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lunes, 4 de mayo de 2020

DAL VERME - "21041914" (GRUPPO UNGIDO; Oblea Ungida#15 Mónada Ungida 7, 2014)


Los 17 cortes que contienen el monumental y largo tiempo venerado 21041914 de DAL VERME ve la luz en forma de reedición en la Oblea Ungida#15//Mónada Ungida 7 allá por 2014, aunque su génesis se remontara a 1997. Bestia parda del underground granaíno, Carlos Dal Verme configura toda una epopeya al ruidismo, a la deformación agresiva y cortante el sonido y al proceso alquímico de su transformación en impulsos BB o lo que yo llamo Biorritmos Biocidas.

Pocas palabras puedo añadir yo a este disco de culto, pero me parece digno de recogerse y compartirse una y otra vez este texto promocional que acompañó (y acompaña) al disco desde su salida y que no es otro que un trozo del Manifiesto Futurista de Russolo:

"Aquella velada en el Dal Verme fueron sobre todo profesores del conservatorio y músicos quienes iniciaron desde sus butacas el griterío, ¡y fueron ellos los más violentos, maldiciendo y diciendo insolencias! Recibieron, sin embargo, los puñetazos formidables e infalibles de mis amigos futuristas Marinetti, Boccioni, Mazza y Piatti. Mientras yo seguí dirigiendo la pieza Ciudad de automóviles y aeroplanos, se precipitaron a la platea e iniciaron una terrible reyerta, que luego continuó incluso fuera del teatro. Once personas necesitaron asistencia médica mientras los futuristas, todos incólumes y triunfantes, se marchaban tranquilamente a tomar unas copas al café Savini".

Luigi Russolo 'El arte de los ruidos'


El 21 de Abril de 1914, en el Teatro Dal Verme de Milán, se realiza el concierto de instrumentos ruidosos (intonarumori) por los futuristas italianos, acto cuya trascendencia lleva a Carlos Pueyo (Granada) buscar en Dal Verme su alter ego artístico. Así pues, en los primeros 90 participa en numerosos proyectos musicales que desembocan en la adquisición de una personalidad ruidosa, industrializante y eminentemente terrorista (sonoramente hablando, o léase BB más arriba). Estamos en 1998 y surge este su primer disco, titulado 21941914 y donde se ponen en la paleta de sonido influencias ValdelOmarianas, el gusto por el Dadaísmo deconstructivo, el minimalismo de Glass o la aspereza ignota de Cage. Se graba en 1998 en Le Vaticaine excepto el tema "Vida Oculta" (1997) que pertenece a la banda sonora del corto de mismo nombre de Dulce Pueyos.

Esta remasterización y edición en Digipack por GRUPPO UNGIDO es una labor de arqueología en grado sumo, rescatando un trozo importante del Noise patrio experimental que pudiera entroncarse en la noche de los tiempos de la escena abstracta e industrial de actos de inmolación como lo fueren Esplendor Geométrico, los desconocidísimos Quaxar y luego Due, las imposibles incursiones tribales de Miguel A. Ruiz, la aspereza de Francisco López, Macromassa, Tibetan Red, las partes menos amables de los comienzos de Polonio y qué se yo.... podríamos alargar esta lista bastante. En general, el discurso suele ser el mismo; un aprovechamiento extremo de los recursos y una inventiva colosal a pesar de las dificultades técnicas/económicas que junto a esa gran espita incendiaria que es la no posesión de credos (ni ínfulas comerciales), lleva a los artistas a producir obras rompedoras.


Si el Dal Verme en obras posteriores se nos muestra microscópico (Guía Bacteriológica Ilustrada por ejemplo), aquí en 21041914 es todo lo contrario. La sensación es la de que se ha puesto un traje estelar y se la ha largado a cualquier rincón ignoto de la galaxia para obtener grabaciones de campo. Durante más de una hora el oyente se ve abocado a un laberinto sensorial muy analógico que a volúmenes adecuados provoca cambios físicos. 

De nada serviría que yo describiera de la forma habitual las 17 paradas de este Via Crucis Cósmico. Es un artefacto ritual y sólo así puede entenderse. El oyente debe experimental con él y acceder a sus recovecos mediante el uso en circunstancias experimentales (de control) adecuadas. Cualquier intento de inmersión en la música de Dal Verme buscando efectos musicales estandarizados llevará al efecto contrario... al daño colateral (reversible o no). Música agnóstica para tiempos de crianza sensorial, espiritual o animista, donde la materia dice que no existe pero luego la vemos o intuimos en todos lados. 

Al fin y al cabo, esto es jodida carpintería.

Se trata de coger las ondas serradas y cortar con ellas toda materia que se te ocurra. Cada maldito corte de onda provoca un sonido, y dicho sonido luego es transformado en otros mediante un proceso que sólo existe en un lugar muy concreto del cerebro del artista. Si la onda es sinusoidal es por dos razones... o bien que la onda serrada ha perdido filo de tanto cortar, o bien que el artista ha conectado de forma chamánica con ese inmenso pozo tumba del Teorema de Fourier... en ese micro espacio donde la corriente alterna se reproduce por esporas vibrátiles en fases, y dichas fases se adelantan y retroceden en ritmos que pudieran parecer (imitar) a lo biológico pero que en esencia son poderosamente inhumanos. 

Si no has entendido nada.... entonces es que estás en la Onda.




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