miércoles, 29 de julio de 2020

UHURÚ - "UHURÚ" (LA TATUCERA, 2020)


Cada vez que voy a enfrentarme a un nuevo trabajo de J.G. ENTONADO o de JOSE MARÍA PASTOR tiemblo. Imperceptiblemente pero tiemblo. Creo que esta será la veinteava reseña o así que escribo sobre su corpus musical y es raro que repitan esquemas, así que con Uhuru no va a ser una excepción; pero claro, cuando un músico define su trabajo de esta forma, ¿qué podría yo añadir?:  

"¿Cómo se puede tocar la guitarra y el bajo TAN MAL y sacar una música tan apabullante? Además, cantando fatal; unas veces parezco una marioneta a la que le están pillando el cuello con la puerta de un armario y otras veces parezco idiota al pronunciar una serie de frases incongruentes y gritos desmedidos. 

Así de claro y sincero se muestra Entonado, que no duda incluso en ir mas allá cuando afirma "Vamos, que Uhurù podría considerarse `porquería total´; pero que orgulloso me siento yo de esa `MIERDA tan personal que he fabricado´ (tengo el intestino completamente limpio desde que hice esa grabación; sólo me queda la flora bacteriana). Tan orgulloso estoy que hasta me da por pensar que debería dedicarme ya a otra cosa. Quizá me debería retirar y dedicarme a cocinar y a planchar,porque de limpiar retretes ya estoy harto… ya ni me inspiran".

Uhuru son J.G. Entonado (guitarra, bajo y voces) y Jose María Pastor (batería, percusión) en 21 minutos demoledores. Sobre el nombre puedo tirar de hemeroteca y es que Uhuru fue un satélite de la Nasa lanzado para el estudio de los Rayos X (12 de Diciembre de 1970), viniendo su raíz etimológica del suajili y traduciéndose como Libertad. Sociológicamente también entronca con la lucha de la independencia en África, es un Parque en Nairobi, un pico en el Kilimanjaro, un barrio de Tanzania, el título de un álbum de Osibisa y qué cojones.... ahora también un proyecto editado en LA TATUCERA que si investigáis y movéis hilos podréis conseguir en edición Cardboard Cdr.


Vale, pero ¿a qué suena esto?. Complicado, muy complicado. En resumen viene a ser una suerte de Noise rock pasado por un filtro de Lo Fi reverberante con ataques angulares en picado que pueden tanto recordarte a Frith como a una versión destilada del tema "Indians" de Anthrax.... complicado, ¿eh?. Claro y contundente Javier se encarga de deconstruir cualquier atisbo periodístico que yo pueda rozar cuando declara: 

"NoMeHaCeFaLTaPaRaNaDaSaBerMúSiCaySaBeRToCaRuNiNSTRuMeNToPaRaPoDerHaCeRLaMúSiCaQueQuieRo. En esos veintitantos minutos me CAGO en toda la música rock, en el jazz, en el flamenco;en toda la música y el arte que quieran imaginarse…en realidad me CAGO hasta en toda la música (sies que eso puede llamarse música) que he hecho yo hasta entonces (incluido Poliedro Kobold, con el cariño que le tengo)". 

O sea, que si me tomo en serio este disco corro el peligro de ser tachado de Fanático Enaltecedor y Engañabobos de Masas y si hago lo contrario y lo desprestigio, seré Aquel que no Sabe ver la Brutal Calidad en el Umbral. ¿Sabéis lo que os digo?... que me voy a quedar como Aquel que Hace, Dice y Escribe lo que le sale de su Apéndice Gonadal

(Máscara Funeria In Vivo de Jose María Pastor)

Un ritmo arrastrado, sucio y fangoso en "U" antecede la espectral voz de Entonado, suerte de crooner country mezclado con la forma teatral de entender el Noise de gente como Patton. La guitarra no es virtuosa, sino que simplemente se limita a rasgar un primitivo riff sobre el que se va acelerando la batería (pumba pumba pumba) de Jose María Pastor. El resultado suena a Anthrax regurgitados en versión Country. "h" es más extraña... flotan gruñidos vocales, acoples míminos y una sábana de reamplificaciones pseudo blueseras al más puro estilo Les Rallizes Denudes

Sigue uno de mis temas preferidos. "u" es quizás el más abstracto y similar a un Rock en Oposición desnaturalizado, ecolálico y dadaísta formando un retrato feúno pero jodidamente adictivo... la clase de discurso musical que me gustaría ver en directo y cuya estructura no está alejada del Crust Punk. Aunque no te lo creas, música apretada, barroca y con mala hostia que se finiquita con extrañísimas sístoles y diástoles (un diálogo) entre un acople de la guitarra y lo que parece un funesto arpegio al bajo (o no, vete a saber)... por si fuera poco, Entonado entona (toma ya, a ver quién supera poner estas dos palabras juntas) una homilía que parece mitad tailandés, mitad glosolalia.

(Ectoplasma identificado como J.G. Entonado)

"R" es incluso musical. Ritmo chulesco cuatro por cuatro, cercano al Proto Grunge, a la psicodelia áspera de Les Rallizes de Nudes en grado sumo (esa forma arrastrada de conducir la electricidad hacia un horizonte con calima). Al fin y al cabo, ni siquiera tengo pruebas de que Entonado no esté cantando realmente en Japonés. Destacar la batería de Pastor, que podría ganarse la vida en cualquier grupo de Hardcore si quisiera, sinceramente. Sigue "ú" y al contrario que Javier, yo subo el volumen: "A veces, cuando voy en el coche escuchándolo con el volumen a tope y me paro en un semáforo, mi educación católica sale a la palestra y me pide que baje el volumen (avergonzado de lo que estoy escuchando y temeroso de que me tachen de loco o de arder en el infierno)". 

Y subo el volumen porque quiero destruirme a mí mismo. Una APOPTOSIS mortimeriana en toda regla mientras destrozo mis tímpanos con "uhurú" y me doy cuenta de que esto no está tan lejos del proyecto Moonchild de Zorn (Patton, Dunn y Joey Baron). Avant Jazz, notas imposibles y sobre todo, sabor a cobre sangre en el paladar.

No son improvisadores, son unos hijos de puta malsanos que me han perturbado el día... a Dios gracias.

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