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viernes, 17 de septiembre de 2021

MIASMA - "BARCO DE SANGRE" (LOS 80 PASAN FACTURA, 2021)

Volvemos a sumergirnos en fascinante mundo de la Canarias Experimental abrazando otra vez la figura del ahora cineasta Elio Quiroga. Los que más o menos sigáis estas páginas, recordaréis la entrevista que le realicé con motivo de la reedición que LOS 80 PASAN FACTURA hicieron de los trabajos de Quaxar, a los que siguieron los de DUE, musicalmente más estilizados y menos primitivos pero rompedores también. A medio camino entre unos y otros, Quiroga daría rienda suelta a sus inquietudes en el campo del videoarte y `rizaría todavía más el rizo´ con respecto a la experimentación de DUE

Fruto de todo esto sería el proyecto en solitario MIASMA que hunde sus raíces en las postrimerías de los 80 (aunque como luego veremos en la discografía, hay temas de una década antes) donde encontramos al artista canario metido en el campo del videoarte, videoinstalaciones y en definitiva, todo aquello que se centraba dentro del uso del sonido como (cito de su web) `representación artística´. Como arma de primera generación, al igual que en Quaxar / Due, era muy usada la técnica de `intervención´ y `rectificación´ de la cinta magnetofónica... un `DIY demencial, copy or paste, do it or die´ cuyo añejo sabor nos resulta más aspero si cabe hoy día en que nuestros tímpanos son tratados con el mucho más taimado uso de lo digital y es que ni las obras más putrefactas del Industrial de hoy día puede equipararse a los primeros flujos abyectos y oxidados de la manipulación del sonido en los pioneros.


(Quiasma C46, 1988 y Nocturno C46, 1993)

Haciendo un impagable trabajo histórico, Los 80 Pasan Factura rescatan en Barco de Sangre las más insignes creaciones de Quiroga bajo el pseudónimo de MIASMA. Dice el libreto: "se publican aquí algunas de las obras de miasma realizadas en los años 80, que se mueven entre el lirismo electrónico, el ruidismo, la poesía sonora, el performance y la experimentación, concibiendo las construcciones y/o destrucciones sonoras como instalaciones artísticas en tanto espacios de sonido y tiempo, en una propuesta sonora que podría ser el otro lado del cine experimental que maneja directamente el celuloide, manipulando las cintas magnéticas mediante grabadoras rectificadas". Lo cierto es que dándole varias vueltas al CD, es impresionante el grado de abstracción / experimentación conseguidas, muy dignas de unos Nurse With Wound o Throbbing Gristle con muchos menos medios (vaya, que no le van a la zaga a ninguno de ellos). Estamos sin duda ante un trabajo de creación fresco y original que no copia sino retoza en ese cenagal abyecto y brutalmente inabarcable de la Música Industrial primitiva.

De cara al coleccionista, puede ser un quebradero de cabeza obtener información sobre MIASMA, así que es de agradecer los datos aportados en el booklet, especialmente la `discografía oficial´ del proyecto: Uno (1986), Quiasma (1987), Not Installed (1988, Split con DUE), Early Works 1973-1986 (1988), Nocturno (1989) y Faith in 9 Movement (2015). Sobre la instrumentación tenemos: regrabador de cassettes, Korg Poly 800, Casio SK1, Casio VL Tone, Jen Electronics SX2000 y Roland TR505


Los 78 minutos seleccionados se abren con el hit "Barco de Sangre"... y digo hit porque tuvo su repercusión en Radio3 Canarias durante 1988. La letra se basa en una adaptación de un relato de nada más y nada menos que Lin Carter y Sprague de Camp protagonizado por Conan, con(an)cretamente `La Ciudad de las Calaveras´ y que recuerdo perfectamente haber leído en La Espada Salvaje en su adaptación al cómic. Insidioso como un trozo de carne entre los dientes, situado dentro del Pop Siniestroide y la LoFi, se te clava al encéfalo con su ultra languidez vocal. El soniquete del teclado imitando a un violín resulta espectral casando a la perfección con el deje canario de Quiroga exacerbándose la sensación de irrealidad además gracias a la persistente y obsesiva línea melódica repitiéndose Ad Nauseam. Sigue "Almagesto" (tratado de astronomía de Ptolomeo) cuya ejecución sobre sintetizadores subvoltados le hace parecer ir al ralentí. Flotante y con la sensación de que si la escuchas varias veces se irá borrando hasta desaparecer, porta algo litúrgico y gospeliano en su estructura simple pero claustrofóbica (como cuando uno grababa una cinta de cassette y en los espacios en silencio se captaba de fondo lo que había previamente grabado); contrasta la entrada histriónica de "Face to Face" que parece una grabación de campo en unos Recreativos de Videojuegos de los 80, aunque luego entren percusiones y torne hacia algo todavía más extraño e Industrial. Ghost and Goblins meets Throbbing Gristle.

Entramos en los 9 minutos nuevamente subvoltados de "Good Afternoon, Gentlemen", inspirado en 2001, Una Odisea del Espacio. Exquisitamente rudimentaria y casera, juega a transformar los teclados y rieles gracias a las fluctuaciones de voltaje; imposibles subidas y bajadas de ritmo y una angulosidad extrema rompen por completo cualquier atisbo de comercialidad sobre todo por su regusto a minimalismo. La entrada de voces sampleadas de corte Räi recuerdan a la etapa melillense de Esplendor Geométrico aunque solo se trate de algunos segundos puntuales mientras que el clímax final huele a Ambient séptico por los cuatro costados. Más estructura de canción tienen las siguientes "Dark on Dark" y "La Lune Dans Le Carneveau". La primera cuenta con guitarra acústica de Agustín Ricardo Moreno y el sintetizador de Ángel Sánchez, todo para adaptar un poema del autor y abrazar trazas de Prog espacial a lo primeros Neuronium. La segunda, algo más sobria, es un obsesivo poema Post Punk sobre una base difuminada de teclados que no quedarían mal en un disco de Dungeon Synth. Épicamente deliciosa la letra: "y sonríe, con sus sonrisas pintadas sobre pieles carcomidas / Baila con su habilidad y destreza / Y consume pastillas de colores que te harán cambiar; cambiar de color, cambiar de olor, cambiar de ser". Y por cierto, alucinante despliegue de virtuosidad al teclado en los minutos finales.

(impagable montaje en el interior del libreto)

Entramos en la segunda mitad del álbum con la oscuridad opresiva de los sintes subvoltados en "Homotecia", con patrón melódico minimalista que suena como si hubieran matado y resucitado siete veces a John Carpenter y a la octava lo hubieran puesto a tocar Assault On Precint 13 y no se acordase exactamente de las notas. Los siguientes tres cortes, "Ámame", "Sicomoro" y "Miasma Universal" forman parte de la obra / concepto MIASMA UNIVERSAL. Partes dadaístas recuerdan a Antonio Murga y su personal forma de descomponer el sonido... en total, prácticamente 40 minutos que recrean un universo propio, a veces similar a Diseño Corbusier y sus capas de electrónica minimalista. Pero ojo, que aquí hay espacio para percusiones tribales, gemidos de porno softcore, partes marciales, imposibles efectos espaciales, fundidos de Industrial Noise, Lounge y todo lo que se te pueda ocurrir porque las capacidades expresivas de Quiroga son absolutamente demenciales (los 20 minutos de "Sicomoro" por ejemplo).

Termina este imprescindible documento una versión alternativa de "Barco de Sangre" y una composición reciente para voz y aplicación móvil (es de 2015) titulada "Missing You". Poesía deconstruída dentro de una pequeña caja de música, para acabar sonando como Bowie en 8 bits.




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