Aun no teniendo ni idea de qué va todo este asunto o si el nombre fuere o no un seudónimo de Pepito Pérez, basta escuchar los primeros compases de "Momentum" para dilucidar que MAX WÜRDEN (1971) es alemán (Colonia). Según los datos que he podido recabar, su carrera musical comienza en 1987 tocando en diversas bandas de Indie, Jazz y electrónica para cambiar de tercio allá por 2001 componiendo bandas sonoras y recibiendo algún que otro premio por sus trabajos. Todo esto coincide con su dedicación casi exclusiva a las múltiples posibilidades de la guitarra como instrumento y por ende, al submundo del "Dronescape" o como quiera llamarse... cualquier cosa menos tildarlo todo de cinematográfico, cinemático y cosas así, moda bastante frecuente en los tiempos que corren y que realmente lo que hace es encasillar, diluir la inmensa labor de los artistas.
En este caso, WÜRDEN nos da más de 70 minutos de experimentación muy a la berlinesa con tramos que bien podrían recordar a SCHULZE mientras otros directamente beben de un ENO con HARMONIA al ralentí. No estamos ante un disco fácil; "Momentum" es demasiado largo y es fácil perder pie, pero existe en este tipo de sonidos eso que llamo "sinapsis" o dicho de otra forma, el Tempus Perfectum. El clima sensorio, anímico y espiritual adecuado para que las notas ejerzan el efecto (como un medicamento ni más ni menos). Si ese Tempus Perfectum no es el adecuado, no diferenciarás el minuto 1 del 69, y es lo que para mí da valor especial a "Momentum" (adecuado título para la reflexión, acabo de darme cuenta...).
El disco hay que valorarlo en el momento preciso, y esa es la razón de que haya tardado tanto en escribir esta reseña aun habiendo escuchado el álbum decenas de veces. Lugar, tiempo/momento adecuados... eso o probablemente darás una opinión bastante sesgada de un disco descomunal que crece con las escuchas pero que es lastrado por su largo minutaje. Si bien hay cortes donde la guitarra se torna lúcida y presente con atisbos de melodía, en otros la abstracción hace acto de presencia difuminando la realidad (en el sentido positivo). No quería citar ningún tema en concreto, pero es muy representativo el quinto "Momentum Replica" en que WÜRDEN pone toda la carne en el asador y se sublima a base de unos POPOL VUH mas cósmicos de lo habitual y que huyesen de lo étnico (pero transmitiendo las mismas sensaciones), línea argumental que podría continuarse en el séptimo "Function Of Time" donde se hace uso de una percusión mínima de tablas que me reafirma en el sustrato Kraut del asunto, aunque las idas y venidas de flashes electrónicos suenen a un VANGELIS del "Albedo 0,39" tratado medicamentosamente con neurolépticos. La guitarra doblada a sí misma es orgánica y la distorsión no llega nunca a emborronar el conjunto, sino que se busca el preciosismo, el adorno y el detalle que engarce pequeñas perlas en una música de alta alcurnia.
Para los Neo Oyentes de espinilla en boga esto es Pop Ambiental o incluso un híbrido Post Rock entre SIGUR RÓS y vete a saber qué. Para mí es un triposo, ácido momento congelado en el tiempo que os voy a resumir como os gusta (aunque no a mí)... cinematográficamente:
Durante 40 minutos una cámara enfoca una bola de espejos de discoteca que se mueve frame a frame en una asfixiante cámara lenta. Sobre el minuto 50 la bola empieza a abotargarse y nos damos cuenta de que está explotando. Los cristales no se están hinchando sino que están siendo expulsados del centro por la explosión en una oleosa deformación del tiempo que permite que los colores, reflejos y destellos hagan un puzzle imposible de volver a resolver. Minuto 60 y la forma de esfera ya no existe (posiblemente LYNCH se esté masturbando porque detrás de la bola hay cortinajes rojos). El fundido en negro llega justo en el instante en que un infinitesimal trozo de cristal refleja al oyente... tú, amigo o amigo, eres parte de la bola.
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