"Después de una mala noche de alcohol y sexo con un desconocido, Samantha comienza a experimentar síntomas extraños. Su vagina empieza a sangrar, luego su ojo, su piel cae, sus dientes ennegrecen... Y su humor resulta más y más agrio. El médico carece de respuestas claras y su madre, su novia y sus amigos comienzan a preocuparse. (FILMAFFINITY)"
Podemos establecer una especie de apócrifa trilogía de la descomposición corporal con estas tres últimas películas que han campeado por festivales de diversa índole:
* HALLEY (SEBASTIAN HOFFMAN; MÉJICO, 2012): excelente película Kafkiana llena de sórdidos matices y de una sombría fotografía. Ópera prima de su director y para mi gusto la mejor de las tres.
* THANATOMORPHOSE (ÉRIC FALARDEAU; CANADÁ, 2012): orgía gore de la descomposición a lo Franco-canadiense... con todos los atributos del cine gore extremo francés.
* CONTRACTED (ERIC ENGLAND; ESTADOS UNIDOS, 2013): que es la película de la que vamos a tratar en esta reseña.
Lo primero que me llamó la atención fue el bagaje de su director ERIC ENGLAND, que venía de rodar la infame MADISON COUNTY (2011) y un episodio de la artificiosa CHILLING VISIONS: 5 SENSES OF FEAR (2013), cosa que me puso sobre aviso de que la cosa podría resultar nefasta a tenor de lo visto previamente.
Intentando despojarme de los prejuicios, me dispuse a visionar CONTRACTED en todo su esplendor... de madrugada, con auriculares y un silencio de muerte a mi alrededor. El inicio promete, con una sórdida historia de necrofilia de fondo, un supuesto individuo evadido y que parece guardar un horrible secreto... y los primeros cambios de Samantha, que son lo mejor de este primer tramo del film. Gore comedido pero efectivo, bien llevado a cabo y sin miramientos.
El problema comienza cuando asistimos a una serie de errores garrafales del director en todo tipo de materias: desde la paupérrima consulta del doctor hasta la propia transformación de Samantha, y es que lo mismo la vemos divina de la muerte en una escena, que en la siguiente está medio podrida para luego estar semi-podrida y finalmente semi-divina de la muerte... no sé si me explico. Si a la tipa se le cae un mechón de pelo que le ocupa media cabeza y en los planos siguientes tiene un peinado de peluquería... bueno, pues algo falla.
De la madre de la susodicha es mejor no hablar. La mujer no se alarma por nada en absoluto (al menos no más de lo necesario) y le da un aire de inverosimilitud a todo el film que la posicional en la línea divisoria que separa la cutrez de lo al menos divertido. Personajes estereotipados, situaciones ridículas y calidad inversamente proporcional a las espectativas que tenía de ver la película.
Por cierto, el final para enmarcar... para enmarcar de lo cutre que es, claro. Otra buena historia que se va al traste por la torpeza de su realización.
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