Hace prácticamente un año os presentaba por estos lares Mirror Games, notable debut de Javier Miranda y en el que artista daba rienda suelta a una gran profusión de influencias. De todo eso y más podéis visitar el siguiente enlace donde además de la reseña tenia un careo con el artista para desgranar un poco sus influencias y pasados musicales. No voy a decir que diametralmente distinto pero sí siguiendo caminos más Ambient y Electrónicos, Strange Imperfection (2021) nos muestra lo que a mi parecer es un artista más maduro que destila el sonido y la amplia panoplia/paleta expresiva de su debut. Dicha línea argumental ya estaba trazada pero es ahora cuando se le dota de un mayor empaque, difuminando esas esquirlas que a veces traban las grabaciones datándolas en fechas/estilos/etiquetas concretas... Strange Imperfection consigue precisamente eso, atemporalizar su sonido llevándonos a ese Retro Futuro Electrónico que grandes de la Kosmische supieron reflejar a la perfección y es que no hay mayor paradoja que reflejar ese Gran Cosmos mediante Ondas Sinusoidales... dicho de otro modo, es como ver una Catedral del Barroco construida por minimalistas.
Para que un disco de este calado funcione tienen que cumplirse sí o sí una serie de máximas. La primera ya la he dicho, LO ATEMPORAL. La otra sería EL ESPACIO físico y Miranda sabe perfectamente cómo gestionar el asunto para no remitir a ningún lugar y a todos a la vez. Esto no es nuevo, ojo... Brian Eno, John Hassell, Patrick Vian, Vangelis, Jarre en sus inicios.... y todo ello para conseguir despegar del Planeta Tierra soltando un importante lastre que estaba en el debut. Si deseas subir alto, has de soltar y sacrificar y dejando de lado el aspecto metálico se le ha dado al sonido justo el punto que precisaba. Las medias tintas o los híbridos son difíciles de manejar (a veces se escapan de laboratorios de Wuhan por lo visto) y el carácter contemplativo cercano al Score cinematográfico sienta mejor a las melodías propuestas por Javier. Atrás quedan por tanto las angulosidades y exabruptos de Mirror Games, especie de catálogo (bueno, no me entendáis mal) de las posibilidades que el músico manejaba en ese momento, y sublimando/destilando todo el asunto hacia algo mucho más maduro con Strage Imperfection.
La edición es similar a la primera, acertado en los tiempos que corren. 100 copias físicas en un Digifile de tres paneles. Manejable, rápido de editar y de mover... nada de listas ignominiosas de fábricas de vinilo que eternizan y hacen eterno el cotarro para los que no tienen `padrinos musicales´. La edición física se dirige hacia un nuevo Paradigma, y veremos a ver en qué acaba todo este asunto del pico de fabricación del plástico.
Siete cortes en 42 minutos proponen un viaje, desconozco si conceptual, que se abre (valga la redundancia) con "Opening". Campanas espaciadas en gravedad cero dan paso a un soundscape minimalista con el aroma del retro futurismo y la Synth Wave de nuevo cuño abierta por ese filón inacabable del NeoGiallo y discípulos de Carpenter, figura que se dilucida en esas notas amplias del piano que finiquitan el dema y dan paso a "The Day of Our Lives". A lo primerísimos Neuronium o Alpha Centauri de Tangerine Dream, una robótica melodía que emula el columpio de una estrella muerta discurre en paralelo a una base rítmica al más puro estilo escuela franchute de electrónica. El tema se rompe allá por el minuto 3 con flangers e idas y venidas de RetroWave (escúchense Zoltan, Intersigno, Buio Mondo y cosas así). Muy buenos coros, cambios de ritmo y patrones melódicos hacen que los casi 10 minutos duren un suspiro.
Vuelve el seco piano en "Swarm Days", que es replicado por la repetición del motivo melódico con lo que parece un Grand Piano al estilo Jarre. No soy muy dado a usar la palabra Progresivo Electrónico pero en este caso me parece acertadísima. Me encantan las melodías en circular que van añadiendo elementos conforme van avanzando (campanillas, cencerros o vaya usted a saber) creando un estado de consciencia muy particular. Si sacas el ganado de Pastoreo el la Suerficie de Marte, asegúrate de llevarte una regadera a ver si sale algo de pasto. Sin cambiar el patrón rítmico, solo con leves cambios a mitad, se abraza la Kosmische alemana que da gusto con un abstracto clímax final. "Interlude" es el puente de paso hacia "Keyholer" y curiosamente, es de los temas que más me gustan. Irreal, onírico como la Caja de Música de un Dios Perdido, rezuma de los toques sinfónico-sintéticos de la banda sonora apócrifa Drokk: Music Inspired by Mega-City One (clasicazo de Ben Salisbury y Geoff Barrow), acentuando más si cabe el añejo futuro de la citada "Keyholder", casi centrado en las BSO de 8 y 16 bits (¿no te suena esto?.... entonces no peinas canas).
https://javiermiranda.bandcamp.com/album/strange-imperfection
No hay comentarios:
Publicar un comentario