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martes, 26 de marzo de 2019

JOSEP LLUÍS GALIANA & THOMAS BJELKEBORN - "CRITICAL SOUNDS" (LIQUEN RECORDSCD005, 2018)


El reputado JOSEP LLUÍS GALIANA y el compositor sueco THOMAS BJELKEBORN han grabado una auténtica bestia parda llamada Critical Sounds. Una sola pieza/suite dividida en 8 partes donde la electroacústica, el minimalismo y la experimentación son llevados a un terreno magistral ; ese péndulo de Foucault en que no sobra ni falta un sólo minuto y la complementación de lo analógico (saxo tenor y soprano), los gadgets electrónicos/procesamiento de sonidos mediante laptop son el hormigón armado con el que se sustenta un paisaje urbano pero a la vez salvaje y agreste.

Dicho de otra manera, un disco que si fuese una película transcurriría en un sólo plano-secuencia y si lo lleváramos al terreno esotérico/sobrenatural su discurso narrativo sería el "movimiento perpetuo"... el impulso inicial constituido por un soplo de saxo de Galiana y a partir de ahí, las leyes de la termodinámica volarían por los aires gracias a la conservación eterna de la energía de los artefactos de Bjelkeborn.

El sueco procesa en tiempo real una paradoja musical ourobórica perfecta; sincronizada fusión de sonidos que casi se torna magia alquímica dentro de un alambique sonoro. El flujo vibrátil obtenido es destilación electroacústica de máximo nivel, sin trampa ni cartón (nada de overdubs) y por tanto, con esa fuerza que suele tener la música improvisada cuando transcurre en planos elevados de la realidad.


Sin entrar en demasiadas comparaciones, sí que me gustaría volcar en palabras (a ver si lo consigo) una idea abstracta que evoca en mí esta edición magnífica de LIQUEN RECORDS. Si el Canon Eléctrico de MILES DAVIS se agitara en una turmix ciclópea, de tal suerte que la música se mezclase a la perfección (como si de una solución hidrosoluble y sin aceites se tratara), podríamos coger una gota de esa mezcla, cualquiera que fuese, y analizarla mediante espectrograma. Los herzios, picos, subidas y bajadas de intensidad de Critical Sounds (en suma, su dibujo de espectrograma), creo que coincidirían en sustancia y parecido con la sábana de sonidos eléctrica de MILES.

Y fijaos que he escrito sábana con tilde, pero también podría quitar la tilde y decir SABANA, palabra maravillosa, evocadora de junglas asfálticas y concreto ardiente muy cinematográfica y presente en los soundscapes de DAVIES, y que en línea directa y parentesco genealógico convive con la electroacústica de raigambre más jazzera. Quizás estoy siendo demasiado críptico en este texto, pero la complejidad abrimadora de Critical Sounds no me permite bajar la guardia en ningún momento.

Generalmente este tipo de discos tienen la maldición de no pasar el filtro académico, pero puedo asegurar que Critical Sounds es justo lo contrario. Conforme más lo escuchas acaba surgiendo un poderoso lirismo contenido que dota de coherencia y cuerpo a todo el trabajo, cosa que ocurre porque las melodías que Galiana le da a Bjelkeborn para que moldee son introspectivas (soplos asordinados en ráfagas cortas que son todo un acierto).

Aquí me detengo para otra reflexión. El jazz nórdico cuando se torna electrónico y minimalista crea figuras sonoras muy parecidas en espíritu al grueso de Critical Sounds. Pasa con NILS PETTER MOLVAER o el formato big band de agrupaciones como THE MOUNT FUJI DOOM JAZZ CORPORATION, THE KILIMANJARO JAZZ ENSEMBLE y cosas así.

Esa fría asepsia se ve en la portada del digipack y se siente en la música pero ojo, no estoy hablando de la oscuridad de una mesa de autopsias sino de la sensación de lo mayestático cuando contemplamos un paisaje helado. El jazz y la improvisación en Noruega o Suecia también bebe de la jungla eléctrica de DAVIES pero en una concepción distinta y más abstracta. La nieve, en su caída lenta y sublime (casi de paso procesionario), engloba belleza tanto si cae en campo abierto como si lo hace en una ciudad industrial.

Amigos y amigas, a veces lo glorioso subyace en los pequeños detalles.


2 comentarios:

  1. Antonio, acabas de dejarme sin palabras. Disfruto tanto de tu disfrute que me ruboriza pensar que pueda ser el causante de tales comentarios. Coincido en que nuestro trabajo no pasa el filtro académico, cosa que me importa bien poco, aunque, en realidad, no pasa ni siquiera el filtro de las categorizaciones o etiquetajes. Gracias, gracias, gracias,

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