jueves, 16 de enero de 2020

OCTOBER EQUUS - PRESAGIOS (OCTOBER XART RECORDS, 2019)


Pues haciendo cálculos son unos 6 años desde que le había perdido la pista al guitarrista Ángel Ontalva, más o menos coincidiendo con los últimos trabajos que se editaron de OCTOBER EQUUS, tanto Permafrost como el fantástico Isla Purgatorio que tirando de memoria salieron aproximadamente en 2013. 

También de memoria creo que por aquel entonces se creó el sello OCTOBER XART y saldrían obras  relacionadas más pequeñas y experimentales como fueron Sorginak (con Mark Egea), Valimonster (con Vasco Trilla) y el altamente avanzado Land Of Rain And Steel. Por aquella época empezó a irrumpir de forma exponencial el formato digital, coincidiendo si mal no recuerdo con el autoexilio ruso de Ontalva y reconozco que andaba algo desconectado en cuanto a los trabajos que iba editando... eso sí, seguía religiosamente sus acuarelas, dibujos y estampas costumbristas de tierras rusas que me siguen fascinando sobremanera.

El Jazz Rock, el Rock en Oposición, la música de Cámara e incluso el Zeuhl forman un póker extraño que pocos músicos han llevado a combinar de forma exitosa. Se me ocurren bandas ya consagradas como los algo olvidados Senogul, Sinouj y sus sonidos más mediterráneos, los canterburianos Amoeba Split, agrupaciones más recientes como los brutalmente adictivos afrofunk Outer Space y los sevillanos Larsen C. and the Millenials... todo pasando por las combinaciones con la música tradicional catalana de Kaulakau o la internacional propuesta a través de los sellos Margen y Cuneiform de Planeta Imaginario


Hay más, pero más enclavados en el Jazz o la improvisación y sería convertir esto en un texto de música homeopático diluido hasta el infinito... y además de toda esta fauna musical surgen ramas combinatorias hacia Discordian Records y grabaciones de Ethno Jazz y sería bastante farragoso meterse en esas lides. Quizás mencionar el fabuloso Filthy Habits Ensemble donde se ponía música a Stravinsky y se abordaban todos los palos imaginables.

El caso es que Presagios, que así se llama el nuevo disco de OCTOBER EQUUS, reúne a su formación original mas aditamentos varios en los avatares de Yolanda Alba Rodríguez (flauta), John Falcone (fagot), Pablo Ortega (cello), Piotr Talalay (batería), Víctor Rodríguez (teclados), Amanda Pazos Cosse (bajo) y Ángel Ontalva (guitarra). La grabación, composición y masterización pasa por Amanda y Ontalva, con paradas en los Estudios La Koudra (Pablo Canalís) y los VXM Studios en Astrakhan (Rusia) y es que Piotr Talalay es uno de los músicos que han compartido hermanamiento con el exilio ruso de Ontalva. Sobre los que han puesto pasta para la grabación no hablo porque son conocidos y no quiero aparecer muerto en una cuneta con un tiro en la sién...


De lo que tengo que hablar es del inmenso artwork del disco, obra de Ángel Ontalva, y que a modo de postales psíquicas simbólicas han dado un salto de calidad impresionante desde las primeras ilustraciones que recuerdo. Paso a la música.

Presagios suena terriblemente atemporal. Si me lo ponen de sopetón y sin datos no sabría decir la fecha de grabación y eso para mí ya es un punto a favor. OCTOBER EQUUS siempre se han beneficiado de ese tipo de sonido, usándolo como arma a favor y coadyuvante de la tenebrosa sábana gótica que imprima carácter a su propuesta. Ya pasaba con Charybdis o Saturnal, suerte de ominosas bandas sonoras progresivas pero muy opresivas... angulares en extremo, (característica de la música de Cámara o la Clásica contemporánea) y capaces de subyugar al oyente atrevido que se adentre en las complejas pero siempre sugerentes melodías de la banda. 

En cuanto a etiquetas es complicado. Si bien resalta el Avant Rock a lo Fripp, Henry Cow, Art Bears y demás, siempre he pensado que se trata de una propuesta muy europea por un lado, con ese sustrato canterburiano, pero con la osadía del downtown neoyorquino menos bilioso y agresivo... eso por decir algo, porque luego se ponen en plan poliedro y te acuerdas del Zeuhl, de Magma y de otras especies francesas como Eskaton. Me salto la referencia ineludible (comodín del público y del reseñador siempre) a Zappa, nunca la usaré... siempre he pensado que la mitad de la discografía del de Baltimore es innecesaria; un bodevil de chascarrillos interminables que tapan la verdadera esencia de los grandes músicos que lo rodearon. Pero bueno, eso son opiniones muy personales y de nuevo quiero evitar a toda costa eso del tiro en la sien y la fría cuneta....


El disco se abre de forma descomunal con "Pneuma", alternándose en breves ráfagas todos los instrumentos como si cada uno necesitase del otro para avanzar creando una música que indica movimiento y avance, todo dentro de una estructura pseudo Noir a lo Henry Mancini pero de base rock. Poco a poco se van concretando las melodías, los vientos encuentran su sitio y la guitarra se abre paso de forma sinuosa entre la base rítmica. Lejos de eso que llaman virtuosismo, esto es más música de conjunto (aunque se repartan las composiciones más o menos de forma pareja entre Rodríguez y Ontalva). OCTOBER EQUUS abrazan el Canterbury desde una perspectiva mucho cargada de los claroscuros del tenebrismo. 

Un pequeño solo impresionante de flauta con una insistente nota de teclados parte en dos el tema, brillando un pequeño crescendo en la parte final sobre marciales percusiones y un riff circular de la guitarra. "Intermitencias", con ese claustrofóbico aire aceitoso que da el fagot se refuerza con el cello y la fortísima batería que entra segundos después. Imposible describir la cantidad de detalles; el conjunto de los instrumentos se acercan a la sinfonía de una suite y sólo los electrificados requiebros de la guitarra en comunión con el resto indica que esto es algo compuesto y no improvisado. El protagonista en "Singular", pequeña pieza de orfebrería, es el sintetizador como hilo conductor el que cose una sábana de volutas minimalistas en una juguetona melodía que contrasta con "Estelas" que me recuerda a los finlandeses Alamaailman Vasarat por su cercanía a lo circense y regusto por lo oscuro. Me encanta el repetitivo ritmo del bajo, machacón como un yunque.


"Ceniza" es el que más me recuerda a la improvisación libre. Pequeños motivos sobre los que se explayan los instrumentos resaltando la pegada de la batería y pequeñas irrupciones esquizoides cuasi espásticas de flauta, guitarra y teclado... energía motriz que contrasta con la mistérica y lenta "Ígneo", cercana al Jazz Fusión con bajo/batería llevando el peso de la estructura  y un teclado que suena a Hancock pero amortajado en Funk lúgubre. Como Univers Zero marcándose una versión ska de Madness... vale, lo retiro que aparezco en la cuneta otra vez.

Preciosa la lírica "Oculto", pequeño puente casi Folk hacia "Presagio" donde Ontalva demuestra que no necesita masturbar con mil notas y acordes el mástil de su guitarra; con sólo varios arpegios sostenidos rozando el glissando (que dios guarde a Daevid Allen) y con el apoyo de una lenta batería y un sutil teclado se tiene la sensación de flotar. Un momento... OCTOBER EQUUS tocando Cool Jazz?... bang!!, tiro en la sién y a la cuneta, aunque resucito para narraros un final de órdago con toques a Downtown/Knitting Factory en el susodicho tema, para pasar a la teatralidad expresionista de Henry Cow y similares en "Secrag", corta pero intensa. Me da la sensación que con el nivel que hay en este disco otros sacarían 30 trabajos.... bárbaro.


Como se me agotan los adjetivos, los calificativos y el lenguaje en sí, os emplazo a que escuchéis los once últimos minutos formados por la épica "Céfiro", que por momentos me ha recordado a Epic de Kamashi Washington (Afro Space Fucking Jazz) o a una versión más progresiva del Avant jazz de Chicago (por cierto, tremendo el clima del Cello en todo el disco, casi siempre acompañado por el fagot y que juntos, especialmente en este tema, parecen una reactualización de una banda sonora Blaxploitation pseudo sinfónica para sibaritas) y "Sombra", un excelso reflejo de todo lo anterior destilado/condensado en una abigarrada muestra de a qué nivelazo llega una banda que me temo, y en base a la idiocia periodística de este país, seguirá habitando en el extranjero y el boca a boca de los amantes de "las otras músicas", sea lo que sea eso.

No es un presagio, es una puta realidad.











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