Hace 4 años del intenso concierto (reseña aquí) de 30 minutos de SKULLFUCK que viví en la malograda SALA VELVET. Abriendo para la versión duo de ORTHODOX, los greco malagueños dieron un recital de intensidad palpable... algo así como cabalgar un inflamado nervio dental en vías de putrefacción.
Dani Vega a la percusión y Axilleas Polychonidis al saxo y efectos electrónicos biorrítmicos son muchísimo más disfrutables en directo que en disco, aunque ninguno de los 3 trabajos hasta la fecha que han sacado tiene desperdicio. Day Of The Black Sun a Fireflies & Mosquitoes y el intenso Catalogue Of Horrors son ya parte de la banda sonora personal de un periodo de mi vida; uno en el que todavía uno podía distinguir su ciudad de una Megalópolis Comercial y la humedad y el orín de algunos locales eran recuerdos intocables de viejas batallas.
En un búnker escondido y casi para un público selecto, ayer se volvieron a abrir y sazonar heridas. SKULLFUCK dando un concierto casi privado al amparo de una obsesiva luz roja, graffitis infames y humedad condensada. Hay eventos que son inolvidables y no tienen por qué ser grandilocuentes y lo de ayer fue, creedme, una jodida pasada.
Desde la lírica y explosiva apertura, con el saxo de Pó en clave melódica y la batería de Vega a punto de estallar, a un segundo corte mucho más ácido en el que el saxo se acoplaba hasta el espacio exterior. Una cópula incesante entre sonidos que venían de segundos antes y otros que vaya usted a saber si eran del futuro.
Pocas veces había visto un saxo tocado como si fuese un bajo. El micro metido dentro y las llaves haciendo notas por la intensa vibración provocada. Empalado por ambos extremos, gritos a través de la boquilla del saxo se enfrentaban a otros que venían de la campana... una extensión de la tráquea en poderosa aleación de bronce y hueso.
La sensación era como si una parte de HAWKWIND, la que pertenecía a Nick Turner, se hubiese dedicado al Jazz experimental en gravedad cero. Un poderoso contraste entre la apertura casi Coltraniana a lo Interstellar Space y el flujo de plasma en el que se convertirían segundos después; casi que puedo asegurar que con estos dos cortes podría haberme retirado satisfecho pero quedaba más.
Una imposible y mántrica balada con una percusión salvaje y una línea repetitiva cargada de reverb construyeron la canción de amor teratogénica más bonita del universo o una corta, punkarra explosión cuasi techno tribal me hace soñar con qué pasaría si SKULLFUCK grabasen otro disco.
Quiero despedir este texto con las palabras de SKULLFUCK del 24 de Octubre de 2018 que se tornan ahora muy reveladoras:
"Skullfuck is split in two. We opened our legs, stepping on both sides of the med. We are the new Colossus of Rhodes, but with no Rhodes underneath. Skullfuck is not dead. Skullfuck is hibernating. The Future will show".
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