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domingo, 16 de febrero de 2020

SATURNA - "ATLANTIS" (DISCOS MACARRAS / SPINDA RECORDS, 2020)


Tengo que ser coherente y no mentir. Desde que saliera The Kingdom of Spirit hace la friolera de 7 años estaba algo desconectado de los barceloneses Saturna y no sé verdaderamente la razón, máxime siendo una de las bandas que llevan el bastión de estos sonidos (más o menos Psych) como pudieran ser Pyramidal, Domo, The Wizards, Cabalgata Cósmica, The Soulbreaker Company y algunos más, no queriendo profundizar demasiado porque al final acabo metiendo grupos de corte Doom o Stoner y no es esa mi intención (menos el Stoner puro y duro, que ya me da repelús rozando el shock anafiláctico). Por lo tanto, la evolución a la que voy a eludir es desde ese primer disco a este último, saltándome Ignis y Lost in Time que (mea culpa) no he escuchado. 

Yo a Saturna siempre los he tenido como una poderosa rendición de Hard Rock setentero (sea de escena inglesa, sea de base americana) cargado de Fuzz, Wah Wah, riffs de guitarra retroalimentados con su puntito oscuro y base rítmica de toda la vida (Edgar Broughton Band, Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, MC5, Blue Cheer, Black Widow... qué más da si realmente sabemos a lo que nos referimos). Lo que me tiene un poco liado es el tema de la formación porque en el digipack o yo estoy ya miope o no veo si siguen siendo un cuarteto o por el contrario han vuelto a la formación en power trío. 


Otra cosa que me despista es la edición en digipack. Si bien el vinilo tengo claro que es de Discos Macarras y Spinda Records, en el cd no se reflejan sellos (o es una Promo o una autoedición). Hay una cosa providencial en todo esto y que no podemos negar. Estos sonidos retro están de moda en la Península, pero un 80% de lo que llega a mis oídos (os puedo asegurar que me llega bastante) es morralloso, cargado de defectos, y ni por asomo tan exquisito, atemporal como lo es este su cuarto larga duración titulado Atlantis que, todo hay que decirlo, una cuarta parte de su acierto es la magnífica mezcla y masterización de Enric Verdaguer tras la grabación en Seaview Studios (Isaac Mordoh)

Muy acertado artwork (Jondix y layout por Branca Studio) siguiendo un poco la línea argumental plástica de sus anteriores discos. Los otros tres cuartos son obra y gracia de una banda en plena maduración, que sabe a dónde dirigirse y fundido su estilo con los genes hasta el punto de que no dejan traslucir a qué escena pertenecen (grupos del sur como Bourbon, Atavismo o Híbrido tienen la pátina sureña y se abren como fuegos artificiales hacia sonidos más Progresivos) para entrar de lleno en lo que yo llamo sonidos clásicos a secas.


Soltada esta paliza, me meto a describir Atlantis, disco que desde ya adelanto que es de obligada adquisición para los amantes de estos estilos. Ya lo que hagáis con vuestros dineros me suda el apéndice gonádico de mitad del cuerpo custodiado por dos crítters peludos y conocido como Polla. 

Abre el disco la declaración de intenciones "Black Purple"... a ver, con ese título, ¿qué diablos esperas encontrarte?. Un bastardo cruce entre dos clásicos del género como los Black Sabbath y Deep Purple en riffs cargados de ritmos cuasi Boogie. Destaca una potente base rítmica camaleónica (está sublime en los 45 minutos del disco) y la versatilidad de una voz como mandan los cánones. Y hablando de la voz, afortunadamente la pronunciación en inglés es excelente, porque otra cosa que suele estropear este tipo de discos son las entonaciones... nada que objetar en Saturna

Más que correctos los cortos insertos a modo de Jam del tema, donde se explayan las guitarras en barrocos riffs hendrixianos. Otro de los puntos fuertes del disco, los contrastes. "Standing Still" cambia un poco el tercio hacia un Hard Rock de regusto americano, algo desértico pero (gracias al Dios Cactus) sin entrar en terrenos Stoner.  Curiosamente va mutando hacia un arrastrado, correoso ritmo con reminiscencias a la etapa en solitario de Ozzy, estilo que se continúa en espíritu y sonido con "Get Over" y sus insistentes estribillos. En estos tres primeros cortes está el espíritu de Grand Funk planeando sobre los tramos instrumentales hacia el Proto-Heavy, y una de las razones es que el bajo no se limita a acompañar sino que tiene sus momentos protagonistas.

(versión vinilo)

"Way Too Long" es otro trallazo contenido (los temas no se van por la tangente y van al grano), construidos a la vieja usanza estribillo, puente y todas esas cosas. Fabulosa la bajada de tempo (oh, rendición fabulosa a "Planet Caravan") con un bajo excelente, y la meditabunda, bluesera voz que pone los vellos de punta. Si quieres grabar un disco que tenga repercusión, hazme caso.... divídelo por la mitad con un temazo como "Dusk and Down". La voz lejana, con cierto eco. La guitarra y bajo, bordeando lo acústico... entrando sin percusión al más puro estilo Swamp Blues Rock. Te entran ganas de irte al estanco más cercano y comprar nicotina masticable pero entra la batería y te paras en seco. El corte suena bizarro, extraño, recordándome (si no fuera por la voz de Bolan, que es inconfundible), a ciertos temas folk rock de T. Rex.

Cogido fuelle, vuelve la fiera "Ahead", cargadísima de retroalimentación eléctrica pero sin entrar en distorsiones. Los parones sincopados de la base rítmica son propios para el headbanging si tus vértebras están en buen estado (si vienes de esto de cosas como Slayer quizás ya no tengas cuello). Muy buen solo de guitarra burbujeante mientras la segunda guitarra se marca un fondo épico de esos que invitan a poner la cara contraída como si estuviéramos chupando un limón. Reitero lo acertado de la producción, con cada instrumento flotando en su nivel y sin tapar al otro, cosa no siempre se cumple.

(versión cd)

Pero oigan, que me amputen once dedos de las manos (¿es imposible?... ¿no crees en los defectos?) si el ritmazo Doom de "Last Forever" no es un himno como la copa de un pino. Tocar lento, triplicando el grosor de los riffs de las cuerdas para llenar los espacios, con coros acertadísimos y vocalista en modo Joe Cocker al borde de la muerte. Si tengo que poner una pega a Saturna (realmente no es tal) es que creo que hay calidad como para dedicar toda una Cara B a una de esas típicas rendiciones setenteras a extensos temas que ocupaban toda la cara. Me encantaría escuchar a la banda en una tesitura de esas (imagino que será así en los conciertos). 

El tramo final es de órdago. El disco va de menos a más y "Atlantis in Bloom" nos abrasa con el calor de una hoguera. ¿Una balada?... pues depende del concepto que tengas por tal, para mí cuando se toca lento y se espacian las notas es cuando una banda pone a prueba su maestría, y Saturna salen airosos con creces. Otro aporte personal... un insistente, simple Hammond, órgano o similar me hubiera terminado de evaporar el líquido cefalorraquídeo.

No me queda claro si escucho una harmónica en la final "Distant Shores", con potentísimo bajo, simple pero a la yugular y demostrando que Saturna, a pesar de tener nombre espacial, tienen puestos los pies en la jodida arena. Excelentes voces, estructura del tema en redondo (la melodía va y viene de forma circular). Esto en directo tiene que ser una auténtica gozada.

No sé si existió la Atlántida, pero ayer soñé con ella. No era un lugar, sino una época. La gente llevaba pañuelos al cuello, pitilleras de plata y pantalones acampanados. El olor a patchoulí era tan intenso que no hacía falta ir a una farmacia a por cremas para las picaduras de mosquitos y de vez en cuando la gente incluso sonreía enseñándote su diente de oro. Parches antibelicistas en las telas vaqueras, pipas de agua, y amplificadores que consiguieron un sonido que a día de hoy las nuevas tecnologías no pueden imitar. Son los 70, pero en Saturno es una hora menos.

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