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viernes, 28 de febrero de 2020

DEAR SAILOR - "THOUSAND PIECES & ICEBERGS" (ROTTENMAN EDITIONS RTE0012, 2019)


Un hallazgo casual y un despiste de los que no me gusta permitirme me lleva a darme cuenta de que Dear Sailor, la banda de Pepo Galán y Lee Yi que sirvió para que el sello malagueño El Muelle Records pusiera su primer grano de arena en el magnífico templo sonoro que es hoy, habían sacado un nuevo Ep el año pasado. Thousand Pieces & Icebergs, editado por el sello Rottenman Editions vuelve a contar con un precioso artwork de Meneh Peh en una especie de Cardboard sobredimensionado y con Insert (todo con su estilo abstracto habitual que queda de lujo a la vista y al tacto en el papel poroso elegido). Gracias como siempre a Pepo por hacerme llegar una copia de esta obra de arte.

Ya digo que estoy al tanto de prácticamente todo lo que va saliendo en este campo, pero esto se me había pasado por completo y tirando de un hilo mental que me sobresale por un poro de la sien, he recordado que andaba por aquel entonces de viaje. Es lo único que puede excusar que estos maravillosos 20 minutos (con colaboraciones de nada más y nada menos que de Suso Saiz, Brian Hillhouse y Senmove) no me hicieran saltar en su día del sillón. Es más, en Discogs no está ni catalogado como edición de Dear Sailor


La música es marca de la casa. Suena a Dear Sailor por los cuatro costados  y si queréis saber a lo que me refiero, os emplazo a esta reseña que ya tiene cinco años (aquí). Otro dato curioso es que lo que fuera la cuarta referencia de El Muelle Records, Falling Into Crevasse (reseña aquí) también jugaba con los contextos de los elementos... el permafrost, lo helado, las grietas (físicas o anímicas), las aguas subterráneas y las dualidades entre el fuego de la lava y la paleta expresiva de las emociones. 

Musicalmente, tampoco puedo evitar la comparación de aquel trabajo con Thousand Pieces & Icebergs. La pieza homónima, en la que colabora Suso Saiz, empieza con una melodía de corte clásico con violín, cello o similiar y que me remite a compositores nórdicos. Frialdad emotiva en diez minutos que van emulsionando a base de añadir elementos (las cuerdas se procesan, doblan y retroalimentan) o quitándolos; como ese magnífico silencio estático que irrumpe en el minuto 2, con ecos de pisadas sobre hielo y la claustrofobia cósmica de los primerísimos Tangerine Dream (era Pink Years con Alpha Centauri por bandera). 



Dear Sailor no serían lo mismo sin las espaciadas notas del piano, creando ese contraste entre lo electrónico y lo clásico que tanto refinaría posteriormente Pepo Galán en sus discos en solitario. No puedo entender como un proyecto tan jodidamente bueno no tiene más continuidad de grabaciones. No puedo separar qué parte es de cada músico, pero el tema se va enrevesando, llenando por doquier de detalles, subiendo lentamente el volumen y la presencia bien balanceada de todos los instrumentos a un plano abstracto pero melódico. Como llorar a un ser querido; no se entiende la muerte (abstracción) pero aflora a la superficie la melaza sentimental (melodía). Fastuosa forma de disolver el tema en un lento fade out de piano.


"Black Lava" hace lo contrario. Es la bajada tras el subidón anterior... un deceso sonoro con efluvios a Badalamenti, Eno en fase REM y sobredosis de benzodiacepinas. Más que motivo melódico, se trata de un pulso/flujo de sonidos en circular como una peonza drone de dimensiones ciclópeas. El final es de órdago; "Years of Fear" en forma de cuarteto, añadiendo al malagueño Senmove y a Brian Hillhouse (Memphis)

Inicio de raigambre espiritual, como una de esas cadencias del harmonio en las Slokas Hindúes sobre la que se va vertiendo la guitarra en un glissando sumergido en aceite, bases rítmicas de trip hop y unas voces fantásticas. Sencillamente estremecedor cómo va ganando protagonismo la guitarra y dirigiendo la composición a un plano onírico digno del BANG BANG BAR.

jueves, 27 de febrero de 2020

JOAN GÓMEZ ALEMANY & JOSEP LLUÍS GALIANA - "INTERACCIONS SONORES" (LÍQUEN RECORDS LRC010; 2019)


          Voy a meterme de lleno en la nueva obra de los valencianos Josep Lluís Galiana y Joan Gómez Alemany en Interaccions Sonores, y lo haré en clave de ensayo imposible, divagación que roza el soliloquio, y posiblemente siguiendo el discurso de un enfermo mental tratando de dilucidar si está hablando con el médico o con un extintor. En el año 2017 Josep sacaba un recomendable disco de electroacústica junto al prestigioso Thomas Bjelkeborn, titulado Critical Sounds (reseña aquí), y que contaba con la particularidad de estar grabado en tiempo real (para más señas, poned la máquina del tiempo en el 14 de Mayo del citado año). 

Hablaba yo en aquel texto de Plano-Secuencia Sonoro en cuanto a inmediatez pero si mal no lo he entendido en el maravilloso texto del compositor Perluigi Billone (bellamente titulado Like in a Game of Transformed "Doubles"), aquí la electroacústica juega al PinBall en un sugerente proceso deconstructivo que pasa por diversas partes. La primera de ellas, la improvisación libre de Galiana en solitario bajo supervisión de Alemany, que posteriormente trata, procesa electrónicamente ese soliloquio salivatorio creando tramas, subtramas y cavitaciones acústicas propias de un pulmón tuberculoso. 

A continuación, el reto era girarlo todo sobre un eje, tal y como ilustra en el extenso (académico) artículo publicado en Sulponticello (partes del propio Billone y subtextos también de Alemany) y que os recomiendo leer si estáis dentro del mundo académico: 


"Interaccions sonoras parte de la forma más convencional que existe, que es la forma binaria, pudiéndola definir como 2 partes repetidas y/o divididas por un eje. Piénsese en las innumerables pinturas basadas en esta distribución (como el eje de simetría) o las formas musicales tipo AA o AA’. Esta simple forma puede ir expandiéndose a partir de esa base tornándose más compleja e incorporando otras partes (al estilo de formas ternarias ABA o de múltiples secciones al estilo del Rondó o las formas estribillo ABACA)".

Por cierto, Galiana no creo que necesite ya presentación a quien siga este blog (y la música en general), pero Alemany quizás sea más desconocido. Joven promesa valenciana, pasa periplo en Austria y estudia con gente de la talla de Oliver Rappoport Clemens Gadenstätter, y recibido clases de Mark André, Pierluigi Billone, Raphaël Cendo, Brian Ferneyhough, Ashley Fure, Stefan Prins, Yann Robin, Jorge Sánchez-Chiong o Rebecca Saunders, entre otros. Graduado también en Piano y Bellas Artes y con conexiones hacia el mundo del cine, llegados aquí, estoy por dejar de escribir antes de caer en el ridículo más espantoso......... sí, me entra miedo escénico en ocasiones. Aquí lo explican mejor que yo. Sigamos:


Alemany coge esa improvisación de Galiana (21 de Agosto de 2019), la procesa, y la reconecta con trabajos propios de él. Fin del primer paso de este Interaccions Sonores; el resultado ha sido la creación de un material que en ocasiones se deja a su ser, prístino y original tal y como vino al mundo, y en otras se deforma en un torno electroacústico que difumina los límites hasta licuarlo todo. Nada más que con esta fase, ya podría haberse editado un álbum, pero falta la siguiente vuelta de tuerca, la torsión testicular necesaria para que el artista se represente a sí mismo en un teatro de la tragedia especular.

Galiana vuelve a tocar en vivo improvisando sobre el Score compuesto deformando (insisto en que Billone lo explica mil veces mejor que yo) doblemente el sonido haciendo que en ocasiones las partes limpias suenen más intrincadas y otras lo contrario... lo barroco se adorne de lírica. En el momento en que la primera improvisación es usada como malla sobre la que bordar con el "nuevo" saxo a modo de espejo, lo que era improvisación se vuelve inamovible/eterno ya en el tiempo, pero sobre eso vuelve a surgir un nuevo proceso difícil de predecir (hasta cierto punto, porque el fin de todo es el encapsulado en forma de CD). Me surge la reflexión siguiente. Encontrarte con alguien idéntico a tí es lo más parecido al pavor, y Josep se enfrenta a un doble especular de sí mismo (amputado a veces, elongado otras) pero donde seguro que se reconoce... ¿puede llegar a sentirse el miedo si tocas un dúo con una versión apócrifa de tí mismo?... ya se sabe, eso del abismo devolviéndote la mirada tan manido ya.


Falta algo aquí, y es romper el detalle técnico y contar a qué diantres suena Interaccions Sonores. Antes de todo eso, comentar que la obra se ha editado en Digipack por LÍQUEN RECORDS previa masterización de Fernando Brunet (Little Canyon) y diseño gráfico de J. Chagall (Gestionarama). Aclarar también que cualquier fallo, error en esta reseña es producto de mi falta de conocimiento académico, de mi sacrílega incursión en terreno sacro, y posiblemente debida también a una tendencia que roza la filia a divagar en exceso.

"Part I" es a priori un soundscape que va de menos a más. Lo barítono se ha transformado en subsónico y en sístoles y diástoles sinusoidales que van emergiendo a este lado de la realidad mediante el despojo del detritus de las notas graves. Cualquier oyente despistado podría confundir esto con la versión más amable del Harsh Noise Wall, pero afortunadamente en el minuto 2 y medio un sostenido lucha contra su propio alter ego (que ha mutado a una mezcla entre digeridoo y cuenco tibetano). Imaginad que cogéis la etapa eléctrica de Miles Davis y la destiláis molecularmente hasta quedaros con un esbozo de 8 bits... si habéis sido capaces de imaginar algo así y entenderlo... bueno, entonces sois la hostia. Electroacústica que coquetea con el Dark Ambient, libre de prejuicios.

Surgen brotes de furia contenida, mascada en murmullos mientras un Galiana Replicante toca al fondo una deformada y sutil marcha militar. Susurros, glitches, y una sensación de amenaza inminente. Soberbias e intrincadas las estereotipias del saxo en el tramo final. "Part II" son 13 minutos donde brillan pátinas metálicas y lo estentóreo (preciosa palabra) dialoga con el estertor. No hace falta percusiones porque el manejo de Galiana al saxo es sencillamente espectacular, rápido y en tenso contraste con ese segundo plano alucinógeno que transcurre en paralelo. La tangencialidad es usada como arma terrorista sonora sólo en algunos tramos concretos de la obra.


Alucinante el oscuro interludio, suerte de pútrida música o lo que es lo mismo, procesar el sonido de los gases de un cuerpo en putrefacción (¿seguro que esto no es Noise?) y pretender esbozar Free Bop por encima. El tramo final es Galiana 1 contra Galiana 2 en ignominiosa cópula hacia Galiana 3.0. Gana Alemany. Si hay duda del carácter experimental de la obra, el inicio de "Part III" no deja lugar a dudas. Minimalismo que recuerda a Glass o Cage, pero mezclados con esos juegos de silencios propios de la Spontaneous Music Ensemble. Tal es el punto de abstracción que por determinados momentos creo estar inmerso en un disco plagado de Field Recordings (bueno, algo de eso hay) pero a la amabilidad de las notas del soprano uno siempre encuentra la salida. Por poner algún ejemplo, podría abarcar desde las más matemáticas composiciones de Braxton o Brötzmann hasta las inhumanas salvajadas crípticas de Evan Parker.

Una de las virtudes de Alemany al componer/recompostar toda la música es la de crear toda una algarabía sinfónica a través del minimalismo. Dicho de otro modo, expande como poliuretano los recursos mínimos abocándolos en ocasiones a orgiásticos movimientos orquestales "sintéticos" de índole cinematográfica. Con todo, la forma en la que está todo llevado es genuinamente jazzística, con espacios para solos (bueno, nunca llegas a saber si es un solo) y por tanto el equilibrio entre lo compuesto y lo improvisado sale a flote en muchas partes.

Para cuando entra "Part IV" tengo que volver la cabeza a ver en qué maldito Círculo de Dante me encuentro. Juro que cogí el ascensor hacia arriba y no hago más que bajar y bajar. He pasado Cocito, el lago helado del Noveno Círculo, he orinado en Judeca (la Cuarta Área) y juro que he visto al Iscariote destrozar un saxo con los dientes. Hacía tiempo que un disco de Improvisación Libre no me parecía tan perturbador y oscuro. El conjunto de los 54:24 minutos es una Muzak de irrealidad donde la paleta de vientos de Galiana comulga con la cirugía precisa de Alemany. Lejos de crear un Gólem, han parido una nueva especie que haciendo un estúpido símil, me suena a Silver Cycles (1969) de Eddie Harris en versión psicotrópica (sí, se que hay ejemplos más certeros, pero este es el que me gusta). 

"Part 5" tiene la ominosa cadencia de Geinoh Yamashirogumi en la Suite de Akira. Devaneos orientales que parecen una Shruti Box o Harmonio sobre el que se va abriendo paso el saxo a una afinación que me recuerda a una flauta Ney. Creo que no me quedan más adjetivos:

envoltats de sons
amb tota la joia
de l´existencia conscient

Francesc Fenollosa i Ten


CICLO DE IMPROVISACIÓN LIBRE DE LA POLIVALENTE: SPUTNIK TRÍO (26 de Febrero)


Por fin pude estrenar el Ciclo de Improvisación Libre de La Polivalente después de varios conciertos  organizado por Javier Carmona y que me los he perdido por culpa de esa cosa llamada trabajo y que es como una astilla empalando el lacrimal. 

La cosa de ayer es como sigue. Ricardo Tejero al saxo, Borja Díaz a la percusión y Marco Serrato al contrabajo son SPUTNIK TRÍO o lo que es lo mismo, una forma bastante curiosa y distinta de abordar un género tan angular y hermético como el Free Jazz. Y ojito que he dicho Free Jazz aunque sí que hubieron pasajes de Improvisación Libre. Para el oído las diferencias son palpables cuando uno tiene el aparato auditivo en las dos posiciones posibles que funcionan para esto: o perfectamente entrenado, o brutalmente deshecho. 

Destacar una vez más lo bien que suena esa jodida esquinita del local, que sin aspavientos ni grandes avíos técnicos tiene el equilibrio perfecto para sentir la música en toda su intensidad porque de intensidad iba ayer la cosa. La base rítmica de SPUTNIK TRÍO viene del Metal, y siempre he dicho que llegar al Free o la Impro desde estos géneros es radicalmente opuesto a llegar desde cosas como el Swing, la Clásica o similares. Es decir, hay un punto de ruptura que hace que no haya miedo a transgredir los límites rígidos de lo academicista y por tanto, escalas, rasgueos, pizzicatos o lo que os venga en gana citar, siempre llevan un sustrato vibrátil áspero y duro. 

Además, si HIDDEN FORCES TRÍO viene a ser la cara algo más armónica, lírica y amable (añadir si se quiere Avant Bop), esta formación lo que busca es destruír el género desde dentro y sonar como sonaban esos grandes olvidados del Jazz de sellos como ESP DISK, DELMARK o los discos Post Coltrane recogidos por el sello francés BYG ACTUEL. Es decir, contrabajos que se salen por la tangente, percusiones muy africanas, y vientos por lo general violentos que mantiene diálogos con el resto de instrumentos como extensiones artificiales de la tráquea moldeadas en bronce.






El Contrabajo de Serrato, pasado por ampli, jugaba entre pasajes agrios tocados con el arco y el pellizcado intenso de las cuerdas, sin llegar a esas elongaciones y desafinaciones propias de él cuando toca en solitario sus composiciones (los clavijeros ayer descansaron con alivio). Me gustó particularmente lo que creo que fue el tercer corte (o quizás fuera el segundo), con un inicio bastante procesionario, persistente e hipnótico, con hincapié en lo que yo llamo "la cuerda gorda del instrumento"

Por su parte, Borja pasó por todos los recursos posibles. Desde esos tribales momentos percusivos que se escuchaban en discos como Reese and the Smooth Ones de la Art Ensemble of Chicago, terrenales como fuerzas de la naturaleza, a matemáticos e intrincados ritmos que pueden recordar tanto a John Stevens de la Spontaneous Music Ensemble como (quizás esto sea más acertado) bastiones/yunques del Downtown neoyorquino en los momentos de más intensidad. Cada uno lleva las cosas a su terreno pero a mí ayer la batería me recordó a Ed Blackwell en discos de Don Cherry como Mu. Siempre he pensado que hubiera sido el batería perfecto para la Sun Ra Arkestra de la época del Heliocentric Worlds.


Todavía no os he hablado de Ricardo Tejero. La razón por la que lo he dejado hasta casi el final es porque ayer me dejó de piedra. Impresionante la versatilidad al instrumento, desde los pequeños glitches, silencios cuasi percusivos con sordinas improvisadas al amplio sonido en abanico que alcanzaba al tenor. Me encantó especialmente un par de momentos en los que el sonido se reducía a un chirrío, con la campana de saxo amortajada casi en su totalidad por objetos, y produciendo un hilo musical que si cerrabas los ojos te hacía dudar si era un theremin, un sinte o cualquier otra cosa electrónica.

Si he de ser sincero, ayer la música de SPUTNIK TRÍO giró alrededor de la figura de Tejero, que llevaba el hilo conductor de los (creo que fueron cuatro) temas que tocaron. Por poner una pega, creo que se contuvieron bastante por las características del local ya que los momentos en que el trío subía la pegada se consumía más oxígeno en la Sala y creo que aquello se habría venido abajo. Con todo, hubo momentos incluso para asomos de lirismo en alguna melodía del saxo, aunque no así para la base rítmica, que mantuvo su hermetismo bestial durante todo lo que duró el evento... un contraste alucinante que los hace bastante únicos y particulares en su género.

Os dejo con una pequeña galería fotográfica y os emplazo a verlos hoy en Sevilla:














martes, 25 de febrero de 2020

VOFA - "VOFA" (FUNERE / EXHUMED RECORDS; FUNERE-05 / ER-008, 2019)


Desde Islandia os traigo uno de los proyectos más herméticos que han salido estos años en cuanto a Funeral Doom se refiere. VOFA, cuarteto anónimo que ha debutado recientemente con un impresionante trabajo, titulado homónimamente Vofa y que edita Funere Recordings (FUNERE-05) de Armenia en coedición con los ecuatorianos Exhumed Records (ER-008) suelta a la palestra escasa información técnica; sólo puedo asegurar que la excelente portada es de Nona Limmen, con fotografías de Almapip; la grabación en Studio Poka y producción, masterización y mezcla de Dorsteinn Kári Guomundsson

El resto, pues 37 minutazos divididos en tres extensos cortes que me han dejado con una considerable eventración anal. Se rumorea que los cuatro músicos pertenecen a la escena local y llevan más de 15 años tocando en bandas, y escuchando el disco se nota que se trata de una banda con tablas. En cuanto al país de procedencia... bueno, es cierto que la música en sí refleja alienación y pasajes bastante desolados pero en los tiempos de globalización que vivimos esto es algo que incluso ya se capta en bandas mediterráneas puras y duras.


El estilo de VOFA no es nuevo, pero está jodidamente bien tocado. Difícil de etiquetar en cuanto a escena, porque lo mismo pasan por pasajes de Death/Doom inglés que por terrenos más americanos (véanse Evoken o Morgion, sobre todo estos últimos cuando hay épica de por medio). Las partes más lentas y moribundas son al estilo Mournful Congregation, destacando además unos excelentes pasajes pseudo-ambientales que por momentos rozan el Post Rock pero no de ese que tanto se lleva en paises nórdicos (vale, voy a citar a Sigur Ros pero simplemente como proximidad geográfica).

"I" abre el disco de forma ambiental con soundscapes de diversa índole, entran la percusión y un lento y decadente ritmo que me recuerda a cosas como Katatonia o incluso la etapa media de Bethlehem. Una guitarra lenta, espaciada, mistéricos devaneos mántricos que flotan a lo Anathema del Pentecost III y toquecito aquí y allá a la escena de Funeral Doom Finlandesa. La suma de todos estos elementos lleva a VOFA a hacerme dudar sobre si van a tirar por el palo Post Rockero aunque es cierto que bandas del sello Weird Truth a lo Funeral Moth también son expertos en crear estos ambientes ambivalentes. 


Se repite este motivo melódico en modo de largo bucle hasta que (precisamente al estilo Funeral Moth), entran las voces guturales (muy guturales pero inteligibles) y la base rítmica gira ya al procesionario ritmo Funeral de rigor. La guitarra muy deudora de Evoken por la dificultad de seguir el riff melódico (los americanos en Quietus por ejemplo eran gran ejemplo de cómo convertir el Funeral en algo jodidamente hermético). Brillan de forma espectacular en la distorsión esporádica de la guitarra y el final del tema, muy extraño y con ritmo a lo Esoteric pero sin teclados (las voces también pueden recordar, con esos dobles coros). 

Fabuloso también el arrastrado comienzo de "II", ya metidos dentro del Funeral Doom de libro, excelentemente tocado y con unos parones en los que queda sólo la batería que son una delicia. El riff de guitarra, lentísimo, está balanceado en la producción al mismo nivel que el resto de los instrumentos, lo que para mi gusto es un acierto, porque resalta entre golpe y golpe de baqueta. Cuando crees que no va a cambiar el funesto rechinar de dientes, entran voces limpias haciendo coros en un curioso contraste. Lejos de estancarse, dejan el final del tema al amparo del bajo y la percusión, distorsionando la guitarra hasta crear una muzak insana al más puro estilo primeros Paradise Lost.

Los 17 minutos de "III" parten de soundscapes otra vez, de guitarras mínimas rasgadas con delicadeza, sin prisa. Aires litúrgicos, de himno, de ancestral rito espectral (VOFA creo que significa algo así como Espectro) y eclosión de Funeral Doom con muchísima pesadez (gana en presencia en este corte el bajo) y riffs de guitarras que van dirigiéndose hacia un crescendo con las voces algo más agudas (si os sirve de ejemplo, es como Worship pero con menos nihilismo y un pelín más de amor por la vida... o como Moss antes de hacer el ridículo al clonar a Cathedral).

El tramo final es opresivo, con ramalazos al nihilismo de Bethlehem, Deynonichus o incluso Ataraxie y otra vez esos coqueteos con el Ambient que tan buenos resultados da a los Islandeses. Nada más que terminar recomendando este discazo de Funeral Doom que hará las delicias de los amantes del género. 

GYAKUSATSU & CARLOS VILLENA - "HARMONICES MUNDI" (MANTRICUM & MARBRE NEGRE, 2012)


Marbre Negre y Mantricum Records pusieron sus cartas principales sobre la mesa en Harmonices Mundi, especie de Suite Noise dividida en cinco partes a cargo de GYAKUSATSU y CARLOS VILLENA alternando estilos y formas de abordaje instrumental diverso y ecléctico hasta el tremebundo movimiento final; tres partes donde ambos se alinean con machetes sonoros cortando una densa maraña de Harsh Noise que te apelmaza los orificios como una mortaja estelar. 

Harmonices Mundi se edita limitado a 100 copias en 2012 (Mantricum026/MarbreNegre016) con minimalista artwork del propio Villena y como todas las obras de este tipo, se mueve dentro de un significado contextual determinado, siendo en este caso la Armonía Universal perteneciente a la teoría del astrónomo Kepler... dicho de otra forma, llevar los sonidos de la geometría espacial a géneros tan poliédricos como el Industrial, el Noise y la Electroacústica, pero flotando por el éter universal que es el Dark Ambient.

(Gyakusatsu)

Sobre Gyakusatsu ya os he hablado alguna vez. Proyecto personal de Óscar del sello underground de culto Marbre Negre y detrás (de una forma u otra) de cosas como Urge to Kill, Heulen, Brutal Cioran, Mekurabe, Opera im Keller o DAO. Así, de memoria, os puedo enlazar a la reseña que hice de su bestial Aire Solemne II: Death (aquí) que editara Mattoid. Sobre Carlos Villena igualmente sobran presentaciones. Otra de las puntas de lanza del Neo Noise, colaboraría en algún Split con Like Drone Razors Through Flesh Sphere, Francisco López, el desaparecido Z´EV o Cornucopia. Básicamente desaparecido de las redes sociales, y por petición personal, os incluyo su correo al final ya que el dominio del sello Mantricum está actualmente caído. 

Los primeros 15 minutos de "Part I" empiezan de forma evanescente y son obra de Gyakusatsu. Efluvios de Glass, Penderecki y la Sinfonía de los Planetas aliadas en una especie de sonido de órgano flotando sobre una pátina oleosa en la que se dilucidan sonidos broncíneos de golpes, campanas y que en resumen hacen que el conjunto adquiera connotaciones litúrgicas. Épico a su manera, con auriculares se van captando capas de fondo de un Lo Fi Noise que roza el Dark Ambient y que lenta pero inexorablemente va mutando hacia el Harsh Noise pero sin que se pierda pie en esa acústica base percusiva que podría ser incluso un distorsionado bajo eléctrico.

A los 5 minutos ya estamos metidos dentro de una tormenta espacial de connotaciones eternas y aquí los detalles, texturas y pliegues (como si estuvieras en tirándote por uno de esos tubos de parque acuático pero en vez de plástico y agua fuera un intestino con sus jugos) dependen del estado de recepción (receptáculo) del oyente. 

(Carlos Villena)

Los minutos finales vuelven al motivo melódico inicial y dan paso a Carlos Villena en "Part 2". De forma abrupta, golpes de piano asordinado y un minimalista uso del ruidismo que me recuerda a Els Humans També Som Carn, su otra obra antecesora de esta de 2012. Uso como digo de un Harsh Noise Wall  de textura y movimientos lentos, con cambios de ritmo hacia la electrónica selvática (los glitches parecen grillos) y la pátina eléctrica un símil de lo acuático. Me recuerda bastante a las desasosegantes marañas industriales de Alan Splet en Eraserhead. Se sube y baja de intensidad pero siempre si perder la lentitud eterna del movimiento universal... efectivamente, es armónico y sin exabruptos y podría durar toda la eternidad... o al menos la noche de la eternidad.

Los siguientes 3 cortes son en colaboración y se mezclan los dos estilos. "Part 3" se va al Power Electronics y Death Industrial en forma de pequeño puente de tres minutos y pico; priman las sensaciones cósmicas y se pasa suavemente a "Part 4" donde volvemos al minimalismo en el inicio (no me atrevo a decir minimalismo sacro porque eso indicaría que tengo conocimientos de clásica y no es así). 


Sutil vibración de lo que parecen cuencos tibetanos mezclados con un sinusoidal sonido en modo Loop. Lento y contemplativo, induce al trance hasta que en el minuto 3 irrumpen vaivenes fabulosos que emulan movimientos de detritus espacial... la suma de ambos es excelsa cuando algo que parece cantos gregorianos (será otra cosa, pero tiene tono de algo vocal) flota poniéndome los vellos como escarpias.

18 minutos conforman la "Part 5", donde hay que esperar casi 5 minutos de silencio para arribar a las orillas de Aquello que Flota en los Confines. ¿Qué pasaría si fueras cabalgando hacia ese momento/instante de expansión de la Creación, te pusieras en el mismo borde y bajándote los pantalones cagaras en la Nada?.... posiblemente añadirías más mierda al mundo, o bien crearías una singularidad y la Mierda se transformaría en una Deidad. A saber. Electrónica minimalista y Dark Ambient entrando en el campo de la Muzak Cósmica y un estallido final que los que estén embelesados con la escucha precisarán de paso por unidad de arritmias.

Soberbio Split.

Por 3,50 euros os hacéis con este disco: ((mantricum.com@gmail.com ))


viernes, 21 de febrero de 2020

DUE - "ODISEA EN VACA" (LOS 80 PASAN FACTURA, 2019)


Hace ya un tiempo os hablé del pasado del cineasta Elio Quiroga en una entrevista que le hice con motivo de la reedición de sus primeros artefactos sonoros en el proyecto adolescente casi de QUAXAR (la podéis leer aquí) y que está siendo reivindicado en estos últimos tiempos apareciendo en grandes recopilatorios como el impresionante Golpea Tu Cerebro, Spanish Underground Culture (1980-1988) que editara Insane Muzak y donde se incluía un excelente texto de Alex Carretero (Guerssen) sobre la banda. 

Tal y como cuenta el propio Quiroga en la entrevista/artículo al que os he enlazado, el paso del instituto a la Universidad/Escuela de Informática marca el comienzo (1986) del proyecto DUE, en cierto modo menos amateur y ya con un desarrollo amplio que abarcaría desde obras conceptuales al uso de sintes profesionales. DUE verían reeditada parte de su obra en la excepcional (y baratísima) caja de 4cds de Los 80 Pasan Factura (os enlazo aquí para más información).


Los trabajos que se incluyeron fueron The White One (1987), The Black One (1988), El Due Dinámico (1989) y Dance with Responsibility (temas diversos desde 1990 a 1992). Ahora, Los 80 Pasan Factura vuelven a adentrarse en la discografía enterrada de este proyecto canario para exhumar y remasterizar Odisea en Vaca, originalmente editado en cinta de cassette que recopilaba temas entre 1989 y 1991 y que se agruparon en forma de obra pseudo-conceptual como luego iremos viendo. A estas alturas creo que no hace falta pero DUE eran: Elio Quiroga, Ángel Sánchez y Miguel Hernández, sacaban sus trabajos con influencias de Cage, Stockhausen o el Dadá más rompedor y experimental en su sello El Consumidor de Cultura. Lo mismo te encontrabas con ruidismo en estado puro que con coqueteos de PopRock o esas extrañas muzak construídas para exposiciones, instalaciones y cosas por el estilo... transgredir era la norma.

Antes de meterme de lleno con la música, os dejo el siguiente vídeo Asurbanipal (Dance of the Soldiers) realizado en 1991 por Elio Quiroga en formato U-Matic de Baja Banda y que recibiría el Premio al Mejor Vídeo en el IV Festival de Vídeo de Canarias. Para que os hagáis una idea de a qué nos estamos enfrentando:


Odisea en Vaca es una especie de obra para danzas imposibles (se me vienen a la cabeza los Monthy Python) y tal y como se cita en el libreto (reproduzco porque está tan bien explicado que no se me ocurre otra forma mejor), "consagrados a los diversos estamentos represivos y burocráticos de la sociedad. Obra sarcástica y levemente política, y también abiertamente disfrutable, habiendo unanimidad en que e uno de los mejores trabajos del grupo, que aúna la experimentación con el aspecto lúdico e irónico que en ocasiones acompañaba a las obras de DUE". Tal y como he comentado más arriba, el tema "Asurbanipal" lo usó Quiroga para la muestra de videoarte con la que obtuvo el premio y que a su vez forma parte de la muestra permanente "Señales de Vídeo, Aspectos de la Videocreación Española de los Últimos Años" (Centro de Arte Reina Sofía).

8 temas mas un delirante bonus track del que os hablaré al final conforman los 35 minutos de Odisea en Vaca. Los instrumentos usados (en el libreto se hace una descripción pormenorizada que me saltaré) incluye el SX-2000 de Jen Electronics (sinte monofónico de finales de los 70), Poly Korg 800 (polifónico), Alpha Juno-1 de Roland (polifónico, secuenciador y programable), XP-30 de Roland (que permitía un buen manejo de MIDIS y samplers), TR 505 de Roland (como generador de ritmos), SK-1 de Casio y cómo no, el mítico Casio VL-Tone. Lo demás, sinapsis cerebrales de tres mentes muy inquietas que tenían esa gran ventaja de la falta de rigidez del marketing o los complejos y normas de sellos del momento. Más underground, una infusión de Magma Terráqueo.


"Overture" abre el disco al más puro estilo espacial pero con exabruptos Noise muy sutiles. Como una versión de la música planeadora Berlinesa pasada por esas imposibles melodías de títulos de crédito en programas nocturnos de TVE. Más sinfónica de lo habitualmente escuchado en DUE, suena a un cruce entre los Neuronium en los primeros minutos para luego ir transformándose en una machacona incursión en terrenos Ambient e Industriales. Entra esa "Dance of the Politicians" cabaretera, circense, teatral y bailable hasta cierto punto si tienes prótesis cibernéticas. Ese minimalismo con el que está construída la melodía en comunión con el vídeo y lo bailable me lleva sin duda a comparar esto con el movimiento Fluxus.

Sigue "Dance of the Priest", mezcla de New Wave con ambientes a lo Carpenter flotando sobre una pátina cinematográfica de Serie B al más puro estilo CANNON FILMS. Vuelta al minimalismo con "Dance of the Lawyers" y voy a decir una burrada, pero suena como si Badalamenti hubiera compuesto un tema apócrifo con Vangelis (ya podéis colgarme de lo alto de un palo), contrastando con la más marcial "Dance of the Soldiers" (el uso juguetón y humorístico de los Samplers me recuerda a ciertos efectos en la música de la Juan Belda Bit Band). 


Regurgitaciones Synth Pop en "Dance of the Comunist", revienta pistas primitivo en una discoteca Siberiana en plenos 8, "Remaining Time Close" con cierto parecido a los últimos QUAXAR (sobre todo por la forma de construir el collage sonoro) en modo hipnótico y repetitivo epilogan "The Quasi Modo Coda", quizás el corte más experimental, versátil y cargado de recursos de todo tipo. Aun así, nada podrá prepararte psicológicamente para el demencial y bizarro "Mambo Rambo", compuesto para una recopilación italiana de grupos experimentales en los 90 y que deja a Georgie Dann a la altura del betún.

Otra joya más rescatada por Los 80 Pasan Factura.


jueves, 20 de febrero de 2020

RAJA DE NAVAJA - "RAJA DE NAVAJA" (AUTOEDICIÓN, 2019)


Que te llegue al mail un correo de una banda que se llame RAJA DE NAVAJA no es algo habitual, así que bueno, como suelo hacer en el caso de bandas jóvenes, pegué una oída por encima y lo que escuché me pareció lo bastante interesante como para que me mandaran el disco. Craso error, el disco no es interesante; es un discazo como la copa de un pino que deja a la altura del betún a muchas bandas instrumentales de renombre de este país y la razón es sencilla... esta banda albaceteña sabe cómo terminar las melodías y no dejarlas flotando hasta el sopor, característica cada vez más común en el rock instrumental patrio (póngase aquí a TOUNDRA, que me aburren hasta el hartazgo). Tienen soltura a los instrumentos, suenan frescos, y me va han volado la psique, así que no me extrañaría que cualquier sello se haga eco y los fiche para un segundo disco.

Llamándose RAJA DE NAVAJA no puedes ser de otro sitio que de Albacete y dejadme que os diga que he tenido una navaja fabricada a mano de aquella zona, que desgraciadamente perdí en un aeropuerto porque la metí en la bolsa donde traía mi caza de libros en Berlín, y evidentemente el guarda no entendió que era para pelar fruta. Bueno, sigo que se me va la cabeza.


Metal, psicodelia, progresivo y sin temor a trascender etiquetas, este cuarteto se forma por músicos jóvenes ya trabajados en otras bandas locales. Así pues, Laureano Garijo y David Moreno se encargan de las guitarras, Agustín Zamora del bajo y Jesús Sánchez de la batería. Graban y mezclan en Studios Baboon y el artwork, alucinante, demencial es obra de Sergio G. Ordóñez... y digo demencial porque tiene ese toque fantaterrorífico tan habitual en las Ferias de Pueblo y las atracciones (o incluso algunos álbumes de monstruos que pulularon en los quioskos allá por los 80 o 90, que no recuerdo). Está claro que aquí hay más honestidad que una buena hostia dada a tiempo... 

Producción potentísima como potente es el arranque de "Creatures", que aunque parezca que va a tirar por derroteros de Rock Desértico, su doble juego de guitarras (una limpia, la otra retroalimentada de Fuzz) y la base rítmica tiene más de Metal de toda la vida. La melodía principal se repite como las vueltas de los trenecitos de feria; va, viene y por el camino pues te entretiene. Sí que cuando bajan el tempo aquí se asemejan bastante a cosas como Yawning Man, lo cual para mí es positivo si tienes la destreza adecuada y para ser un debut vaya que si la hay. 

Lejos de anclarse, se permiten interludio pseudo acústico, introspectivo y muy del palo Mars Red Sky hasta el punto de mezclar Space Rock y Heavy Psych con una gran soltura (fantástico el efecto aquí de las pedaleras); mención especial a la monolítica base rítmica, versátil y soportando estoicamente el solo de guitarra final (se me vienen a la cabeza RIP K.C., VIAJE A 800 y cosas así) y más concretamente la batería, que le falta revolución y media para arrancarse en una bulería Thrash.


"Aguasmerdas" yo diría que bebe más de un palo progresivo. Suenan toques de algo parecido a sintes que imagino que será cosa de la guitarra rítmica procesada mediante pedaleras, porque el inicio es un pulso que mantiene el bajo con la guitarra solista. Toques a los malagueños Kermit (sobre todo en su ya lejano debut), y vuelve a flotar en el ambiente algo aflamencado a lo Triana que no sé si será premeditado o una casualidad. Va subiendo la intensidad hasta rozar el Metal Progresivo pero sin hacerse ni técnico en exceso (cosa que odio) ni cayendo en el saco del Post Rock (cosa que odio, segunda parte). 

Fantástica la apertura de "Alumbramento", con su pedalera wah-wah y su segunda guitarra acompañando una percusión que va de menos a más en lo que quizás sea uno de los cortes más Stoner y que ya sabéis que no son mi delirio particular. Aun siendo el más flojo lo voy a dividir en dos partes; la primera correosa como masticar goma de una rueda dejada al sol de agosto en las planicies castellanas. Me quedo con la segunda mitad  donde dan rienda suelta a ciertos detallos progresivos que me han encandilado (con vuelta a lo acústico para rozar el Folk).

La segunda mitad del disco pasa por la (casi) Country melodía de "Interlocutorio". Muy sureña (ZZ Top meets Kyuss) y algún que otro efecto atmosférico aquí y allá aunque luego roce terrenos más ambientales. Como aporte personal, creo que una mayor prominencia de este tipo de detalles e incluso un teclado llevaría a RAJA DE NAVAJA a un nivel de calidad mucho mayor. Sigue la corta "Pasaje", suerte de rendición a ratos Floydiana, a ratos Black Sabbath del "Planet Caravan", pero todo bajo un prisma Psych. Buenísimas las percusiones tribales/primitivas y mínimas que refuerzan el fade out que enlaza con "Psicobarber" en un contraste extremo de los que invitan al despegue mediante un espíritu setentero de esos de patillas largas y pañuelos al cuello.

Hay cosas que limar, todavía falta un pelín más de personalidad, pero RAJA DE NAVAJA se posiciona como próxima banda candidata a esparcir pus cósmico y si no, atentos a los 12 minutos finales de "Ródanos" que son para mí un colofón de Heavy Psych de nivel y que sobrepasa a endiosadas bandas carne de Mu(o)ndos Sonoros. Al tiempo.

Para pedidos y contactos:

Rajadenavaja@gmail.com



miércoles, 19 de febrero de 2020

DML - "DiscordMeansLiberation" (SACRAMENTO RECORDS, BASE RECORDS, RIP ROARING SHIT STORM RECORDS, FASTING RECORDS y PATHOLOGICALLY EXPLICIT RECORDS; 2020)


Tengo que reconocer que cuando me llegó este vinilo de DML no sabía a qué atenerme. Por norma estoy bastante al día de todas las novedades que van saliendo, pero esto me pilló descolocado; abro el paquete y lo primero que veo es un precioso vinilo en edición Gatefold. 

Todo lo referente a esta banda de Sevilla es algo hermético, y he tenido que echar las redes para conseguir averiguar cosas, no todas las cuales puedo contar (ni formación, ni detalles de la grabación... he firmado con sangre un pacto que me llevo a la tumba). Si algo me interesa, voy hasta el fondo de la cuestión, aunque ello implique la caricia de un puño americano en mi sien. Sé que tenían un EP previo de 2017 llamado DangerousMuteLunatic que se ha incluído como Cara B entero en este otro Ep también DiscordMeansLiberation. Por cierto, me encantan ese tipo de juegos de palabras y ya estoy haciendo mis cábalas para un posible tercer trabajo...

Para barroquizar más la cosa, si uno consulta el perfil de la banda en Discogs enlaza a un tal Dirl Lamprecht de Munich que hace Techno y que evidentemente (puedo asegurar) no tiene nada que ver con esto. Si es algo hecho ex profeso se me escapa, pero me ha parecido tan divertida la anécdota (ja ja, humor negro, empastes al suelo) que he querido compartirla (la clave está en el cambio de DML a DLM).


El caso es que lo primero que me viene a la cabeza cuando veo la edición y el diseño es que fuera algo tipo Emocore o Hardcore, pero ni de lejos acerté a la primera impresión. Un potente, obstructivo (como unas arterias embebidas de colesterol o como un fecaloma que ya llegase al esófago) y una acre producción adornan un petardazo Grindcore, Crust y Powerviolence en toda regla, recorriendo los surcos de un vinilo en rojo sangre transparente a 45 rpm. 

Editan en régimen de coproducción Sacramento Records, Base Records, Rip Roaring Shit Storm Records, Fasting Records y Pathologically Explicit Records. El sonido como digo, un Grindcore de vieja escuela teñido de Crust y Hardcore Punk, tríada perfecta que se enrevesa sobre sí mismo y trenza en intrincados riffs de guitarras y cambios de ritmo que eluden en san benito tan habitual de este tipo de bandas y que por ende los lleva a un nivel superior. Dicho de otro modo, no aburren ni un jodido instante y a pesar de ser temas cortos y comprimidos, se nota que hay una gran labor compositiva (o eso, o que estaban la hostia de inspirados) en cada uno de los temas de los dos EPs. 

Por comparar, que no viene a cuento, pues puedo citar a sus paisanos Scumworm o Looking For An Answer (pero quitando las partes guturales/death) en cuanto a lo nacional, pero al contrario que aquellos, estos DML tiran de un rollo más técnico o al menos a mí me lo parece. Si la música en algunos tramos puede parecer una extensión de cosas como Nasum, Napalm Death, Carcass, Agathocles o Anal Cunt, el sustrato Avantgarde de los primeros The Dillinger Escape Plan marca a fuego e imprime carácter (ojo, estoy hablando de los The Dillinger Escape Plan del Calculating Infinity, no de lo que vendría después). La clave también está en la edad del que esté leyendo (¿hay alguien ahí?...) este texto. Vamos al lío:


Abren los 33 segundos a todo trapo de Tsundoku que bajo la brutal base rítmica (vaya doble bombo) destaca durante unas milésimas de segundo unos detalles de algo que parece un sintetizador o efecto (hay que escucharlo con cascos); los riffs de guitarra bordean el Brutal Death americano, con esa característica forma que le dan estos a las melodías rápidas de guitarra (con forma de caracol sonoro, no sé si me explico... quizás Mortician sea un ejemplo). Buen contraste en forma de acople de los instrumentos de forma más grave para enlazar con la siguiente "Infinitesimal", de estructura Crust y unas vocales al límite del óbito. Pequeños interludios Thrash e incluso Death; fantástico el coro recitado con voz distorsionada en segundo plano. 

Sigue la aguda entrada a modo de sirena anti aérea  de "Shamanic Retreats Towards Misery". Los instrumentos e incluso la voz balanceadas en la mezcla todo en un primer plano para crear una muralla que ríase usted de los bastiones mediavales. En el Grind/Death todo es relativo... es como las distancias en un atlas; todo depende de la escala en la que midas y en estos estilos la escala usada es temporal y en segundos y milésimas pasan cientos de detalles. Coros, creo que una sóla guitarra, y vuelta a un clímax final al más puro estilo Crust. "Endorphin Fueled Euphoria" es anecdótica, dura 4 segundos y a no ser que me llegue pronto el microscopio sonoro que tengo encargado no puedo hablar demasiado sobre ella.

Tramo final con "I Hunger" donde destacan unos detalles vocales guturales y graves que me han encantado y unos cambios de ritmo angulares que se funden en un final del fiesta cargado de atmósfera y Groove. ¿Tema preferido de un servidor?... hombre, siendo yo de neuronas lentas, las bajadas a los abismos de la lentitud en "Indentured Servants" (que dura 4 minutos) son una gozada... casi parece estar uno viviendo una resurrección de Burning Witch o algo así. La distorsión a lo largo del disco es grande, y en ocasiones parece que hay dos guitarras y en otra una... o quizás sea un bajo. Es un poco confuso sin tener datos y tirando todo de oído pero de largo, este tema de raíz Hardcoreta pero doomy es una gozada. Tirando un poco de intuición, a mí me parece que DML es un proyecto tipo All Star Band o algo así, y que aquí más que nunca me traen a los Today is the Day al cerebelo. "Backpfeifengesicht" son otros 15 segundos a la espera del susodicho microscopio sonoro.

(portada de DangerousMuteLunatic)

En la Cara B se ha incluído el EP DangerousMuteLunatic de 2017, que se abre con la crudeza de "Kerygma". El sonido en general mucho más crudo (se nota en la batería) pero la propuesta ya estaba ahí. Noto el cambio en las voces, que me parecen trabajadas un poco más en el espectro grave, y los tempos flotan más al estilo Brutal Death americano. "Rootless Cosmopolitan" es Napalm Death de su gloriosa época, pero con un puntito ahí que parece siempre que se acerca a la intensidad Screamo de la jovencísima banda Boneflower.

Si te gustan estos estilos, este vinilo se me antoja imprescindible, de largo lo mejor de este género a nivel nacional escuchado desde hace tiempo... además, si tienes osteoporosis, puedes terminar de convertir en polvo de hueso tus cervicales en "The Spiritual Unity", estructurada de forma compleja y con una muy buena muestra de cómo administrar la velocidad sin decaer (algún día escribiré un artículo sobre el arte del correcto orden de los temas o tracklist). 

Finiquita el asunto "Ultracrepidarian", más o menos en la onda de lo ya dicho y "State of Global Alienation" que por momentos parece enclavada en el Speed Thrash. Si te gustan estos estilos, esto es un petardazo Bueno, Bonito y Barato. Y si tuviérais ocasión, me han comentado que tienen un directazo espectacular.




domingo, 16 de febrero de 2020

ELI GRAS - "MUSEUM OF THE DRY BUGS" (GAGARIN RECORDS, 2019)


Hace unas escasas semanas os traía un texto a tenor de una de las últimas ediciones de Eli Gras, Tasmanian Robinet, suerte de compilado de grabaciones entre los 80/90 en plena eclosión de la música pre-computerizada. La preciosa edición era a cargo de La Olla Exprés; CD dentro de carpeta tipo vinilo single. Ya en la reseña del CD os hablaba un poco de esta fantástica multidisciplinar artista, que abarca desde la música Minimalista al Electropop, la Electroacústica y cualquier tipo de Vanguardia imaginable. Pocas presentaciones necesita, creo yo...

Pues bien, ahondando en esa serie de extraños experimentos que van desde 1983 a 1992, Museum of the Dry Bugs, cassette editada en 2019, abarca 27 cortes grabados en casa y que en principio no estaban destinados a editarse. Ha sido Gagarin Records la encargada de una edición que se viste de gala con el artwork de la propia Eli Gras, mientras que la masterización es de Pablo Miranda (Carter Dilvi Studio, Barcelona). Punto positivo para el acabado final del sonido, y es que a pesar de tratarse de grabaciones caseras de baja fidelidad, la cinta está exquisitamente bien grabada.


El título es muy llamativo por diversas razones. Museum of the Dry Bugs, o Museo de los Insectos Secos, pero con la particularidad de que Bug también implica un error informático... es decir, que un programa no se comporte como quiere que lo haga un programador, o bien un fallo no tenido en cuenta en el comportamiento del programa. Curioso todo esto por dos razones igualmente: una, que la edición especial trae la cinta metida dentro de un jabón casero (mas caja de madera) al más puro estilo de los insectos conservados en ámbar; y la segunda, pues que en ocasiones la deconstrucción esquizoide de la música de Eli, suerte de Folk insectoide o algo así, nos lleva a pensar en angulares errores de programación musical ex profeso, premeditados para crear una música que parece estar marcando los pasos de un autómata de feria antigua.

Reseñar cada uno de los 27 cortes de la cinta sería un absurdo y la mitad de los lectores y lectoras abandonarían el texto, así que trataré de describir a mi modo la sensación que deja en el oyente estas pequeñas piezas. A caballo entre el arte experimental sonoro con estructura de canción y la electroacústica de combate, se van alternando piezas que usan y mezclan manipulación de cintas con tonadillas folkies de guitarra, voces deformadas y variaciones diversas del tempo... eso por resumir, porque otras son simples notas de guitarra bajo un amplificado sorber de líquidos por tubos, dando como resultado lo más cercano al estertor de una tubería. 


Lo más acertado sería meterlo todo dentro del saco del Dadaísmo, pero hay momentos en que sobresalen toques de flautas o instrumentos parecidos en una World beat urbanita deformada hasta el infinito, y otros en que un primitivo Techno se deja asomar por ahí como quien no quiere la cosa.

Los temas más acústicos parecen grabaciones perdidas de Kraut Pastoral a lo Popol Vuh, Lord Khrisna Von Goloka y cosas así, pero cuando menos te lo esperas estalla una algarabía de música sintetizada (no sé si a través de viejos computadores) y con los experimentos manuales de la siempre inquieta Eli. Si te despistas un instante, viejos carrouseles de feria oxidados te llevan en paseos oníricos (mejor no mires abajo o verás cómo los tornillos se van descomponiendo) y ten por seguro que Museum of the Dry Bugs es todo un catálogo de posibilidades sonoras de una imaginación superlativa y una optimización de los recursos que ríase usted de esos magnificentes conciertos de Tangerine Dream con un millón de sintetizadores alrededor. 

Difícil de quedarme con un sólo corte, pero el primero, "Taxi", me vuela la cabeza con sus efluvios de Post Punk, New Wave y bases percusivas rayanas en lo demencial. Además, es una versión más barroca del mismo tema que ya apareciera en Tasmanian Robinet, por lo que me quedo con este pedazo de himno que sonará en mi cerebelo hasta que se me sequen los humores.