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lunes, 1 de noviembre de 2021

REGEN GRAVES - "CLÍMAX" (PARIAH CHILD CD019 / YOSHIWARA COLLECTIVE 309, 2021)


Hace unos meses os presentaba a Regen Graves, músico italiano que toca en los celebérrimos doomsters Abysmal Grief además de en la leyenda occult/doom Tony Tears, cuyo último The Atlantean Afterlife... Living Beyond os traje por estos lares. Bajo el nombre de Regen Graves Herbstlitch (2019) fue el apabullante segundo trabajo (el primero de 2017 es Doctrines of Fear, editado en cassette por Chrismon Studio) del que quedó constancia en el Blog. Editado por Pariah Child, muestra un Dark Ambient muy particular que recomiendo leáis el texto para mejor comprensión. The Cruelty of Hope (también en cassette, y editado por At War With False Noise) preludia el impresionante último disco que os traigo hoy, de título Clímax, y envuelto bellamente en un minimalista Digipack en formato A5 con el binomio Pariah Child / Yoshiwara Collective como impulsores discográficos. La portada habla por sí sola; fotografía en sepia de lo que parece un edificio afectado por los efectos de Guerra y quizás conectada de alguna manera a Almanac of Fall (1984) de Béla Tarr que se desarrolla en un claustrofóbico apartamento en Hungría.

(The Cruelty of Hope, 2019)

40 minutos de un soberbio Ambient mezclado con toques experimentales, trazas Industriales y pátinas de teatralidad a la italiana conectando con todo ese maravilloso fondo de catálogo de Prog oscuro de sellos como Black Widow. Pero no me entendáis mal. Esto es electrónica muy oscura pero que no huye de lo melódico como vértebra constructiva de los temas, cosa que al menos para mí es de agradecer. Tras un breve `fade in´ entra "Immutable Reality" borrando el silencio con un flujo de desasosiego considerable de lo que parece un KorgMS20; campanillas y diversos efectos crean una sensación de soledad sobria, hasta que entra un arpegio de órgano eclesiástico que pone los vellos de punta. Aquí se me vienen a la cabeza proyectos como Umberto, Zoltan y Rashomon (qué diablos, hasta moléculas de Jacula) pero no tan cinematográfico. 

Equilibrio perfecto entre improvisación y composición, hay muchos detalles electroacústicos, samplers y un ominoso Drone fúnebre que dota de sudor mortuorio a todo el disco. Como un bucle, se repiten Ad Nauseam toques de órgano y fondo musical al más puro estilo Harsh Noise Wall. Burbujeos, crepitaciones, glitches o manipulaciones radiadas cobran cuerpo retozando entre las bases percusivas programadas. La intensidad va creciendo por momentos y todo crepita (magnetismo y osamenta) en unas magistrales arremetidas de Noise Industrial. Sigue "The Last Stage of Decline" ahondado en el espectro Neo-Giallesco gracias a las programaciones de DarkSynth y los atmosféricos samplers vocales. Tal como sugerí previamente, las composiciones están inspiradas en los trabajos cinematográficos de Béla Tarr y el tema que suena ahora podría ser un Score de cualquiera de sus films anclados en la Guerra Fría. Fantasmagórico a la par que etéreo, Regen Graves transita cómodamente entre el Krautrock berlinés o el Industrial Noise de SPK. Precisamente inicio a lo Coil para "The Window", trabajada a base de múltiples capas superpuestas y un ominoso toque de sintetizador en lo alto de la mezcla. La sincopada base rítmica programada remite a una mezcla entre Simonetti y Carpenter, pero el fondo que lo rodea es bastante complicado de clasificar... imaginaos a Fabio Frizzi haciendo un cameo con los propios Coil y Klaus Schulze

Embriaga y cosifica hasta que te disuelves en la nada.

(Doctrines of Fear, 2017)

La música de Regen Graves posee todo el empaque de las bandas sonoras de terror hispanoitalianas, pero solamente como base sobre la que construir en determinados momentos... es decir, se usa su esqueleto para otra cosa. Si alguien duda de lo que digo, que se ponga "Diegetic Distortion" que brilla por su crudeza a lo Throbbing Gristle. Cuesta discernir si hay alguna guitarra o bajo (creo que sí) acoplándose a base de golpearlo o son solo sintetizadores analógicos, pero el contraste con los anteriores y más melódicos temas es evidente. Ni rastro de Synthwave aquí;  destrucción masiva agreste como andar en chanclas en un descampado abarrotado de jeringuillas en los años 90. 

La parte final usa (en realidad es algo común a todo el disco) las manipulaciones radiofónicas,  excelentes loops y samplers y por supuesto ese tórrido flujo destructor de los sintes analógicos. "Nothing Will be Better" deforma las voces en una de las homilías más perturbadoras que he escuchado en los últimos años (variando pitch y reverb). Impresionante cómo va abriéndose paso la muralla sonora de un Industrial Noise de libro a lo Whitehouse o Sutcliffe Jügend, entrando campanas mortuorias y los suficientes detalles para que tenga que recomendarte que estés vacunado del tétanos antes de escuchar el álbum. Se incluye como Bonus el más asequible "Heat" en modo retro apocalíptico... pura y jodida pista de patinaje con patines de neón donde los participantes llevan romos cútters en la mano. 

Solo uno quedará vivo. No se me pasa que esto podría haber entrado en la película (mismo nombre que el disco) Clímax de GASPAR NOÉ. Impresionante.


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