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miércoles, 18 de diciembre de 2019

ZINKL - "DANCE MUSIC FOR INSECTS" (MARGEN RECORDS, 2002)


El alemán ANTON ZINKL comienza su andadura musical allá por los 90 con la realización de una serie de álbumes creados a base de Midi, Módulos de Sonido y el por aquel entonces potentísimo Cubase. Enmarcado dentro de la electrónica más ecléctica, lo primero que me sorprende es que sus trabajos son editados por el sello independiente alemán PRUDENCE, especializado sobre todo en música por lo general bastante New Age (véanse Cusco), aun teniendo alguna que otra rara avis en su escudería. Digo esto porque el proceso que yo he seguido es el inverso... he empezado por su último trabajo, Dance Music For Insects de 2002, y he explorado hacia el inicio y la evolución es más que notable, aunque hoy mismo he descubierto otros trabajos posteriores como Temptations of St Anthony, esta vez recreando la música de cámara.

Dance Music For Insects se edita en cd (con bellísimo libreto) bajo el auspicio del sello MARGEN, bastante variado en cuanto a propuestas (desde el jazz británico de Paul Dunmall al prog con un pie en el R.I.O. de SENOGUL, para pasar a la electrónica/vanguardia alemana con Conrad Schnitzler). MARGEN, abarcando el espectro de "oyentes arriesgados", también editaría la para mí recientemente descubierta REVISTA MARGEN, toda una enciclopedia que a lo largo de décadas haría hincapié en el lado más arriesgado de la electrónica, el jazz o el prog. Ambos, sello y revista, capitaneados por Rafael Dorado como maestro de ceremonias acústicas.

Zinkl recrea musicalmente toda una diáspora sonora de artrópodos e ingeniera biológica cuyos precedentes bien pudieran (coger esto con pinzas) estar en aquella controvertida composición de George Antheil y su Ballet Mécanique, desastre en algunas ocasiones en que fue interpretada y absoluto éxito en otras como la revisión de 1990 por Maurice Peress a base de instrumentos robóticos y Midi. A partir de esta última versión, en el 2000 se recrearía la composición de forma totalmente electrónica/robotizada realizada en el LEMUR (Liga de Robots Urbanos Musicales Electrónicos).


Con todo esto no estoy diciendo que Dance Music For Insects se acerque al barroquismo abstracto e industrial de una Sinfoniya Gudkov (“Sinfonía de las sirenas”, Bakú 1922) de Arseni Avraamov, ejecutada con sirenas de vapor, baterías de artillería y agrupaciones corales. Lo que trato de decir es que el contexto en el que se mueve es el de recrear un ecosistema a base de música, saltándose la complejidad de la electroacústica en sí para usar la más asequible electrónica de los sintes y recreaciones Midi. Quizás sea más entendible mi reflexión si comparamos esto con L'aventure des Plantes (1982 si no me equivoco) de Joël Fajerman, todo un clásico en el que se recrea de forma meditativa (más al estilo Jarre, Schulze o Tangerine Dream) el pensamiento floral.

Pues bien, ni lo uno, ni lo otro. Anton Zinkl usa elementos de la música concreta, de la electrónica contemplativa berlinesa y recursos de la electroacústica para construir toda una joya a caballo entre lo clásico y el avantgarde. A ratos profundamente lírica, en otros matemática, la música que recoge el disco es difícil de entender si uno no se ha empapado antes de la vanguardia del arte sonoro. En este aspecto, recomendaría el maravilloso libro La Mosca Tras la Oreja de Llorenc Barber/Montserrat Palacios y los 4 cds que lo acompañan para establecer paralelismos entre Cage, el Fluxus, el Dadaísmo y la Intervención Sonora pura y dura con la forma que tienen los alemanes de entender a veces su electrónica experimental, a veces puro rompecabezas (soundcollage) como los últimos discos del añorado Czukay, Pyrolator o Conrad Schnitzler a través del sello Bureau B.

Ojo con la malinterpretación... Dance Music For Insects tiene la cadencia, forma de desarrollo melódico de una suite, y para nada se mete en los terrenos concretos de Pierre Schaffer. Lo que vengo a decir es que sí que tiene como fin ideológico el Arte Conceptual, en este caso los insectos, que en determinados motivos, melodías y partes del disco emulan la vida de los artrópodos en modo sonoro. Además, escuchado en profundidad, uno nota que se acerca a lo programado/diseñado... música programada como si se estuvieran reproduciendo a través de centenares de cajas de música con distintas afinaciones y procesamientos.


Si estuviéramos hablando de melodías de algo más urbano y férrico, pues posiblemente habría salido algo más cercano al Noise e Industrial (con samplers, pues directamente al modo Herbert Distel en La Stazione o Travelogue... o qué se yo, asfixiantes collages a lo Nurse With Wound), pero aquí lo que prima es una suerte de correoso uso del polifonismo como si de una banda sonora clásica se tratara (al más puro estilo Twenty Century Fox, vaya...).

Como si de las pétreas escamas de la coraza de cualquier insecto, o la visión al más puro estilo miodesopsia (visión mosca), los 15 cortes se vertebran, encajan y mueven como un todo. La percusiva "The Return of Brundlefly" abre de forma selvática, al más puro estilo Cuarto Mundo de John Hassell pero curiosamente con paralelismos extraños con Dead Can Dance y su Spiritchaser.... o al menos en esa húmeda forma de avanzar el tema como si de una jungla se tratara. Fantástico el correoso motivo melódico (parece una flauta), que junto con los aires procesionales reflejan perfectamente la forma de vida comunal de los insectos. El tema en sí es extraño... como si su base primigenia fuera Techno deconstruido, atravesado en su parte final por una guitarra sintética y bajo que lo lleva al límite de lo industrial pero sin traspasar la línea.


Los aires clásicos y de banda sonora salen a relucir en "Praying Mantins in Love". Con la angulosidad que aporta el bajo, y la forma en que la flauta se desarrolla, me es casi imposible eludir la palabra Progresivo. Es curioso, pero por alguna razón se me viene a la cabeza Folclores Imaginarios (2012) de Pablo Canalís, que en esencia no tiene nada que ver, pero el compost final de algunos de sus cortes (y los recursos casi Cartoon de la Toy Music) sí que podrían habitar en Dance Music for Insects. "Beatlebeat" ahonda en los recovecos del Jazz Rock Fusión pero pasándolos al plano de la electrónica y el Synth Pop, todo engalonado con xilófonos y bases rítmicas de hip hop primitivísimo.

Polifonías gamela y gagaku en "Sweet Hopper From Osaka", una delicia que sirve de puente hacia "Lucanus Cervus", amenazante mezcla de bases techno con un minimalismo electrónico a lo Kraftwerk. Los coqueteos espaciales empiezan en "It´s a Cocoon Life" donde Zinkl expresa en su paleta todas las influencias de proyectos como Deuter, Schulze o los ya citados anteriormente para construir un Vals espacial con toques a Space Disco pero sin el Funk (¿alguien recuerda a Meco?). Si alguna vez voy al espacio y me caigo de la nave, no me importaría ir escuchando este tema mientras se me agota el oxígeno a la deriva.

My Life in the Bush of Ghosts de Brian Eno y David Byrne campa a sus anchas en esos mistéricos huecos de las cortas pero plagadas de detalles "Caterpillar Drive", "Lepidoptera´s Dream", "Billy Cockroach" o "Ant Hannibal", esta sí más larga, donde Zinkl se permite incluso meter riffs de una guitarra metalera y alternarlos con etéreos soundscapes que parecen sacados de una banda sonora de John Carpenter. Los que hayáis aguantado el texto hasta aquí diréis que todas estas influencias y estilos son demasiado dispersos para mezclarlos en un mismo producto.... pues bien, os invito a escuchar el disco detenidamente y luego me contáis.


"Tiddlewinks" me recuerda a algunos discos más bailables de Michel Huygen (quizás Absence of Reality) y para mi gusto es quizás el tema más flojo del disco; su estructura Synth Pop no está mal pero palidece al lado de "Day of the Locusts", con mellotron y teclados Canterbury pero deconstruidos hacia una suerte de letanía cyberpunk. Es alucinante la cantidad de recursos que usa el alemán... cientos de pequeñas melodías unidas en una gigantesca colmena sonora donde los estilos pierden su validez como etiqueta definitoria. Lástima no tener detalles técnicos sobre la grabación, los instrumentos usados y demás... si todo es Midi se ha conseguido una gesta; el resultado es orgánico y dista de parecer un rompecabezas.

El tramo final pasa por la rendición discotequera con tablas hindúes de "Jazz Bug", con aroma a CASSIBER y al Rock en Oposición (por cierto, invito a que os adentréis en los extrañísimos mundos de ANTONIO MURGA, quien por cierto coordinara el disco One Minute Symphony, Apología de los Insectos en Endogamic Records donde de forma digital, 134 artistas hicieron su particular homenaje insectoide) a la tribal "The Exciting Life of Dayfly"

"Rule the Planet", dividida en 3 segmentos, es mezcla de todo lo dicho anteriormente así que os la dejo a vuestro criterio. Puro retro futurismo arcade.

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