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miércoles, 5 de febrero de 2020

ELI GRAS - "TASMANIAN ROBINET" (LA OLLA EXPRÉSS; LOECD028, 2018)


La epidermis profunda del Underground Experimental Catalán parece inagotable, y hay personas que no sólo están implicadas en su exhumación sino que pertenecen en sí mismas (son células vivientes) a ese grosor sonoro en el que cuando te metes, ya no sales. Conocí a ELI GRAS de forma casual con su excelente y necesario habitáculo La Olla Expréss (o como organizadora del Festival NoNoLogic)  hace ya unos años con el primer volumen de la Barcelona Documents Musicals (y que ya va por el quinto volumen), pero tenía pendiente meterme de lleno en su música. 

Presentar a alguien como Eli Gras puede abarcar un libro completo y provocar más de un dolor de cabeza al escribiente, o al menos un artículo extenso y un par de píldoras de analgésicos para sobrellevar la cantidad exorbitante de información. Compositora, multiinstrumentista, ilustradora, diseñadora gráfica... a lo que yo añadiría inventora de artefactos electroacústicos, armas de destrucción sónica masiva y agente tutorial de bricolaje timpánico psicorrágico.


Enmarcada dentro de lo experimental, el dadaísmo, el electro pop y vaya usted a saber qué etiquetas más, sus orígenes se remontan a esa década de los 80 a la que me vais a permitir que defina como la Década de los PIONEROS. Para que os hagáis una idea, me da miedo lo que estoy escribiendo porque creo que no puedo hacer justicia con palabras a una artista conceptual y holística (Holi Gras me gusta llamarla) tan completa, así que os dejo dos enlaces imprescindibles antes de pasar a analizar el Ep Tasmanian Robinet:

Lo primero que me vino a la cabeza cuando abrí el sobre que contenía el precioso disco en formato Single fue la fotografía de Clara Garcés Serrahima. Tenía una sensación de Deja Vú intensa que resolví mediante psicotrópica alquimia.... lo que me estaba atormentando era la semejanza con ese artefacto extraño que representaba a un sol que SUN RA solía ponerse en sus fotografías (lo reproduzco por aquí abajo) y que si mal no recuerdo (coged esto como anécdota apócrifa porque tendría que comprobarlo), John Sinclair en el libro Sun Ra: Entrevistas y Ensayos (Editorial Libertos, 2011) comentaba algo de que era un objeto construido representativo del Dios Sol que tenían en la casa/comuna de Chicago... pero ya digo que no sé si me lo estoy inventando. Por cierto, dentro vienen dos láminas de papel metálico preciosas (una gris y otra azul) que os invito a poner bajo la luz de una lámpara.


Pasemos ahora a la música de Tasmanian Robinet. El grandísimo JAIME GONZALO pone el dedo en la tecla en esta reseña de Rock de Lux de 2018 en la que acierta de pleno al comparar algunos efluvios del Ep con Gilli Smith de GONG, que fuera pareja de (dios lo acoja en su Glissanda Gloria) Daevid Allen y cuya poesía cósmica impregnaba de surrealismo y onirismo al submundo hippiesco en el que habitaban. Sin embargo, más que compararla con GONG yo me iría a MOTHERGONG, su otro proyecto algo más desvinculado de Allen, o incluso PLANET GONG, que aunque más o menos tenían los mismos músicos, Gilli Smith ahondaba en una faceta menos Canterburiana y sí más popera (hasta el punto de que tocarían la electrónica y de ahí derivarían a idas de olla tan alucinantes como ASTRALASIA, pero eso eso otra historia).

Voy a ir más lejos... "Run Run", que abre el asunto, con su cadencia de harmonio y germano ambiente folk, me recuerda muchísimo más a NICO o cosas electrónicas del mítico sello alemán Monika Enterprise. Un sinuoso cruce entre el espíritu de los primeros SOFT MACHINE (antes del Jazz Rock) y GUDRUN GUT (toma ya, ya podéis venir a arrestarme). La música es letárgica, parece venir cargada de benzodiacepinas o de un sueño febril de David Lynch.


Tal como se dice en la contraportada, se trata de grabaciones Lo-Fi (masterizadas para la ocasión por Gavin Weiss) enmarcadas dentro de la música pre-computadoras de los 80/90. "Flores" es estructuralmente una nana con una insistente línea de bajo y algo que se asemeja a una flauta; a pesar de que se dice que es un instrumental, un cántico sincopado atraviesa el tema como un instrumento más.

Más cibernética resulta "Automatic Automat" que podría haberse encontrado en una baliza enterrada de apócrifos cortes de KRAFTWERK pero que no ceja en su empeño por reactualizar el sonido Canterburiano desde otro punto de vista. Una delicia minimalista tras la que viene la destilada "Monsters" encuadrada en el Minimalismo, la Música Concreta o la Toy Music. Los que tengáis cierta edad podréis relacionarla con las melodías de 8 bits que se hacían con el Commodore 64 y cosas así.

Vuelve la voz aterciopelada en "Leg´s Hairdresser", con un título que me tiene fascinado. Si me dicen que es una grabación perdida de The Wilde Flowers me lo creo... Folk en cierta medida pero urbanita, con guitarra y bajo autodidacta y cachivaches en un fondo musical que parece reproducido a la inversa. Sigue la bailable "Taxi", con unas letras que se te meten en el cerebelo y no te las arrancas ni con una lobotomía (I need a Taxi now....... it´s raining); samplers de tormenta, base rítmica electrónica y cierto humor Zappiano.

"Cops" es una cortísima outro que cierra un fascinante trabajo de una artista a la que tengo que seguir más la pista y de la que espero seguiros contando cosas muy pronto.



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