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sábado, 2 de julio de 2016

HIPOXIA - "SI DEUS ESSET, OCCIDENDUS ERIT: MONUMENTUM AB KHAOS I" (AMERICAN LINE PRODS; 2016)


Hace tiempo que un disco de Funeral Drone Doom no me arrancaba una sonrisa de la cara... y tengo que decir que cuando escucho Funeral, lo menos que le pido a una banda es que me alegre el día, aunque pueda parecer extraño. Puedes ser un nihilista acérrimo, pero al final tienes que ir a comprar el pan como todo el mundo, a no ser que tus mitocondrias trabajen lo suficiente para alimentarte del aire que te rodea.

Es un género que he exprimido tanto que lo dejé agotado, exánime, falto de vida... y pocas, poquísimas bandas vuelven a llevarme a ese seco, árido y trabeculoso mundo de pesadilla donde habitan los tempos más lentos del universo; HIPOXIA es una de esas bandas old-school o lo que sea que me llevan a un viaje mental nostálgico donde Moss eran la banda más pútrida del planeta (antes de venderse a Rise Above) y Worship seguían exprimiendo eso del Last Tape Until Doomsday

Con excepción de las bandas rusas que militan en Solitude Productions, bandas patrias como Of Darkness y las pocas incursiones del género de los grandes de siempre (Evoken, Skepticism...) pues pare usted de contar. ¿Dónde radica pues el atractivo de HIPOXIA?... pues es fácil, sus temas son jodidamente buenos, oscuros y bien medidos, tocados en un ascendente clímax que difícilmente puede dejarte indiferente, y menos con este trabajazo que se han sacado de la manga.

SI DEUS ESSET OCCIDENDUS ERIT (MONUMENTUM AB KHAOS I) son tres temas de un claustrofóbico Drone Doom de tintes Funeral y aliñado con dosis justas de SLUDGE (sobre todo en el segundo tema) urdido por las añejas almas de secano E (invocations & nihilspells); JK (guitars & noise); OS (bass & deconstructions); A (sixtrings) y K (khaoshammers). Masterizado en los MOONTOWER STUDIOS por JAVIER FÉLEZ y diseño de E. (THE BLACK TRIANGLE PRODUCTIONS), destacando la magnífica foto de portada que entronca el trabajo directamente con la perturbadora imagen de la cassette previa.

"Nothing" abre el disco con 22 minutos de una densa letanía que directamente invoca a los sacrodioses Khanate, Sunno)), Evoken, Skepticism y tantos otros. No son finlandeses, son de Madrid, y beben el zumo de jeringuillas semicoaguladas al sol de soportales de barrios industriales. Una batería que parece grabada en una capilla de huesos que se fuera desmoronando poco a poco, golpe a golpe, en lenta comunión con un bajo ungido en aceites tan densos como melaza; una melodía arrastrada que serpentea alrededor de una masa otrora llena de calcio y vida, ahora porosa, hueca y sin alma. 


Una plegaria de cánticos desde un púlpito mohoso, bañado en orín, habitado por criaturas que se alimentan fagocitando luz y defecando una negritud capaz de anular todo tipo de existencia. La guitarra apuntando a Orión, a un Cosmos-cementerio donde cada luz y estrella es un monolito a Corrupted, Funeral Moth, los más actuales Septic Mind (sin los toques espaciales) y la acritud de Coffins, Grief o Eye Hate God.

Voces limpias, otras guturales o susurradas... toques a Esoteric, Thergothon, Worship, Moss (era Sub Templum, Cthonic Rites), Mournful Congregation (sin los aspectos románticos de estos) o los oscurísimos Bunkur. Un tempo lento, angustioso e hipnótico conducido por un circular riff de guitarra que te licua el alma, a ratos más doom, y que paulatinamente va adquiriendo un toque Sludge para cerrar el tema (muy a lo Moho o Lords of Bukkake, por cierto), y que en cierta medida no es más que el preludio del más rápido "Oblivion", ya en terrenos mas ácidos y agrios (como cuando se te viene un vómito a la boca y acabas bajándolo otra vez por miedo a teñir de verde a tu pareja). Un fin de tema instrumental y ambiental a lo Marasme, Loan, Meido, Aathma y toda esa grandísima escena (véase el fondo de catálogo de Odio Sonoro o Nooirax por ejemplo).

Es que tengo que decirlo o reviento. El mejor doom-death (y afines) lleva más de una década haciéndose dentro de nuestras fronteras, y si no sólo tienes que tirar de nombres injustamente olvidados como Eight Hands for Kali, Atman-Acron, Lugubrious, Beruna, Like Drone Razors Through Flesh Sphere, Great Coven, Dispain, Famishgod, Llord y tantos otros (estoy ejecutando memoria espontánea, así que ruego me perdonen los omitidos). 

Como colofón  CARLES JIMÉNEZ de Árnica mete voces en la misa negra de "New Aeon of Destruction" llevando el sonido de HIPOXIA a un nuevo nivel más industrial, marcial y épico (véanse los olvidadísimos Dolorian), resultando tan adictiva la mezcla que no puedo más que esperar con ansiedad cómo sonará lo próximo de la banda. Realmente sublime este SI DEUS ESSET, OCCIDENDUS ERIT, que junto con el nuevo disco de Of Darkness son hoy por hoy piezas indispensables para los amantes de la música oscura que busquen algo más allá del Stoner y la enésima copia del retro doom Sabathiano.




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