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sábado, 22 de mayo de 2021

TRÍO MUDO presenta EL CENTENARIO DEL VAMPIRO / NOSFERATU, Una Sinfonía del Horror (La Caja Blanca, 21 de Mayo)


NOSFERATU
El Centenario del Vampiro
"Una Sinfonía del Horror"
TRÍO MUDO
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Máximo Luque sube al escenario en un sobrio ambiente; justo antes, el tema en bucle "Massa Confusa" de Archäia había ejercido su labor hermética egipcia sacándome los sesos por las fosas nasales como un alambre sonoro. La Sala con el aforo Covidiano llena, con gente que desafortunadamente se quedó fuera. Conseguí la jodida primera invitación, y gracias a ello puedo traeros en exclusiva material visual de primera línea (no de primera calidad, que yo no soy fotógrafo). Unas proyecciones y narración de Máximo sobre el origen, contexto social y cultural del film de Murneau son atmosferizados por minimalistas clústers de notas del piano de Cristina Ruano y Belén S. Guzmán... y extasiado de cómo el foco principal de la luz dota de `expresionismo´ (no podía ser otra palabra) la faz de Máximo (mitad luz, mitad sombra), una sonrisa de oreja a oreja sobrepasa el ancho de mi mascarilla... por primera vez, tras un jodido año, soy capaz de meterme dentro (en cuerpo y alma) de un espectáculo que hiede a oscuridad romántica teñida de tragedia de entreguerras. 

Como una suerte de sincretismo poético, la poesía de Panero parece amoldarse a la perfección en lo humano a un determinado momento histórico por un lado, e iconográfico en el otro (la particular estética de los fotogramas teñidos de esa primera edición del film de 1921 de Nosferatu). Esa canalización de emociones de la que habla el díptico que repartieron en el espectáculo anoche alcanzó cotas curativas en la psique del inconsciente colectivo, permitiendo a los asistentes ser partícipes de una casualidad entre miles y de una idea única entre millones... hacer coincidir simbólicamente (Mito) la Pandemia que antecedió al rodaje del Film (La Gripe Española), con la que estamos sufriendo (DIVOC 91). Una paradoja o una singularidad, cada uno puede elegir su bando, pero lo que sí es cierto es que TRÍO MUDO han hilado tan fino con este asunto que las costuras van a tardar muchísimo tiempo en reabsorberse en mis tripas.


La relación Panero - Expresionismo Alemán se me antoja de una genialidad sublime, porque tan oscura es La Noche del Alma en periodos funestos de la historia, con sus derruídos / horadados y porosos edificios de hormigón en descomposición, como funestamente maldita era la realidad en la que vivió Leopoldo M. Panero. Y así, lenta, arrastradamente entra ese acople onírico y lejano de "Canción de Cuna para los Muertos (La Balada del Coronel Mortimer", un in-crescendo de arpegios de la guitarra de Antonio Acién y machacante, pseudo marcial abordaje de la percusión por Damián Fernández... de fondo, en la pantalla, comienza la excitante proyección de la versión coloreada (fotograma a fotograma) de Nosferatu con sincronización de relojero a cargo de Manuel Luque, otro que anoche habitaba en las sombras. Antes de la película, ya nos había surtido con exquisiteces durante el soliloquio de Máximo, con imágenes de la postguerra, el potentísimo logotipo de Prana Films y diversos paralelismos visuales con el ocultismo incipiente de la época.



"Yo soy sólo mi Perfil" es el Haiku existencialista por antonomasia de Panero, a la que sigue el "El Circo" en Acto I de un total de cinco del film de Murneau, perfectamente medido por Manolo Luque en edición de tal suerte que diversas partes de la percusión, o subidas y bajadas del tempo en la guitarra, hacían referencia a esos proto efectos especiales visuales de cámara rápida, o toques de campana y demás de talles. "A la Manera de Trakl" se torna crudísimo en directo, rozando el Noise Rock, mientras que "Perdido" sigue incomodándome letrística y musicalmente con su extrañísimos ecos, Acién casi mordiéndose los labios, Damián parodiando el surgimiento de la Industria Automatizada y la ingeniería con esa manera ciclópea de medir los tiempos, las paradas, los cascabeles o las cajas de madera. Ya lo advertía Antonio al principio del espectáculo, que se dejaran los aplausos para el final pero era difícil, muy difícil contenerse.


Entrando el Acto III con la oscurísima "El Último Espejo" y "Proyecto de un Beso". A propósito de la primera, voy a rescatar dos textos... el primero de ellos es lo que comentaron TRÍO MUDO sobre el corte en cuestión y que casa a la perfección con los tiempos que estamos viviendo: "es un cruda visión de lo que somos como individuos y como colectivo, capaces de auto-infligirnos daño con absurdas prohibiciones, generando una sociedad del miedo donde impera atemorizar para adoctrinar, donde la maldad nace de la supresión hipócrita del gozo". Impresionante la sincronicidad, además de que no deja de ser paradójico que se hable de un espejo donde Nosferatu precisamente no puede reflejarse... ¿Quizás no podrá entonces atravesar el Corredor del Miedo y llegar a El Último Espejo?.... no lo sé, pero aprovecho para reproducir el poema entero y la grabación que pude hacer in-extremis porque me sigue poniendo la carne de gallina:


"Todo aquel que atraviesa el corredor del Miedo
llega fatalmente al Último Espejo
donde una mujer abrazada a tu esqueleto nos muestra
cara a cara el infierno de los ojos sellados
de los ojos cerrados para siempre como en una máscara
de muerta representando en el más allá el teatro último:
así miré yo a los ojos que borraron mi alma
así he mirado yo un día que no existe en el Último Espejo"

"El Lamento del Vampiro" en directo no pierde el aroma a Copla Séptica, Acién regurgitando la bilis verdosa de unas letras que se clavan como puñaladas asestadas por unos baquetas casi latinas acompañadas de acres cascabeles como ramilletes de ajo. Un sampler de las campanas de la Iglesia de San Martiño, Bueu (Pontevedra), sirve de sombra percusiva Junguiana a Damián para crear atmósfera en la inédita hasta ahora "Como una Cruz hecha para Morir", que acaba enganchando un Acto V con dos cortes nuevos más, "El Baccarrá en la Noche" (sencillamente espectacular) y "Un Asesino en las Calles". Según el especialista Berriatúa, es imposible descifrar Nosferatu sin las claves de la Ordo Templis Orientis (OTO) de Crowley... me hubiera gustado saber cómo hubiera descifrado Alesteir a Panero.


Tras la destrucción social y de la psique, llega la reconstrucción. Ojalá en los tiempos venideros disfrutemos de un vergel (pandemia) cultural de un nivel tan altísimo como lo que se vivió anoche. Me faltan las palabras para definirlo mejor así que mejor despedirse así:

"Yo soy solo mi perfil.
Cuando la nieve cae de mi rostro
nada se ve.

Cuando la Nieve caiga
no estaré ya".


Bueno, no voy a despedirme así porque llegó el enfervorecido aplauso y el post concierto... ese que generalmente trae a una desagradabilísima señora que no entiende de cultura (no sé si es funcionaria de algo o qué se yo) y que seguramente piensa que tras un espectáculo las personas, instrumentos, sentimientos y sensaciones deben teletransportarse a una dimensión paralela para que a ella no le estorben. Ni a ella ni a su también ultra desagradable compañero de Seguridad, casi un matón que cada vez que voy a La Caja Blanca va con la misma historia. Ambos son el binomio perfecto de la otra cara de la moneda... esa que te hacen divagar por qué en un lugar público que pagamos todos, y ojo con confundir esto con seguridad de pandemias, tienen el poder de hablarle mal a la gente. Sí, tienen su horario, pero a tenor (y lo sé con certeza) de que se están tocando las gónadas estos meses en La Caja Blanca, pudieran tener en cuenta de que la cultura y los sentimientos a flor de piel deben expresarse y que los eventos culturales no se podan como los Bonsais... ya pasaba con grandes como Evan Parker o los Atomic holandeses que los echaban a la calle en el Museo Picasso tras el concierto para que vendieran su merchandising en la jodida calle al pie de la higuera. 

Señores y señoras del MAF, del Festival de Cine de Málaga, de MálagaProcultura.... larguen a esta gente porque los ciudadanos, espectadores, o como queramos definirnos, nos merecemos un respeto y es desolador que te hablen y traen con semejante soberbia y malos modos. Yo también soy funcionario, trabajo en un Hospital, y en mis 24 años de experiencia laboral en condiciones horribilísimas ni por asomo he tratado a la gente con tanto despotismo.

Esto es Málaga.




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