Aunque ha pasado un periplo largo desde que llegó a mis manos por fin se edita el esperado Kukuherri de AMSIA en doble formato, siendo Zona Watusa la encargada de la cassette y Series Negras haciendo lo propio para el vinilo. La primera vez que escuché algo de Amsia fue en el excelente recopilatorio homenaje a Carlos Desastre, Atardecenaranjainfierno (2016) donde el de Euskal Herría hacía una descomunal deconstrucción / remodelado de "Un Beso en el Desierto". AMSIA viene a ser un proyecto multidisciplinar que sale de ese caldo de cultivo herrumbroso (naranja infierno) de Azkoitia, y por tanto no es de extrañar que encontremos su nombre asociado a actos performativos junto a La Fura dels Baus, Antonio Simón, la compañía de teatro Porcópolis y produciendo cosas de Corsal Desastre y Artoartian. En cualquier caso, os dejo este enlace donde podéis descargaros un montón de trabajos que viene sacando desde más o menos 2004 creo:
Definir un trabajo como Kukuherri es complicado; empecemos diciendo que la portada y el título del álbum crean un binomio perfecto; Kukuherri es un topónimo y en euskera significa algo así como `tierra del ave cuco´. En lo musical atravesamos terrenos experimentales, abstractos y electroacústicos, primando un minimalismo en constante cambio, poliédrico, y que huye de ruidismos o acoples eternos propios de lo industrial en sus caras más sucias. El uso de módulos y la forma en que se moldea el sonido bordea el progresivo eléctrónico que se estilaba en Cassiber (salvando las distancias, se entiende, es a ese juego de Tape Collage a lo que recuerda más) o en algunos trabajos de Ikue Mori. El artista lo define mejor que yo: "un ensayo inquieto que sugiere lugares imaginarios y parajes electrónicos que invitan a la abstracción y al viaje pausado sin rumbo".
Cuesta muchísimo discernir si hay partes más orgánicas y `tocadas´ o es todo procesado ya que el sonido está cuidado y pulido como pocas veces he tenido ocasión de escuchar (nada suena sintético)... "Shinjuku", séptimo corte, puede ser un claro ejemplo de lo que cito: ambientes fantasmales y urbanitas parecen recrear sonoramente a la perfección ese lugar mágico de Tokio. Se usan percusiones de corte Gamelan, ululantes recreaciones de cantos de pájaros procesados hasta el infinito y mistéricas flautas meditabundas zurcen un fondo rompedor y cambiante, absolutamente vibrafónico en algunas partes en que parece comulgar del espíritu juguetón de The Dreamers (Zorn). Pero mejor vamos al inicio y así no perdemos pie.
"Umbrella" sirve de intro alienígena, poderosa en lo melódico y perfecta simbiosis entre fuerza industrial y sutileza cósmica. Difícil asirse a un elemento porque destaca lo cambiante; flota en el fondo algo sinfónico pero atravesado perpendicularmente por angulares sonidos (puñaladas) que borran cualquier atisbo rimbombante al tema. Sigue "Kukuherri", plagada de cantos de pájaros y una forma de discurrir pseudo-Noir y jazzera fabulosa. Irrupciones de clústers de piano y alguna nota que sobrevuelta para al segundo tragársela una especie de aspiradora... da la sensación de que el tiempo transcurre al revés. Aunque cada tema podría funcionar con la mitad de elementos, AMSIA retoza en un terreno difícil de ubicar cuyas coordenadas se salen del tiesto. No siendo fácil definir los 9 minutos de ordalía en "A Propósito de Svankmajer", cargadísima de electro-Gamelan, el oyente es arrebatado de la realidad y metido de lleno en un Soundscape pesadillesco cargado de la angulosidad de las escaleras Escherianas. En algunos tramos recuerda al gran Orfeón Gagarin pero reitero que cuesta buscar comparaciones; las baterías marciales, las trompetas deformadas y el gélido ambiente al que se van dirigiendo todos estos elementos son lo suficientemente abrasivos para considerar el conjunto un viaje mental en toda regla.
gracias antonio, eres un crack
ResponderEliminargracias antonio, eres un crack!
ResponderEliminarGracias a vosotros por los discazos que editáis!
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