Estrictamente limitado a 60 copias fabricadas a mano, OV LABEL (Oigo Visiones para los que gusten de no abreviar) nos ofrece el retorno de MAMÍFERO (Nacho Jaula para los amigos, Jaula para los que se batan en duelo con él), uno de mis reverenciados músicos electrónicos, ruidistas, experimentales (los adjetivos que os vengan en gana) preferidos. Un acetato impreso con motivos geométricos que montado sobre el siempre seductor tacto del papel Fedrigoni (en color verdoso grisáceo) troquelado queda de lujo haciendo resaltar el sol rojo sangre incandescente del inlay (diseño de Granbengala); también muy buena la masterización de Rubén Suárez que le da un toque orgánico que se palpa en las encías. Precioso es poco.
Del sello, colectivo o como queráis llamarlo OV Label os había presentado con anterioridad Esquizofonías (De una Ciudad Gentrificada) del proyecto Teslaradio (reseña aquí). Por otro lado de Jaula he escrito tanto que podría recopilarse todo en un pequeño librito, pero os dejo con las reseñas de los trabajos relacionados con Mamífero sólo y así resumimos. Por un lado, el homónimo Mamífero (que fuera quinta referencia de El Muelle Records), Incendia! y el excelentísimo Mapa, que el propio Nacho me regaló tomándonos un café y charlando sobre cositas de la vida... y es que bajo mi prisma soñador, cada trabajo del malagueño antecede, preludia o postludia (si no existe la palabra os jodéis, porque entenderla la habéis entendido) algún acontecimiento extremo en su vida.
Los límites del confort son la vida, el confort es el cese de ésta. Tras una larga tribulación ERA más que necesario un nuevo trabajo de Mamífero por diversas razones y la que se me antoja principal es porque música significa catarsis y sanación. Sol es más musical que anteriores trabajos suyos, pero a la vez más críptico en significado. Bajo cada título se esconden entresijos vitales, laberintos psicorrágicos y fecalomas mentales a los que yo sólo asisto como humilde oyente porque se me ha invitado (con honores o no) a asistir al teatro de la tragedia... a ese teatro que vuelvo a decir que es salir de la zona de confort porque... si, ya empecé así, los límites del confort son la vida, el confrot es el cese de ésta.
Toda creación pasa por la previa destrucción así que "Destruyendo" abre el disco con notas de un Ambient introspectivo sobre el que se va abriendo paso una melodía de caja de música con aires marciales y, lo que más me ha sorprendido (se repite esto a lo largo de todo el disco) es la estructura de Suite que se conforma en 75 minutos que dura el disco. No me quito de la cabeza el estar escuchando algo épico y con una línea argumental grandilocuente cuasi sinfónica. Una suerte de luminosos detalles inauditos en otros destructivos/ruidistas trabajos de Jaula lo lleva casi al terreno del Kraut planeador. En "El Sol" resaltan timpánicos sonidos de instrumentos de bronce (cuencos), campanas Gamelan y una base percusiva bailable que lo entronca directamente con el Techno. Conforme avanza el tema, la percusión se va volviendo más compleja y abstracta, con sonidos graves de un bajo que flota sobre una avantgarde telaraña sonora cercana a John Hassell. Sorprendente, siempre sorprendente Nacho Jaula.
Sigue la desasosegante "Madre", mitad Noise, mitad Ambient con texturas a caballo entre Schulze y Brian Eno. Dibujos de detalles melódicos espaciales nos llevan directamente a la escuela Berlinesa (o al menos así lo capto); música radiada desde el centro del Cosmos. Sentimientos a flor de piel partiendo del centro del Cerebelo. Sentimientos a flor de piel emanando desde el Plexo Solar. Fabuloso el final al más puro estilo franchute de Jarre o el griego Vangelis (los clásicos son los clásicos, y al que le pique que se rasque con un punzón). Más vanguardista es "Océanos", con algo del minimalismo, la música concreta pero con bases percusivas extrañísimas y fundido a negro previa melodía de 8 bits. ¿Os he dicho ya que los límites del confort son la vida, el confort es el cese de ésta?...
Pequeño interludio de teclados pseudo New Age de "Hermana" que sirve de puente y aire hacia la monumental "Agua", recuperando ese estilo característico áspero como frotarte la membrana timpánica con bastoncillos de papel de lija. El Noise de Mamífero está medido a la perfección; lo que parece una onda de corte sinusoidal hace de elemento percusivo llevando un ritmo procesionario sutil al más puro estilo de los pioneros electrónicos patrios como Polonio.
Contraste de vértigo con "Noviembre", un tema casi sinfónico de corte clasista que recuerda a compositores rusos o polacos a lo Penderecki (sé que para Jaula es una influencia), pero con las hechuras de lo electrónico. Un corte que invoca a los demonios personales y que está situado en ese lugar en el tracklist como recuerdo de algún evento funesto. La forma en que la música va y viene (como si estuviéramos frenando con la mano un vinilo reproduciéndose) o los detalles insistentes de Proto Techno finales son una delicia.
"Origen" vuelve a los fueros melódicos, a los dibujos melódicos contemplativos bajo un abordaje a lo Badalamenti o incluso deformación de grabaciones de campo al más puro estilo industrial de Alan Splet (pionero y maestro en las ediciones del sonido) aunque el instrumento elegido suena a guitarra acústica muy procesada, mientras que "Búsqueda" es una nana para bebés cibernéticos. Quienes no tengáis bebés cibernéticos no sabéis lo que esto significa porque... ¿acaso no he dicho ya que los límites del confort son la vida, el confort es el cese de ésta?.
Poco más puedo añadir. Estamos ante un trabajo de Mamífero que muestra una versatilidad y eclecticismo asombrosos, además de mostrarme una faceta sinfónica que desconocía de Jaula... una forma enaltecedora de manejar los drones hasta hacerlos despegar en "Encuentro", con percusión de Techno obrero mediante cincel, escoplo y martillo (tienes que escucharlo para saber lo que digo) y una ominosa pátina oleosa. Finaliza el Ourobórico viaje "Construyendo", y quisiera dedicar esta reseña a Jaula... precisamente por eso, por situar "Construyendo" al final del disco y empezarlo con "Destruyendo"; él sabe lo que me alegra que el orden de las cosas sea este.
Para tí, Nacho, con cariño.
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