La edición es una absoluta maravilla una vez más. Clostridium Records de Alemania no se anda con minucias. A la edición normal del vinilo se añada una especial en Splatter (150 copias) que juro que es tan bonita que parece una jodida piruleta cósmica.... vaya, que no lamo el vinilo por cuestiones de decoro. Se añaden dos pósters que reproducen el artwork (impresionante Maarten Donders) de los dos volúmenes y un Can Cooler de esos que te refrescan el viaje (ojo que la versión en CD digipack es también muy recomendable recogiendo los 77 minutos de la obra completa). Si bien tenía mis dudas sobre la logística de publicar los dos volúmenes por separado en vez de un solo Gatefold doble, tengo que callarme mis palabras y regurgitarlas hasta defecarlas por la boca... es una inversión, pero vaya, vaya sonido que tienen los prensajes de Clostridium, y ahí aprovecho para poneros los detalles técnicos de la nave y sus integrantes:
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sábado, 10 de abril de 2021
DOMO - DOMONAUTAS VOL. 2 (CLOSTRIDIUM RECORDS CR063, 2020)
"¿Vienes del espacio exterior?», preguntó la anciana.
- Ciertamente, sí. Pero no se alarme, soy soviético".
Yuri Gagarin
Como no quiero repetirme demasiado, y a sabiendas de que mi relación con la banda DOMO se hunde en la Noche de los Asteroides Decrépitos, os recomiendo que antes de seguir leyendo visitéis en anterior enlace (aquí) donde podéis acceder a la primera parte de Domonautas, además de ir buceando hacia atrás hasta llegar a la misma raíz/célula inicial de su debut. No puedes comprender Domonautas Vol.2 sin haber antes escuchado el primero... o sí, pero digamos que la experiencia es mil veces más completa.
Grabado en – R Track Studio and Oriental Desert Studio, Alicante
Mezclado en – Oriental Desert Studio, Alicante
Masterizado en – Oriental Desert Studio, Alicante
Mixed By, Mastered By – Lluís Mas
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Bass, Acoustic Guitar, Synth, Vocals – Óscar Soler
Drums, Percussion – Paco García
Electric Guitar, Acoustic Guitar, Tambura, Trumpet, Effects – Pablo Criado
Electric Guitar, Sitar, Effects – Samuel Riviere
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Como no me queda clara la supervivencia de estas páginas digitales el día que decida chaparlo todo, he dejado la pantalla abierta con esta reseña y he metido el PC entero en una garrafa de 25 litros de cristal (vaya, como un mensaje en una botella, pero con la botella más grandecita). He comprado varios rollos de cable de red y me he largado al pico más alto de mi ciudad donde con 15 petardos de a duro he lanzado la botella al Cosmos, dejando anclado los cables a la Tierra. Así, si alguien en el Universo en un futuro se encuentra esta reseña... bueno, lo primero es HOLA, me llamo Coronel Mortimer y os digo que si Yuri Gagarin levantara la cabeza... bueno, si la levantara sería para hacer headbanging escuchando a DOMO.
Bueno, a lo que Наджейда! (Yuri Gagarin).
El Hard Psych de DOMO adquiere cotas de finura existencial con viraje hacia el Progresivo en determinadas partes. Dejado de lado por fin el Stoner como lastre de combustible pútreo inservible, ahora se manifiestan en un plano distinto, mucho más concentrado y efectivo; esto es clara muestra de cómo una banda evoluciona en 11 años o más de existencia, con proyectos paralelos y la mirada puesta siempre en Orión. No quiero decir que no haya polvo del desierto en su sonido... simplemente insistir en que ese polvo... bueno, ese polvo ya no es de este mundo. No sé si es arriesgado lo que voy a decir, pero el toque Oriental Desert Studio ya lleva tiempo dando muestras de identidad propia, como así lo atestiguan Scarlet (Rosy Finch), los discos de Pyramidal, Horizon o ese Ep monumental de Cabalgata Cósmica.
Así, con una potencia que tornan panderetas a mis hímenes timpánicos, abre la potentísima "Avasaxa" con un sincopado ritmo de guitarra que se une en progresión ascendente a la base rítmica (punzante el bajo). Ecos orientales difusos pero presentes, derrame lánguido de lisergia con unos magistrales dobles juegos de las guitarras que remiten al progresivo nórdico espacial (ya he citado referencias en anteriores reseñas, así que no quiero repetirme) y que alcanzan cotas orgiásticas en su ascenso de plúmbeo humo de pebetero cancerígeno. Cuando las guitarras se vuelven introspectivas y lentas, la batería se torna metronómica, machacona e insistente (minuto 4 o así). De repente un cambio de ritmo arrastradísimo, rozando el Doom y esa gruesa insistencia que vibra de gente como Mars Red Sky gracias a un épico solo de guitarra que va avanzando con esas fantásticas texturas resultantes de alear juntos géneros como el Psych, el Doom y los requiebros Proto Fenicios del Flamenco (ojo, muy muy muy pero que muy sutil).
Sigue "Dolmen". El sitara o lo que sea que se ha usado comulga con el hipnotismo de BONG... la música es una faro antiniebla en una muralla de humo opiáceo. Navegantes perdidos de buena gana en las Hébridas de la Lisergia... Azafrán y Patchoulí infusionados en un tempo abotargado que estalla como un grano de pus infecto en el minuto 3. Fuegos artificiales con la distorsión propia del agreste Heavy Psych made in Península Ibérica (Viaje a 800, Atavismo, Híbrido) con cánticos fabulosos de Óscar Soler alternándose con un recitado que me pone los vellos tan enhiestos que puedo permitirme hacer velcro con un chaleco fabricado de Cactus.
La última vez que sentí algo semejante fué con Stunde Null de los desaparecidos/transmutados MIND!, Espíritus del Desierto, Yo os Invoco de Schwarz o los discos de los injustamente olvidados Traummaschine. Impresionante el interludio ambiental con ecos hindúes (el tamboura, las pedaleras y todo lo que sea), al que sigue una línea de bajo cuasi Hawkwind y luego vuelta al motivo melódico inicial pero con más rabia si cabe. De otro tiempo parece llegar "El Altar", con ese característico sonido mitad presente, mitad soñado a lo "Planet Caravan" (creo que podría hacer un libro enorme con las influencias de ese corte de Black Sabbath)... es decir, sobre un fondo Pink Floydiano se mecen las hipnóticas notas de la guitarra. Dos minutos pero podría durar una eternidad; un exquisito puente para un fin de fiesta de órdago.
"VientoHalcón" sintetiza lo que son DOMO a día de hoy pero curiosamente compartiendo coordenadas sonoras con sus inicios. Una inmensa Jam con dejes vocales al más puro estilo Pot de Viaje a 800 con acojonantes recitados que parece llegar rebotada en el eco de un ciclópeo acantilado... un temazo que sube, baja, se mantiene y fluctúa maravillosamente.
In Psych.
In Doom.
In Prog.
Ведь главная сила в человеке — это сила духа.
((The main force in man — is the power of the spirit.))
YURI GAGARIN
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