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viernes, 21 de agosto de 2020

ANA BÉJAR - "SAHARA STAR" (DISCOS BELAMARH BLM5, 2020)


"Es el final de los tiempos
Es el final de los días
Es el cielo con la tierra
Es una fruta podrida
En el suelo masticado
Un hueso ya sin semilla"

Que un disco como Sahara Star salga en este momento de la historia de la música no es baladí. ANA BÉJAR es parte de la historia musical (escrita, oral y sentida) de nuestro país, pero perdonadme que en vez de hablar en retrospectiva, y a tenor de los momentos sociales que se están viviendo a nivel mundial, hoy os hable hacia delante, sin retrotraerme ni un maldito segundo. Internet está ahí para quien precise información biográfica pero yo, salvo de terminados apuntalamientos retrospectivos que precisaré para sostener este texto, prefiero hablaros con las sensaciones que me ha provocado, y esas sensaciones hablan siempre de algo que está delante, nunca atrás... es decir, Sahara Star es un disco cinético, motriz, profusamente engalanado de belleza, y que discurre por una suerte de espiral imperfecta.

Cada vez que crees que vas a retomar parte de algo pasado te das cuenta de que lo has sobrepasado en la circunv(o)alación (hacia dentro o hacia fuera) de la espiral; no hay punto de partida per sé ni meta, llegada o fin. El aquí y ahora de 42 preciosos minutos de música que te tocan la espina dorsal, que alteran el estado perceptivo y con la complicidad siempre del oyente, hacen que te drogues musicalmente. Los sobrios y estáticos momentos en The Good Man (Luscinia, 2016), palidecen con mucho si los comparamos con Sahara Star, mucho menos rígido y anclado a ese primer Dream Pop o como diablos se llame... y posiblemente me equivoque pero se primer trabajo que aquí lo tengo en mi estantería, tenía algo de Cabaret itinerante que aglutinaba una maravillosa colección de ideas que es en este último disco que recoge en físico DISCOS BELAMARH donde se han sublimado. 

Su versión de "La Materia No Existe" de 713ºAMOR (Atardecenaranjainfierno; El Muelle Records, 2016) sería ejemplo radical de lo que Ana Béjar puede hacer a tu psique si se lo propone y el Ep intermedio Everything I Say (Madrugada Records, 2019) un descenso a los infiernos lánguidos de Julee Cruise con aliño de PJ Harvey... ¿o será Gospel Folk mezclado con canciones de cuna teratogénicas?. Para eso tienes tus orejas y yo las mías. Y este va a ser todo el repaso al pasado que voy a permitirme porque la vida son dos días y el horizonte me reclama. No voy a parar hasta que le de un beso con lengua al maldito horizonte.. porque dice una leyenda que me acabo de inventar que si lo hago, y el horizonte me devuelve el beso, de ahí a la cópula hay un paso, y de la cópula imposible a regenerar el mundo solo es un pasito más.

Sahara Star (toda la música de Ana excepto la versión de "Everything" de Vic Chesnutt y algún tema de con el apoyo compositivo de Jesús Martínez), masteriza Guillemo Quero y se graba entre Algeciras, Madrid y grabaciones de campo en Tánger . Los créditos completos vendrían a ser:

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Ana Béjar: vocals, guitar, keyboards, drum machine, shutri, mandoline. 

Jesús Martínez: guitar, keyboards, e-drums, bass. // Alfonso Pachés: drum machine songs 4, 8, 9. // Atthis: drones and piano, song 4. // Conrado Isasa: lap steel, song 5. // Gerardo Ramos: bass, songs 3, 10. // José Ojeda: piano song 5; guitar song 9. // José Vargas: field recordings song 9. // Matías Eisen: bass song 1. // Nacho Laguna: bass, songs 4, 9.

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"I First Came Blind" abre con unos toques percusivos que parecen un bodhrán. De forma desnuda la voz te arropa cuando hace frío y evapora los exudados de la muerte cuando estás en tránsito. Coros espectrales, minimalismo de guitarras que te mecen en un acuoso tempo surf evanescente y desértico (me atrevo a decir Californiana... como una versión más humana y menos motórica de Moon Duo o Wooden Shjips) y constante drone de fondo tan característico de la Shruti, instrumento que adoro desde hace muchísimo tiempo por su presencia meditativa. Si todo el Pop fuera como este tema la vida nos iría mejor a los humanos. El homónimo "Sahara Star" es una pieza de orfebrería con fantásticas programaciones percusivas y coqueteos electrónicos sobre los que brilla la acústica y un insistente bajo. Uno de los detalles (que se perpetúa a lo largo del álbum) es un procesado exquisito del sonido guardándose un perfecto equilibrio entre melodía y experimentación (puestos a metaforizar, en un torno de barro puedes hacer bellas piezas o modelar auténticas angulosidades sin sentido). 

Sigue "Rhoda", espiritual coda con Ana en apnea por los registros más altos de sus cuerdas vocales. Susurros Folk teñidos de acidez en una intro marcada por los teclados. Pasan 3 minutos como un suspiro y cuando entran las percusiones electrónicas me da la sensación de estar cayendo a una velocidad tan rápida que me deja el cuerpo en estado de embriaguez. Buceo en melaza sonora, puedo respirar bajo el agua el Soma musical de Ana Béjar y tararear sin ahogarme "If Got a Star". Como seguidor absoluto de los trabajos de ATTHIS no puedo más que quitarme la tapa de los sesos como dádiva y ofrenda. Hablando de ambientes acuáticos, ese piano me retrotrae a Sentimiento Oceánico (reseña aquí). Preciosos los espacios entre las voces y cómo sale a la superficie el sonido del bronce cuando vibra (quizás un cuenco tibetano, quizás electrónica procesada, no lo sé).


La frontera se traspasa con "Everything", para mí uno de los grandes temas del álbum. Pulsátiles aires tribales que transitan por la World Beat. Hay algo trágico en cómo se derrama el piano, en cómo Ana canta y dialoga con la mandolina, en los sprints oníricos a lo Nick Cave o PJ Harvey y si me apuráis, Jarboe sin la negritud inabarcable de esta. Si este disco hubiera salido en un país como Finlandia o Noruega habría reventado listas. El Pop exquisito, inteligente, hipnagógico y brutalmente introspectivo no es materia para oyente hispano, acostumbrado a pachangas monumentales de plazas del pueblo y guirnaldas infectas. 

Apasionante cómo se va creciendo "Haunting Eyes" en un etéreo Country. Bajo la voz y la guitarra hay algo magnético que me atrevería a comparar a las composiciones de Lynch con Badalamenti para Julee Cruise. Es la sensación de que cuando la música se acopla y permanece suspendida en ámbar acústico podría durar eternamente. Hasta el Aspergillus en una maldita tumba egipcia parece durar eternamente cuando se duerme. Despierta cuando entra en contacto con el oxígeno miles de años después... así es "Oxygen" (this is the way how all begins....). Una infección del alma como puente orgánico hacia la cover de Vic Chesnutt "Exile". Me niego a describir este tema. Si estuviera en pleno desierto viendo el atardecer y de repente el giro de la tierra se parara no me importaría lo más mínimo. Aquí y ahora, siempre Presencia. 

El tramo final pasa por las grabaciones de campo de "And Yet it's Not Night", otra obra de arte que puede recordar la faceta experimental de Ana con Carlos Suero en IO.  Sincopado viaje a través de motricidad sincopada, electrónica mezclada al ralentí con tal cantidad de detalles que te recomendaría ponerte auriculares. El fin de fiesta con su germánico nombre "Himmel und Erde", pero cantado en castellano, viene a ser un himno mántrico donde no sé que me pone más los bellos de punta, si las letras, la Shruti Box o la sensación de que algo se acaba para empezar otra cosa... o bien la seguridad de que la espiral nunca se acaba y ese horizonte al final no llega, y por lo tanto me quedo sin el beso con lengua.

***

(fotografía Jose Vargas)

Para terminar os dejo con una pequeña entrevista. Mi idea inicial era simplemente obtener vivencias y anécdotas con un pequeño cuestionario y usarlas para darle empaque a la reseña pero poco a poco fue adquiriendo forma y aunque mis preguntas resulten algo rígidas, Ana Béjar las dota de vida con sus acertadas respuestas:

Lo primero es que el disco me parece exquisito. Tras “The Good Man” y “Everything I Say” creo que tu música se ha sublimado y todo suena en un fértil plano meditabundo, melancólico y profundamente ensoñador. Los arreglos son preciosos y dignos de elogio. ¿Cómo surge la idea, proceso de grabación de “Sahara Star” y cómo eliges al impresionante plantel de músicos que te rodean?.

-     Cuando terminé de dar conciertos con “The Good Man” pasé un tiempo de colaboraciones con otros artistas mientras iba escribiendo las canciones e intercalando las sesiones de grabación de Sahara Star. También en esa etapa saqué un EP de versiones. Como ves, más que surgir de una idea o de un concepto determinado de disco, Sahara Star viene de una continuidad natural. La mayoría de los músicos son compañerxs que vienen de otras colaboraciones previas como Jesús Martínez, José Ojeda, Conrado Isasa o Alfonso Pachés, gente afín artísticamente y buenos amigos.

Viendo los créditos, uno se imagina a todos esos músicos tocando a la vez y seríais una big band de la hostia. ¿Es “Sahara Star” un disco de composición o de colaboración?... es decir, ¿qué espacio has dejado al libre albedrío de los músicos que te han ayudado?. Se distinguen perfectamente los drones neoclásicos del piano de Atthis y la huella personal en la forma de tocar de cada uno de los colaboradores.

-      Cuando le paso una canción a un músico para algún arreglo, conozco tan bien su estilo que confío plenamente en el resultado, así que intento que lo que añaden  permanezca, incluso si hay alguna leve imperfección en cuanto a sonido o ejecución, pues al fin y al cabo eso le da más vida. En cuanto a melodías puedo sugerirles cómo hacerlo, pero intento no dirigirlos, para que de ese modo lleguen a conclusiones que quizá yo no habría contemplado. En lo que se refiere a bajo, batería o sonidos y atmósferas en general es diferente, ahí no doy mucha soltura.

En esta ocasión casi la mitad de los temas están producidos y grabados los instrumentos por mí a excepción de algún arreglo. Es algo que ya hice con mi EP de versiones anterior, experiencia que me llevó a atreverme con canciones de este disco como ‘Exile’ o ‘And yet it’s not night’ o ‘Everything’. Las canciones que grabamos Jesús Martínez y yo llevan mucho peso de sus guitarras y el modo de concebir  arreglos, un contrapunto magnífico que creo equilibra el disco en su conjunto.

Imagino que no habrá sido un disco fácil Es un disco de canciones pero cada una de ellas parece abrirse hacia dentro como una espiral y la complicidad del oyente parece ser necesaria para ahondar cada vez más hacia el centro.

-     Cuando grababa en un estudio con la  banda al completo y grabábamos a la vez en diferentes cabinas, el proceso era totalmente opuesto al de ahora que trabajo en mi estudio probando y jugando sin tope de tiempo. Cada detalle ha sido sopesado, probado, rescatado, eliminado, vuelto a rescatar... un proceso siempre abierto que creo generan esas espirales que comentas, la sensación envolvente, la de ir desenterrando algo a cada escucha.

El equilibrio entre las bases rítmicas electrónicas, el folk y esa cadencia drónica del shruti box y el harmonium le dan a tu música un cierto perfil australiano,  americana también. Trip Hop que podría recordar a la escena electrónica nórdica (el Dream Pop noruego), partes experimentales, grabaciones de campo… “Sahara Star” es una joya que se abre con las escuchas. ¿Cómo demonios (tus ojos) te definirías a ti misma y a tu música ante un profano?.  

-       Es sorprendente, porque hablas de estilos que nunca habría considerado definitorios de mi música y eso para mí es positivo. Creo que el didyeridú australiano te puede recordar a las notas pedal del shutri box que toco en este disco, un instrumento muy folclórico con el que se consigue un drone y que te puede recordar también al sitar, la zanfoña u otros instrumentos folclóricos  de Asia o Africa que dan una nota constante por debajo, durante el desarrollo de una pieza musical.

Las bases rítmicas electrónicas que compongo son perfectas para trabajar esas canciones circulares que me gustan tanto, consigo cadencias casi tribales que con un batería en el local de ensayo no me saldrían, quizá porque a veces veo la fórmula rock como una prisión de la que escapar. Definirme me resultaría muy difícil pero dicen que hago rock experimental, rock de aristas, que continúo una tradición folk-rock..., con el prefijo ‘post’ a lo mejor se resuelve el acertijo: ¿‘post-folk’? ;-).

Discos Belamarh cuenta ya con un buen puñado de referencias pequeñas pero muy cuidadas. El futuro de la música no parece estar en los grandes estadios tal y como se ve en los acontecimientos del día a día. Llevas toda la vida en esto de la música; ¿qué diferencias hay entre la Ana Béjar de los comienzos y la Ana Béjar que se viste ese precioso traje que adorna la portada del disco?.

-     El verano pasado fui a presentar mi anterior EP a Radio3, al programa de Julio Ruiz, y éste me sorprendió con un extracto de una entrevista de hacía 20 años. Oí mi voz y me enterneció reconocerme, con tanto por aprender y por atreverse a realizar por delante.

He luchado por muchas cosas durante todos estos años: por ser escuchada y tratada en igualdad por el resto de mis compañeros a pesar de la etiqueta de “chica del grupo”, en tener el valor de hacer las cosas a mi manera y confiar, en continuar mi carrera a pesar de las dificultades... Creo que he conseguido una cierta autonomía que me permite disfrutar más de la música y estar abierta a un montón de experiencias y proyectos que me llenan de vida.

El futuro de la música no está en los grandes estadios, el mío tampoco lo fue nunca. Mi futuro estuvo en salas de mediano/pequeño aforo, esos han sido los escenarios donde he tocado mis canciones, muchas noches mágicas que no cambiaría por nada. Los artistas underground o minoritarios de este país seguiremos con nuestra música de una forma muy parecida a la era pre-pandemia, en el sentido que nunca fuimos programados en las fiestas populares, nunca nos invitan a estadios o a grandes festivales, no hemos recibido ayudas para sacar nuestros discos o pagar a los músicos, siempre fue un “háztelo tú mismo”; ya tienen a Loquillo para que dé esos grandes conciertos, esos que no ponen a la gente en peligro, porque ahora resulta que hay eventos que están protegidos por el Espíritu Santo y otros que son organizados por pequeños promotores o colectivos, que esos sí, esos son muy víricos.

  Dicho lo cual, ¿Cómo crees que trata este País y su industria musical a los artistas?... lo digo porque parecen primar más últimamente los pequeños (pero grandes) discos: Javier Arnal, Colis, Ojeda, Conde… gente que lleva toda la vida ahí pero que sin embargo parecen navegar contra corriente. 

-     No sé si es correcto decir que la industria prima actualmente a artistas como los que mencionas... Formamos parte de un colectivo donde cada pasito que damos es a costa de un gran esfuerzo. Claro que a cambio contamos con la total libertad de decir y hacer las cosas como consideramos. No tenemos nada que ver con el modelo de negocio de la música desechable/intercambiable/hit de spotify, canciones creadas para “petarlo” : ( , nada que ver con esa forma de consumir o crear arte, por eso somos libres de hacer las cosas a nuestro modo. Estamos al margen, atrincherados en carreras ya largas. No recibimos la atención o soporte que acaparan otros artistas de calado más popular. Me gustaría que el público supiera que cuando compra nuestra música está contribuyendo a que el arte más ‘local’ y no masificado tenga también su oportunidad. 

Hay algo críptico, intimista y onírico en el disco. En música y concepto. Si existe algo así como drogarse con música, sin duda “Sahara Star” es un trippy en toda regla. Viéndote con aquel gorro ruso en Málaga cuando tocaste en directo, y enrocando a este sueño musical que parece sacado de Carlos Castaneda no puedo por menos que preguntarte por las letras y concepto. Tu procedencia y África parece que tienen algo que ver con el asunto, no?.

-     Que Sahara Star te parezca un viaje es el mayor cumplido que puedo recibir. Viajé mucho de pequeña con mis padres, y luego todo lo que pude. Pero sí, sigo viajando con la música y me hace muy feliz si logro que otrxs lo hagan. Una vez se me acercó una chica en Berlín después de dar un concierto de voz y shutri, me dijo que había “hecho un viaje” y que no se  despertó hasta que dejé de tocar. Perder la noción del tiempo, ¿podría ser ese el concepto?

Temas como `Everything´ poseen una mezcla entre marcialidad y tribalismo que te desnudan el alma. Cuéntame algo de este corte en particular porque me tiene fascinado.

-     Me invitó Jordi Ximeno de Noaloha records al disco homenaje de Vic Chesnutt. Quise romper el encorsetamiento rock y grabé una base con mandolina y un ritmo muy profundo e insistente, lo demás fue fácil porque Chesnutt tiene mucha alma.

Tengo una duda que me corroe. Si estuvieras ante el fin del mundo, aquí y ahora, y escucharas “Sahara Star”, ¿qué efecto emocional te gustaría que provocara en el oyente?… lo digo porque hay escuchas en las que uno anda al borde del llanto y la melancolía y otras en las que parece que estoy sumido en un subidón de serotonina en vena que me deja una sonrisa de oreja a oreja. 

-     Que cause el efecto de un brebaje de Juan Matus por ejemplo, que a modo de psicoactivo que nos avive la sensibilidad y nos lleve por el camino del corazón. Es pedir mucho, pero no subestimemos el poder de la música.

Muchas gracias por tu música. Este es tu espacio para despedirte y expresarte como te plazca y prometerme que el subidón de `Exile´ no se me acabará nunca. 

-     Gracias a ti, y, según andan las cosas por aquí, a finales de este agosto maldito, sólo puedo decir “Que la fuerza nos acompañe”. Creo que las ganas de auto-exilio no nos van a abandonar por ahora...


"Es el cielo con la tierra
No dejemos que el fuego
Hiele la oscuridad
Bebamos vino caliente
En el invierno más frío
Dime cuándo nos perdimos, cuándo nos abandonamos
Dime cuándo nos perdimos, sin rumbo"


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martes, 18 de agosto de 2020

JORGE NUNO / LÄRMSCHUTZ - "FAUX AMIS VOL. 15" (Faux Amis, Cassette / DL, 2020)

Desde Utrech, el sello DIY Faux Amis concentra un montón de ediciones de Lärmschutz (Jan van Wessel, Rutger van Driel y Thanos Fotiadis) , agrupación de Free Noise holandesa con un puntito muy cercano a los Dead Neanderthals en cuanto a concepto, vértebra y desarrollo. Uno de los platos fuertes del sello son las colaboraciones con un montón de músicos afines de la escena noise/improvisación internacional, siendo este Volume 15 con el portugués Jorge Nuno un recomendadísimo ejercicio de música avanzada.

Sobre Jorge he escrito bastante por aquí; guitarrista muy versátil y ecléctico,  molécula integrante de Sign of the Silhouette (Spring Grove, Nu...), Dead Vortex (Event/RedShift) o Uivo Zebra (Uivo Zebra, Gancho) entre otros, aunque también inició hace poco su serie de grabaciones con otros artistas en Jorge Nuno Connection (reseña/entrevista aquí). Desde el AvantJazz hasta la Psicodelia más enrevesada, Jorge lleva en activo en la escena underground lisboeta la friolera de dos décadas, no solo con los proyectos que he comentado más arriba, sino también en agrupaciones dispares como Ensemble MIA, Lisamona, Riddle o Stereo Alligator.

Referencia número 51 de Faux Amis, la Cara A se graba por Jorge Nuno entre el 24 y el 29 de Marzo de 2020 para posteriormente masterizarse por Alan F. Jones en los Laminal Audio. Toda la música contenida en la cassette se realiza en el Confinamiento durante el Covid 19. 30 minutos en un tema titulado "Rua do Polo Sul" que se divide a su vez en 5 piezas con identidad propia que aprovechan los mil y un recursos que el portugués saca de una guitarra acústica. Improvisaciones minimalistas, eclécticas y exquisitas que abarcan desde mínimos esbozos melódicos a arpegios complejos, rasgueos, golpes en la madera, tensión/relajación de las cuerdas y que sin embargo, a pesar de todo lo que hermético que puedan parecer, consiguen bellos paisajes donde se atisba Folk, Blues e incluso un Acid Rock pelado de carne y expuesto en su más íntima y bella esencia. 

Me gusta especialmente cómo deja vibrar algunas notas mientras que otras son amputadas abruptamente para crear sensación de motricidad. Algunos pasajes consisten en el roce de objetos metálicos contra el tendedero del mástil y en otros el espectral Country Rock de Scott Kelly (Neurosis) se me viene constantemente a la cabeza. El tono seguido es en general tranquilo, sin exabruptos e histrionismos innecesarios, transitándose con fluidez por el espacio físico que abarca tanto la parte alta como baja del mástil... introspección meditabunda sin ningún tipo de postproducción ni truco electrónico o pedaleras y si escuchas melodías en dos planos es fruto de la maestría de Nuno a la guitarra. Impresionante "Rua du Polo Sul 5" que condensa melodías en las que cuesta no imaginarse un vibráfono a barrocas y abigarradas cascadas de notas tan juntas que en formato líquido serían un zumo depurativo.

La Cara B son dos terceras partes de Lärmschutz o lo que es lo mismo, Rutger van Driel al trombón y Stef Brans a la guitarra/mandolina; sin trucos, efectos, pedales ni postproducción y tomando como punto de partida la música del portugués... es decir, se sigue como discurso narrativo el clímax con el  que Nuno impregnaba su música para completar otros cuatro cortes en media hora que van de la abstracción pura y dura de vientos asordinados, sábanas sonoras de cuerdas (excelente diálogo del trombón con una guitarra de raigambre española y mediterránea), a partes que recuerdan al Gamelan Balinés a través de una mandolina que por momentos parece transformarse en Santoor. 

Esos detalles, unidos a la percusión obtenida de golpear la madera de los instrumentos (recurso sin el cual creo que no existiría el 80% de la improvisación libre) se alían para dibujar pasajes orientales. Cuando el trombón ejerce de solista, rezuman melodías características del Jazz `Noir´ nórdico (en los temas lentos de Atomic por ejemplo), aunque el inico de la cinta podría ser una apócrifa grabación de Paul Rutherford de la Spontaneous Music Ensemble. Es muy curioso ver cómo se expresan unos músicos acostumbrados al abordaje de sus trabajos desde una perspectiva Noise; el sosegado ritmo no va en detrimento de la altísima calidad de la música, que al igual que el la Cara A posee `Corpus Melódico Real´ o lo que es lo mismo, prima la composición a la improvisación agreste de este tipo de proyectos.

Sincopados soplos de trombón, mandolina tocada con arco o recursos percusivos de todo tipo, sea mediante toques del cuerpo del instrumento como secos pizzicatos, estamos ante Avantgarde de máximo nivel creado durante el ignominioso mes de Marzo de 2020. 

Recomendadísimo.

https://fauxamisrecords.bandcamp.com/album/faux-amis-vol-15-jorge-nuno-fa-51

viernes, 14 de agosto de 2020

LIERS IN WAIT - "SPIRITUALLY UNCONTROLLED ART (ALONE RECORDS / AR 088LPC, 2020)

 

Pongamos que me encuentro en el sótano de cierta tienda en Oslo donde hay una famosa pintada. La escena sueca siempre ha sido para mi gusto más potente que la deslabazada, inconexa y a veces amateur Noruega (lo cual no es malo en sí). Los mitos se perpetúan y muchas veces no necesariamente hay un trasfondo de calidad en el asunto. 

Pues bien, allí me encuentro; justo en el sótano vértice, maelmstrom/cruceiro de poder de una tienda donde yacen enmarcados un vinilo de Kiss con sangre de Euronymus y una botella de orina del cantante de Carpathian Forest. El dueño de Neseblod (vieja Helvete) no está de muy buen humor ese día y ante mis preguntas de cuánto vale tal o cual demo me responde en un seco inglés: "no tienes dinero para pagarla". Así. A la yugular. 

(primera portada en Dolores Recordings)

Se me quitan las ganas de preguntarle por la puñetera pintada del Black Metal de los cojones y me doy un garbeo entre la parte que sí puedo transitar libremente en un barroco sótano. En una esquina, un libro que es una joya... Swedish Death Metal de Daniel Ekeroth en una primerísima edición de Bazillion Points y tengo la tentación de meterle al dueño una buena hostia con el libro y gritarle: "imbécil, trátame bien que tenéis aquí al enemigo viviendo dentro!". Sólo hay que abrirlo un poco para darse cuenta de la potencia de la escena sueca cuya añeja vieja rivalidad yace allí enterrada en el meollo del lugar donde nació el Black Metal (bueno, no exactamente pero sí... o no); es como una bomba de relojería que algún día estallará en el tiempo y si creéis que no había pique entre ambas partes podéis leeros de cabo a rabo la recopilación de los Slayer Magazines (Jon Kristensen) que tan a bien tuvo en compilar Bazillion Points.

NihilistEntombedIn Flames, At the Gates, Dismember, Grave, Hypocrisy, Opeth, Unleashed, Marduk, Morbid, Deranged, Edge of Sanity, Merciless, Therion, Carnage, Carcass, Tiamat/Treblinka, Afflicted, Repugnant, the Haunted  y muchos más los capto de una sola mirada en el índice onomástico; un momento, también LIERS IN WAIT, toda una leyenda... una banda precursora donde las haya que en 1992 edita el EP de culto Spiritually Uncontrolled Art y de los que curiosamente he venido a escribiros (vale, si he venido a eso, y los presento así, entonces... ¿es esto un recuerdo, una anécdota, una reseña o una trampa lingüistica?; nota mental: dejar esto al aire para que el lector pierda cordura). 

Kristian Wåhlin (aka Necrolord) decide formar una nueva banda tras la disolución de Grotesque (de la que se daría forma a nada más y nada menos que At the Gates ya que por ahí andaba Tomas Lindberg). El pasito hacia Dissection desde aquí es corto, desde luego. El caso es que cada disolución en Suecia parece traer una leyenda aún mayor. El finiquito de LIERS IN WAIT sería DIABOLIQUE. El asunto es tan complejo y se ramifica más que una imagen metastásica en un escáner pero lo resumo rápido diciendo que para mi gusto, y según mi humilde opinión de `escribiente en un blog de mierda´, la escena sueca siempre ha estado por encima de los tres o cuatro nombres sobresalientes de la Noruega (porque está muerto, pero vaya tabarra le darían a lo largo de sus primeros años los Mayhem a Quorthon). 

Sigo un poco. Junto a la guitarra de Necrolord y a pesar de una serie de idas y venidas de otros integrantes, la banda que al final se mete a grabar esta pieza de arte es Johan Österberg (guitarras), Mattias Gustavsson (bajo) y Hans Nilsson (batería), encargándose de las voces Christofer Johnsson (de Therion nada menos). Se realizan un par de directos y unos cuantos se largan a In Flames y Eucharist, otros a Arch Enemy, Dimension Zero o bien forman Diabolique. El orden de todo esto lo investigas tú, que no estoy en las tareas del colegio. Por supuesto, la grabación se hizo en los Sunlight, qué duda cabe.

Un aspecto importante a tratar es que Wahlin se interesa por el arte mamando influencias de Caspar David Friedrich, Albrecht Dürer o Hieronymus Bosch... es prácticamente un adolescente (1995) cuando realiza la icónica portada del Slaughter of the Soul de At The Gates (junto con el logo si no me equivoco). Esta faceta se explotaría con cubiertas de Dissection históricas como lo son The Somberlain y Storm of the Light's Bane o incluso pasándose a la parte Noruega con Emperor (In The Nightside Eclipse). El resto de portadas que realiza son leyenda: Amorphis, Atheist, Bathory, Cemetary, Dark Funeral, Dismember, Edge of Sanity, Tiamat.... y cientos más.

Spiritually Uncontrolled Art ve la luz en 1992 a través del sello Dolores Recordings con una primigenia portada, no siendo hasta 1996 que Black Sun Records le da forma con su ya característica cubierta. Candlelight, Blackend y Darkness Shall Rise se encargan de mantener viva la llama durante cerca de 30 años hasta que la discográfica ALONE RECORDS lo vuelca al vinilo en una espectacular edición en vinilo naranja (mas reedición posterior en cristal clear y negro) con los 17 minutos del EP en la Cara A y un espectacular `etching´ en la Cara B. Yo, que estoy últimamente hasta las narices de reediciones, tengo que reconocer que el vinilo suena que DA MIEDO. No sé si se ha tocado el máster original pero desde el momento en que pones la aguja en el primer surco notas un pelotazo en el esterón y una nitidez que no son habituales en este tipo de ediciones.

Una pequeña intro atmosférica da paso a "Overlord", Old School Death Metal como mandan los cánones. Una enchufadísima base rítmica sobre la que planean sin cesar melodías de guitarra cortantes; la voz, algo más gutural de lo que luego se vendría en darse en el estilo `Gothemburg´ están ejecutadas a la perfección (y evidentemente recuerdan a los primitivos Therion). Pequeño espacio para un solo de guitarra mínimo y el resto todavía con reminiscencias a un Death Metal que bordea en Brutal Death americano. "Bleeding Shrines of Stone" deja entrever aromas Thrash en el bajo antes de lanzarse las guitarras a sotavento con riffs muy técnicos (Death y Chuck Schuldiner son influencia clara). Es fascinante ver cómo estos primeros ejercicios de género a caballo entre el Thrash y el Death hacen tanto hincapié en la brutalidad mientras posteriores y míticos álbumes fueron limando en pos de una melodía `marca de la casa´.

"Maleficent Dreamvoid" empieza atmosférica con teclados y acaba resultando uno de los himnos del EP. Rápida, brutal y sin concesiones con unas voces crudísimas al estilo Carbonized (lo de Christofer Johnsson da para artículo a parte), se permite incluso una bajada de tempo que me recuerda a los primerísimos Paradise Lost. Es en esta parte cuando entra el riff de guitarra que uno se da cuenta que esta forma de componer y tocar ya ha caído en desuso, una verdadera lástima.. breves voces limpias, una nota sostenida de teclado fade in hacia la homónima y grandiosa "Liers in Wait", apretada como una oferta de 3 por 1 en mandíbulas y dientes. 

Año 1991/1992, pieza de arqueología única antes de la globalización pero que refleja lo que se estaba haciendo en el metal extremo. Liers in Wait no suena distante en absoluto a Passage to Arcturo de Rotting Christ. Músicos adolescentes reventando el planeta en una primera oleada que ni de lejos pensaban iba a transformarse en la leyenda que es hoy día. En un minuto y pico al final y cerrando, "Gateways" sí que tiene en estructura/vértebra todos los ingredientes que saturarían el filón sueco... y sí, esos mínimos teclados amateur es lo que hizo distintos a Of Darkness y Beyond Sanctorum de Therion.

Subo las escaleras de Noseblod y acabo en una pequeña iglesia en Holmenkollen, al lado de la pista de esquí que alberga al famoso museo. Luego me doy un paseo hacia una vieja Stavkirke apartada pero accesible donde se está celebrando algún tipo de ceremonia religiosa. Ese mismo día me vuelvo a España y en un vídeo documental me entero de que he estado en una de las iglesias (ahora restaurada) que quemó Vikergnes

Eso sí, antes de irme paré a un lugareño y le pregunté: "Excuse me Sir, Black Metal?".... el cabrón, en vez de responder, se hizo el sueco.


https://alonerecordsshop.com/



WHELM - "A GAZE BLANK AND PITILESS AS THE SUN" (AESTHETIC DEATH ADCD 029; 2015)

Hace ocho años que la banda danesa WHELM pasó a mejor vida, así que bueno, esta reseña póstuma viene a hacer justicia con A Gaze Blank and Pitiless as the Sun, editado justo después de su separación tras un toque maestro con la masterización de los Priory Studios de Greg Chandler y cambiando el artwork original de Zdzisław Beksiński  por el de `Le Pandemonium´ (1841John Martin), para mi gusto de forma equivocada todo hay que decirlo.

Escuché este disco cuando salió pero no es hasta ahora que lo he conseguido en físico por cortesía del sello AESTHETIC DEATH y me reafirma en lo jodidamente bueno que es. La mezcla perfecta entre Death/Doom, Sludge y toques hardcore era bastante común en esa franja de años, pero Whelm te puedo asegurar que lo hacían mucho mejor que otras bandas que han tenido más éxito.

(portada original de la versión digital)

Un primer acercamiento al sello TOTAL RUST de Israel consigue que se distribuya mundialmente su primera demo "The Prologue" y ya con la banda muerta y enterrada AESTHETIC DEATH apuesta por reeditar el álbum en 2015; desconozco la repercusión que tuvo, pero para mí es una joya a reivindicar que admite decenas y decenas de escuchas. Trabajado en todos sus más íntimos detalles, tienen la particularidad de no sonar nunca demasiado Sludge y sí más Funeral, lo cual engrandece la epicidad de unos riffs de guitarra magistrales ("The Brazen Bull" o "From the Trenches of Perception"). Eso sí, el inicio del disco con "Tann Dokka Joro" suena a My Dying Bride del 2000 en adelante por los cuatro costados.

Si hay un tema que revienta cánones es el hipnótico "Perpetual Blindness" con voces a medio camino entre las lánguidas soflamas de Darren White en Pentecost III de Anathema y el Post Hardcore de Kongh, Cult of Luna o Ancestors. Impresionantes notas de algo que parece un sarod/vibráfono oriental (o similar) exudando una pátina de negritud sin precedentes. Mientras las voces limpias están arriba, abajo en respuesta una guturalísima homilía pone los vellos de punta cerrándote con un espasmo el esfínter anal. Amplios y bellos pasajes instrumentales en "Delphine Lalaurie" rozan el Funeral Doom (anticipando discos que luego romperían la escena como el último hasta la fecha de los portugueses Process of Guilt) con fastuosos crescendos instrumentales apoyados en una doble guitarra que sube y sube impertérrita hasta cotas de una intensidad casi insoportable para luego caer abruptamente en tempos de animación suspendida tipo Corrupted, Worship y similares.

Ese toque experimental roza lo Sumerio en la bella coda "The Wrecked Orchestra". Un Cello (quizás a través de teclados) y ese Sarod por encima resultan opresivos. Donde quizás salgan más los toques Sludge a relucir (tipo Aldebaran, los de Portland) sea en los ocho minutos de "Ghosts in The Undergrowth" que para no tener que explicar demasiado, comentar simplemente que citan como agradecimientos en los créditos a Moho.  

A pesar de ser el tema menos trascendente, se las apañan para crear una muraña impenetrable con una férrea y cuasi marcial base rítmica que se abre paso a arreones. Tal y como van floreciendo a la superficie las gotas de un objeto pesado que se sumerja en ponzoñosas aguas, el Funeral Doom acaba por impregnarlo todo y sume al disco en un fade out acoplado con el que cogemos aire. Nos quedan los 12 minutos de "Event Horizon"... voces limpias, aromas pseudo acústicos en una aleación perfecta entre un fresco Funeral Doom y un hermético Sludge que ya por la parte final vira hacia una atmósfera tan épica que pierdes pie. Ya no importan los estilos sino la inmensidad de un disco que merece ser rescatado una y otra vez. 

Hay bandas que con una décima parte llegan muy lejos. Es la moraleja de la música. WHELM y su A Gaze Blank and Pitiless as the Sun son una obra de arte. Poneos los cuatro últimos minutos del disco simplemente y me contáis. 

Además, son Daneses y no Finlandeses, que se lo tienen muy creído estos últimos. Que se joda FINLAND.

https://www.aestheticdeath.com/releases.php?mode=singleitem&albumid=1438


martes, 11 de agosto de 2020

BOMIS PRENDIN - "CLEAR MEMORY" (MENTAL EXPERIENCE MENT030, 2020)

BOMIS PRENDIN se forman en 1978 en Washington DC, aunque no es hasta 1984 que editan Clear Memory, objeto de culto desenterrado por Mental Experience (Guerssen Records) en todo su esplendor tanto en LP como CD, o lo que es lo mismo, la única reedición que ha tenido esta cinta de cassette (C45) desde que viera la luz en ARTIFACTS, originalmente un sello y luego un colectivo de músicos de Richmond. Por cierto que la reedición está fabricada desde el Máster original y cuenta con booklet de 20 páginas con liner notes del prestigioso Klemen Breznikar (It´s Psychedelic, Baby).

Tras Test (1979) y Phantom Limb (1980), editados en Flexis de 9" (con carpetas gatefold incluso), se ganan el `acceso directo´ histórico sonoro que ha resultado ser en la arqueología musical más soterrada la Nurse With Wound List pero... ¿quién diablos son BOMIS PRENDIN?. 

Colectivo de ruidistas y artistas sonoros, pioneros de lo industrial DIY, manipuladores de pedales analógicos, deconstructores de grabadoras de cassette, anarco transformadores de juguetes, creadores de impulsos en viejos teclados y, finalmente, banda de rock, Bomis Prendin entran dentro de esa caterva que va desde los Cabaret Voltaire de la banda sonora Change Versus Causality a la fealdad iridiscente de los primeros discos de Chrome, para pasar por el torno férrico-ferroso de Throbbing Gristle, Faust, Zga y Kluster. Eso sí, todo con aroma a Residents y a Neo Romanticismo de feria del pueblo. 

Como todo colectivo, me cuesta averiguar la formación, pero me lanzo a la piscina (electrificada), miro mis archivos que ocupan dos veces el sótano del Vaticano y me aventuro a citar a Bill Altice (también llamado Deke Naptar, Rodney Maydnar y Mr. Megaton), integrante de una agrupación de Free Jazz experimental llamada Big Naptar (formados en Richmond, Virginia) y cuya única aparición discográfica si no me equivoco es el tema "Cross-Country" en otro Flexi recopilatorio de 1978 llamado Artifacts Vol.1. El resto de la formación se compone de Candee (atmósferas), Corvus Crorson (ruidos), Miles Anderson (guitarra principal y voces) y Bomis Prendin (teclados, percusiones, voces y manipulaciones varias). 

Dije que me lanzaba a la piscina y la razón es que no tengo claro si el citado como Bomis Prendin es un ente antropomórfico o hace referencia a la banda en sí, porque dependiendo de los créditos consultados en los Flexis se le cita como `The Man´ y otras veces como `The Band´. Todas las fotos de época son un cuarteto, así que ya podéis atar cabos. Al respecto, me contesta Corvus Crorson en Facebook amablemente resolviendo todas las dudas que tenía sobre la formación:

"A couple of clarifications, for the record: Although we dedicated this release to Candeee, she was NOT on CLEAR MEMORY. Bill Altice, although an early member of Bomis Prendin, is NEITHER on CLEAR MEMORY, nor is he RODNEY MAYNARD, one of the MANY names used by the late MIKE SIZER. Nheu Busch AKA Hungry “Isaac” Hidden, is DEFINITELY all over CLEAR MEMORY. Personnel: Bomis Prendin, Miles Anderson, Hungry “Isaac“ Hidden, myself (Corvus Crorson)."

Antes de entrar en materia con el contenido musical de Clear Memory me llama poderosamente la atención el hecho de que Bomis Prendin yacen en esa extraña cuneta norteamericana (tierra de nadie o exilio) donde van a parar los experimentadores y ruidistas que no se meten dentro de la corriente academicista que existía en las Universidades (con sus sellos discográficos propios, sus patentes de sintetizadores `de escuela´, sus tesis infumables y su sobrio giro posterior hacia una conexión con la World Beat, New Age incluso que también fuera característica del postrer Krautrock). 

La Clásica contemporánea y la Electroacústica tenían vida propia a finales de los 70; si estudiabas al amparo de John Cage o Riley, de Philip Glass y otros, pues tenías un currículum más que asegurado (lo que yo llamo `in C´ o `In Curriculum), ahora bien, si tirabas por ese cruce de caminos onírico del Jazz-Rock el asunto se tornaba más complicado. Quizás en Europa era un pelín más fácil y Henry Cow o Cassiber (cito a estos últimos porque la manipulación de cintas de Bomis Prendin me recuerda mucho a ellos) acertaron al alejarse de lo ruidista, electrónico e industrial. 

Sea como fuere, la base de todos estos grupos siempre es el Jazz, el Pop rock pseudo-psicodélico y las gotitas de Zappa, y desde ahí van adquiriento identidad propia; una base molecular compatible al Downtown Neoyorquino (Zorn, Ikue Mori), al Free Jazz de la AACM de Chicago, al Kraut Industrial (Kluster, Faust, Einsturzende Neubauten) o al Rock en Oposición (Henry Cow, Art Bears, Cassiber) y Zeuhl (Magma, Eskaton...).

(contraportada de Phantom Limb)

Lo que sí hay que tener claro es que cuando pinchas Clear Memory la sensación de irrealidad irrumpe en tu cómoda vida (de mierda). Todo ese brutal poder de la cultura del cassette y la escena electrónica experimental DIY de finales de los 70 rompe con "First Light"... sobre lo que parecen samplers de aves y ambientes selváticos, en lo que es una recreación algo más sintética del Fourth World de John Hassell/Brian Eno (Possible Musics o Dream Theory in Malaya), flota una línea juguetona de teclado aflautado trenzado junto a un órgano; sintético pero con Post Punk y ambiente gótico teñido de lugubres pasajes, parece un cruce entre My Life in the Bush of Ghosts (Hassell/Byrne) y una destilación primitiva de Joy Division. 

"French Passport" parte de la angulosidad del Noir Jazz underground neoyorquino para crear pasajes bizarros (Chrome por bandera) con una guitarra especialmente brillante en comunión con impulsos Funk cargados de groove... y si te parece exagerado pues espérate para la pátina motorik de las bases rítmicas Kraut de "Respect the Road" (a lo Kluster con K, con C y con Q). 

Sigue el minimalismo en "Street Without Lunch", mucho mejor que la mitad de bandas de SynthPop/New Wave que reventaban pistas de baile, género que luego vuelven repetir en "Keep the Letters". Cierto es que la guitarra suena acaramelada pero la música es compleja en ambos cortes y su alto grado de lisergia dilapida el electropop del fin de milenio. Tampoco estaba tan lejos (dos años) los Spacemen 3 ahora que lo pienso. Tras el corto puente de juguete "Why Blondes Eat" (similar a "Busy" en el tramo final) sigue el himno "I Don´t Want", puro Dream Pop y Shoegazing pegadizo como la gran (y única) descarga de una silla eléctrica. Tan raros mínimo como The Residents, entiendo la razón por la que Stapleton los incluyó en la NWW list.

El corte más largo del disco es "Hell´s Little Ransom", auténtica gozada que sublima el término avantgade. Guitarras tocadas en glissando en segundo plano, omiscientes teclados que se abren al Cosmos y minimalistas coqueteos con la Kosmische... pero eso no es todo; que me amputen un huevo si no hay toque a las tenebristas BSO de Carpenter. Alucinante alunizaje (vale, es una mala combinación de palabras, lo sé). "Forced Delgith/Debris Factory" me trae a la cabeza la suciedad de Jad Fair / Half Japanese, con clímax brutal de guitarra Noise al más puro estilo Frith para continuar con la industrialidad industriosa (otro juego de palabras erróneo) de "Jumpstart" y la vuelta al Noir Jazzístico neblinoso de alcantarillas humeantes de "Robop"... no me quito de la cabeza que con un saxo esto sería The Lounge LizardsJames White & The Blacks. Una flipada.

Pop Rock barroco para "I Walk the Lawn" (¿he dicho que las guitarras son de otra galaxia?), mitad surf, mitad garaje psicodélico y con un tempo anómalo que hace que parezca que va hacia atrás, contrasta con la casi progresiva "The Big Horizon", incursión en la Kosmische o la música electrónica francesa o incluso Vangelis. Si habéis llegado hasta aquí (gracias), notaréis la profusión de nombres que he ido soltando... pero es que lo de BOMIS PRENDIN es de otro planeta; tanto es así que se permiten finiquitar el disco con un apócrifo, teratogénico tributo a la música Disco Funk como es "Integers".

En la versión en CD se incluye "Endocircumeventual" que toca el Jazz Fusion para que el catálogo de estilos quede cubierto. Hacía tiempo que un disco no me dejaba tan tocado como este Clear Memory, otra joya exhumada (y van unas cuantas) por MENTAL EXPERIENCE.

https://guerssenrecords.bandcamp.com/album/clear-memory


domingo, 9 de agosto de 2020

Ξέρα - "Ξέρα" (KSI, 2017)

Formados en Tesalónika (no, no es un Salón de Té, sino un sitio de Grecia), el cuarteto de Hardcore, Crust y Punk Ξέρα (KSERA para los hispanoangloesperanto parlantes) tienen en su haber un buen puñado de singles y Eps entre los que se encuentra este homónimo 7". Sobre la formación poco puedo decir salvo que uno de los integrantes es Σωτήρης Γκέκας (Sotiris Gekas), personaje multicelular de acabado antropológico metido en mil y un historias en el Underground griego (ultra recomendado su proyecto de Electro Techno Tribal, Millions of Dead Tourists) y al que conocí gracias a la serie imprescindible de recopilatorios de Protos Orofos, especie de colectivo/comuna/metástasis biohumana que organizan conciertos de electrónica y demás lindeces experimentales en una oficina situada en 20 Olympiou Diamanti Str. (Tesalónica). Para más datos pinchar aquí y aquí.

En cuanto a la música, 6 cortes de minuto y pico de duración en su mayoría donde se hace hincapié en los acelerados ritmos del DBeat y el Hardcore Punk... es decir, bajos penetrantes, ritmos cuatro por cuatro y una mala hostia en las voces de esas que te hacen acordarte de Napalm Death en sus primeros tiempos (allá por Lee Dorrian D.C.). Grabado, mezcado y pasterizado en Stereotype Studios, si te gustan estos estilos aquí tienes una dosis bastante intensa en la que aunque no se llegue a niveles Grind sí que hay bastante de Crust malsano de ese que recuerda a imperdibles puestos en pezones.

https://weareksera.bandcamp.com/album/6-tracks-7-ep

MASS CULTURE - "PRIMAL/EPHEMERAL" (SWEETOHM RECORDINGS, NOTHING TO HARVEST RECORDS; 2018)

"Spiraling. As we did. Forgetting. As we do"

Formados en Grecia en 2011, MASS CULTURE forman parte de ese profunda ciénaga de Post Hardcore que tanto me atrae del underground greco sonoro. En formato cuarteto, tienen miembros de sitios como Trípoli, Sparta y Atenas. Debutan con un Split con la banda (también griegos) Fields of Locust (2013). En 2014 en formato cassette editan Amoralism (EP) y no es hasta 2018 que los sellos Sweetohm Recordings y Nothing to Harvest Records sacan este tremebundo Primal/Ephemeral en un precioso vinilo (verde o violeta translúcido) que se viste con el apabullante artwork de Putrefurnaced Guerrilla Graphics.

Completando los detalles técnicos, la grabación se realiza en Piper Studio para posterior masterización de Karl Daniel Lidén Produktion haciendo resaltar nítido pero con una fuerza inusitada el Post Harcore y Sludge que tocan Mass Culture. El acabado técnico a todos los niveles es por tanto digno de elogio, desde la impresión de la carpeta por la capa rugosa del papel que siempre ayuda a este tipo de diseños monocromos al sonido, que como viene ocurriendo en todas las ediciones que he recibido hasta la fecha desde Sweetohm Recordings, pueden comprarse casi que a ciegas (por precio y por calidad). Evidentemente, cuando hablamos de estos sonidos tenemos que remitirnos a Neurosis, Cult or Luna e Isis (especie de triunvirato molecular que los arqueólogos del futuro analizando encontrarán rastro en más del 90% de todo lo grabado en estos estilos en las últimas décadas). 

Sin embargo, cuando le das varias pasadas al disco te das cuenta de que cada cara del plástico funciona como un todo (los temas se suceden casi sin solución de continuidad) y la muralla impactante de los riffs de las dos guitarras inducen al trance. El tratamiento que se le ha dado induce al trance mediante el mantenimiento constante de un pulsátil flujo que te horada (mientras la base rítmica provoca serrín óseo, las guitarras juegan en paralelo a construir barrocas escaleras de sonido donde cada el cemento se ha sustituido por bilis solidificada). Mientras que otras bandas afines del sello como CALF juegan a mantener un ritmo cuasi Drone e incluso coquetear con la pseudoelectrónica que se obtiene de llevar al límite las pedaleras, Mass Culture es una banda revienta cervicales en toda regla como lo demuestra la apertura "Του φόβου η φωνή" (que me pellizcen un huevo con unos alicates si no suenan a Lords of Bukkake). 

I've seen the signs (Swollen) / burning in me. (Oozing)

Harvest the Moon (Wholesome) / as we are one. (Driven)

A pesar de lo directo que puedan parecer, hay suficientes subidas y bajadas de ritmo como para considerar que hay una base potente de rock instrumental (la infame etiqueta Post Rock) pero los aires experimentales y las subidas incesantes de intensidad a mí me traen a la cabeza a Yob y buena muestra de ello es la manera de abrir "The Tower Turned Into Strength", estilísticamente similar pero con un deje Death metalero con detalles suecos en aquí y allá (el límite o la etiqueta la pone tu puñetera mente) ayudado por una voz más gutural (o al menos eso me parece). En cualquier caso, además de los grupos antes mencionados, fans de Amen Ra, Fall of Efrafa y cosas así ya pueden irse estimulando las gónadas. "Dismantling the Knots" cuenta con un impresionate pasaje pseudo Progresivo, bajadas a tempos Doom, unos magnificentes coros a dobles voces y si ahora me pellizcáis el otro huevo que me queda con los alicates, casi que diría que ciertas vibraciones Black metaleras (atmosferic way). Sin  darnos cuenta se conecta con "Binaural Phase Infection" (aquí me lío, porque en el vinilo la titulan "Phase I" y se continúa con "Phase II" en la Cara B).

Le damos la vuelta al plástico y "Phase II" junto a "Π" se mezclan en un arrastrado carrusel Post Hardcore de libro. Las voces más ácidas que beberte un cartón de leche abandonado un mes a las inclemencias del desierto. Sincopados ritmos guiados siempre por la base rítmica que vertebra y construye para que las guitarras se explayen en cabalgadas que te dejan helado. Mis oídos agradecen la apertura melódica y tranquila de "Harvest" pero pronto te encuentras metido otra vez en plena vorágine... es curioso, pero la sensación que me dan Mass Culture es la de estar luchando por permanecer en la superficie mientras las aguas de un inmenso remolino me reclaman para que bese el fondo. 

Tramo final de órdago con la cuasi Death Metalera (otra vez con algo sueco flotando) "The Lord to the Living One's Mountain" con pasajes instrumentales de una altísima calidad e intensidad (joder, hablando de intensidad, es que no bajan la guardia un solo instante) y el punto y final con la hímnica "What Remains of Grace" que dilapida cualquier atisbo de luz con ese aire crepuscular que tienen los grandes temas finales de los discos... epicidad y la sensación de que te estás encogiendo hasta el tamaño de una putrefacta molécula. 

Soberbio muestrario vocal en el clímax final que te pone los vellos como escarpias. No sé si existen las hostias de 100 dedos pero esto es algo parecido.

https://sweetohmrecordings.bandcamp.com/

https://nothingtoharvestrecords.bandcamp.com/

https://massculture.bandcamp.com/album/primal-ephemeral

THEY LEAPT FROM BURNING WINDOWS - "DEMO 2020" (LYCAEAN TRIUNE LT06, 2020)


"Dead monoliths looming over the
icy landscape
the snow swallows sound then defecates silence
as it collects
out side of our dwellings
Where life has become frozen
out side of our dwellings
While the rest of the world burns."

Puedo imaginarme al buen de Jon "Metalion" Kristiansen recibiendo aquellas viejas promos en cinta de cassette en Oslo. Una ciudad que se suele adormecer a las 5 de la tarde, donde hace un frío que te quita las ganas hasta de tocar el mástil de una guitarra. Slayer Magazine recogería las primeras eclosiones del Black Metal nórdico, que de forma ultraprimitiva no dejaban de ser garajeras versiones de un Thrash Proto involucionado y ruidoso. Hoy, a 9 de Agosto de 2020, aquel género cuyo epicentro nórdico (Suecia y Noruega) no ha parado de brotar en todo el planeta (estoy a la espera de encontrar alguna banda de Black Metal de Corea del Sur, a ver si puede ser), es un fenómeno que ha pasado por tantas etapas como uno quiera imaginarse.

Yo, que más quisiera poder sentir en mis carnes la emoción que tenía que sentir Jon Metalion al abrir su jodido buzón, me encuentro en el mío un paquete que viene nada más y nada menos que de Anchorage, Alaska hace que me embargue la emoción del sentir, del rasgar, del sacar y del poner. Oler una cassette que ha sido tratada con amor por el sello LYCAEAN TRIUNE y que coeditaría aquel impresionante, malsano disco del que os hablé hace poco llamado That Which Whets the Saccharine Palate de la banda YALDABAOTH, otro de los grandes fichajes/descubrimientos de AESTHETIC DEATH (reseña aquí).

Os estoy hablando de la banda THEY LEAPT FROM BURNING WINDOWS y su Demo 2020. No es Black Metal nórdico, pero viene de una de las zonas más heladas y agrestes zonas de Alaska. Si algo define a los 30 minutos que dura el trabajo es un sonidazo inhóspito, helado, arrebatador como clavarte una astilla o estalagtita de hielo en una víscera. Un tempo rápido, implacable y sucio donde unas guitarras cortantes como el filo de un bisturí trazan estrías en la espina dorsal del oyente. Lo que llevo años sin escuchar de bandas Noruegas es aquí captado a la perfección; voces que se mimetizan con el tono agudo de la afinación de las guitarras con algún contraste más gutural (como mandan los cánones) haciendo de contrapunto vertebral a temas que se desarrollan y fluyen como venas rellenas de mercurio líquido.

Pocos datos biográficos puedo dar salvo que son un duo y se conectan con los Yaldabaoth y sobre todo Arria Paetus. La demo se graba en Lycaean Triune at the Unsafe Space en Anchorage, Alaska y se mezcla por Will Killinsworth (Dead Air Studio). El impresionante logo Old School de la portada (que casi que es la portada entera en sí) es de nada más y nada menos que Christophe Spazjdel (Emperor, Borknagar, Moonspell, Old Man´s Child... creo que lo mejor es que os paséis por aquí porque son 30 años diseñando Logos). THEY LEAPT FROM BURNING WINDOWS ya tenían una demo previa de 2015 (Slash Your Flesh, Drink To Death), un par de temas en algún recopilatorio de 2017 (Fairview Fog) y pare usted de contar. Por cierto, en una búsqueda exhaustiva sólo he encontrado 28 bandas de metal extremo en Anchorage, 9 o poco más haciendo Black Metal.... nada, un dato que dejo ahí para los estadistas.

Abre "Intro" al más puro estilo años 90. Riffs de guitarras crean un sucio y visceral fondo; una melodía minimalista en un hipnótico trémolo compite con el sonido de fondo del viento hasta que llega un `fade out´ con sonido de pasos en la nieve. Sin pausa arrancan los diez minutos de "Ceo Dlúth" con todo el viejo magnetismo ancestral del Black nórdico. Doble bombo inhumano acompañando a una percusión versátil, que lejos de estancarse un solo segundo  va revolviéndose dentro de las dificultades de tocar a semejantes velocidades (Marduk, viejos Satyricon, Carpathian Forest...). De fondo aparece y desaparece una sutil sábana de teclado atmosférico mientras la voz tiene el tono/timbre de una griega que se abre en el hielo; un ciclópeo `Crevasse´ que transcurre inexorable y que se desgañita soltando letras que masturban a la Madre Naturaleza. 

Un breve pasaje ambiental nos sirve para coger fuelle. Se baja el tempo y se discierne ese soniquete del teclado. Aparecen voces limpias al más puro estilo Pagan y luego vuelta a la paquidérmica parte principal (uno de los puntazos del tema en esta parte es que se deja al mismo volumen los sonidos de viento creando una sensación impresionante). Entre todo el maremágnum brillan unos apabullantes solos de guitarra muy melódicos en modo bucle haciendo que resalte el bajo que durante toda la grabación se reduce a cumplir su labor rítmica. 

Dos toques de campana y empieza "Jamais Vu" con dobles voces imprimiendo cierto cariz Death al acabado; a pesar de la distorsión todo sonido es perfectamente audible (un 10 a la producción para mi gusto) y tras varias pasadas a la cinta te das cuenta que hay un muy buen nivel técnico, sobre todo en este corte que está plagado de detalles difíciles de captar por la velocidad a la que se toca.

"Bitterant" rompe con lo anterior empezando de forma más lenta, y manteniendo un tiempo algo más lento reminiscente a los primerísimos Dimmu Borgir del For All Tid. También puede recordar a algunos de los primeros discos de Darkthrone o la visceralidad de la escena austríaca (Belphegor en etapa primigenia). Base rímica, teclados y guitarras formando una muralla de crudeza que incluso se permite incursiones breves pero acertadas en el Death (me lanzo a la palestra y nombro a Dissection). 

El tramo final es "Decay", tocada a la velocidad de la luz que termina en leves toques de piano que se continúan en la mayestática "Outro". Pisadas, viento y decadente piano para poner el broche de oro a lo que me ha parecido un ejercicio de estilo que va a sorprender a más de un oyente que se entretenga en condiciones en la cantidad de detalles del bordado sonoro de una demo que podría funcionan perfectamente como disco oficial.

"In the frosty murk
To embrace the wind.
A shelter for the meek,
planted by the meek.
Its relatives fallen
victims to storms of each sort.
A shelter for the meek,
planted by the meek."