"Un prestigioso crítico gastronómico acepta el encargo de escribir un reportaje sobre la reciente aparición de restaurantes clandestinos. Su investigación le llevará a descubrir que en uno de ellos se organizan sesiones furtivas de canibalismo a cambio de grandes sumas de dinero. (FILMAFFINITY)"
ÓSCAR ROJO, director de BRUTAL BOX (2011), nos vuelve a traer una historia con tema peliagudo, guionizada por él mismo, y cuyos principales errores vuelven a caer en el paupérrimo plantel de actores empleado. Con interpretaciones más propias de AL SALIR DE CLASE en versión canibalesca, las escenas se van sucediendo llenas de clichés más manidos que un palillo de madera en un bar de pueblo. Quién sabe, pero creo que con otros actores la cosa habría funcionado algo mejor.
La historia resulta risible en todos los aspectos... sobre todo el cómo se salta de un restaurante clandestino japonés a otro de carne humana... la seguridad para entrar en tal selecto club roza el ridículo, al igual que el inverosímil tramo final. Y no es que la historia en sí no resulte interesante, es que personalmente pienso que está torpemente realizada y se le ven las costuras por todos lados (la película adolece de suspense en todos los sentidos... la búsqueda del crítico gastronómico no existe, sino que prácticamente se topa a las primeras de cambio con un restaurante clandestino de carne humana). El personaje quasimodesco que se encarga de matar a las víctimas es el colmo de la cutrez y más que transmitir miedo es pena lo que acaba dando.
Quizás a alguien le pueda parecer interesante o sacarle algo de jugo... por mi parte, creo que estos temas están ya mucho mejor trabajados en películas como la mejicana SOMOS LO QUE HAY (JORGE MIGUEL GRAU, 2010) que verá próximamente el consabido remake norteamericano o la más reciente CANÍBAL de MANUEL MARTÍN CUENCA.
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