Me encanta la palabra `plaquette´, algo así como folleto, opúsculo, `lo que sea´ con el que la escritora Aurora Feijoo define su colaboración con el asturiano Tomás Flórez en el Ep de corte ecologista Northern Lights. Asi investigando pues descubro que Aurora ya participó en Bosque Indefinido poniendo voz y letras a la música de David Mata (ERISSOMA). Bien, pasemos a Tomás Flórez y Ars Natura, precioso álbum editado en formato libro de 20 páginas en A5 con fotos, imágenes y composiciones del propio artista y un código QR para descargar la música (mezclada y masterizada por Álvaro Delgado en Room 603) que lo acompaña, a la sazón compuesta toda con pulsos Ambient de guitarra que son procesados una y mil veces hasta emular (copio y pego del libreto) `entornos naturales reminiscentes de geografías ficticias´.
Tengo que reconocer que tras ojear las poderosas imágenes del libro me resultaba imposible no acordarme de los títulos de crédito de la serie alemana DARK, con esos efectos tipo Caleidoscopio que crean una cosa que nos va a servir mucho a la hora de adentrarnos aquí y es la Simetría. ¿Hay algún tipo de simetría en el Caos?. Si la Creación / Génesis del Universo es Simétrica, tendría que finalizar con algo así como una Parusía Destructora pero a la vez constructora... dicho de otro modo, un `fade out´ que se continuara con el inicio.
Esa es la teoría del Mandala Hierático que podríamos seguir para fijar nuestra atención en las hipnóticas imágenes que denotan una Naturaleza Perfecta; un Arte (aquí Música) que imita a la naturaleza hasta el punto de que no existen las grabaciones de campo sino que se imitan dichas grabaciones que a la postre acaban sonando más reales que la naturaleza misma. Si vemos lo que el ojo nos transmite, que no son más que una forma de interpretar la realidad que no es en sí la `verdadera´, ¿quién diablos nos dice que lo que escuchamos es lo que suena AHI FUERA?. Resumiendo: si cojo el Caos y lo parto por la mitad, y a tenor de que el Ser Humano es casi que incapaz de ver estructura en el Caos, ¿podría ser que fuera un `falso caos´ o fallo de perspectiva y las mitades de éste fueran simétricas?. Estaríamos ante una contradicción bastante importante que cambiaría el paradigma de la Ciencia porque bien pensado, me trago que seamos incapaces de predecir un movimiento pero quizás el problema es nuestro, no de lo que expresa la Teoría del Caos.
Y vuelvo a la música. Si lo que no es natural puede engañar totalmente a nuestros sentidos y la fuente que genera ese zumbido de abejas no es una colmena, ¿quién me dice que los intrumentos que usamos para medir no están dando un falso empirismo?. Estaríamos construyendo un Paradigma frágil y osteoporótico que se nos caería simplemente con el avance de la tecnología, y es por ello que creo que la Realidad sobre la que nos sustentamos es imposible de separar de lo sintético. Sabemos lo que es LA NATURALEZA porque creemos poder predecir sus Leyes, definirlas y encapsularlas pero dudo que algo tan jodidamente perfecto pueda definirse a las bravas.... eso significaría que el propio Ser que observa estaría al nivel de dicha naturaleza y casi que se elevaría sobre ella en un (siento decirlo) prepotente rictus Deificante.
Hasta que no se hizo patente que El Evolucionismo no era más que el reverso tenebroso del Creacionismo, no fuimos capaces de siquiera dilucidar que ese Hombre al cual tachábamos de Primitivo fuera capaz de expresar en términos plásticos muy avanzados con sus pinturas la realidad Metafísica que lo rodeaba. Ahí estuvo como ejemplo Altamira y sus detractores, hundida en un mar de miserias hasta que los descubrimientos (casualmente siempre en eterna lucha con Francia) similares no tuvieron más remedio que cambiar nuestra percepción de ese Primitivismo Humano. ¿Qué es la imaginación y cómo topografía el ecosistema en el que se mueve?. ¿Acaso alguien se cree que un primer Homínido iba a coger pinturas para recrearse pictóricamente en un hostil ambiente? ¿Qué hemos perdido por el camino que es hoy por hoy, y aun creyéndonos superirores, IRRECUPERABLE?. Lo chamánico y la cosmovisión serán denostadas hasta el fin de los tiempos.
Todo esto ha sido para que medites en que quizás el inicio no es más que el final y el final el principio. Que esa línea divisoria que transforma las imágenes del libreto de Ars Natura y que las convierte en simétricas pudieran ser una gran metáfora de lo que a grandes rasgos nos ocurre como especie. Cada paso que damos, no estamos más cerca de un final ni de un principio, sino simplemente desplazamos la `línea espejo´ que convierte en equilátero todo lo que nos rodea. Vamos con lo musical.
"Deep Underground", de 15 minutos de duración, se mueve en esos entresijos Kosmische que hoyaron los primeros Tangerine Dream o Schulze. Biorritmos provocados por la guitarra (en su día era el maestro Conny Plank quien se encargaba de emular los sintes mediante mil trucos caseros) dan la sensación acuosa característica del Ambient tipo Eno y similares. Ríos de partículas en un sobrio, litúrgico clima que bebe también del selvático esquema de John Hassell y su Cuarto Mundo. Glosolalias de animales plañideros que se baten en cascada una savana eléctrica con la vista puesta en los años 70 y el protozoico inicio de los compositores franceses, el primer Vangelis, o los visionarios Alemanes (primeros Popol Vuh). Todo resulta mántrico y lisérgico, con una parte central cargadísima de efectos de retroalimentación sobre la que campean atisbos de unas melodías que adquieren la esencia de lo oriental. Lánguida, opiácea e inmersiva experiencia la de Tomás Florez. En el minuto 10 aparecen ranas, insectos, charcas y por ese curioso efecto de la Sinestesia llevada a la metáfora musical: gusto, olfato, oído y tacto controlados por sensaciones que no sabemos si nos pertenecen o se activan como pistones tal y como se haría si nuestro cerebro lo golpeara un Dios Loco con los palitos de un Vibráfono.
"Love Song" abre con una nota de la guitarra que parece rebotar sobre una inmensa y ciclópea lámina de metal; drone vestido de gala que se torna grande y sinfónico, esta vez sin perder su morfología sonora de guitarra y con motivos melódicos que emulan cuerdas y sintes de nombres olvidados. Imposible no acordarme del maestro GIRON y su impresionante gusto por el Kraut de orden Pastoral. Sigue "Northern Lights" que es una apabullante nana cósmica con unas líneas de guitarra preciosas que se mecen sobre oceánicos, abisales fondos electrónicos. Conforme avanza el corte y nos adaptamos a su ritmo sincopado nos convertimos en un solo ente. Fusión y Permafrost (curioso si tenemos en cuenta que el andamiaje compositivo roza el rock desértico). Finaliza el disco "Long Way Home", en plena visita guiada a una placa tectónica o al batir del oleaje en un ciclópeo acantilado, con ese aire redentor que suele tener el Ambient cuando se torna terrestre. Gaviotas en fisión, viaje astral incluído, ARS NATURA efectivamente emula a la naturaleza pero, conforme más lo escucho menos seguro estoy de que la propia naturaleza no esté emulando `otra cosa´. Quién sabe, quizás estamos metidos dentro de una putrefacta matrioska que nunca se da a conocer en su totalidad.
Mientras tanto, disfrutad de este precioso disco y de este prometedor artista.
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