Hace ya 25 años que te fuiste de entre nosostros; prometías inmortalidad y nos dejaste huérfanos en la vida. De elegante sombrero y poblada barba, recordamos tus enseñanzas y consejos; recordamos las longevas tardes a la luz del brasero escuchando tus mil y una historias ya perdidas en la bruma del tiempo.
Nos marcaste nuestras almas con un hierro incandescente calentado en la fogata de la vida, e imprimiste carácter a todos aquellos que te rodearon...
Maldito sea el día que te transformaste en duro roble porque nos jodiste a todos la vida, y formaste duros surcos en mis mejillas a fuerza de lágrimas que caían en torrente... ¿para qué lo hiciste? ¿por qué no te quedaste? ¿acaso era una imposición del guión?... maldita basura telejodedora que nos jodió la mente...
NO TE OLVIDAMOS, DAVID...
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