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jueves, 12 de septiembre de 2024

GALG - "TELOORGANG" (CONSOULING SOUNDS; SOUL0190, 2024)

Pues tenía que ser de justicia divina que retomara las andadas literarias con el proyecto neerlandés GALG (formados en 2013) tras los impresionantes trabajos de SOLAR TEMPLE que os traje antes de verano. Por un lado el monolítico Embers Beget the Divine junto a los DEAD NEANDERTHALS y por otro el ultra Kosmische experimental A Gift That Should Have Been Reserved For The Great Lights, todo ello cortesía del mítico sello Consouling Sounds. El nexo de unión entre ambos proyectos es la molécula bivalente (no voy a entrar en algún que otro cambio de formación) entre Omar Kleiss a la guitarra y voces (Empyrean Grace, Solar Temple, Imperial Cult, Iskandr, Lubbert Das, Nusquama, Turia, Fluisteraars...) y Mink Koops a la batería (Fluisteraars, Iskandr, Knoest, Nusquama, Solar Temple, Bong Breaker); completando la formación, un tal `T´ que se encarga de guitarra y voces. 

Bien, Teloorgang es el disco que hoy os presento y tiene la particularidad de haber sido grabado hace nada más y nada menos que 10 años en los RPM Studios aunque tras la mezcla de la propia banda y Asher de Vries (que tocara el bajo con los Flusteraars), Beau Eckhard, Thomas Chochrane and Galg para posterior masterización maestra y alquímica por Greg Chandler en los Priory Recording Studios. Completa el apartado técnico (edición en CD y LP) el minimalista artwork fotográfico de Theo Naessens and Tess Post. Apostillar que sí que tenían dos EPS y una Demo previas.

Atonal, a ratos ruidista, hipnóticos, densos y en ocasiones con pasajes deudores incluso de Swans, GALG pueden recordarte sin duda a la mala hostia que manejan The Body o incluso algún toque de la insania electrónica de Oxbow. La repetición `ad nauseam´ en estos casi 50 minutos divididos en cuatro cortes sin duda lleva al oyente a un estado meditativo de un Drone Doom que bebe igualmente muchísimo de la escena alienante y depresiva Black metalera. 

Abre "Hemeltergend" con la sensación de estar escalando el sacro Monte Meru... despegue con la distorsión de guitarra y una percusión que va creciendo enteros; muy buen juego de doble guitarras que permite toda clase de recursos atmosféricos (por alguna razón, esos crescendos tímbricos agudos que flotan en el aire y nunca se desvanecen me recuerdan enormemente a los últimos SWANS); recursos que se repiten en modo loop con escasos pero efectivos cambios y la entrada de una voz lejana, agónica y malsana como mandan los cánones. 

A mitad de tema, entra el saxo estelar de Otto Kokke (como no, de los Dead Neanderthals) en una sábana espiritual a lo Sonny Simmons junto a los Moksha Sannyasin en aquel fabuloso Nomadic (Svart, 2014) que se marcó el tipo con 82 añitos. Conforme avanza el tema todo confluye a un flujo de metal y vientos absolutamente expectacular (sobre todo cuando el saxo se agudiza hasta extremos punzantes agudísimos). Con un riff a lo SunnO))) se abre "Verzoeking", auténtico mamotreto devastador de 15 minutos de duración que te saca el alma por las fosas nasales como si de un amortajamiento egipcio se tratara. Voces monásticas en un entorno Drone aclimatándose en una psicopómpica nana que se torna agria y séptica. Mientra una de las guitarras mantiene la muralla eléctrica de fondo, la otra te balancea en un cabeceo mántrico imperturbable.

Aun no teniendo bajo, hay partes en que la afinación de una de las guitarras adquiere tonos lúgubres y densos hermanándose y haciendo de base rítmica en un pulsátil, largo y exhaustivo `fade out´ que hunde sus raíces de lleno en el Black Noise (hispanohablantes, atentos al sampler vocal final que no tiene desperdicio). Sigue "Het Mes" con arranque al más puro estilo YOB pero bastante más estilizado en su puntillista uso de las guitarras sobre muro Drone; la voz, totalmente despojada de cualquier atisbo de humanidad, se desgañita hasta trenzar tripas con cuerdas vocales en un soliloquio sacado de cualquier pabellón psiquiátrico infecto-contagioso. Entra la batería procesionaria en un percutor pasaje Doom mezclado con elementos ruidistas que roza el Funeral de tal suerte que entre una cosa y otra tras un parón existencial sobre el minuto siete, todo vuelve a arrancar con más melodía y groove para que Galg se marquen todo un himno a la podredumbre existencial. 

Cierra el disco la apocalíptica "Doorn in Het Oog" cuya batería adquiere tintes motorik, tribales y Space Rock hasta el punto de que parece que los Hawkwind se hubieran transmutado en una banda extrema. Un tema directo, crudo y a la yugular. Puedo explicarlo más, pero lo mejor es que lo escuches tú. 

DISCAZO

https://consouling.be/release/teloorgang

https://galg.bandcamp.com/album/teloorgang


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