la vida, se fuerzan los canales de la composición como fenómeno psíquico provocando que se conecte fácilmente con la inspiración en su grado más puro. 

Otros decían lo contrario; las enfermedades, la muerte y los obstáculos de la vida son murallas en todos los sentidos y por lo tanto llevarían a la persona a un estado de bloqueo. El debate llegaba incluso a momentos delirantes en el que los fans de un determinado grupo se regodeaban en los sucesos funestos de las bandas frotándose las manos ante qué tamaña obra de arte podría salir de algo tan extremo como la muerte.

El debate puede parecer violento y excesivo, pero escuchando Ghostseen de Nick Cave y lo que ha rodeado al disco a uno se le eriza lo que sea que componga la energía Kundalínica que atraviesa la espina dorsal. OTUS, en este segundo trabajo, ha erigido lo que creo entender es un Memorial a la figura de Antonio Domínguez Viguera, padre de Juan Aathma, que en un obsesivo recorrido introspectivo hace un homenaje/cura psicológica necesaria a lo efímero de la existencia. 

(fotografía: Sergio Alvert Avilés)

Curioso que cuando ocurre el óbito, lo efímero (breve) se encuentra ante la inmensidad de lo eterno y un determinado instante en la psique del doliente se elonga en forma de recuerdos que llegan incluso a transformarse en esa Realidad Secundaria tan atávica que es conocida como Proceso del Duelo. Por lo tanto, cualquier cosa que yo diga aquí carece del grado de importancia necesaria para afectar/traspasar esa firme coraza que Ephemeral tiene. Es decir... el álbum es y existe en sí mismo como ente recordatorio, como altar al que recurrir (sonoramente), y por tanto juzgarlo musicalmente es complicado... pero esa es mi misión, y debo hacerlo. 

Musicalmente Ephemeral continúa la senda trazada por Dead Throes, cuya reseña dejo aquí para no repetirme en datos biográficos. Suerte de cruce entre los Bardos del Inframundo Nick Cave, Steve Von Till, Mark Lanegan o Scott Kelly, a lo largo de 41 minutos asistimos a una refinación en clave sutil de todo lo que supuso el primer trabajo y que además se aleja de las estridencias metaleras de AATHMA para darnos una pieza de orfebrería musical plagada de detalles minimalistas (la electrónica vuelve a planear de forma exquisita). Si el Dark Folk habitualmente es campestre, aquí se tiñe de urbes grisáceas a modo de monolitos, osarios y ornamentos a los que sólo recurrimos en los últimos instantes de nuestra vida. Arquitectura fúnebre que se empapa de la esencia de los seres queridos y completa ese círculo primitivo del Hombre - Piedra y Carne - Polvo.


La edición en CD digipack y en LP es una coedición entre VZQ, SACRAMENTO RECORDS, NOOIRAX, LENGUA ARMADA, BARRAKS PROMOTIONS, ODIO SONORO, A LA DERIVA, COSMIC TENTACLES, THE BRAVES RECORDS y CATÁBASIS RECORS. Se graba por Carlos Santos en Sadman Studios para luego masterizarse en Kollapse Stvdio (Iván Ferro). La cubierta y artwork es una fotgrafía de Sergio Albert que creo que se disfrutará más en el vinilo; la edición promocional que yo tengo es en cd y la impresión en el papel ha matado un poco los detalles, así que recurro a la pantalla del ordenador para disfrutarla en su esplendor mientras intento hacerme con una copia del vinilo.

"I´ll Dig and I´ll Dig" podría entrar dentro de cualquier disco editado por Glitterhouse. Guitarra acústica, la voz cada vez más trabajada de Juan y un drone abstracto de fondo muy sutil a base de sintes y theremin haciéndose más presente en el estribillo que nos acomete como una ola de arena en una playa inversa. Nadar en tierra, reposar en agua; vivir enterrado para después morir en los océanos mortuorios. "Cross Wrapped in Thorns" llega cargado de un ligero eco que le da un cariz onírico (básicamente todo el disco tiene este feeling). Bajo y guitarra acústicos y la exquisita voz con ligeros arreglos en otro crescendo bestial de OTUS que estalla en distorsión al más puro estilo Neurosis (facetas aledañas como Blood and Time, Steve Von Till y Scott Kelly en solitario o algunos proyectos exquisitos que cohabitan en Neurot Recordings).


La electrónica de Dead Throes se extiende hacia la New Wave y Post Punk en Ephemeral. Buena muestra de ello es la sintética metralla de flangers metalizados en "The End of Grace" que da un respiro a la opresiva atmósfera del disco. La calma antes de la tormenta. La redención o la aceptación del destino... nadie dijo que fuera fácil respirar con arena en las fosas nasales y así es  y se siente la sureña "Blight", con regusto a Wovenhand por la forma de vomitar homilías desnudas. 

El tramo final es de órdago. Flota un ambiente de electricidad extática (si alguien a visto la tercera temporada de TWIN PEAKS sabrá lo oscura que puede sentirse la electricidad en los recovecos siniestros de los sueños) en "Arcane Ghost", tribal en lo percusivo y que además parece tener estructura de Blues y Country sincopado. Gloriosa la voz de Juan en "A Doorway in a Remote Cliff" con un alucinante aprovechamiento de los parcos pero efectivos recursos para tejer una claustrofóbica hiel que emponzoña por la retaguardia a la guitarra. 


"Caballos en la Nada", única en castellano, sirve como recordatorio de que todo se reconstruye; tan íntima que temo estar a punto soltar tierra por mis conductos lacrimales. No, las tragedias no son el desencadenante de las obras maestras pero el proceso curativo sí. "Terra" un oscurísimo tema a base de piano y theremin, pone el broche de oro a uno de los mejores discos que salieron en las postrimerías de 2019.

Ephemeral es una cura, un Asklepeion Sónico que todos tenemos que atravesar en algún momento; un rito de paso camuflado de festividad para los que pasan de ritos, una comunión anatémica a los pies del Olimpo para los que no gustan vestir etiquetas. Un antes y un después en una esquina no euclidiana a cuya derecha está la Nada y su izquierda el Todo; morder el polvo para los que gastaron su dentadura en el rechinar de la rabia, un enema para la soberbia, un epitafio con monosílabos para los verborreicos, un asentimiento para los negativos, una noche sin día para los noctámbulos, un oxímoron laberíntico en el que Ouroboros se fela a sí mismo. Eyacular hacia dentro para llorar semen en la Galaxia de tus ojos muertos. Invertir el ciclo. Eternizar lo efímero.




viernes, 10 de enero de 2020

CHRONOBOROS - "NO DIRT OR SILVER WILL HAVE US SATED" (SWEETOHM RECORDINGS / BODY BLOWS RECORDS, 2018)


Formados en Atenas en 2014, dentro de la oleada griega de bandas de Noise Rock, os presento a CHRONOBOROS, asfixiante trío compuesto por Iasonas Mitsios (batería), Nikos Zalimoglou (guitarra y gritos), Yannis Triantis (bajo). Las referencias más cercanas y evidentes serían Unsane, Neurosis y Melvins.... pura dinamita a tenor de lo escuchado en el impresionante vinilo coeditado entre Sweetohm Recordings / Body Blows Records.

Mezclando a partes iguales Sludge con Hardcore al ralentí, y el resto agrestes acoples de guitarras entre el Shoegaze y el Noisecore, No Dirt Or Silver Will Have Us Sated de 2018 viene precedido de la demo Dialing Up The Cutter, 2015.

El álbum se graba en AUX Studios en directo, con posterior mezcla de Giotis Paraskevaidis. La masterización de Nasos Norikos en Vu Productions oxida el resultado hasta el punto de darle esa aspereza cortante y tetánica, convulsa y febril de estos estilos que se mueven en los alrededores del Hardcore.


Lo interesante de CHRONOBOROS es que siendo un banda joven, atesoran esa intensidad que suelen darle las bandas a la base rítmica en el principio de sus carreras, hasta el punto de que podrían recordar a una extensión de algún proyecto perdido de Bill Laswell con Massacre pero en vez de añadir referencias Dub o Jazzeras, pues con las estructuras ambiguas y angulosas del Math. Al fin y al cabo, de la unión de los SONIC YOUTH con el avantgarde neoyorquino de los 80 nacería un sustrato tan agrio que a día de hoy todavía se está expandiendo como un universo en descomposición. Rock alternativo mas Punk jazz es igual a....

Abre la instrumental "Backflow of Eternal Darkness" en un abigarrado, denso despliegue de batería, bajo y guitarra formando un crescendo que bebe tanto de Neurosis como de Swans en su paso hacia "Coaxed Out of Cave". A pesar de ser un trío, llenan los espacios a la perfección y cuando estalla el asunto, lo hace con la mala hostia de una bala de punta hueca. Entra fino, sale gordo. Una ventaja también es que el bajo no se limita a seguir el ritmo sino que participa en la construcción de melodías que en ocasiones tienden a pasar la línea entre el Rock y el Metal. 


En cuanto a la voz, estándar en estos estilos y tirando más del palo Sludge, resaltando algunas partes con fraseos susurrados (la explosiva "It Moves, It Pricks", que se mueve al filo de lo sísmico e incluso por algunos momentos sonando a los SEPULTURA de su última etapa). Unsane, Today Is The Day y trazas proto Grunge en la melodía inflamable de "One Last Caveat", que sin solución de continuidad se funde en "Rising Streetcar", inspirada en la novela The Myth of Sisyphus  (Camus) o lo que es lo mismo, letras que parecen un Haiku nihilista arropado por ráfagas de guitarras con sonido Garage.

La Cara B es más experimental y variado. "Diadem" baja el tempo y por ende subiendo el apretar contenido de mandíbulas (no sé que me pasa, pero con estos discos acabo con una tensión descomunal en la cara). Como metralla, el tema va cogiendo impulso hasta el despegue. Sigue el melódico "If a Sword is Always Sheathed" con regusto a los primeros y también griegos (de Karditsa) CALF de los que os he hablado bastante por aquí. 


Slint, Television, The Pop Group y la década de los 90 en todo su esplendor con un angular y básico abordaje de la melodía que bebe del Post Punk en "Wooden It Would Seem", aunque con las voces menos arriesgadas y más estandard del Sludge. Angustiosos arrebatos Doom en la catedralicia "Splice The Mainbrace" con el bajo y la batería descomunales en un despiadado carrusel necrótico que se funde en distorsión y masturbación de potenciómetros. 

Cierra "Bellower", mucho más rockera, psicodélica y sureña. Tengo que buscarme la cabeza por el suelo porque se me ha desprendido de los hombros... cosas de hacer headbanging con osteoporosis.

Tendré que seguirles la pista en su reciente The Mass Saw Acres Of Chain que edita Sweetohm Recordings, Body Blows Records y Nothing To Harvest. Fascinante siempre el violento, sucio underground rockero griego.