SENTIMEN BELTZA (Sentimiento Negro) pertenece a esa vieja guardia de grupos que estallaron hace más de una década con buenas intenciones pero con muy mala suerte. Digo mala suerte con cautela porque a lo que vengo a referirme es a que se las ha relegado a un subsuelo ya de por sí a dos niveles por debajo del underground (o al menos es lo que parece). Ya no basta estar metido en la escena sino que hay que ser un verdadero topo para explorar las madrigueras.
Revistas, publicaciones y fanzines no pueden abarcan la totalidad de lo que se mueve porque están sesgados por el signo del dólar así que para delicia de los amantes de la vieja escuela, toca viajar por el lado oculto de la Luna a través de la sombra de las sombras. Con los sellos ocurre lo mismo y los que quedan lo hacen por pasión, que duda cabe. DARKWOODS, especializado en Black Metal hispano es uno de ellos y que lenta pero inexorablemente va creciendo y haciéndose su público, así que si os interesan estos sonidos os recomiendo pasaros por su página (aquí).
Si alguien cita la escena Black Metal en España necesitará o bien tener una buena memoria o parar durante un momento para hacer recuento. Bandas han habido y muchas pero no tantas en lo referente al Black Metal pagano. Con las escenas pasa lo mismo y me atrevería a decir que posiblemente la más deudora del sonido nórdico sea la del País Vasco (con permiso de la escena Gallega que quizás tiende más al Neo Folk y a experimentos pastorales) con celebérrimos combos como AIUMEEN BASOA, ADHUR o ILBELTZ salidos aquel ineludible TRIARCHY OF VASCONIA, pasando por los NUMEN, grupo de culto donde los haya. Cuando estás en un bosque cerrado en plena noche el miedo es el mismo, sea Noruega o el extrarradio de tu ciudad.
¿Quedan retazos de esa escena o todo ha ido cayendo del lado del Noise, el Industrial y lo psicodélico en el País Vasco?... porque si bien es cierto que bandas como ALTARAGE están pegando fuerte, no las veo como parientes directos del sonido noventero. Eso sí, aclarar que no soy ni mucho menos un experto en la materia, por si me viene algún purista a poner los puntos sobre las íes, pero sí comentar que en mi opinión, la escena vasca forma un curioso triunvirato con Portugal y Francia hasta el punto de que bandas y sellos forman un conglomerado digno de estudio.
Ahora pongamos nuestras coordenadas alrededor de la figura de Oindurth SaVinitta, multiinstrumentista que forma parte de bandas como LÚPULO, NAKKIGA, OWL´S BLOOD y en solitario con SENTIMEN BELTZA formados en 2004 y que hasta 2018 viene sacando ediciones (largos, Eps y algún compatido con bandas como HELLTHRONE, UR o ANDRÓMEDA), con cierta regularidad y siendo la que nos ocupa ahora "Izar Basoaren Hutsunean".
Dos ediciones, una normal en Jewel Case y otra en formato digipack a seis paneles con un cd extra de versiones (incluyendo los nueve temas de "Hamar Urteko Bakardadea", el álbum tributo grabado por la banda en 2014), ambas cuidadas hasta el más ínfimo detalle... desde la textura del papel usado al artwork marca de la casa de EL DIOS PEREZOSO bajo fotografías del propio Oindurth SaVinitta. Más de 60 minutos de un variado Black Pagan de ese que ya cuesta encontrar y con un apabullante sonido también a cargo del autor (yo me lo guiso, yo me lo como) en Spitako Studios.
Gezurrezko Gudak abre con 13 minutos de puro delirio donde no se nota ni por asomo que esto es obra de una sola persona. Endiablado, rápido, funesto Black a caballo entre EMPEROR (sin sinfonismos), MARDUK, IMMORTAL o primeros SATYRICON que te corta en dos a base de unos gélidos riffs de guitarra, un brutalísimo uso de los Blast Beats y variedad de registros vocales que demuestran las tablas del señor Oindurth SaVinitta. La rapidez épica con la que se desarrolla el tema es pura esencia nórdica (Sueca, Noruega, que al fin y al cabo lo mismo me da). Cambios de ritmo pero primando la rapidez, encabronadas voces y un gusto por la melodía que roza la escena sueca de los primeros DISSECTION camuflados en tantas influencias que abarcan hasta incluso al Thrash sucio de IMPALED NAZARENE en ciertos momentos.
Sigue Hosto txuriak (Neguko goiz bat Part II) más o menos en la misma onda pero rizando el rizo. DARK FUNERAL por la rapidez pero con una producción apabullante donde cada instrumento está en su sitio (repito que se trata de un sólo músico y esto es muy, muy difícil). Neófitos de estos sonidos creerán que no hay melodía, así que los emplazo a la fantástica atmósfera que consigue el tema a partir del minuto 3 y pico (voces que se doblan y una facilidad pasmosa para construir melodías dentro de la vertiginosa vorágine/tornado que domina el conjunto). Bakardadearen Gatibutasunean es la gota que colma el vaso y que me reafirma en que estamos ante un trabajo de una altísima calidad. Helechos petrificados en hielo, musgo del alma para las primeros elementos pseudo acústicos característicos del Black Pagano a mitad del tema pero con la sustancia alquitranada de lo depresivo.
Cambia radicalmente el asunto con la introducción de teclados de Izar Basoaren Hutsunean (muy a lo NUMEN que es como decir primeros DIMMU BORGIR). Se funden los teclados y eclosiona una melodía característica del Viking Black, voces limpias incluídas y con un desarrollo de himno mortuorio rota por los diversos registros de voz a lo POCCOLUS o ZPOAN VTENZ (es decir, al Black propio de la Europa Central); otro arranque de velocidad y vuelta a los teclados épicos y los interludios que se permiten incluso solos de guitarra. Si el arranque con los tres primeros temas era más convencional, a partir de aquí el álbum va mostrando una versatilidad que asusta.
Como soy ya muy viejito la bilis de La Exquisita Miseria o Koloreak me recuerdan a CARPATHIAN FOREST pero las reminiscencias thrasheras a veces tienen el regusto casi Death de los GOD DETHRONED sobre todo en el segundo que tiene una fiereza que asusta. Cierran los meditabundos 13 minutos de Porrotoak Onartzean... que son la calma tras la tormenta. La esencia de SENTIMEN BELTZA con menos revoluciones y una profunda sensación nihilista que se apodera de todo. Puro, genuino Black Metal Pagano de altísimo nivel compositivo, ejecutado con maestría y que consigue lo principal que se le pide al género... hacerte viajar mentalmente por diversos estados de conciencia a bosques neuronales donde quedan contenidos los impulsos caóticos y extremistas a modo de catarsis punitiva del alma.
Que no te cuenten historias sin sentido. El Black Metal es esto.
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