domingo, 2 de septiembre de 2012

DE CAZA... LITERARIA

Aprovechando la tarde de ayer que refrescó bastante, tras un buen café y escucharme un buen disco me dispuse a entregarme al placer de la caza literaria, dejándome llevar por la intuición y el sexto sentido que lenta pero inexorablemente se va adquiriendo en esto de la arqueología del papel añejo.
Sorteando baterías de litio y anodinos libros electrónicos que me salían al paso para intentar dificultar mi avance hacia la librería de libros de segunda mano y de ocasión, llegué sano y salvo a buen puerto y tras unos buenos 45 minutos de intensa pero sosegada búsqueda, atesoraba en mis manos dos buenos libros (y una pequeña sorpresa) que ya posan con sus compañeros en su nuevo hogar.
EL TERCER TEMPLO, de RICARDO DE LA CIERVA, en Edición de Planeta (1992) y perteneciente a la Colección Documento, es un impresionante ensayo del historiador y político español (para más datos aquí un enlace para conocer algo de su obra: http://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_de_la_Cierva) sobre el SIONISMO y su significado en la historia de ISRAEL... todo un tour de force para lectores que quieran aprender y leer algo distinto y alejado de los best-seller tradicionales.

Por otro lado ayer encontré una rareza bastante difícil de encontrar (de hecho, pocas copias he visto por internet). EL TESORO DEL ATOCHA (1986) de R. DUNCAN MATHEWSON III es la historia de la búsqueda y descubrimiento del tesoro del galeón NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA, que transportaba un tesoro y que se hundió tras un huracán cerca de CAYO HUESO, FLORIDA. Un libro profusamente ilustrado y maravillosamente maquetado de cuando CÍRCULO DE LECTORES sacaba ediciones interesantes y al margen de otras editoriales. El libro en cuestión trae la sobrecubierta, lo que aumenta su valor entre los coleccionistas, aparte de estar prácticamente como nuevo... toda una joya.

Claro que no sólo de lecturas difíciles y arriesgadas vive el hombre, y como colofón al día de ayer encontré también un bolsilibro de INDIANA JAMES (concretamente el número 28, SIGLOS BAJO EL AGUA), que para los que no lo sepan, pertenece a una colección de unos 50 numeros de la que se sacó poca tirada (teniendo en cuenta las mastodónticas impresiones que se realizaban de otras colecciones y títulos) y que son bastante difíciles de encontrar (incluso en internet, que los números que he visto son pocos y encima caros para ser una novela de a duro). INDIANA JAMES salió en pleno declive del bolsilibro en los 80 y aprovechando el tirón de la película de INDIANA JONES, pero cambiando el título al cañí INDIANA JAMES para eludir derechos de autor. Las novelitas en cuestión son toda una delicia de situaciones rocambolescas, pulp barato y un aire surrealista e imposible nada desdeñable... para colmo todas estas novelas de aventura están narradas en una imposible e hilarante primera persona ¿Queréis una prueba?... allá va:

"Dándole sorbos al martini, recordé todo aquel jaleo. El British Museum de Londres, Imosis III.. Cuando vuelva a Inglaterra, pensé, tengo que pasarme a visitar a Maureen. Se portó como una mujer de verdad en todo aquel jaleo. Como una mujer de las que no abundan. Aunque yo, la verdad, haya conocido ya a más de una.

Olfato se llama eso.

Arrugué la nariz en ese preciso instante. ¿Olfato?.

Una rubia bastante robusta se estaba sentando dos mesas más allá, dándome la espalda. Sólo podía verle el pelo, bastante atractivo, sus anchos hombros como de jugadora de balonmano, y un chaquetón bastante traqueteado.  Pero al sentarse había hecho un par de gestos indescifrables que atrajeron mi atención.

Una mujer acostumbrada a moverse por el mundo tiene cierto aire... Qué sé yo, un algo.

Cuestión de olfato, digo.

No debía de ser egipcia, desde luego, a juzgar por el trabajo que le costó hacerse entender por el camarero. De todas formas, el tipo no hablaba ni siquiera mi inglés, así que no era nada extraño.
Pero no había mucho que hacer. Se quedó sentada allí, dándome la espalda, y listo.

Yo tampoco tenía muchas ganas de moverme. Hacía sol, era bastante temprano para mis costumbres, y ya saben eso que le entra a uno cuando se sienta al sol en un café de una de esas ciudades mediterráneas.

Pedí otro martini. Pensé "donde esté y a la hora que esté"... Eso que no veo televisiones, pero la publicidad se te mete por todos los poros. Bueno, y como dice la publicidad que "un martini te invita a vivir"; decidí hacerle caso..."

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