miércoles, 22 de febrero de 2012

SHIBUSA SHIRAZU ORCHESTRA - SHIBURYU



Hace frío a las seis de la madrugada en el Monte Fuji. Envueltos por una densa humareda, 23 individuos de sexo, género y edad desconocidos bailan desnudos al son de una extraña melodía que surge de los instrumentos de viento de algunos de ellos. El humo lejos de lo que pueda parecer, no proviene de la boca del volcán, sino de los saxofones, trompetas y trombones... sonido y humo bailan al son de una música que parece trascender el mismo tiempo y espacio. Místicas y prohibidas notas surgen del latón, y humo y ceniza primordial los cubre como una lluvia gris de un invierno nuclear. Bailando en una estrecha cornisa, funambulistas, mimos y otros extraños individuos desnudos ejercitan la comunión estrecha con la divinidad.

Una pareja de osos panda copulan sin parar desde tiempo inmemorial, en el eterno baile del esperma y el óvulo. El cielo, gris cobrizo, no muestra ni la noche ni el día, tan solo una sutil luminosidad suficiente para sacar reflejos del metal y de los brillantes ojos de los extraños músicos, que fijos en la infinitud de su letárgico estado, hace tiempo que ven sin el don de la vista... justo es decir que de ellos depende la quietud del equilibrio de orden y caos.

Al mismo tiempo que el oso panda macho descarga su cópula al orificio del volcán, rechazando la unión con la hembra, este entra en erupción, en un maremágnum de fuego que barre de un plumazo a los músicos de la cornisa. Esperma y óvulo maduran el óvulo durante 9 eones, transcurridos los cuales se abre como una flor y da a luz a otros 23 individuos indefinidos que comienzan de nuevo el ciclo...


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