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viernes, 19 de noviembre de 2010

RECUERDOS


En momentos especiales siento el aire frío de la noche de un modo especial. Es un aire melancólico que me recuerda con nostalgia momentos vividos con alegría (y con pena). Una brisa helada que me acompañó por acontecimientos de mi vida particulares, únicos e intransferibles. Su soplo a veces borra los recuerdos... pero otras los vuelve a traer, y vuelvo a recordar cosas que creía enterradas y que soñaban el sueño de los justos.

En el mismo aire se huele la nostalgia; nostalgia de gestos, pensamientos y sentimientos; nostalgia de la sorpresa, la incertidubre y la belleza tórrida de lo nuevo...

Y es que en toda vida hay momentos dignos para volver a recordarse y evocarse; acontecimientos del pasado que nos han condicionado nuestro presente y que por su cotidianeidad ya no sabemos sentirlos o verlos.

Con ésta dulce brisa te estoy evocando y vuelvo a verte como te veía antes, antes de que la pátina de lo cotidiano difuminase tu ser... vuelvo a acariciarte del mismo modo, y vuelvo a sentir el corazón rompiendome el pecho como un caballo desbocado.

El olor dulce de tu perfume me embriaga y me enloquece, al tiempo que nos enfrascamos en conversaciones perdidas y sin sentido pero que para nosotros son tan importantes que forman un código secreto sólo apto para dos seres en sintonía.

A veces añoro los paseos interminables que no estaban controlados por ningún reloj, y que sólo eran medidos por nuestro particular paso del tiempo, ese que pasaba tan rápido para nosotros y tan lento para los demás (¿o era al revés?).

Tu orgullo a prueba de piedras era infranqueable, pero en tu mirada se intuía la ternura y la calidez de lo que estaba por venir... sólo era cuestión de tener paciencia y aceptar que se da para no esperar recibir nada a cambio.

Apareciste y me cambiaste y sólo Dios sabe lo que a tí te debo. Compañeros íntimos de dolor y de tragedias envueltos en lágrimas en bancos de madera de parques mal iluminados. Compañeros de viaje en un barco que a veces parece a punto de naufragar y que milagrosamente, una y otra vez, sale a flote...

Por eso y cuando evoco momentos en los que el rumbo se había perdido constantemente, no puedo menos que sentir que soy afortunado de haber encontrado una guía como tú en mi camino personal.

La brisa me trae recuerdos y se los lleva, porque bien es cierto que las cosas sólo se viven una vez, pero un olor, un gesto o un pensamiento te transportan a otra época en la que vivimos el amor como dos apasionados que no temían a la noche, dispuestos a desafiar el mal tiempo con la presencia del otro.

Recuerdo...

"Cae la lluvia y arrecia, tengo los bajos de los pantalones mojados y las mejillas empapadas porque hoy he abierto a tí mi alma y te he contado mi secreto. Vuelvo a casa apesadumbrado y triste porque no se si tendré fortaleza para vencer la carga que se me ha impuesto, a sabiendas de que no hay otro remedio. Tú me has consolado y me has hablado; no me has juzgado ni me has rechazado; yo te he contado barbaridades y ofensas y tú me has dado tu hombro en el que apoyar mi mejilla y llorar. A pesar de que te estoy perdiendo y dejando ir, dentro de mi ser te amo y te adoro, pero las circunstancias mueven mi velero hacia otro sitio, y sé que voy a añorarte...

Con una extraña calma, llego a la esquina de la calle, miro hacia arriba y te veo asomada al balcón de tu casa; levantas la mano y me das un saludo; yo levanto mi mano y te devuelvo el saludo, me doy la vuelto y me encamino a casa, al tiempo que las lágrimas brotan de nuevo de mis ojos."

¿Recuerdas?...

2 comentarios:

  1. No esperaba encontrar un relato así en tu blog, de verdad, me has impresionado. ES PRECIOSO, así de claro y con todas las letras. Ojalá alguien me escribiera algo así algún día, es una declaración de amor en toda regla. Ambos sois muy afortunados de tener lo que tenéis; os lo merecéis y os lo curráis para que así sea. Has abierto tu alma totalmente en este post; ha sido un gesto muy valiente. Me alegra ver que incluyes tb post de esta índole alejándote del tono más oscuro que parece impregnar la mayoría de tus escritos. Sigue indagando en tu faceta escritora, puedes sorprenderte a ti mismo!! Besos!!

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  2. Gracias por tus palabras. El amor aparece cuando menos te lo esperas; otras veces está ahí pero por alguna misteriosa razón no lo vemos y cerramos nuestra alma a él. Pero siempre aparece...

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