Sentencia Records, Andalucía Über Alles y Sublima Tattoos & Discos unen fuerzas en la edición del debut de 2020, a priori Punk Noise experimental con detallitos `distópicos´ y que tienen en su haber ser concebidos inmaculadamente por obra y gracia de los detritus de Blooming Látigo, Gu Vo, Las Janes y AAVV.... dicho de otro modo, esta música está más limpia que las alcantarillas de un Polígono Industrial de la perifera de Sevilla en pleno Agosto. Mentaba la exquisita palabra `utópico´, suerte de mierda inservible, bisagra existencial o recurso narrativo por mi parte para decir que la música suena urbana, áspero/xidativa hasta el punto de la tetania, disfuncio/atonal y a impulsos en el exclusivo uso que Alan Vega / Suicide sincopaban el ritmo... pero sin olvidar esa pátina necro futurista y tremendamente pegadiza como la de los Silver Apples pasados por una criba de Hardcore Noise lento.... insisto, lento. Tempos lentos, psicodélicos (hablaremos más adelante de ancestralidad urbana) y, por supuesto, de rancio abolengo electrónico.
Vale, mis cojones plomados bien, pero... ¿quiénes son?. Pues 2020 dicen ser Lord Xavier Castroviejo (Blooming Látigo, Pylar, Naja Naja, Virtud Corona...) a la voz, Alejando Ruiz de Gu Vo a los teclados / sintes, Carolina Cebrino a la batería (Las Janes) y la guitarra es cosa de Alfonso Benítez (AAVV). En cuanto al apartado técnico, se graba DIY en directo (Abril de 2024) en Desmodus Sound (José Antonio Muñoz) y posterior masterizado en Jammin Masters por Cem Oral con papel de lija de grano grueso.... un Cem Oral del que poco hay que decir pero por si acaso os he dejado enlazado currículum. Isaac Fernández se encarga de la foto de portada y Carolina Cebrino de la interior.
Toda una oda al caos ordenado de Chrome, con acetábulos ambientales de Coil y (gracias a los cielos) una huída en toda regla de pretenciosidad (póngase por ejemplo la etiqueta Math) y del virtuosismo de salón victoriano de eso que llaman Art Rock (por mucho que usemos el símil de que si algo es cuadrangular puede ser un cuadrado, pues lo mismo la idea era hacer un cuadrado sin ángulos y les salen un círculo.... ¿no lo entiendes?). Y sé que la pregunta que os corroe es: ¿es esta música salubre?. Yo te lo cuento, que soy el doctor de tu mente. Abre el esfínter, que voy:
Misma melodía central parece compartir el anterior con la instrumental "V" aunque más distendido y psicodélico... ah, y que me amputen el pezón izquierdo si la guitarra aquí no bebe de Viaje a 800. Conserve o no mi pezón, y aunque esté en contra de los tatuajes, si vas a ponerte uno que el próximo sea `ecléctico´ (le añades un pene mahorí si te apetece). Sigue "OXD", maquinaria engrasada muy pulsátil y de ritmo poliédrico (no por ello carente de estructura, así que no estoy nada de acuerdo en todo eso de Free que he leído en varios sitios). 2020 está tan bien trabajado que la crudeza a veces te lleva a pensar en la libertad de formas (una de las lacras del underground y uno de los talones de aquiles de la prensa literaria especializada). Aprovecho para dejar caer que imposible no acordarse de los Moonchild de Zorn (especialmente Songs Without Words) ya bien sea con Patton como con Yamantaka Eye.
Cierra la Cara A todo un himno ambiental con voces loopeadas (creo) y una marcada electrónica de combate que en resumidas cuentas es al mismo tiempo un himno invocatorio producto de mezclar el Drone de Coil con Silver Apples y humanizar un poquito a los Suicide. Cuando algo está séptico, la infección ha pasado al conjunto, y así ocurre con la Cara B con "III", acople sostenido y ritmo pseudomotorik a la batería en un tema genuinamente Synth Punk. Melodioso, bailable, obsesivo y mediúmnico, con Castroviejo incluso haciendo sus pinitos como el primer cantante crooner glosolálico; por momentos diría que se ha calzado al Elvis gordo (ya sabéis, el que no murió y anda perdido por ahí) y está tocando en la Verbena de mi pueblo. Fabuloso cómo van difuminando instrumentalmente el asunto rozando levemente el Doom e incluso abrazándolo en amistad en ese pérfido y flotante inicio de "IX", que un ratito después se lanza en una cabalgada Kraut cuasi instrumental con subida / bajada de potenciómetro como mandan los cánones de la Kosmische más deshumanizada (ponga usted a un J.G. Ballard pre masturbatorio aquí).
"IV" es un carrillón desbocado que se ha quedado pillado en las campanadas del año 2020. Agrio como chupar las encías de un fallecido (conocido o no), con cambios de ritmo ejecutados a la perfección por guitarra y batería. Hay un tipo de tubo corrugado que puedes encoger o ampliar y suena a tráquea partida cuando lo haces. Eso exactamente son los siete minutos de "VIII" que cierran el disco. Puedes sacar muchos detalles si estiras el tubo, o encogerlo y quedarte con una base tan dura como el diamante. Echaba mucho de menos esa forma de cantar (lamenta, llora, se eleva a cotas agudas que hieren como agujas...) de Castroviejo, pero es que el resto de la banda lo borda con una mezcla de psicodelia ruidista que repite melodías `ad nauseam´ hasta que te dejan totalmente exangüe. Suenan oscuros, con aires (repito) distópicos pero sin llegar nunca a nada pretencioso... más al contrario, 2020 están más cerca de algo telúrico (de la urbe seguro) que de fantochadas cibersynth y destilados homeopáticos varios que pululan por ahí. Curiosamente, a pesar de su relativo primitivismo en esencia, musicalmente acaban sonando más progresivos y avanzados que otros grupos que intentándolo no llegan.
Poco más que añadir. El final del disco es sencillamente una genialidad y me niego a describirlo.
https://sentenciarecords.bandcamp.com/album/2020-2
No hay comentarios:
Publicar un comentario