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jueves, 28 de noviembre de 2013

FANCINE - MARTES 26 de NOVIEMBRE de 2013

Hay gente que en ocasiones ve Muertos… yo en ocasiones veo buenas películas.

Quizás esta frase suene demasiado apocalíptica, pero visto el bajón de nivel de las películas a concurso en los dos últimos días, y puesto que tengo que aparcar muchas cosas para asistir a FANCINE, lo menos que uno puede esperar es que el filtro protector de bodrios funcione a la hora de seleccionar películas como FOREVER´S END o AFTER. Es que de verdad que no lo entiendo; la postura del que escribe quizás es fácil… simplemente transmitir con palabras las emociones vividas durante una película. Pero digo yo que alguien verá dichas películas antes de seleccionarlas, porque mis niveles de cafeína en sangre son inversamente proporcionales al grado de satisfacción alcanzados en jornadas como las dos últimas.

Bueno, voy a parar que voy cuesta abajo y sin freno. Mejor gasto las pocas neuronas que me quedan en terminar de pegar mis huellas digitales al teclado con el que escribo.

AFTER (RYAN SMITH; ESTADOS UNIDOS, 2012): si directores como John Carpenter son (o han sido) maestros en el arte de recrear la plasticidad de un cómic en la pantalla, hay otros que se suben directamente al carro del género con un presupuesto aceptable pero escasez de recursos cinematográficos. Sinceramente no sé por dónde empezar… puede que a alguien le guste la estética aséptica de este tipo de films, más encuadrados en el mundo del videojuego (véase el Survival Horror) que en el cine propiamente dicho. Me imagino que cuando alguien hace una película se informa de lo que es posible o no a nivel sanitario… porque vaya, no concibo a una persona en coma monitorizada con tan simple aparataje (podría explayarme porque es mi profesión, pero tampoco es cuestión de recrear la vida real, sino simplemente de hacer las cosas con decencia), con una simple vía periférica y un suero salino y para colmo de males, con su vía aérea mantenida simplemente con unas gafas nasales. Vaya, que el público a veces es tonto, no lo niego… pero hay cosas que claman al cielo. Si haces que despierte de un coma tan alegremente a la chica protagonista, posiblemente también te dará igual hacer trampas con un guión malo y trillado y usar una banda sonora para reforzar lo que las imágenes solas no cumplen. HORRIBILIS.

AU NOM  DU FILS (VINCENT LANOO; BÉLGICA-FRANCIA, 2012):  la colaboración de FANCINE con el Festival de Cine Francés nos trae una genial muestra de cómo hacer un cine distinto, profundo y a la par enormemente entretenido y visual. Una especie de Western Crepuscular con una madre dispuesta a vengar los abusos de un sacerdote sobre su hijo es lo que nos ofrece una trama llena de recovecos y crítica social. Lástima que un sector del público simplemente viese en el film una especie de ojo por ojo con el que vociferar ante cada disparo o escena de violencia, porque en el fondo EN EL NOMBRE DEL HIJO es una denuncia bestial ante los abusos de poder y la manipulación del clero. Unos diálogos llenos de violencia verbal que te llevan al borde de las náuseas y unas explosiones de visceralidad como sólo el cine francés es capaz de mostrarnos. Bellamente recreada con una buena fotografía y unas excelentes interpretaciones, AU NOM DU FILS es una de las mejores películas que he podido ver en FANCINE… distinta, arriesgada y explosivamente revulsiva. BANG.

WHEN WINTER SCREAMS  (LEE SAMUEL; COREA, 2013): es curioso lo de esta ópera prima. Una película de suspense muy bien ambientada en un claustrofóbico entorno nevado con un reducido número de protagonistas a priori debería ser una baza segura, sin embargo el ritmo narrativo es absolutamente nefasto y los excesos acaban pasando factura. Si bien es cierto que el cine koreano (más concretamente el Thriller) no es plato de todos los gustos, SEOLIN peca de embarullamiento y atropello visual, de tal forma que casi en ningún momento sabemos lo que está ocurriendo… pero no porque se nos quiera ocultar la trama principal, sino porque no han sabido contárnosla de una forma decente. Así pues, los ingredientes para un buen thriller caen en una mayonesa fermentada que me lleva a la más profunda de las fases REM. Lástima porque la cosa prometía mucho. NI FÚ NI FÁ.


Por cierto, esta mañana cuando me he visto al espejo me he llevado un buen susto. No por las arrugas que antes no estaban, el pelo despeinado y la barba encrespada… tampoco por las oscuras sombras palpebrales o la excesiva hiperreactividad pupilar. No, no son esos detalles los que me preocupan sino la aparición de un número excesivo de canas que antes no estaban (juraría que me han salido de la noche a la mañana). Recuerdo al padre de Laura Palmer cuando repentinamente se le puso el pelo blanco (grandísimo RAY WISE)… esperemos que BOB no venga a visitarme. Paso de Logias Negras…

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