Páginas

martes, 14 de enero de 2025

JAVIER ARNAL - "AWFF ALMERÍA WESTERN FILM FESTIVAL ORIGINAL SOUNDTRACK" (DIGIPACK, 2024)

Me enteré de la existencia de esta banda sonora del AWFF (Almería Western Film Festival) en un bar de Saigón al que fui a parar tontamente. Me quedé dormido en el puto desierto de Almería y como resulta que las dunas se mueven, y el tiempo ya no es lo que era y va a su arbitrio, pues con dos narices llegué a Saigón no me pregunten cómo. La cosa es que me enteré porque en Vietnam son muy amantes de la música de Javier Arnal (su lúbrica y gonadal mirada entrecerrada que les recuerda a sus ancestros); y bueno, entre una vaporosa nube de almizcle y fijando la vista, di a parar con un altarcito donde se veneraban allí juntitos Canciones Defectuosas (2016), Tus Besos (2018), El Impostor (2023) y The Liars (2021) y un Cd (bueno, eran dos pero esa es otra historia) que me pillaba por sorpresa.... esta banda sonora del Almería Western Film Festival imagino que de su última 14ª edición (de un sitio llamado Tabernas no puedes esperarte nada malo, evidentemente).

De Saigón me vine pronto y en Bus, que no tenía la Duna de vuelta pasaba a deshoras y bueno, a lo que voy, 40 arenosos minutos que se graban y mezclan en La Casita Rosa Estudio por el propio Javier, para luego masterizarse en los Sudblock Studios, usar fotos de Sergio Lucas y maquetar Marco Roca. Resulta fascinante cómo "Walking Under the Fire of Sun" (Sintonía Original) y su bandurrial deje de cuerdas, su repetitivo y ominoso cuadro melódico y sus cánticos melosos me traen a la cabeza una versión pornográfica de Ringo... y es que ostias, no siempre tiene uno que andar disparando balas. A partir de aquí se suceden pequeñas piezas / scores muy interesantes como el Country crepuscular de "Barro", algo así como una instrumental bastarda de 16 Horsepower. Me encanta la afinación lejana y casi `espacial´ de la guitarra. También me resulta curioso cómo las bandas sonoras de Western acaban enrocándose a la perfección con el Surf, pero eso sería para un ponzoñoso artículo de psicología Junguiana que no estoy dispuesto a realizar.

"Polvo" es muestra de lo que he dicho más arriba. Arrastrada y pérfida, recuerda a Javier Colis en determinados momentos en los ataques con eco de la eléctrica que se acompasa dúctilmente con la acústica. Los pequeños toques sinfónicos por lo visto son de algo que desenterraron sin querer el pellejo seco de Elmer Bernstein (o sería Goldsmith?) creyendo que era otra cosa, y como ya se sabe que con agua todo se recupera un rato, pues allí dio el tío sus últimas 3 clases magistrales. Sigue la magnífica "Walking Under the Fire of Sun" (Versión Mexicana) con el gran Javier mascando las letras como si fuera tabaco... ruido de cadenas y una epicidad a flor de piel. Y como el tío encima es elegante, se traga el tabaco mascado y silba. Cánticos indios y arpas, acordeón, violín y banjo en "El Cruce" es el punto exacto donde se cruzan Wovenhand con Guido y Maurizio De Angelis.

Muy estilizada "Cuervos" con algo de Los Chatarreros, de Colis, de toda esa amalgama de implocóctel ruidista de nuestros primeros (algo antes) 90 pero de Despeñaperros para abajo con una ominosa armónica in crescendo sobre la que se yergue el pétreo Spoken Word decadentista de Arnal (`waiting for another corpse´). Una tras otra como tiros caen "Walking", la evanescente coda para crujido de mecedora y silbido leporino para crescendo ruidoso "El Fin", la amenazante y Chatarrera "Tierra" o la bonachonamente campestre y cuasi experimental "Aire", temas que se van sucediendo con un nivel altísimo de composición que hace a este álbum algo más que una simple BSO de un Festival... y es que AWFF tiene la suficiente impronta y empaque para funcionar como un ultracohesionado disco de Rock Desértico (añada usted la etiqueta). La cosa es que cuentan que en Tabernas, debajo de las piedras no hay alacranes sino Arnalcranes, una especie que surgió tras una cópula entre... bueno, no es fiable el dato... la cosa es que hay otros Hijos de Puta, pero están todos dentro de Este.

Suenan caballos y una guitarra española acortijada te sierra el alma con esa clara calma antes de la "Dinamita". Ritmos latinos, palmas y sacar en procesión la espina dorsal de Xavier Cugat para tirarla luego a una cuneta (forajidos!). Anochece en el circo y todo se vuelve espectral.... chicharra y banjo sobre drone, combinación perfecta para que vaya haciendo efecto el mezcal. "Adiós" es un minuto y pico que es lo que deberías en tardar en pillarte una copia:

https://javierarnal.bandcamp.com/album/awff-original-soundtrack


jueves, 9 de enero de 2025

MINSK - "THE RITUAL FIRES OF ABANDONMENT" (CONSOULING SOUNDS; SOUL0200, 2024)


`In my darkest hour my blood runs free
I’ve come to lie on the fire
I’ve come to stare at the sun
Where two bleed as one´

The Ritual Fires of Abandonment es el segundo de los cuatro largos de los americanos MINSK, editado en 2007 y uno de sus discos más laureados que inicialmente saliera por Relapse Records pero que tras años descatalogado los insignes belgas de CONSOULING SOUNDS vuelven a traerlo de vuelta en todo su esplendor (doble lp con varios colores y el precioso digipack de toda la vida). Hablar de MINSK es complejo ya no sólo por sus diversos cambios de formación, como por su críptica y hermética tableta de sonidos y texturas. En este disco, los de Chicago eran Christopher Bennett, Timothy Mead, Sanford Parker y Tony Wyioming con diversas colaboraciones que detallaré más adelante.

En el apartado técnico, el disco se produce, graba y mezcla por Sandford Parker en los Volume Recording de Chicago para posterior masterización de Collin Jordan (The Boiler Room). Cuenta además con letras basadas en escritos de Khalil Gibran y finalmente artwork y layout se van para Orion Landay y Anthony Couri respectivamente. En cuanto a sonido, se mueven en una suerte de cruce entre el tribalismo triposo de los últimos Swans, los abigarrados riffs de guitarra de cosas como Pelican, Isis, Cult of Luna y demás pero para mi gusto mucho más oscuro y enraizado en un Avantgarde que les lleva a retorcer (sobre todo a nivel percusivo) patrones que en principio pudieran recordar a Neurosis, Uffomamut, Yob o Unearthly Trance pero que afortunadamente poco a poco va adquiriendo su propia personalidad única e intransferible, posiblemente por esa manera de aunar Sludge, Hardcore, Doom, Psicodelia con partes Ambient y Tribales.


`The voice cannot carry
The tongue and the lips that give it wings
For even as love crowns you
So shall it crucify you
Descend to your roots
And shake them from their clinging to the earth
We shall be together
When the white wings of death
Scatter our days´

A pesar de haber pasado 18 años desde que se publicó, su oscurísima lisergia alquitranada, las incursiones en atonales abismos ultra poliédricos y la absoluta barrabasada de Parker a la voz eleva a The Ritual Fires of Abandonment a esas marmóleas antesalas del Olimpo. Abre el disco la descomunal (casi 15 minutos) "Embers"; un patrón percusivo `hacia atrás´ y cascabeles crean una pátina tipo Dead Can Dance en su Spiritchaser (1994). Hace acto de presencia un hipnótico bajo y psicotrópicos toques de sintes en lo que es una apertura de gran empaque épico. Las voces, casi un cántico susurrado y donde colabora Gladys Couri, remiten a bandas de Prog setentero, cosa curiosa porque la mala baba que se va acentuando tipo Neurosis (quizás tipo A Sun that Never Sets, 2001) casa a la perfección con lo anterior y cuando uno se da cuenta han pasado cinco minutos como un suspiro y el corte estalla en todo su esplendor Sludge Doom machachón, cósmico y estilizado. El arreón final, puro Uffomammut / Unearthly Trance en toda su gloria y epitafio de piano y sintetizador. 

Siguen dos cortes muy interesantes. "White Wings", con un trabajo alucinante de los teclados y efectos tipo eco dentro de un tema eminentemente paquidérmico de esos que invitan al despiece. Arreones de guitarras apelmazadas que recuerdan a Boris / Neurosis o incluso a los High on Fire. Pseudo monásticos cantos casan a la perfección con el registro limpio de Parker a las voces, hasta que entra la instrumental "Mescaline Sunrise" para alborotar todos los neurotransmisores posibles... Ambient desértico y crepuscular, líneas de guitarras meditabundas y espaciadas y en suma, algo así como los Yawning Man apurando los últimos trozos de peyote mientras se apagan las llamas de la hoguera en un desierto ignoto. Sin solución de continuidad, todo da paso a la monolítica "The Orphans of Piety", quizás algo más enclavada dentro del Doom Avantgarde en sus primeros y sinuosos compases, y luego tirando de esa vertiende del Occult espacial tipo NAAM, ANCESTORS y otros grandes olvidados del panorama musical. Desde aquí toda una alucinógena sábana de bases rítmicas, cánticos que recuerdan muy mucho a Swans hasta que todo desemboca en la aterciopelada línea de saxo de Bruce Lamont que nos mete de lleno en el oscurantismo submundo del DoomJazz.


`There is a season a time to die
And the word games end as the clock thunders by and the rain sears this pain
As my streams keep running dry´

"Circle of Ashes" es instrumental salvo por voces sampleadas. Una preparación ritual para que el oyente salga vivo de la descomunal y plúmbea "Ceremony Ek Stasis", nutrida por colaboraciones de saxo (Bruce Lamont), voces de  Gladys Coury y Taryn Parker.... inicio casi de Space Rock pastoral a un pasito de la Kosmische hasta que entra la base rítmica. Los elementos electrónicos y de teclados pasan a un plano más cercano (casi que a primerísimo), se sube la intensidad y la negritud del Post Rock más Sludge se espesa en grumos cuasi cárnicos sobre los que van planeando voces limpias que me remiten a ese Neo Progresivo nórdico a lo Tusmorke, Arabs in Aspic y cosas así. Impresionante el nivel compositivo y lo fácil que hacen que parezca todo.... vaya manera de hacer que pasen los minutos como un suspiro, de alterar los estados de consciencia y no estancarse ni un sólo segundo. El saxo cuasi latino acoplado a percusiones casi brasileñas termina por sacarme de este planeta, para luego transformarse en agónicos extertores y finiquitar 60 minutos de auténtica locura.

Muy recomendado.


jueves, 2 de enero de 2025

BROKE LORD - " VISONE CHIARO" (AUTOEDICIÓN, 2024)

Por cuestiones imagino que pecunarias, la tremenda cuarta dosis de zumo de acetábulo onírico de BROKE LORD, titulada Visone Chiaro, había quedado metida en el cajón ostrácico (no existe la palabra pero ya se me entiende) en el que las grandes ideas sin financiar quedan metidas. Y era una pena porque la manera en la que el Folk Oscuro y el Post Punk lánguido (de ese que se mezcla con el Dub) de su debut, Death of a Flower de 2016 que me atreví a reseñar a pesar de que ya lo habían expresado a la perfección con aquello de `A circular post folk tale about inner chapels, lost grooms, the joy of martyrdom, desolated gardens and the second coming of Jesus under a female form. Broke Lord is Broke´. ¿Ha evolucionado BROKE LORD con los posteriores álbumes? Mi impresión es que no... o sí, a ver. 

Creo que la única diferencia estriba en unos cuantos grados en el sextante musical que usan y cuál sea la droga elegida. Si quieres algo duro y urbanita, pues le das al crack y te vistes de la Velvet Underground o de Suicide amaestrados previamente con escopolamina. Sin embargo, si te encuentras estiloso le das al canuto y te sale esos requiebros folkies que abundaban en Nazul Says (2018), quizás lo más cerca que han estado de unir el Folkopop pastoral Popol Vuhliano con el poetrodominatrix ambiente a lo Lydia Lunch. Siguiendo con las drogas, estaba claro que no podíamos eludir el tabaco, las capuchas que ya se saben que vienen impregnada de LSD y el alcohol... y ahí brilló incólume la gospeliana colonoscopia dentro de las tripas infectas de I Am the Phantom Limb (2019), disco que llevaba al límite las influencias de los trovadores crooners de chistes de gasolinera como Waits, Lanegan, Cohen, Dylan y tras alegres personalidades.

Y así llegó, como el hijo no deseado, Visone Chiaro que algo me da que se estaba cociendo a la par que el muy diferente y radical The Healing Wars Vol.1 de DIGITAL MOTHER. Dicho de otra manera, había nacido un niño bonito, y el hermano ya estaba adolescente y difícil de tratar. ¿Con quién te vuelcas? pues ya se sabe. La lástima es que Visone Chiaro era (y es) jodidamente bueno y como el tiempo es algo que fluye (no sé la dirección), me parece todo un acierto que Luis Boullosa haya decidido lanzarlo en edición `existente´ o que `existe´, que es como yo llamo a los discos porque parece ser que hay otra manera de llamarlos en las que no puedes tocarlos pero eso a mí me huele a tabú, pecado y soberbia. Y aprovecho para quedarme a gusto con esto: `oh, hemos sacado un vinilo y queremos que nos reseñes´, `bien, mándalo´.... `uy, no puedo, es vinilo y es limitado y es......... oiga, oiga? a colgado el teléfono, Coronel? (Y Coronel Piensa: sí, sois bienos, pero hay 2.000.000 de bandas out there y mi tiempo no es ORO, mi tiempo es de COBRE porque odio el oro, y ay de aquel que quiera hablarme de sus tesoros áureos)´. 

Bueno, que me voy por las ramas.

Visone Chiaro se graba / mezcla el 27 de Noviembre de 2022 por el psicodruida Raúl Pérez en La Mina (Sevilla), y con masterización de Cem Oral en los Jammin' Masters. La edición formato Digipack (fácil de mandar de promo, bonita, barata y biensonante) que respeta la estética monocromática anterior con una fotografía de portada y otra de contraportada (imagino que de Elvira Jardón). A la sazón, aquí la banda la forman (o deforman): Asier "Houston" Maiah y Juangui Acosta a las guitarras; Antonio "Young Gandalf" Moreno a la batería; Raúl Pérez con teclados, sintes y weird noise; Elvira Jardón a las voces en coro y Sir Luis Boullosa al monóculo eléctrico, bajo y voces. 

A nivel sonoro son los Broke Lord que conoces, pero con algunos ajustes en sus tornillos como ese deje rastafariano y Dub elegante que se mezcla con la calima desértica produciendo himnos tan destacables como la magistral "Shall I Come to Salisbury?", mitad Dub, mitad Post Punk de drogados hasta la bradicardia, brilla una obsesiva base rítmica cargada de groove y unos estribillos a dos voces entre un cada vez más laringectomizado Boullosa y la etérica Jardón. Mención a parte para los juegos de guitarra marcadísimos, circulares y esos riffs expedicionarios buscando la sobrecargada atmósfera que impriman los viejos Yawning Man cuando eran más primitivos que una púa de Sílex. 

Sigue el marcado ritmo del bajo arropando a una sincopada guitarra y unas voces creo que compartidas entre un procesado Luis, los coros que suenan a los acompañamientos de Leonard Cohen a cargo de Elvira y un `sea quien sea´ Prince Map. Resultado... pues un tema muy sorprendente y vocal, con una manera de vertebrar la melodía muy, pero que muy original y es que lo mismo se te vienen a la cabeza Television que una antigua grabación Roots Reggae y todo ello sin perder el aire `cuenta cuentos´ trágicos a la Inglesa (como las canciones para beber en tabernas pero con final necrótico). Muy interesante también cuando Boullosa se pone gótico el tío en la parte final del tema rozando la mezcla entre los Bauhaus y un Peter Steele un metro más bajo de lo habitual. Llevado a los extremos y conjugando el Dark Folk con un ultra triposo ritmo rastafariano, se desliza la deslumbrante "Mouse Work for Mouse (feat. Mauzzza)" con una línea muy buena de teclados en la lejanía al más puro trabajo alquímico de Scratch Perry y letras pulitzerianas: `When you unite Africa Back / Can I keep Madagascar / Mouse friend with the Penguins there / Penguins work for no Master´.

Vuelta a las campestres acequias del Folk Pop (daría para un artículo cómo Broke Lord han ido depurando el Neofolk en algo menos marcial y con más impronta crooner) en una brillante interpretación a las voces en "Moon is Everybody's Friend". Sencillo pero bello, contrasta con el tratamiento órfico de la steel guitar en el onírico inicio de "The Room Without Us", exudativa pieza catártica para sacarse espinas de amor teledirigidas que acaban matando... y rematando. Me encanta cómo se mete la tormenta de distorsión con una segunda guitarra en la retaguardia de manera muy sutil; como un mal pensamiento o un impulso destructivo autolimitado que acabara en coito (consentido, SIEMPRE). Y es que lo cósmico no siempre viene de fuera; a veces vomitamos estalactitas de semen estelar y efervescencias ovulares que demuestran que nuestro tubo digestivo alberga (para lo bueno y lo malo) todo lo necesario para una panspermia que llegue a buen puerto (Despeñaperros para abajo, luego hacia el cielo y más allá!).


Por interferencias neuronales se me vienen a la cabeza MANOWAR en versión NeoFolk cuando escucho los primeros segundos de "Dawn of Ballachulish (to the Goddess)", especialmente por el ímpetu en la seca percusión y la epicidad inmanente... pero pronto se me pasa y me meto de lleno en uno de los más embriagadores himnos epifánicos que recuerde, con su impronta escocesa (y por ende, a un pasito del Pagan Celtic Folk) ultrapegadiza, sus letras ancestrales (`They came against the winter wind / Their faces pale and cold / And left your image broken / Stranded in the mud /But I have seen you glowing / Upon their broken bones´) y sobre todo, su brillante mezcla entre lo acústico y lo eléctrico. Siguiendo, "Latin Sails", posiblemente el corte que más me recuerde a los inicios del proyecto; algo así como estar en un crucero de Vacaciones en el Mar en el que algo hubiera salido terriblemente mal (no sé, imaginado a una tripulación batrácica y a unos ángulos no euclidianos del bote), aunque si lo pienso bien, es a esa imaginería años 60 de Lana del Rey (ahora que me estoy poniendo en ello) a quien me recuerda las mini escenas cotidianas desgranadas a ritmo de trobador por Sir Boullosa. Incluso el atemporal estribillo me reafirma en todo esto: `A hundred miles into a dream / A hundred miles into a dream´.

Nos queda el último clavo con "Souls", guitarra acústica de Manu G. Sanz presente, es el tema más intimista con sus ecos a Dylan, Lou Reed, una versión menos apergaminada de Dylan y una profunda sensación de road movie (real o imaginaria) en carreteras labradas en un meteorito a la deriva... o a carreteras de alquitrán fundido por la calor residual de la bomba atómica de antes de ayer... o al desperezo post alcohólico y post coital en una vieja caravana de ruedas pinchadas en lo más profundo de Maine... o a llamadas lejanas desde cabinas telefónicas con personas que no quieren escucharte al otro lado.

Discazo.