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lunes, 21 de enero de 2019

JAULA - "MOVIMIENTOS CIRCULARES" (AURICULAB a30, 2018)


Movimientos Circulares es un trabajo de JAULA editado por AURICULAB en 2018 bajo la referencia a30. Una de las primeras cosas que me dan la bienvenida cuando abro el sobre que contiene la edición (trabajadísima y a mano) es una arandela de acero. 

La portada, bajo un inclemente filtro azulado es una fotografía (industrial) de ATILIO DORESTE. Letras de imprenta, un dibujo interior y la propia arandela son muestras de cómo hacer original y único un disco, más en los tiempos de idiocia que corren dentro de la industria musical.

El sonido, muy orgánico, se desarrolla dentro de una electroacústica instrumental a base de una guitarra procesada, grabaciones de campo y juguetería diversa. El disco (CÍRCULO) dividido en diez partes o mini suites tiene perlas que incluso rozan el minimalismo de cámara (por ejemplo el tercer corte), desarrollándose un ambiente percusivo oriental que podría recordar a los experimentos de ZORN dentro de COBRA o sus "Músicas para Juguetes".  

Todo lo grabado por Nacho Jaula suele tener un cariz autobiográfico, o al menos a mí me lo parece, así que en vez de meterme en mitologías circulares ourobóricas, mejor cito el texto interior que resume a la perfección el espíritu del disco: 

"No encontraba el camino recto y dí vueltas en círculo. Entonces murió la quietud y nació el movimiento".

Una de las virtudes de la música de JAULA suele ser la fabulosa masterización que dota al conjunto de una cualidad orgánica y un eco muy característicos (limpio y sutil). Los rasgueos de guitarra acústica embebido de reverb en el cuarto corte nos llegan de forma física a los tímpanos. La sensación es la de estar metido dentro de una pequeña habitación que a su vez se mete dentro de otra y así hasta adquirir una proporción áurea y ciclópea. 

Reducir esto a simple electrónica es vacuo y quien siga la trayectoria del músico malagueño notará la extrema versatilidad y personalidad de cada uno de los trabajos editados.

El quinto corte, mucho más percusivo, se mete de lleno dentro del hipnótico mundo del Gamelan. Samples de voces, animales o lo que sea (antropomorfo parece al menos) nos llevan a un irreal desierto en pleno atardecer donde junto a Beduinos y a un fuego alimentado con heces de cabras aspiramos el acre hedor de lo místico. 

Ritual, lento y opresivo, en cierta medida tiene algo que me recuerda al ambiente tribal de los Heliocentric Worlds de SUN RA, o esos atávicos menesteres de DON CHERRY en su etapa de Brown Rice (sin vientos, claro). Las similitudes podrían venir de los teclados que tratados a la perfección por JAULA discurren de forma tangencial a lo que RA hizo en discos más abstractos como Atlantis o Cosmic Tones for Mental Therapy

Claro que esto es sólo un tema y al siguiente estamos en una tesitura totalmente distinta. JAULA es un alfarero del sonido y un maestro en estas lides y eso se nota. Cada disco es una nueva aventura plagada de recovecos donde perderte y el grado de atención que precisa cada nueva edición es notable.

Imprescindible.





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