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sábado, 23 de mayo de 2020

YALDABAOTH - "THAT WHICH WHETS THE SACCHARINE PALATE" (AESTHETIC DEATH ADCD 065, 2020)


Yonic fold of flower. Phallic rise of totem.
Fumble through clairvoyant trances.
Steel oneself against pantheonic blights.

           YALDABAOTH vienen de Anchorage, Alaska y tras un Split con la banda Skopt en 2017 nos traen ahora su debut That Which Whets the Saccharine Palate tocando ese nuevo estilo de Black Metal que nos inunda desde hace unos años y que más que conectar con la naturaleza del gélido panorama nórdico, establece otro punto de partida contextual que abraza más lo filosófico y literario.

El Black Metal, para bien o para mal, lleva años intelectualizándose y regodeándose en contextos que requieren de una complicidad mental del oyente cercana al estudio de una carrera universitaria, que sigue patrones del Death consiguiendo una longitud de onda cerebral en el oyente más propia del Doom... curioso cuanto menos el grado de cohesión de estilos extremos en un plano "no real" sonoramente hablando. Es decir, acaban siendo más hipnóticos que cualquier banda Doom haciendo justo lo contrario: centrifugar el sonido de una forma tan salvaje que han hecho que maestros como Deathspell Omega, Portal, Altarage, Mitochondrion, Tchalhi y bandas así sean harina de otro costal. El pan que resulta de su música es ácimo y reniega de cualquier comunión existencial con el bosque, la naturaleza o las jodidas runas.

Aquí de lo que se trata es de hacerle una colonoscopia al inconsciente colectivo para diagnosticar el cáncer que invade la mente Jungiana

(artwork completo del póster interior)

           Pocos datos técnicos puedo aportar. El disco se graba en Lycaena Triune at the Unsafe Space (ahora te mando las coordenadas) con instrumentación adicional en un tema de Skopt, otro proyecto de Anchorage bajo el auspicio del sello Lycaean Triune. Al sonido se le da una vuelta de tuerca con una masterización en los BST Studio que a tenor del compacto resultado, ha sido todo un acierto. El diseño del digipack es absolutamente glorioso con artwork de Piere Perichaud (Business For Satan, Francia) que incluye póster desplegable en toda su magnificencia. En conjunto del álbum en lo sonoro es una barroca, abigarrada y sucia molécula balanceada a través de una comunión perfecta entre Black y Death (sirva la comparativa con la putridez propia de los discos de Teitanblood). A nivel de integrantes sólo he podido averiguar que se trata de miembros de Arria Paetus (Aesthetic Death creo que ha editado un Split de ellos con Moloch) y They Leapt From Burning Windows.


          "Fecund Godhead Deconstruction" abre el disco con notas angulares, caleidoscópicas y una perspectiva claramente Avantgarde. Una bestial cabalgada embarrizada con una afiladísima guitarra sobre el minuto 2 marca el territorio mientras voces agudas a dos registros sueltan una diatriba de letras poco convencionales; la base de los americanos es bastante técnica así que se trata de un disco que requiere muchas escuchas para captar todo lo que está pasando en la vorágine de velocidad biliosa en la que nos vemos metidos. Con todo no voy a decir que no campen por ahí ecos a Marduk o similares, pero sólo reconoceremos lo nórdico en la velocidad... la perspectiva con la que Yaldabaoth aborda el demencial "Megas Archon 365" está más cerca del Death Metal técnico. 

Si la base rítmica resulta bastante críptica, más complicado es seguir la multitud de cambios de ritmo por segundo de las guitarras pero ojo, todo transcurre bajo una línea argumental sólida, con exabruptos pero lineal... nada de aspavientos sin sentido. Sónicamente vienen a sonar como una versión más Black de Dragged Into Sunlight y como referente de aquí, claramente me suenan a Teitanblood. No sé si es la edad o el desgaste mental, pero el límite entre el Death y el Black metal no debería de marcarse solamente por el timbre de las voces, craso error en la mayoría de reseñas del estilo que veo por ahí. 


          Siguiendo los estilos arriba citados, es evidente que encontraríamos referencias cosmológicas en las letras ("Beak cracks eggshell ushering cosmic synthesis / Omniscient stretched thin through ebb of space-time. / Thread strung sewing folds of flesh as patchwork reality. / Gnawing void. Vacancy consumption".) y es que los tiempos están cambiando. ¿Os imagináis a Vikergnes en los 90 hablando con los medios sobre razas arias superiores en Ganímedes?.

Sigue un pelín de calma a medio tiempo con la bíblica "Gomorrahan Grave of the Sodomite". Luego, un vórtice de Old School sin concesiones en una mezcla perfecta de Black y Death con tintes épicos uniéndose abruptamente en los instantes finales con los teclados iniciales de "To Neither Rot Nor Decay", momento perfecto para respirar un poco hasta que entra un solitario y más melódico de lo habitual riff de guitarra sobre el que va emulsionando la base rítmica a medio tiempo. Reproduzco las letras porque no tienen desperdicio: "He tore at his body too with a sharp stone, and dragged his long hair in the filthy dust, Shouting: 'I deserved this! I pay the due penalty in blood! Ah! LET THE PARTS THAT HARMED ME, PERISH! LET THEM PERISH!').


El epílogo del disco es para "That Which Whets the Saccharine Palate", apabullante demostración de cómo llevar el metal extremo a niveles técnicos progresivos (no sé si tocarán en directo, pero esto tiene que ser complicado de reproducir en un escenario). Todos los instrumentos (incluída la voz) discurren por el mismo plano, como si todo se hubiera grabado en una pista hermanada con igualdad de recursos para cada músico. Mención especial para la batería, que es capaz de pasar de dobles bombos a ritmos intrinciados en muy corto espacio de tiempo, algo que requiere una coordinación ciertamente encomiable. Cierra "Mock Divine Fury". Entrecortada, salvaje y llena de barroquismos resumiendo a la perfección todo lo que os he ido contando más arriba. 

Para mí, una referencia ineludible, no perfecta, pero bestial como una apisonadora ciclópea preparando el terreno para construir un centro comercial en la Luna.


There exist thirsts which cannot be slaked.
A channel opens through which all earthly matters
disappear: are swallowed as stone in chasm.
A construct of man acts as eye of providence
and that gaze gnaws the very fabric of.
Feasts in famine.

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